La fabulosa historia de cuando las Spice Girls hicieron en Granada la presentaci¨®n mundial de su disco
En octubre de 1997, en pleno boom spiceman¨ªaco, las brit¨¢nicas estuvieron en la capital granadina para presentar a todo el mundo Spiceworld, su segundo ¨¢lbum. Algo menos de 24 horas que pusieron patas arriba la ciudad, marcaron a una generaci¨®n de ni?as y preadolescentes y sirven para comprender el fen¨®meno dos d¨¦cadas despu¨¦s.
En 1997, saber qu¨¦ hab¨ªan desayunado o d¨®nde hab¨ªan pasado las vacaciones los ¨ªdolos de turno, en directo y emitido por ellos mismos, era improbable. Con las bandas m¨¢s comerciales, la aproximaci¨®n a los personajes llegaba en forma de respuesta prefabricada para el cuestionario de alguna revista juvenil. Los videoclips y actuaciones no estaban disponibles a golpe de clic y los ve¨ªamos gracias a esa vecina avispada que los hab¨ªa grabado desde su televisor en una cinta VHS. Turnarse la compra de discos entre un grupo de amigas para despu¨¦s intercambiarlos grabados en cassettes era costumbre y la posibilidad de ver tocar a tu grupo preferido en tu ciudad estaba en las ant¨ªpodas de la saturaci¨®n festivalera de los ¨²ltimos veranos. As¨ª, con toda probabilidad en contra a ojos de sus seguidores, aterrizaron las Spice Girls en Granada en su jet privado el 6 de octubre de 1997 para presentar a nivel mundial su segundo ¨¢lbum, Spiceworld.
¡°Cuando me enter¨¦ de que ven¨ªan pens¨¦ que era una inocentada¡±, cuenta a S Moda Jes¨²s C., a quien la visita del grupo brit¨¢nico le pill¨® con 15 a?os, la pared de su habitaci¨®n empapelada de p¨®sters, coreograf¨ªas memorizadas al dedillo y una paga semanal consagrada al en¨¦simo producto del spice merchandising. ¡°En ese contexto, sin redes sociales, las sent¨ªamos mucho m¨¢s lejanas e inalcanzables, eran como semidiosas. Recuerdo que lo viv¨ª como algo irreal. Pens¨¦ que no ten¨ªa sentido, que c¨®mo iban a venir a una ciudad as¨ª. Y todav¨ªa hoy me resulta raro, no me creo que ocurriera. L¨®gicamente ahora entiendo que se trat¨® de una estrategia de marketing¡±.
Aunque ya hab¨ªan pasado por Madrid en enero del mismo a?o para firmar discos y una breve actuaci¨®n en El Corte Ingl¨¦s de Castellana, el despliegue granadino fue mayor. Hasta 500.000 chicas y chicos escribieron al programa Los 40 Principales, entonces en Cadena Ser, para conseguir una de las 100 invitaciones que permitir¨ªan acceder a la presentaci¨®n en Granada.?En esos meses el fen¨®meno hab¨ªa estallado definitivamente a nivel mundial. Acumulaban 18 millones de discos vendidos de su ¨¢lbum debut, Spice. Y el Wannabe chapurreado que hab¨ªa llegado hasta el ¨²ltimo rinc¨®n de cada recreo espa?ol bailado en grupos de cinco, hab¨ªa hecho historia manteni¨¦ndose siete semanas como n¨²mero uno en las listas brit¨¢nicas y cuatro en la Billboard Hot 100 estadounidense.
Victoria, Geri, Mel B, Emma y Mel C aterrizaron en Granada a las tres de la tarde y en mitad de un chaparr¨®n, ya con los primeros fans congregados bajo sus paraguas. Tras poner pie en tierra, fueron trasladadas directamente al Alhambra Palace, el famoso hotel de cinco estrellas situado bajo la Alhambra que alg¨²n periodista, como el cr¨ªtico brit¨¢nico David Sinclair, confundi¨® con el conjunto monumental en s¨ª mismo. ¡°Se dijo que el plan ser¨ªa presentar el ¨¢lbum en el Alhambra Palace, el monumento m¨¢s visitado de Europa¡±, escrib¨ªa en su libro Spice Girls Revisited. Aunque la intenci¨®n era ciertamente hacer la presentaci¨®n en la Alhambra -en la aut¨¦ntica-, no se permiti¨® y la rueda de prensa de presentaci¨®n tuvo lugar finalmente en el Carmen de los Chapiteles (una de esas finquitas urbanas t¨ªpicas granadinas que mira a la Alhambra). All¨ª, a las seis de la tarde, se reuni¨® prensa de todo el mundo para conocer los pormenores del disco y el videoclip del primer single, Spice Up Your Life, que tambi¨¦n estrenaban.
