?Las dos veces enferm¨¦ gravemente?: Emma Thompson o cuando ganar el Oscar te cuesta la salud

Intentar ganar un Oscar exige un compromiso y un esfuerzo similar al de ganar unas elecciones generales. Por algo en Hollywood ya enterraron los eufemismos y utilizan ¨²nicamente el t¨¦rmino ¡°hacer campa?a¡±. Un plan dise?ado con esmero, financiado por intereses privados y que obliga a su protagonista a recorrerse el mundo para acudir a medio centenar de eventos, a veces durante todo un a?o, con un argumentario grabado a fuego y una sonrisa igual de perenne. Bien har¨ªan tambi¨¦n en desalojar su agenda de cualquier otro proyecto profesional, ponerse a dieta ¨CJulianne Moore se pas¨® ¡°seis meses sin comer¡±¨C y en equiparse con pal¨¦s de l¨¢grima artificial, ya que hasta Brie Larson confes¨® su miedo a padecer una conjuntivitis cr¨®nica tras los miles de selfis que tuvo que conceder mientras luchaba por su Oscar por La habitaci¨®n. En su caso, vali¨® la pena y se lo llev¨® a casa.

De Cannes a Venecia, de Telluride a Toronto, de la mesa redonda de The Hollywood Reporter a comer alitas de pollo picantes en YouTube, de cantar con Jimmy Fallon a perrear con Ellen, de la fiesta de Elton John al pol¨ªgrafo de la Conchita de turno de Vanity Fair¡­ Cada confesi¨®n personal suma, cada v¨ªdeo viral cuenta. Con el condicionante a?adido de que, al contrario que el aspirante a concejal, no pueden verbalizar su deseo irrefrenable por ganar, sino que deben escudarse en unas ilusorias motivaciones art¨ªsticas como impulso para agarrar la estatuilla. Una misi¨®n, la de conseguir al fin el anhelo m¨¢s compartido por cuantos habitan en las colinas de Los ?ngeles, que puede acabar costando incluso la salud de sus participantes.

Ha sido la actriz Emma Thompson la ¨²ltima en hablar p¨²blicamente sobre el lado oscuro de participar en la agotadora carrera hacia estos premios y los efectos nocivos que tuvo en su bienestar f¨ªsico y mental. ¡°Las dos veces que tuve que participar en los Oscar enferm¨¦, enferm¨¦ gravemente, tanto antes como durante la campa?a. La presi¨®n y el deslumbramiento de todo aquello fue demasiado para m¨ª. Es algo asombroso¡±, confes¨® la actriz de 63 a?os en el podcast de Radio Times. La brit¨¢nica ha ganado la estatuilla en dos ocasiones: a mejor actriz por Regreso a Howards End en 1993 y, tres a?os despu¨¦s, al mejor guion adaptado por Sentido y Sensibilidad, convirti¨¦ndose en la ¨²nica artista en ganar el galard¨®n tanto por su trabajo interpretativo como por su faceta de guionista.

¡°En esos momentos solo quieres acostarte en una habitaci¨®n a oscuras. Piensas, ¡®Por favor, no me hag¨¢is m¨¢s preguntas ni me obligu¨¦is a hablar sobre m¨ª misma¡¯. Es horrible. No tard¨¦ en desarrollar una especie de alergia a todo eso, aunque sea una parte m¨¢s de mi trabajo¡±, a?adi¨®. Thompson tambi¨¦n calific¨® de ¡°altamente t¨®xica¡± la exposici¨®n a la que se ven sometidas las estrellas de Hollywood: ¡°Si eso es lo que quieres, ser reconocido, imagino que puedes lidiar con ello y no es tan intrusivo. Pero eso no es lo que yo quer¨ªa¡±. La actriz, que acaba de estrenar la versi¨®n cinematogr¨¢fica del musical Matilda, se felicita por haber mantenido la fama a raya y no haber tenido que interpretar un personaje de repercusi¨®n global como James Bond, que ¡°anula tu anonimato¡± de inmediato. A pesar de haber sido nominada a varios Bafta y Globos de Oro en los ¨²ltimos a?os, Thompson no ha vuelto a ser nominada a los Oscar desde 1996 y tampoco ha pisado su alfombra roja en calidad de invitada o presentadora.

La londinense no es la ¨²nica int¨¦rprete estelar que ha criticado sin reparos a la cita anual m¨¢s ambicionada por quienes se dedican al s¨¦ptimo arte. Precisamente la actriz m¨¢s galardonada de la historia, Katharine Hepburn, con hasta cuatro Oscars en su haber, jam¨¢s fue a recoger ninguno alegando que ¡°los premios no significan nada para m¨ª, mi premio es el trabajo¡±. Tampoco figuras como Woody Allen o el actor George C. Scott (Patton), que lo denomin¨® como un ¡°desfile de carne de dos horas¡± ¨Cojal¨¢ solo durara dos horas¨C. Una filosof¨ªa compartida por otro actor de prestigio como Joaquin Phoenix, que calific¨® la ceremonia como ¡°la cosa m¨¢s est¨²pida del mundo¡±. ¡°Son una zanahoria, pero la zanahoria de peor sabor que he probado en toda mi vida¡±, sostuvo en una entrevista en 2012 para, a?os despu¨¦s, acabar comi¨¦ndose la criticada zanahoria con el Oscar recibido por su papel en la pel¨ªcula Joker.

Las palabras de Emma Thompson aparecen en un momento de especial controversia en la industria respecto a la confianza en las reglas que rigen el proceso de candidaturas. La sorprendente nominaci¨®n de la actriz Andrea Riseborough, protagonista de la peque?a pel¨ªcula independiente To Leslie, ha disparado todas las alarmas en la Academia de Hollywood, que debati¨® sobre si retirar su nombre de la terna que se jugar¨¢ el premio a mejor actriz el pr¨®ximo 12 de marzo. La pol¨¦mica surgi¨® despu¨¦s de que un enorme grupo de estrellas de Hollywood, desde Jennifer Aniston a Edward Norton o Mia Farrow, escribieran tuits elogiosos sobre el trabajo de su compa?era coincidiendo en tiempo, espacio y forma con la semana previa a la votaci¨®n. Cate Blanchett, Gwyneth Paltrow y Amy Adams tambi¨¦n formaron parte de las acciones de promoci¨®n de To Leslie y Kate Winslet dijo que era una de las mejores interpretaciones que hab¨ªa visto ¡°en toda su vida¡±. Casualidad o no, atendiendo a la confesi¨®n reciente de Thompson quiz¨¢ las pr¨®ximas aspirantes deber¨ªan reflexionar sobre la idoneidad de escuchar su nombre en el escenario del ic¨®nico Dolby Theatre.