¡®It girls¡¯ con pedigr¨ª rockero
Sus padres son aut¨¦nticos t¨®tems de la industria de la m¨²sica y el espect¨¢culo; sus madres, modelos, dise?adoras o actrices. A estas doce it girls no les falta gen¨¦tica, estilo ni pedigr¨ª. Pero, ?qu¨¦ hay del talento?
Son mujeres atadas a un apellido. Algunas intentaron desviarse de su or¨ªgenes, pero al final, todas se rindieron y abrazaron la fama. Chelsea y Liv Tyler, Lizzy y Georgia May Jagger, Theodora Richards, Coco Sumner y as¨ª hasta doce ¡®hijas de¡¯. No est¨¢n todas las que son, pero cada una de las aqu¨ª presentes representa un estilo y una manera de entender la celebridad paterna. ?Esto [mis labios] es lo que he recibido, entiendo que se trata de una bendici¨®n y no de una maldici¨®n?, aseguraba hace poco Chelsea Tyler en el New York Post. La hija de Steven Tyler, el cantante de Aerosmith, es su viva imagen. ?De ni?a, ment¨ªa mucho, negaba que fu¨¦ramos parientes. Quer¨ªa crecer sin ser parte de eso¡ Ahora lo he asumido?, confiesa en el mismo medio. Tyler fue una ni?a celosa, se crio con su padre en la carretera y odiaba compartir a su progenitor con prensa y p¨²blico. ?Todos necesitamos situarnos en el mundo. Los padres son nuestros primeros referentes. A todos nos afecta su profesi¨®n. En el caso de los famosos, los cr¨ªos son noticia desde que nacen, y foco de atenci¨®n durante toda su vida. Ese factor puede distorsionar su futuro; no es un buen elemento educativo?, comenta Javier Garc¨¦s, presidente de La Asociaci¨®n de Estudios Psicol¨®gicos y Sociales.
Tyler, de 23 a?os, se esforz¨® por tener un perfil bajo. Hoy es modelo y cantante. Ha formado una banda (Bad Bad) con su novio, y ha posado en varios anuncios. ?Me gustar¨ªa dedicarme solo a la m¨²sica, pero temo que piensen que lo hago porque es la v¨ªa f¨¢cil?, ha declarado. No es la ¨²nica que se siente acosada por los fantasmas paternos. ?Ser la hija de Sting no abre puertas; jam¨¢s har¨¦ un d¨²o con ¨¦l [¡]. No acepto su dinero, lucho por ser independiente; es vital para respetarme?, admit¨ªa Coco Sumner en el Daily Mail. Y una perla m¨¢s publicada en ese diario: ?Cada d¨ªa tengo que escuchar que mi existencia ha sido sencilla. Me irrita, pero estoy aprendiendo a vivir con ello?. Al menos lo intenta; en su grupo I Blame Coco, coloca su apellido en un segundo plano. Aunque Sumner, de 22 a?os, no puede escapar a las comparaciones: ha heredado la voz y el gusto por los ritmos reggae de Sting. The Constant, su primer y ¨²nico disco, recibi¨® un aprobado¡ raspado. No estaba mal para un debut, pero eso es todo. Desde 2010, a?o de su publicaci¨®n, no ha editado ¨¢lbum alguno, salvo una colaboraci¨®n con Peter Doherty. Sus pintas s¨ª han dado que hablar: el estilo andr¨®gino con toques rebeldes a lo Amy Winehouse la ha colado en las revistas de tendencias.
Lily Collins (23 a?os), el reto?o de Phil (Genesis), tambi¨¦n quiere brillar sola, sin la ayuda de pap¨¢. Este ser¨¢ su a?o: protagoniza Cazadores de sombras, la saga sucesora de Crep¨²sculo (su autora es tambi¨¦n Stephenie Meyer). ?Los medios y la industria no las aceptan como artistas, o, al menos, no las ven como talentos, sino como famosas. Y as¨ª las considera el p¨²blico. Sin embargo, puede que tengan dotes y que se transformen en artistas por derecho propio?, corrobora Mathieu Deflem, catedr¨¢tico de sociolog¨ªa y experto en celebrities en la Universidad de Carolina del Sur.
Liv Tyler. La actriz no supo qui¨¦n era su verdadero padre hasta los 8 a?os.
