Cholas, Marilyn, ombligo al aire y fantas¨ªa: Gwen Stefani se invent¨® el uniforme del ¡®Girl Power¡¯ de los 90
La que fuera l¨ªder No Doubt, sin pretenderlo, inspir¨® a millones de adolescentes en todo el mundo. D¨¦cadas despu¨¦s, su forma de vestir sigue siendo tendencia.
Seamos claros: Mel C, la Spice deportista, no invent¨® absolutamente nada cuando el Girl Power conquist¨® la radiof¨®rmula en el verano de 1996. En realidad, bien podr¨ªa decirse que, en parte, se apropi¨® del estilo de una de las artistas que m¨¢s pasiones levantaban ya en aquel momento. Hablamos de Gwen Stefani, la por entonces l¨ªder de No Doubt, quien un a?o antes no solamente se convirti¨® en una estrella gracias al lanzamiento de su tercer ¨¢lbum de estudio, Tragic Kingdom, sino tambi¨¦n en un referente de la moda imitada por millones de adolescentes. Sujetadores deportivos y tops que dejaban al descubierto el ombligo, pantalones holgados, cinturones de cadenas, deportivas, labios exuberantemente rojos y unas buenas dosis de tinte capilar cada 10 d¨ªas (?alguna vez han visto a Gwen con las ra¨ªces negras? Respuesta: nosotros no). La estadounidense, uniendo referencias provenientes del punk, el ska, la cultura urbana skate o el Hollywood cl¨¢sico, dio con su reconocible se?a de identidad. El v¨ªdeo de Just a Girl, 25 a?os despu¨¦s de su estreno, en poco m¨¢s de tres minutos condensa a la perfecci¨®n todo lo que encandil¨® a aquella generaci¨®n a mediados de los noventa.
¡°Crec¨ª cerca de Disneyland, donde mi hermano trabaja de animador, as¨ª que siempre me inspir¨¦ en los colores brillantes de los dibujos animados y en todo ese sentimiento de felicidad. Pero, por otro lado, al crecer en Orange County, tambi¨¦n me gustaban mucho las chola gangster girls. Del mismo modo, estando cerca de Los ?ngeles, me inspiraron las pel¨ªculas antiguas, Marilyn Monroe y el glamur de Hollywood¡±, coment¨® a las p¨¢ginas de Teen Vogue en 2014. En esa misma entrevista rememor¨® otro punto de inflexi¨®n: el d¨ªa que, con 25 a?os, se ti?¨® por vez primera de rubia platino. ¡°Recuerdo que mi novio y yo acab¨¢bamos de romper y estaba en plan ¡®no me importa lo que cueste, me voy a decolorar el pelo¡¯. Fue entonces cuando todo cambi¨®. Ya hab¨ªamos escrito todas las canciones de Tragic Kingdom, por lo que ese fue el momento en que comenz¨® el siguiente cap¨ªtulo¡±, apostill¨® al respecto.
Cierto es que algunas gur¨²s de la moda la tacharon ofensivamente de ¡°marimacho¡±, pero a ella le dio igual. Y con raz¨®n: m¨¢s de dos d¨¦cadas despu¨¦s, la est¨¦tica del videoclip de Just a Girl contin¨²a vi¨¦ndose en nuestras calles o en series como Euphoria. ¡°El mensaje del v¨ªdeo era la divisi¨®n entre g¨¦neros. Me gustaba mucho la idea de mezclar varios periodos de tiempo. Mi cara y mi cabello se inspiraban en una glamurosa sirena del cine de los viejos tiempos, y de mi barbilla hacia abajo era bastante masculina en la forma de vestir. Por entonces era divertido encontrar algo femenino que a?adir. Por ejemplo, dejaba que se vieran las tiras de mi sujetador o les pon¨ªa diamantes. Me gustaba mucho todo este tipo de cosas masculinas y femeninas al mismo tiempo. Es raro, no pens¨¦ en ello en ese momento. Fue muy natural. No estaba realmente pensado. Simplemente junt¨¦ todo lo que me gustaba¡±, confes¨® en septiembre en Vogue.
