Grace Kelly y Rainiero de M¨®naco: historia de la boda que estuvo a punto de no celebrarse por culpa de una plancha
Aunque se conocieron durante una sesi¨®n de fotos en M¨®naco, su historia de amor le debe mucho a un encuentro fortuito en un tren, a la portada de una revista para amas de casa y a la intervenci¨®n de varios secundarios de lujo.

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El 19 de abril de 1956, una radiante Grace Kelly entraba en la catedral de Nuestra Se?ora Inmaculada entre nubes de seda, tafet¨¢n y miles de perlas cosidas a mano. La hasta entonces estrella de Hollywood era la protagonista de la boda del a?o y luc¨ªa un vestido de novia con cuerpo de encaje y falda ondulante. Lo hab¨ªa ideado la encargada de vestuario de los estudios de la Metro-Goldwyn-Mayer, Helen Rose, y escond¨ªa el trabajo de varias semanas de 36 costureras. Su prometido, el pr¨ªncipe Rainiero de M¨®naco, esperaba en el altar con la pechera henchida con condecoraciones. Era el final de pel¨ªcula que merec¨ªa una historia de amor que hab¨ªa conquistado al mundo. Pero como en toda buena trama, ese ¡®color¨ªn colorado¡¯ casi no se produce: Grace y Rainiero estuvieron a punto de no llegar a conocerse. Su historia de amor le debe mucho a un encuentro fortuito en un tren, a una portada y a la intervenci¨®n de varios secundarios de lujo.

Hace 65 a?os, en la primavera de 1955, Grace Kelly era una de las actrices m¨¢s famosas del mundo. Acababa de recoger su inesperado Oscar por La angustia de vivir (se impuso a la Sabrina de Audrey Hepburn o a Judy Garland en Ha nacido una estrella) y era la favorita de Hitchcock, con el que hab¨ªa rodado La ventana indiscreta, Crimen perfecto (1954) y Atrapa a un ladr¨®n (1955). Se hab¨ªa mudado a un apartamento neoyorquino de 350 metros cuadrados con vistas a Central Park, lo estaba decorando junto al reputado interiorista George Stacey y hac¨ªa que le llevaran flores frescas dos veces a la semana. ?Qu¨¦ pod¨ªa salir mal? Por el alquiler pagaba una millonada de la ¨¦poca ¨C633 d¨®lares al mes¨C, pero pod¨ªa coste¨¢rselo. Seg¨²n la revista Life, que le hab¨ªa dedicado su portada el a?o anterior, en sus primeros papeles en la gran pantalla facturaba 750 d¨®lares a la semana; en los ¨²ltimos, su cach¨¦ rondaba los 50.000 por pel¨ªcula.

Pero Grace estaba triste: ¡°La idea de que mi vida ha sido un cuento es, en s¨ª misma, un cuento¡±, le cont¨® a?os despu¨¦s a Donald Spoto. El escritor se convirti¨® en el guardi¨¢n de sus memorias y no las public¨®, como prometi¨® a la princesa de M¨®naco, hasta 25 a?os despu¨¦s de la muerte de esta en un enigm¨¢tico accidente de coche. La celebridad proven¨ªa de una rica estirpe cat¨®lica de Filadelfia y los valores de la familia le pesaban: ten¨ªa 25 a?os y solo pod¨ªa pensar en casarse y tener hijos. A Spoto le dijo que ¡°antes de casarse con el pr¨ªncipe Rainiero se enamoraba constantemente¡±. Tambi¨¦n que al recoger el Oscar, al volver a su suite del hotel Bel-Air, ¡°solos Oscar y yo. Fue el momento m¨¢s solitario de mi vida. Me sent¨ª muy triste. Hab¨ªa alcanzado la fama, pero solo descubres lo vac¨ªa que est¨¢s cuando no tienes con qui¨¦n compartirla¡±.
Por entonces Kelly tonteaba con el actor franc¨¦s Jean-Pierre Aumont, que fue precisamente el que la convenci¨® de viajar a la Costa Azul, coincidiendo con la celebraci¨®n de la octava edici¨®n del Festival de Cine de Cannes. Pero el viaje de la actriz, en tren desde Par¨ªs, cambi¨® el curso de esta historia: ella iba acompa?ada de una amiga, la estilista Gladys de Segonzac con la que hab¨ªa trabajado en Atrapa a un ladr¨®n, y en el vag¨®n?coincidieron con Olivia de Havilland (la inolvidable Melania de Lo que el viento se llev¨®) y el marido de esta, Pierre Galante, jefe de la secci¨®n de cine de la revista Paris-Match. ¡°?Te apetecer¨ªa conocer M¨®naco?¡±, le pregunt¨® el editor, responsable de concebir una sesi¨®n de fotos junto Rainiero III que pudiera titular como ¡®Reina de Hollywood conoce a pr¨ªncipe aut¨¦ntico¡¯. Clickbait en 1955. Seg¨²n el bi¨®grafo de la princesa, la idea del reportaje ya la ten¨ªa en mente Galante, que incluso se la hab¨ªa compartido a su director unos d¨ªas antes. Seg¨²n las malas lenguas, el encuentro estaba orquestado desde m¨¢s arriba: Arist¨®teles Onassis (con muchos intereses financieros en M¨®naco) le hab¨ªa sugerido a Rainiero que contrajera matrimonio con una estrella de cine, como estrategia de comunicaci¨®n para elevar el valor del principado.