WWD/Robert Mitra
La ventaja de vivir en la era ¡®it¡¯
Las c¨¢maras las persiguen, las revistas son sus ¨¢lbumes familiares y la calle es su patio de colegio. ?Con esa existencia, pueden interpretar la fama de sus padres como propia?, asegura Surbhika Maheshwari, catedr¨¢tica de filosof¨ªa y psicolog¨ªa en la Universidad de Delhi. Al menos, han tenido la suerte de nacer en la era de las it girls: hoy hay un lugar para ellas. ?Hay m¨¢s famosas ¡®hijas de¡¯ que hace 30 a?os. La raz¨®n: vivimos un boom del fen¨®meno celebridad?, afirma Deflem. Este nuevo orden mundial, donde las marcas pelean por relacionarse con una socialit¨¦, le viene como anillo al dedo a Annabelle Dexter-Jones (26 a?os). El buscador Google le pone, en la mayor¨ªa de los casos, la coletilla de it girl. La hija de Mick Jones (Foreigner) ha seguido los pasos de su madre, la dise?adora Ann Dexter- Jones. Ha lanzado su propia marca (Faith Connexion) y posado para Louis Vuitton. ?Mi madre nos dec¨ªa que ten¨ªamos que trabajar. Con 16 o 17 a?os entr¨¦ en la secci¨®n de belleza de Harper¡¯s Bazaar. Me pasaba la vida ordenando armarios. Ten¨ªan tantos cosm¨¦ticos que me ped¨ªan que me los llevara y volv¨ªa a casa cargada hasta los dientes?, confiesa en el blog In the Gloss.
A Zo? Kravitz (24 a?os) tampoco le va nada mal. Sus padres, el cantante Lenny Kravitz y la actriz Lisa Bonet, se divorciaron (como los de la mayor¨ªa de las chicas de este reportaje) cuando ten¨ªa 5 a?os. Hoy es modelo y lidera la banda Elevator Fight. ?Sol¨ªa avergonzarme de la forma de vestir de mis padres, ahora les robo la ropa?, ha admitido m¨¢s de una vez. La que seguro que sigue abochorn¨¢ndose es Leah Weller (21 a?os), hija del icono mod, Paul Weller. Sus referentes son Madonna, Rihanna y Courtney Love.
Theodora Richards (28 a?os), hija del guitarrista Keith Richards, bien podr¨ªa pasar por una protagonista de la serie Gossip Girl: rubia, alta, mona y forrada. La hermana mayor de Alexandra, nuestra portada, acostumbra a sentarse en primera fila en las semanas de la moda y no se pierde ning¨²n evento neoyorquino. Las marcas la adoran: ha sido imagen de Roberto Cavalli, H&M o Burberry. ?Las firmas quieren asociarse a su estilo de vida, a su estatus econ¨®mico y social. Las plataformas sociales (Instagram, Twitter y Facebook) convierten su existencia en un diario secreto abierto al p¨²blico. Las marcas esponsorizan ese diario?, opina Gaby Castellanos, directora de la agencia de social media SrBurns. Vivimos tiempos exhibicionistas. ?Nos encanta ver qu¨¦ bolso, qu¨¦ viaje, qu¨¦ estilismo llevan las estrellas. En los 80 triunfaban programas sobre famosos; hoy esos espacios televisivos, capaces de influir en los adolescentes, est¨¢n en Internet. Es l¨®gico que las empresas quieran endiosar a las it girls?, a?ade.
?Para los hijos de famosos dar el salto a los focos es m¨¢s sencillo, y si no pueden ser artistas por falta de ingenio, se sit¨²an en la frontera: modelos, dise?adores, productores¡ La mayor¨ªa de las veces las relaciones sociales de sus padres lo facilitan?, opina Garc¨¦s. Por ejemplo, Georgia May Jagger (20 a?os) ha heredado el cabello y la silueta de su madre (la modelo y actriz Jerry Hall) y los morritos de su padre (Mick Jagger). No es muy alta (1,70), pero le llueven los contratos. Su estilo bebe del de Hall: le gustan los vestidos tipo Studio 54 y los accesorios cowboy (su madre es de Texas). ?Fui a la universidad antes de que mi carrera despegara, y mi intenci¨®n es ser fot¨®grafa; mi sue?o es viajar y captar im¨¢genes?, avisa. Su hermana mayor, Lizzy (28 a?os), tambi¨¦n es modelo. Acaba de protagonizar una campa?a contra la pesca abusiva. En la imagen posa desnuda sobre un at¨²n gigante.