Esto ¨²ltimo es cien por cien cierto, ya que su presupuesto era limitad¨ªsimo en 1995. Las prendas de Vivienne Westwood, Comme des Gar?ons o Dior, as¨ª como su longeva relaci¨®n con la estilista y dise?adora Andrea Lieberman, no llegaron a su vida hasta a?os m¨¢s tarde. Tal como explic¨® en la misma revista en 2016, en aquellos inicios ¡°nunca tuve un estilista, un maquillador o un asistente. Solo ten¨ªa mi caja de maquillaje y mi maleta. Estuve de gira durante dos a?os y medio, nunca volv¨ª a casa. As¨ª que ten¨ªa una chica que me enviaba las muestras mientras estaba en la carretera. Yo le dec¨ªa: ¡®Bien, quiero un par de pantalones amarillos¡¯. Ya ten¨ªamos el patr¨®n, as¨ª que le enviaba la muestra con instrucciones como: ¡®Quiero esta cremallera aqu¨ª¡¯. Luego ella me lo hac¨ªa llegar por FedEx y, sin haberlo probado antes, lo usaba sobre el escenario esperando que funcionara. Cuando miro lo que llevaba, veo un mont¨®n de desorden. Era ¨²nicamente yo inventando mis estilismos sobre la marcha. Nadie me dijo o me ayud¨® en nada¡±.
Volviendo a Just a Girl, Gwen explic¨® el mes pasado en Vogue que ¡°b¨¢sicamente todo lo que hice en ese video, lo hice yo misma. Los pantalones eran solo un par de Dickies que sol¨ªa usar siempre, y fui yo quien termin¨® pegando y cosiendo esa raya en la pierna de los pantalones. El cintur¨®n con la ¡®G¡¯ es literalmente uno de esos que puedes conseguir y que tienen tu inicial en ¨¦l. Y el top que llevo dentro del coche, el que dice ¡®Anaheim¡¯, tambi¨¦n lo hice yo¡±. Echando la vista atr¨¢s, eso s¨ª, lo ¨²nico controvertido de sus primigenios looks ser¨ªa la elecci¨®n de los bindis, una apropiaci¨®n cultural que en la actualidad hubiera hecho arder las redes sociales. He aqu¨ª su justificaci¨®n: ¡°En ese momento ten¨ªa 25 a?os y mi novio era Tony Kanal [su compa?ero de banda]. Su familia es india, y crec¨ª con ¨¦l desde los 17 a los 26 a?os. Iba a su casa todos los d¨ªas. Para m¨ª era fascinante ver a su madre bajar las escaleras completamente vestida con ropas y telas que nunca hab¨ªa visto antes: relucientes, brillantes, llenas de color. Y, por supuesto, ella sol¨ªa usar bindis. Me dio un mont¨®n. Me parecieron tan bonitos que empec¨¦ a hacerlos m¨ªos. Cada vez que iba a la India me tra¨ªa un tesoro de vuelta¡±. Pol¨¦mica zanjada.
De todos modos, con lo que nunca cont¨® la artista es que, de la noche a la ma?ana, se convertir¨ªa en un modelo de estilo a seguir. ¡°Recuerdo que estaba sentada en el autob¨²s, mir¨¦ por la ventana cuando llegamos a un festival y vi a todas esas chicas caminando para ir al concierto. Yo estaba en plan: ¡®Oh, Dios m¨ªo, ?esas chicas se parecen a m¨ª! ?Se ven tan geniales! Me pondr¨ªa lo que ellas llevan puesto?. Entonces me di cuenta de que se parec¨ªan a m¨ª para venir a verme. Fue impactante y asombroso porque nunca pens¨¦ que yo tuviera un aspecto particular. La forma en que la gente empez¨® a hacerlo fue un honor incre¨ªble. El hecho de que lo vea ahora, nunca envejece. Cuando ves tu influencia en la cultura de cualquier manera, me sorprende y me inspira a seguir queriendo hacer m¨¢s m¨²sica. Me encanta eso?, verbaliz¨® recientemente tambi¨¦n en Vogue. Los noventa, de forma no premeditada, fueron suyos.
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