Gillian Anderson, todo un ¡®Expediente X¡¯
La actriz no quer¨ªa hacer televisi¨®n y la famosa serie de los 90 la conden¨® al ¨¦xito. Tras un retiro parcial, ha renacido, m¨¢s sofisticada pero igual de escurridiza en The Fall.
Hay algo en ella de hero¨ªna de Hitchcock. La elegancia, la mirada inquisitiva, una aparente frialdad que esconde volcanes. Resulta hipn¨®tico observar c¨®mo posa ante la c¨¢mara Gillian Anderson (Chicago, Estados Unidos, 1968). Lo mismo que sucede en su trabajo como actriz, transmite mucho haciendo poco. Desde que Gillian Anderson nos conquist¨® como la pelirroja y esc¨¦ptica agente del FBI Dana Scully en la serie Expediente X, ha sido considerada una int¨¦rprete de culto. Enigm¨¢tica y dif¨ªcil de clasificar.
Despu¨¦s de nueve a?os y 202 episodios en uno de los programas con m¨¢s ¨¦xito mundial, se march¨® a Londres. En parte por amor y en parte porque se qued¨® prendada de la ciudad cuando vivi¨® en ella de ni?a junto a sus padres. All¨ª tuvo hijos, se cas¨® dos veces, se separ¨® otras tantas y trabaj¨® haciendo teatro. Seguimos su rastro a trav¨¦s de adaptaciones televisivas de novelas de Dickens, entre otras, y pel¨ªculas como El ¨²ltimo rey de Escocia y Shadow Dancer.
No hab¨ªa desaparecido completamente de la faz de la fama, pero se la echaba de menos. A los 45 a?os, Anderson est¨¢ experimentando un renacer en popularidad. Ella es la protagonista de la aclamada serie de la BBC?The Fall, cuya segunda temporada se estrenar¨¢ en oto?o y que compagina con su presencia en otros programas de televisi¨®n estadounidenses como?Crisis?y?Hannibal.
Abrigo de Max Mara, vestido de Stella Mccartney y anillos de Boucheron.
Pablo Zamora
La peque?a pantalla le ha dado todo profesionalmente, pero empez¨® en ella por casualidad. A los 21 a?os, desde Chicago, se traslad¨® a Nueva York. En la Gran Manzana se curti¨® en los escenarios mientras se ganaba la vida de camarera. Pero se enamor¨® de un tipo de Los ?ngeles. Fue a visitarlo y se qued¨® ¨Csiempre ha terminado mud¨¢ndose siguiendo a su coraz¨®n¨C. Y, tras hacer un?casting?paraExpediente X, se encontr¨® interpretando a uno de los personajes m¨¢s emblem¨¢ticos de la historia. ?Nunca fue mi intenci¨®n trabajar en la televisi¨®n?, explica Anderson con voz grave y acento entre estadounidense y brit¨¢nico. ?Sucedi¨® as¨ª y tuve que entablar amistad con el medio?.
Dos d¨¦cadas de ¡®Expediente X¡¯.?El fen¨®meno televisivo de los a?os 90 abon¨® el terreno para el ¨¦xito de la cadena HBO y la edad de oro de las series. ?Todo ha cambiado mucho. Cuando empec¨¦, era muy diferente. La oferta era reducida, no hab¨ªa tantos canales y la programaci¨®n sol¨ªa ser cutre para nuestros est¨¢ndares actuales. Tuve la suerte de formar parte de una serie que abri¨® las miras. Desde entonces, el medio empez¨® a transformarse y ahora resulta que recibe much¨ªsimo dinero. Con los fondos lleg¨® la diversidad de la que disfrutamos ahora?.
Todav¨ªa hoy observa el enorme ¨¦xito de la peque?a pantalla con sentimientos ambivalentes. En el plat¨® de?Expediente X?se enamor¨® del director de arte de la serie, su primer marido, y se qued¨® embarazada. Pero tuvo que volver al trabajo 10 d¨ªas despu¨¦s de dar a luz. Durante una d¨¦cada, dedic¨® su vida a la caja cat¨®dica: ?El peso reca¨ªa sobre dos actores, grab¨¢bamos 22 episodios a la semana. Eso es demasiado. No hac¨ªa mucho m¨¢s aparte de trabajar. Y mi hija creci¨® en el tr¨¢iler, algo que nunca habr¨ªa deseado. Despu¨¦s de eso supe que, si aceptaba otro papel en una serie, tendr¨ªa que ser corta y como parte de un elenco de actores, para as¨ª poder estar presente en mi vida como madre?. Anderson tiene una hija de 18 a?os, Piper, y dos hijos de 7 y 5, llamados ?scar y F¨¦lix.
Camisa de Valentino para Net-¨¤-porter, falda de Gucci para Net-¨¤-porter, colgante de Boucheron, anillo de Tous y zapatos de Manolo Blahnik.
