Elle Macpherson, una supermodelo de negocios
Con una clar¨ªsima visi¨®n empresarial, ha llegado a convertirse en un emporio de la moda que factura 46 millones de euros al a?o.
Resulta ser, tal y como una se la imagina. Elle Macpherson (Sidney, Australia, 1963) es una amazona sobrenaturalmente estilizada, de sonrisa ancha, tan alta que para hablar con ella hay que estirar el cuello hacia arriba. Las instant¨¢neas que toma el fot¨®grafo brit¨¢nico Rankin reflejan su car¨¢cter imperiosamente positivo y sin un ¨¢ngulo malo o inesperado. Pero hay una de ellas ligeramente distinta, que captura la atenci¨®n de todos los presentes. Una imagen ba?ada en luz rojiza, que evoca abandono amoroso y una playa al caer la noche. La modelo replica a la observaci¨®n del equipo de S?Moda con falsa indignaci¨®n. ?No importa lo sofisticada que est¨¦, siempre me dicen que tengo aspecto playero. ?Por qu¨¦??, bromea. Su pregunta se contesta con su trayectoria como modelo, que despeg¨® sobre arena y se consagr¨® gracias a su talento para lucir ba?ador. A los 19 a?os fue seleccionada para protagonizar el anuncio australiano de Tab, en el que solo le hizo falta un biquini rojo para causar conmoci¨®n. Luego vinieron las cinco portadas en la revista Sports Illustrated. Una haza?a sin precedentes que elev¨® su talle a s¨ªmbolo y le vali¨® que la revista Time le diera el sobrenombre de ?El cuerpo?. ?Y qu¨¦ cuerpo el de Macpherson! Atl¨¦tico, saludable, con pecho generoso y unas piernas que parecen nacer de la cintura. Todav¨ªa hoy es un prodigio. ?Nunca me ha molestado mi apodo; ni siquiera cuando empezaba?, asegura mientras almuerza una ensalada de at¨²n y un zumo de color verdoso. ?Ser El cuerpo no me ha resultado restrictivo porque me sirvi¨® para ganarme la vida. Por lo tanto, ?gracias!?, dice con su costumbre de copar cada frase con una exclamaci¨®n.
La loter¨ªa gen¨¦tica ha sido generosa con ella, pero la sexta modelo m¨¢s rica del mundo ¨Cpor delante de Claudia Schiffer, Naomi Campbell o Natalia Vodianova¨C ha sabido gestionar su retribuci¨®n con astucia. Su negocio de ropa interior Elle Macpherson Intimates funciona desde hace 20 a?os y se ha colocado a la cabeza de ventas del sector en Gran Breta?a y Australia. Macpherson ha lanzado una l¨ªnea cosm¨¦tica y desempe?a el rol de productora ejecutiva y presentadora de la competici¨®n televisiva de modelos Britain and Ireland Next Top Model, emitida en Sky. Su destreza en los negocios le ha procurado una fortuna estimada en 46 millones de euros. Y con esa suma vinieron un autorretrato de Basquiat, un Aston Martin vintage, un Jaguar y una casa en Notting Hill donde vive con sus dos hijos Flynn y Cy, fruto de su matrimonio con el millonario financiero Arpad Arki Busson (quien acaba de tener un hijo con Uma Thurman).
Podr¨ªa haber hecho carrera en revistas masculinas y calendarios, pero pronto tuvo el momento de revelaci¨®n como emprendedora. Sucedi¨® a finales de la d¨¦cada de los 80, a punto de divorciarse de su primer marido, el fot¨®grafo de moda 11 a?os mayor que ella, Gilles Bensimon. ?Mi agencia de entonces (Ford) no me permit¨ªa tener licencias y yo quer¨ªa sacar adelante mi negocio de lencer¨ªa. Para ellos, las modelos solo deb¨ªan cobrar por cada trabajo, no un porcentaje de las ventas. Me march¨¦ y fund¨¦ mi propia empresa?. Desde el principio ha sabido c¨®mo salirse con la suya. En los a?os en los que la prensa amarilla se desviv¨ªa por conseguir fotos de ella desnuda, llam¨® al fot¨®grafo Herb Ritts para una sesi¨®n con Playboy. Con lo que recibi¨®, compr¨® una casa para su madre. Visto desde la distancia, fue una de las primeras modelos que utiliz¨® sus encantos para convertirlos en una empresa con buenos resultados. ?No me considero una pionera, ?solo soy m¨¢s vieja!?, contesta en su cantar¨ªn ingl¨¦s australiano.
Abrigo de seda con cintur¨®n de Ailanto y sandalias de Lanvin.