?Por qu¨¦ Espa?a y por qu¨¦ Granada? Por ?la mezcla de culturas que tiene el nuevo disco?, responder¨ªan durante el turno de preguntas. Aludiendo tambi¨¦n entre bromas al buen tiempo y al poder prescriptor de Bill Clinton, quien meses antes asegur¨® que en Granada, desde el Mirador de San Nicol¨¢s (en el Albayz¨ªn), hab¨ªa visto la mejor puesta de sol del mundo. Una afirmaci¨®n que era del todo imposible: su orientaci¨®n no lo permite.?El motivo real era, claro, una cuesti¨®n comercial: las Spice Girls hab¨ªan vendido en Espa?a un mill¨®n de copias de su primer disco, convirti¨¦ndose en el tercer mercado m¨¢s potente para el grupo por detr¨¢s de Reino Unido y Estados Unidos.
?Tambi¨¦n tuvo que ver con el momento pol¨ªtico de la ciudad?, apunta a S Moda el periodista granadino Fernando D¨ªaz de la Guardia, que trabajaba en Cadena Ser entre deportes y m¨²sica y, ?como ten¨ªa ciertos conocimientos de ingl¨¦s?, acompa?¨® al grupo durante los diferentes actos que se hicieron, presentando y comentando el evento desde megafon¨ªa. Por aquel entonces, desde 1995 a 1999, era alcalde de la ciudad el popular Gabriel D¨ªaz Berbel. Una figura que hoy bien se podr¨ªa equiparar con la del medi¨¢tico alcalde de Vigo, Abel Caballero. En 1995 hab¨ªan estado tocando?The Pretenders y,?a partir de la visita de las Spice Girls y durante su mandato, ?vinieron otros muchos artistas y personalidades: Patti Smith, Lou Reed, Bob Dylan¡ Pedro Duque y la tripulaci¨®n del Discovery?, recuerda D¨ªaz de la Guardia.
El disco son¨® por primera vez en una fiesta privada que se celebr¨® ya entrada la noche en otro carmen, el de los M¨¢rtires. El pegadizo ¡°la la la¡± del nuevo estribillo sonando de fondo y fuegos artificiales que finalizaron con un ?Spice Girls? luminoso escrito sobre uno de los puentes que atraviesan el Darro sellaron el despliegue que en Hot Press describieron como ?the mother of all listening parties?.
No fue hasta el d¨ªa siguiente, el 7 de octubre, cuando el grupo apareci¨® para dirigirse directamente a sus fans. ?Hubo un primer acto privado en el patio interior del Ayuntamiento. All¨ª, adem¨¢s de pol¨ªticos y personalidades, est¨¢bamos los que hab¨ªamos ganado un sorteo de Los 40 Principales para conocerlas?, cuenta Carol A., que ten¨ªa 13 a?os y devoci¨®n absoluta por Victoria Beckham (entonces Victoria Adams). Seg¨²n recogi¨® el El Ideal de Granada, durante esos d¨ªas se hab¨ªan estado recibiendo en el Ayuntamiento entre 500 y 600 llamadas diarias de padres que preguntaban si pod¨ªan acceder a ese acto con sus hijos. ??ramos unas 20 o 30, nos colocaron en una zona restringida y nos dieron instrucciones: no pod¨ªamos levantarnos, ni tocarlas, ni darles besos. Ellas se acercar¨ªan a hacerse fotos?, recuerda Carol. ?Yo me lo salt¨¦, me levant¨¦ y pude darle un beso a Geri y a Mel B?.
El acto dur¨® una media hora en la que se sucedieron varias formalidades. El alcalde D¨ªaz Berbel les dio la bienvenida entreg¨¢ndoles un recuerdo de la ciudad, el colgante de la granada de plata. La discogr¨¢fica Virgin les hizo entrega del disco de diamante por su mill¨®n de copias vendidas en nuestro pa¨ªs y un grupo de cinco mini Spice Girls granadinas actuaron para ellas imit¨¢ndolas. ?Era un contraste importante. Ellas con tanto ramalazo de color y esa imagen de estrellas del pop comercial y por otro lado, los guardias de seguridad y la comitiva que les rodeaba, en ese patio con sabor granadino y trajes sobrios. Ver a las autoridades locales recibirlas como si tratara de una personalidad institucional, adem¨¢s de impacto, conllev¨® muchas cr¨ªticas y pol¨¦mica. Pero era una forma de exportar la imagen de Granada?, rememora Fernando D¨ªaz de la Guardia.?Una controversia que no se dio en exclusiva en Espa?a. Como retrata Sinclair en el libro mencionado anteriormente, este tipo de recibimientos oficiales se repiti¨® pr¨¢cticamente cada d¨ªa all¨¢ donde fueran en su avi¨®n privado para hacer promoci¨®n. En el ¨¢lbum de fotos ic¨®nicas de la cultura pop noventera ocupan un lugar especial unas im¨¢genes que resumen de un vistazo la dimensi¨®n de este fen¨®meno: el pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra con la marca de un beso plantado en la cara y rodeado por las cinco chicas en los Brit Awards del 97 y aquella otra en la que vuelven a aparecer los seis junto a Nelson Mandela.