Pablo Zamora
Pero lleg¨® ¡®The Fall¡¯. Eso la sac¨® de su retiro parcial. El personaje de la agente de polic¨ªa Stella Gibson fue escrito pensando en ella, y le va como un guante. Gibson es una mujer sofisticada, inteligente y aparentemente fr¨ªa que investiga cr¨ªmenes contra f¨¦minas y, a la vez, redefine los roles tradicionales de g¨¦nero. En uno de los episodios insta al cuerpo de polic¨ªa a dejar de encasillar a las mujeres como santas o putas. ?Stella es feminista?, sentencia Anderson. ?Es, probablemente, el papel m¨¢s fuerte que he interpretado hasta ahora. No se cansa de defender el derecho a la igualdad; en especial, cuando habla sobre las v¨ªctimas?.
Ambientada en Belfast,?The Fall?tambi¨¦n explora nuestros miedos m¨¢s profundos e indaga en las sombras de vidas aparentemente apacibles. Es frecuente que los telespectadores comenten las pesadillas que les produce la serie. Anderson lleva la presencia del abismo con profesionalidad. ?Tienes que alejarte del material para poder trabajar. Ya hice lo mismo en?Expediente X. Soy buena compartimentando, aunque a veces decido no leer los guiones por la noche para no so?ar con ellos?.
Pero, entre tanta oscuridad, es imposible no fijarse en la belleza poco convencional de Anderson, su luminosa piel y, sobre todo, las magn¨ªficas blusas de seda que ya se han convertido en una se?a de identidad del personaje. ?Usted tuvo algo que ver en la caracterizaci¨®n? ?Estaba en el gui¨®n?, contesta la actriz. ?La ropa encajaba con el personaje. Stella se viste para ella misma, es una persona con gusto y a la que le importa su aspecto. No se trata de un gui?o a la moda?, aclara.
Sin embargo, ha cambiado mucho desde los trajes de chaqueta anodinos que llevaba Scully. ?Soy consciente de ello?, dice entre risas. ?Entonces, no me preocupaba la ropa. Yo tuve parte de culpa. No tengo mucho tiempo para dedicarle a la moda, pero progresivamente he aprendido a apreciarla como un arte, a admirar las piezas bien hechas?.
Vestido de Dolce?&?Gabbana, colgante de Boucheron y anillos de Tous.
Pablo Zamora
Hoy luce un espacioso bolso de C¨¦line, pero esta expunk nunca se ha apoyado en la alfombra roja para impulsar su trayectoria. ?He observado casos. Me viene a la cabeza el ejemplo de Emma Stone. Llev¨® un precioso vestido rojo en una gala y la percepci¨®n sobre ella empez¨® a cambiar. Su perfil subi¨®?. No lo critica, aunque le preocupa que el sector dependa cada vez m¨¢s de agentes externos para salir adelante. ?Los actores deber¨ªan ser contratados por su talento. Cada a?o resulta m¨¢s dif¨ªcil hacer pel¨ªculas. Los estrenos se han polarizado entre producciones con mucho presupuesto o muy poco, hay mucho menos espacio para los filmes de tama?o medio, as¨ª que se contrata a quien se piensa que va a ayudar en la producci¨®n?, a?ade.
Como int¨¦rprete, ha preferido no rendir pleites¨ªa a Hollywood y le cuesta participar en el juego de la promoci¨®n frente a los medios de comunicaci¨®n. ?Las entrevistas televisivas me dejaban petrificada?, ha declarado. ?Tengo tendencia a salirme por la tangente, es mi manera de hablar?, explica. ?Ahora la promoci¨®n para vender la pel¨ªcula forma parte del contrato, pero yo soy mala dando citas jugosas?.
Tampoco le ve la gracia a las redes sociales. Prefiere comunicarse con sus fans directamente a trav¨¦s de su web, donde publica sus recomendaciones personales de libros y discos, promociona iniciativas solidarias y corrige a los periodistas. Tambi¨¦n la ha usado para zanjar las especulaciones sobre su rechazo a papeles en importantes series de televisi¨®n con los que m¨¢s tarde han triunfado otros actores o las discusiones generadas sobre su relaci¨®n con otra mujer. ?Lo hago cuando mi punto de vista ha sido tergiversado. He tenido conversaciones perfectamente agradables, como ¨¦sta, pero que una vez publicadas se presentan de manera muy diferente. Ha resultado doloroso para otra gente. Nunca me he arrepentido de lo que he dicho. Es la interpretaci¨®n, provocada por los prejuicios de otro, lo que me ha molestado?.
Quiz¨¢ todas esas especulaciones sean intentos por resolver el misterio que es Gillian Anderson. Ella, sin embargo, nunca se ha percibido de esa manera. ?No me siento misteriosa cuando estoy en pijama o cuando voy a recoger a mis hijos al colegio?. Y, con estas palabras, se despide amablemente del equipo de?S?Moda. En un momento, ya ha desaparecido.
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