Rankin
?Es asombrosa, guap¨ªsima?, exclama Maria Kovacs, la peluquera australiana, mientras la modelo se mueve por el plat¨® londinense a zancadas. ?En Australia es una figura fundamental. Conect¨® al pa¨ªs con la industria de la moda. Todas las ni?as quer¨ªamos ser como Elle?. Ella entiende muy bien lo que vende: un estilo de vida en el que no hay un d¨ªa nublado ni un atuendo desarreglado. Acaso por esta raz¨®n evita los recovecos de la conversaci¨®n. Y sobrevuela las cuestiones que ella considera dif¨ªciles con las mismas frases de espiritualidad de lema publicitario que tuitea junto a citas del Dalai Lama y Paulo Coelho.
Pongamos el ejemplo de la pregunta acerca del caso que le gan¨® a Kaupthing, un banco island¨¦s en quiebra. A trav¨¦s de una antigua ley que permanec¨ªa olvidada, Macpherson como individuo y empresa recuper¨® unos fondos que se negaban a devolver. ?Su respuesta? ?Es una situaci¨®n muy complicada sobre la que no suelo hablar. Lo que hay que sacar en claro de esta situaci¨®n es que cualquier persona ha de pelear por lo que cree. Animo a la gente a expresarse, luchar y no tener miedo?.
Despu¨¦s de dar a luz a su segundo hijo, Cy, la modelo ingres¨® en una cl¨ªnica con depresi¨®n postparto. Otras famosas como Gwyneth Paltrow o Brooke Shields se han sincerado p¨²blicamente con la intenci¨®n de que se tome conciencia del problema. Macpherson prefiere no abordar el tema: ?Se debe recordar que hay luz al final del t¨²nel. Siempre digo que todo se arreglar¨¢ y que si no se arregla, no es el fin del mundo?. Ni siquiera da detalles sobre su visi¨®n empresarial. ?Me replanteo las cosas constantemente?, contesta acerca de lo que puede o no hacer como alguien que vive de su imagen. ?Nunca hay que asumir que si algo te funcion¨® en una etapa de tu vida seguir¨¢ haci¨¦ndolo en el presente?.
Vestido de sirena de terciopelo de Andrew Gn.
Rankin
Lo ¨²nico que la lleva a pormenorizar es la ropa ¨ªntima. ?La lencer¨ªa puede cambiar el aspecto del cuerpo, la ca¨ªda de la ropa y la manera en la que te sientes. Despu¨¦s de tantos a?os en el sector he aprendido que cualquier mujer puede estar guapa con la ropa interior adecuada. La clave est¨¢ en elegir la proporci¨®n correcta para tu cuerpo. Las chicas que tienen el trasero m¨¢s grande est¨¢n guapas con un tanga. Cuanto m¨¢s amplias sean las caderas, m¨¢s peque?as tendr¨¢n que ser las braguitas. El equilibrio se completa con el sost¨¦n. Una braga peque?a pide un sujetador con mucha tela o con relleno?, explica.
De la lencer¨ªa le atrae que ?es para todo el mundo?. En esta visi¨®n comercial se aleja del resto de las supermodelos que han dise?ado con mayor o menor ¨¦xito l¨ªneas de ropa. Ella ha preferido no sumergirse en la alta moda y, aunque particip¨® en el desfile de Louis Vuitton para el oto?o-invierno 2011/2012, admite no frecuentar la temporada de desfiles. ?No soy fashion?, advierte al acabar una de sus poses sugerentes que escasean en los editoriales de moda. ?Elle es una mujer sensual, es imposible pasarlo por alto?, observa Rankin. Mientras tanto, la top prodiga la misma sonrisa que regala en una gala ben¨¦fica en Londres, con el pelo suelto, un vaso de agua en la mano y un vestido hasta los pies de Michael Kors.
Lo que s¨ª comparte con el resto de modelos coronadas durante la d¨¦cada de los 90 es la devoci¨®n por Azzedine Ala?a ¨Cquien firma sus leggings negros y su camisa blanca de enga?osa simplicidad¨C y una carrera profesional que se extiende en el tiempo desafiando convenciones. ?Trabajo con muchas tops?, explica Rankin. ?Mis favoritas son Elle, Kate, Claudia, Helena y Heidi porque entienden enseguida lo que tienen que hacer y aportan sentimiento. Pues, al contrario de lo que muchos creen, las maniqu¨ªes no solo tienen que sentarse ah¨ª. Lo que distingue a Elle de ese grupo es la calma que trae al estudio?.
Americana con cintur¨®n de Dries Van Noten, culotte de Intimissimi y medias de Calzedonia.
Rankin
Macpherson tiene claro el secreto de la longevidad profesional de las supermodelos. ?Tiene que ver con los valores familiares?, enuncia contundente. ?Son mujeres que crecieron durante los a?os 70 con padres profesionales que les inculcaron valores como el trabajo, la disciplina, el compromiso, tomar decisiones inteligentes y que significaran algo para ellas. Es un tema formativo?. Por supuesto que es demasiado educada para decirlo, pero hay algo que insin¨²a que ella, Eleanor Nancy Gow, la hija de una enfermera y un empresario exjugador de rugby, que se matricul¨® en Derecho antes de que le sobreviniera la fama, forma parte de una ¨¦poca muy distinta en la que las modelos ten¨ªan nombres y apellidos y que se siente a a?os luz de esas legiones de profesionales jovenc¨ªsimas, p¨¢lidas, procedentes de cualquier rinc¨®n de Eurasia, que durante unas temporadas recorren las calles con el book bajo el brazo y un d¨ªa desaparecen en silencio.
