?Cuando te haces mayor el cuerpo pasa a un segundo plano y por fin te liberas?

Va m¨¢s all¨¢ del atuendo, el estilo nace del posicionamiento pol¨ªtico y del compromiso. Tambi¨¦n de nuestras lecturas, del cine que vemos y de los conciertos y las exposiciones a las que vamos. Ese universo nos convierte en quienes somos y nos proporciona un aura?, argumenta Caroline de Maigret en una suite del Hotel & Spa Le Roch de Par¨ªs. Su concepto de la est¨¦tica la ha convertido en un icono atemporal, capaz de sobrevivir a los vaivenes impuestos por la dictadura de las redes sociales. La modelo, productora de m¨²sica, bloguera y autora del libro C¨®mo ser parisina est¨¦s donde est¨¦s (ed. Roca), seduce a los canales tradicionales y a los online, con m¨¢s de medio mill¨®n de seguidores solo en Instagram. Con el pelo suelto, su caracter¨ªstico flequillo y unos jeans, nos recibe despu¨¦s de comer. No se salta el postre y a mitad de la charla, se levanta para servirse unos macarons de la mesa de enfrente.

En febrero cumpli¨® 42 a?os y lo celebr¨® con una frase en su Instagram: ?La edad no significa nada, haz lo que desees cuando desees?. ?No le preocupa c¨®mo envejece la imagen del espejo?

La edad no es mal negocio: las arrugas llegan cuando las prioridades cambian; a m¨¢s a?os, m¨¢s pasa el cuerpo a un segundo plano y por fin logras liberarte. Adem¨¢s, he tenido la suerte de envejecer mientras las mentalidades evolucionaban, ser mayor tiene otras connotaciones hoy.

Tal vez por eso se la vea cada vez m¨¢s en su faceta de activista. En febrero, denunciaba en un v¨ªdeo la prohibici¨®n de Donald Trump de viajar desde siete naciones mayoritariamente musulmanas a EE UU.

Siempre lo he sido. Pero cuantos m¨¢s fans sumo en Internet, m¨¢s primordial se convierte la lucha por los derechos humanos y el feminismo. Antes, no exist¨ªa un canal tan poderoso como Internet para movilizarse, ahora s¨ª y hacer ruido se ha convertido en una responsabilidad.

Aunque tampoco se mete en la pol¨ªtica de su pa¨ªs, Francia.

No en la letra peque?a, pero s¨ª animo a la gente a que vaya a votar. No sirve de nada quejarse constantemente si no se ejerce ese derecho.

?Cree que los j¨®venes lo tienen m¨¢s dif¨ªcil para independizarse? Usted dej¨® la universidad y se mud¨® a EE UU con 18 a?os.

M¨¢s que la coyuntura ¨Cmis coet¨¢neos segu¨ªan viviendo en casa de sus padres¨C, en mi caso influy¨® la naturaleza del mundo de la moda. Esta disciplina es una excepci¨®n; ofrece oportunidades ¨²nicas. Pocos oficios permiten emanciparse tan pronto. Adem¨¢s, facilita la posibilidad de aprender idiomas, viajar, conocer a artistas.

Su libro, publicado en 36 pa¨ªses, la ha llevado a conocer a fondo la personalidad de las mujeres de varios pa¨ªses. De las estadounidense afirma que son perfeccionistas y de las suecas, que les cuesta seducir porque su discurso es feminista. ?Y las espa?olas?

[Risas]. Me pone usted en un compromiso¡­ Me recuerdan a las parisinas. La diferencia: se subestiman; os falta echarle morro y tener autoconfianza. Las francesas somos m¨¢s arrogantes, nos sentimos ¨²nicas y eso nos da independencia y libertad. Osar, atreverse a hacer lo que nos apetece cuando nos apetece es muy sexy.

Usted se ha atrevido a crear hasta un sello, Bonus Tracks Records, aunque la jugada no le sali¨® demasiado bien. ?Por qu¨¦ no funcion¨®?

Coincidi¨® con el auge de las descargas. Fuimos pioneros a la hora de colgar v¨ªdeos y temas online; todo era r¨¢pido e instant¨¢neo. Las multinacionales empezaron a hacer lo propio y nos borraron del mapa. No pod¨ªamos competir. Otra causa; el rock es minoritario en Francia. Y la ¨²ltima: mi novio [Yarol Poupaud, guitarrista] y yo no somos empresarios. Nos intentaron comprar, pero tem¨ªamos perder independencia. Nos lo pasamos genial. Ahora recuperamos el proyecto. Los m¨²sicos han aceptado que las discogr¨¢ficas no venden; les interesa lo art¨ªstico, construir una imagen y eso lo hacemos muy bien.

Su relaci¨®n con Poupaud ha cumplido 13 a?os, seg¨²n dice, el secreto est¨¢ en seducirse cada d¨ªa; ?y les funciona incluso viviendo juntos? ?C¨®mo luchan contra el tedio?

No dejo que me olvide. Si llego a casa y ni me saluda, lo freno. Me debe abrazar y besar en la boca con todo su ser. No soporto la frialdad. Necesito implicaci¨®n. Lo bueno: nuestros trabajos son divertidos y nos motivan mucho, siempre tenemos historias interesantes que contar. Luego est¨¢ nuestro hijo [Anton, 10 a?os], que nos da cotidianeidad.

Su ¨²ltima colaboraci¨®n con Lanc?me, una paleta de sombras y coloretes, expresa su visi¨®n de la belleza como un juego.

?Parece un clutch o un cuaderno, verdad? Es muy parisino que no se note que uno se cuida cuando en realidad s¨ª lo hace. He incluido mis sombras fetiche, gris, azul y plata, para un maquillaje 24 horas.