Otro caso similar es el de Daisy Lowe (23 a?os). Fue una chica precoz: empez¨® a posar con 2 a?os. Ha desfilado para Chanel, Vivienne Westwood o Henry Holland. ?Ser maniqu¨ª me permite expresarme, la moda siempre me ha interesado. Me encanta que se cruce con mis otras dos pasiones: la m¨²sica y el arte?, confesaba en Vogue UK. La londinense tambi¨¦n ha hecho sus pinitos en la tele, como DJ y cantante. Se nota la mano de su madre (Pearl). Su progenitora es una estrella menor del britpop reciclada en modista. ?La personalidad de los padres c¨¦lebres lo domina todo y puede contagiar a sus hijos?, explica Maheshwari. Pero, ?qu¨¦ hay de la influencia de su padre? Algunas de nuestras chicas roqueras no supieron qui¨¦n era su progenitor hasta cierta edad. Es precisamente el caso de Lowe, que oblig¨® a Gavin Rossdale a hacerse una prueba de paternidad. El cantante de Bush y marido de Gwen Stefani result¨® ser su padre. La historia de Liv Tyler es similar. La imagen de Givenchy no supo que el cantante de Aerosmith era su padre hasta los 8 a?os; se lo imagin¨® al conocer a su hermanastra, Mia, pues el parecido entre ambas es bastante notable.
Theodora Richards. La hermana mayor de nuestra portada es toda una it girl.
Fairchild Archive
Consecuencias del desenfreno
Arranques de violencia, trastornos alimenticios y, en algunos casos, depresi¨®n. Un 26% de los famosos tiene problemas con el alcohol, frente al 14% de la poblaci¨®n, seg¨²n el ensayo The Price of Greatness de A. M. Ludwig. Estos porcentajes afectan a padres (Steven Tyler lleg¨® a gastar 2.000 d¨®lares semanales en hero¨ªna, coca¨ªna y alcohol) y familiares. Kelly Osbourne estuvo enganchada a los calmantes durante a?os. La hija de Ozzy (Black Sabbath) ha conocido varios centros de rehabilitaci¨®n. Una noche de juerga se regal¨® un reloj de diamantes de Chanel; a la ma?ana siguiente no recordaba nada. ?No han tenido una vida ordenada, y han debido asumir un modo excepcional de relacionarse con sus padres (ausentes casi siempre): para unas ha sido inspirador; para otras, desestructurante?, razona Garc¨¦s. Osbourne lleg¨® a pegar a un periodista. ?Viven bajo una presi¨®n insoportable. Estoy seguro de que la reportera celebra la fama que le granje¨® el episodio?, plantea Deflem. Y a?ade: ?Los medios se fijan m¨¢s en las hijas que en los hijos, porque venden m¨¢s?.
A sus 28 a?os, Kelly es feliz. ?Para adelgazar debes serlo?, declar¨® hace un mes. Ha perdido 22 kilos y su pelo lavanda, rosa o con canas suma fans. Siempre tuvo una personalidad fuerte, lengua viperina y un sarcasmo vendible, algo que queda patente en el reality The Osbournes, que retrataba la vida de su familia. Hoy canta, participa en programas televisivos y postea dietas en Twitter. Tambi¨¦n ha dise?ado zapatos (Stiletto Killers) y escrito sus memorias. ?Les rodea tanta apariencia, que desarrollan la capacidad de detectar la falsedad?, dice Maheshwari. Osbourne sabe sacar r¨¦dito. Muchos criticaron la manicura de diamantes valorada en 250.000 d¨®lares que luci¨® en la gala de los Emmy en 2012. ?Su respuesta? ?Pagaban bien. Que levante la mano quien no hubiera aceptado?.
Esta prole con pedigr¨ª roquero puede alardear de conocer otro idioma m¨¢s: la fama. Nacen sabiendo posar y son fotog¨¦nicas. En un mundo dominado por la imagen y los focos son m¨¢s que necesarias. Hagan lo que hagan.
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