Como juez y mentora en la versi¨®n brit¨¢nica de Next Top Model suele ejercer un rol maternal ¨Ctodo abrazos y ¨¢nimos¨C con las aspirantes a modelos. Pero de cuando en cuando aparece una chica que se enfurru?a, hace un comentario fuera de tono o protesta porque no ha sido seleccionada. Entonces Elle puede ser implacable. Con la seriedad de una profesora le explica que con esa actitud o ese pelo mal te?ido nunca llegar¨¢ a nada. ?Intento prepararlas en todos los sentidos?, razona la top. ?C¨®mo trabajar, c¨®mo comportarse, c¨®mo sacar lo mejor de ellas por dentro y por fuera. Este negocio tiene mucho que ver con la ilusi¨®n, con la presentaci¨®n que haces de ti mismo. Si crees en ti, los dem¨¢s tambi¨¦n lo har¨¢n. La belleza por s¨ª sola no garantiza el ¨¦xito?, contin¨²a. ?En el atractivo de Angelia Jolie influye su trabajo. Kate Moss tiene personalidad y Lara Stone, inocencia. Triunfan porque, por encima de todo, son mujeres interesantes?.
El f¨ªsico, por supuesto, es algo que tampoco hay que descuidar. La modelo practica ?todo tipo de deportes?. Levanta pesas, corre, esqu¨ªa, nada, hace surf, tenis y bikram yoga. Llegando a la inevitable invitaci¨®n a revelar sus secretos de belleza, le ruego que no me repita lo que tantas modelos achacan a beber mucha agua y dormir bien. ?Cuando tienes 18 a?os, solo debes preocuparte por el sue?o y el agua. Cuando tienes 50 es diferente?, concede. ?Me cuido, pero sin ser obsesiva. Lo primero es no maltratar mi coraz¨®n.
Elle Macpherson: ?Ser considerada ¡®el cuerpo¡¯ me ha servido para ganarme la vida, as¨ª que ?gracias!?
Rankin
Mantengo intereses, me preocupo de cosas que me emocionan y me motivan. Y eso protege mi interior. Para la parte externa hago ejercicio, vigilo mi dieta hasta cierto punto. Sin extremos. A veces engordo cuatro kilos, pero nunca ves fotos m¨ªas en las que aparezco gorda. Influye c¨®mo te mueves, lo que proyectas. Aprend¨ª reiki, me lo hago a m¨ª misma y a mis hijos. Me ayuda mucho cuando estoy baja de energ¨ªa?. ?Hay algo que El cuerpo no pueda ponerse? ?Minifaldas, vestidos de corte baby doll, volantes, chorreras o flores. Nada que llevar¨ªa una ni?a de 19 a?os. Prefiero un sexy sofisticado o natural y no hacerme la mu?equita?. A pesar de la melena surfera y los cari?osos abrazos que da al fot¨®grafo, hay una f¨¦rrea determinaci¨®n en Macpherson. Se nota en la diligencia con la que despu¨¦s de posar se acerca al monitor para ver cada foto y anunciar: ?Sigamos en esa direcci¨®n?, en la rapidez con la que cambia una blusa blanca por una chaqueta negra para ser grabada en v¨ªdeo y en c¨®mo utiliza la denominaci¨®n ?crear im¨¢genes? a lo que se conoce de toda la vida como sesiones fotogr¨¢ficas.
La maniqu¨ª, que se documenta a fondo antes de cada reuni¨®n de negocios, no atiende a los estereotipos que puedan existir sobre las modelos. ?Conoc¨ª a Elle Macpherson cuando intentaba conseguir fondos para el relanzamiento de una marca de surf australiana?, relata un banquero de inversi¨®n desde la City londinense. ?Y he de decir que me caus¨® bastante buena impresi¨®n?. El tiempo apremia y Macpherson tiene que ir a recoger a su hijo menor, de ocho a?os, a la salida del colegio. La misma escuela donde coincide con Claudia Schiffer y donde los paparazis la capturan con esos estilismos impecables que tanto deben irritar a otras madres. ??Me voy, mi peque?o me est¨¢ esperando!?, recalca mientras se cambia r¨¢pidamente de ropa y agarra su bolso de un tir¨®n. Pero antes de salir le queda algo importante que hacer. Saca el m¨®vil, apunta al monitor y fotograf¨ªa una de esas im¨¢genes donde aparece tan playera para publicar en su Twitter.
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