??Hola! ?Qu¨¦ tal? Las chicas picantes os tiran muchos besos. Muchas gracias. Granada es muy, muy guapa?. Cuando por fin las cinco Spice se asomaron al balc¨®n del Ayuntamiento que da a la Plaza del Carmen, Geri Halliwell (ahora Horner) lanz¨® un saludo en espa?ol como gui?o a sus ra¨ªces maternas oscenses, y una marea de m¨¢s de 5.000 fans congregados a sus pies se deshizo en gritos. ?Por el centro no se pod¨ªa andar. Yo las vi all¨ª, en la plaza, recuerdo que como muy de lejos y que fue cort¨ªsimo. Hab¨ªa mucho jaleo y cantaron solo un tema [el estribillo de Wannabe a capela y el?playback de Spice Up Your Life]. Y a¨²n as¨ª fue una pasada, un subid¨®n de flipar?, recuerda Bego entre risas y con ?un poco de verg¨¹enza? por la entrega desenfrenada de su yo de 12 a?os. Como ella, fueron muchos los ni?os y adolescentes granadinos que esa ma?ana de martes se saltaron las clases. ?Yo iba a un colegio de monjas y mi madre se tuvo que inventar que estaba mala. Me dej¨® ir adem¨¢s porque me pillaba al lado de casa. Y cuando se acab¨® todo en la plaza me volv¨ª corriendo para verlo en el telediario?.
Jes¨²s C. recuerda que en su caso ni se plante¨® pedir permiso para no ir al instituto: ?Hasta los propios profesores llevaron a sus alumnos, definitivamente fue un d¨ªa raro para la jornada escolar en Granada. Fue una locura, la hilera de gente ocupaba la carretera, no cab¨ªa un alfiler, era como Nochevieja. Pero yo consegu¨ª ponerme en primera fila en una de las vallas con mi amigo, que era con el que bailaba y compart¨ªa el fanatismo, ?salimos incluso en la Superpop!?.
Pancartas, sus nombres escritos en la frente y estilismos caracterizados seg¨²n la Spice preferida. Lo que se vio ese d¨ªa en las calles granadinas y recogieron las televisiones, peri¨®dicos y revistas como Bravo o Superpop, era una versi¨®n extendida del esp¨ªritu y la imagen que invad¨ªa cualquier reuni¨®n de ni?as frente a un radiocasete con su m¨²sica sonando en 1997. ?Cada una era una de ellas y nos vest¨ªamos as¨ª: la deportista, la pija¡ A m¨ª entonces me gustaban Take That y los BackStreet Boys. Y cuando de buenas a primera salieron ellas, un grupo de t¨ªas, supuso un cambio total. A partir de entonces ya todas ¨¦ramos las Spice Girls?, explica Bego.
En un momento en el que el mainstream estaba completamente dominado por los chicos y las boybands, el ¨¦xito de la que fuera la primera girlband se explica exactamente a trav¨¦s de ese fen¨®meno de identificaci¨®n femenina que escaseaba. Como apunta en su columna Mi vida como Pitufina (Vanity Fair) la escritora y periodista Carmen Pacheco: ?Hay gente que a¨²n se pregunta por qu¨¦ triunfaron tanto las Spice Girls, por qu¨¦ Las chicas de oro se convirti¨® en una serie de culto o a qu¨¦ viene ese entusiasmo ante la en¨¦sima adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de Mujercitas. Yo os lo voy a decir: estamos hartas de ser Pitufina?. Pacheco se refiere con esto al principio de Pitufina que se da en la ficci¨®n por el cual, dentro de un elenco de personajes de predominancia masculina, se tiende a crear un ¨²nico personaje femenino y este condensa todos los estereotipos de g¨¦nero asociados a la feminidad.