La cita, el 6 de mayo, parec¨ªa estar gafada: esa ma?ana el hotel en el que se alojaban, el Carlton, se qued¨® sin luz el¨¦ctrica por una huelga en Francia. Con el pelo mojado y sin ning¨²n vestido planchado la americana estuvo a punto de cancelar la sesi¨®n, tal y como rememoraba a?os despu¨¦s Gladys de Segonzac. Pese a que su equipaje estaba repleto de trajes de costura y prendas de los mejores modistos, todos eran demasiado delicados para haber llegado al destino sin arrugas. ?El ¨²nico que daba el pego? Un modelo de flores que le hab¨ªan regalado tras una sesi¨®n para una revista de patrones (un Burda, para entendernos) unas semanas atr¨¢s. Al igual que en la portada, Gladys recogi¨® el pelo de Kelly y camufl¨® la falta de peinado con unas flores artificiales del hotel. Hab¨ªan superado el primer obst¨¢culo, pero habr¨ªa m¨¢s.

¡°Pocos minutos antes de las tres de la tarde, Grace lleg¨® al palacio de M¨®naco acompa?ada por Pierre Galante, Olivia de Havilland y el representante franc¨¦s de Paramount. El pr¨ªncipe se hab¨ªa entretenido, pero, seg¨²n se asegur¨® a los invitados que lo esperaban, su llegada era inminente. Un secretario se ofreci¨® a mostrarles el palacio. Luego les sirvieron t¨¦. Rainiero segu¨ªa sin llegar. A las cuatro menos cuarto Grace y sus acompa?antes aguardaban nerviosos en el patio. ¡®Me parece que es muy poco cort¨¦s por su parte tenernos aqu¨ª esperando de esta manera ¡ªdijo Grace tranquilamente¡ª. No puedo llegar tarde a la recepci¨®n. Ser¨¢ mejor que nos marchemos¡±, relata su bi¨®grafo. Cuando estaban a punto de irse apareci¨® el pr¨ªncipe. ¡°Grace Kelly le hizo una reverencia muy discreta, doblando la rodilla, y se dieron la mano¡±, recordaba tiempo despu¨¦s el fot¨®grafo, Edward Quinn. ¡°Hice esa foto, que a veces no consigues. Estaban dentro, as¨ª que le dije al pr¨ªncipe Rainiero: ¡®?No cree que ser¨ªa buena idea si salimos al jard¨ªn donde la luz es mejor¡±.

La pareja, seguida a distancia prudencial por Quinn recorri¨® el palacio y visit¨® el zool¨®gico privado en una tarde que qued¨® retratada en uno de los reportajes m¨¢s c¨¦lebres de Paris-Match: ¡°Para la cita, la rica se?orita Kelly, que tiene a su disposici¨®n las creaciones m¨¢s exclusivas de los principales couturiers, eligi¨® este vestido hecho con un patr¨®n de McCall, disponible en cualquier centro comercial de Estados Unidos¡±, rezaba uno de los pies de foto que acompa?aban a las im¨¢genes. Pocas semanas despu¨¦s Kelly terminaba su romance con Aumont y empezaba una relaci¨®n por carta con el pr¨ªncipe que culmin¨® la siguiente Navidad, con Rainiero comprando un anillo de compromiso en Cartier. Una joya de platino y un diamante de diez quilates que ella luci¨® como anillo de pedida en su ¨²ltimo papel en la gran pantalla, Alta sociedad. En cuanto a la posibilidad de que continuara rodando el pr¨ªncipe lo dej¨® claro en una rueda de prensa dos meses antes de la boda: ¡°Yo creo que lo mejor ser¨ªa que no siguiera en el cine. Yo he de vivir en M¨®naco y ella tendr¨¢ que vivir conmigo. No funcionar¨ªa. Ya tendr¨¢ bastante que hacer como princesa, aunque no intervendr¨¢ en la administraci¨®n del principado¡±. Exactamente nueve meses despu¨¦s de su boda nac¨ªa su primera hija, Carolina. Grace Kelly empezaba as¨ª el papel que interpretar¨ªa el resto de su vida, el de cara bonita de M¨®naco, amante esposa y madre, justo lo que buscaba. Si fue tan gratificante como pensaba o no, eso no se lo confes¨® ni al propio Spoto.

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