Las Spice Girls hicieron de ese fen¨®meno de la identificaci¨®n -de perfiles variados pero imagen can¨®nica- y del girl power usado a modo de eslogan publicitario, su marca. ?El mensaje del girl power cal¨® bastante en la gente joven de nuestra generaci¨®n, tanto en chicos como en chicas, seguidores o no de las Spice?, cuenta Jes¨²s C. ?Estaba presente en todo lo que hac¨ªan: entrevistas, v¨ªdeos, libros. Su postura era liberadora respecto a la sexualidad. Hablaban abiertamente de libertad sexual, con protecci¨®n [el ?p¨®ntelo, p¨®ntelo? de 2 become 1], sin ir necesariamente unida a relaciones estables, y eso en aquellos a?os era bastante revolucionario?, opina el granadino.
La defensa de la amistad entre chicas por delante del amor rom¨¢ntico, presente desde el Wannabe a su pel¨ªcula, Spiceworld, marcaba el precedente para la ola de feminismo pop que ha llegado hasta hoy. En sus discursos, sin embargo, la palabra feminismo se esquivaba, y aunque el girl power result¨® inspirador para muchas adolescentes en ciernes sembrando la semilla de la sororidad; la finalidad de su grito de guerra era vender camisetas y no la lucha por la igualdad y los derechos de la mujer. Las brit¨¢nicas, adem¨¢s, hab¨ªan hecho expl¨ªcita en varias ocasiones su simpat¨ªa por el thatcherismo;?en una entrevista con The Spectator llegaron a decir que Margaret Thatcher hab¨ªa sido ?la primera Spice Girl?. Y para colmo de las activistas feministas, el eslogan que hab¨ªan acu?ado se hab¨ªa vaciado de su significado original con fines comerciales. La inventora del t¨¦rmino girl power fue en realidad Kathleen Hanna, cantante de las Bikini Kill, que lo us¨® para dar nombre a un fanzine y este se extendi¨® primero entre el punk?dentro del movimiento de las riot grrrls. Cuando las Spice Girls se lo apropiaron sin tener muy claro de d¨®nde ven¨ªa, no qued¨® ni rastro de sus mensajes reivindicativos que denunciaban a viva voz el machismo y la violencia sexual.
La visita de las Spice Girls a Granada dej¨® un recuerdo tan inolvidable como extra?o para muchos de sus seguidores, unos 500 millones de pesetas de beneficio para la ciudad en apenas 24 horas, pero tambi¨¦n otra demostraci¨®n de un tipo de rechazo masculino muy espec¨ªfico al que se enfrentaban con frecuencia por ser exactamente aquello que vend¨ªan abiertamente: un grupo comercial de pop para ni?as -v¨¦ase la intolerable amenaza de Liam Gallagher, que no acudi¨® a los Brit Awards del 97 porque como se las cruzara, ?les dar¨ªa un bofet¨®n¡±-. La condescendencia con la que los cronistas contaron el fen¨®meno desde sus libros y columnas por aquello de que el p¨²blico del grupo era potencialmente femenino e infantil tambi¨¦n es palpable en sus relatos de la estancia granadina: Circo para menores, titul¨® Alejandro V. Garc¨ªa su cr¨®nica en El Pa¨ªs.
?A m¨ª me dijeron que si quer¨ªa acompa?arlas por all¨ª por la Alhambra y pas¨¦?, reconoce el m¨²sico Popi Gonz¨¢lez. Entonces ¨¦l tocaba, precisamente con Fernando D¨ªaz de la Guardia, en Christiania -ellos fueron quienes telonearon a la banda de Chrissie Hynde cuando toc¨® en Granada-. ?Ten¨ªamos m¨¢s o menos la misma edad que ellas pero llev¨¢bamos ese rollo de rockerillos y daba verg¨¹enza que te sacaran en el peri¨®dico relacionado con ellas -Fernando apunta que ¨¦l nunca tuvo prejuicios al respecto-. Ahora pienso que ya habr¨ªan querido muchos grupos de aquel entonces tener el ¨¦xito comercial que tuvieron ellas, adem¨¢s hicieron historia porque entonces no hab¨ªa muchos grupos de chicas. Creo que es el ¨²nico fen¨®meno que ha estado a la altura de la locura de la beatleman¨ªa?.
Una masa de fans que hoy no da cr¨¦dito a aquella visita y que, ahora s¨ª, alimenta su la nostalgia spiceman¨ªaca y noventera a trav¨¦s de sus pantallas: ?Sigo siendo fan absoluta todav¨ªa. Intent¨¦ ir a verlas el a?o pasado a Londres, cuando hicieron la gira, pero me qued¨¦ sin entrada. A¨²n as¨ª les sigo mucho la pista en redes sociales, en Instagram veo lo que est¨¢n haciendo, que han sido madres¡?, concluye Carol A.
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