Jessica Par¨¦: ?Soy rarita. Dej¨¦ de comer carne. Hacerlo no creo que sea bueno para nadie?
Fue a un casting de Mad Men para interpretar a una prostituta y acab¨® siendo la esposa de Don Draper. La actriz disfruta de su ¨¦xito sin que se le suba a la cabeza.
En una enorme mansi¨®n en el coraz¨®n de Bel Air, encontramos a Jessica Par¨¦ dej¨¢ndose mimar a diestro y siniestro. Maquillaje, peluquer¨ªa y manicura trabajan al un¨ªsono para esta sesi¨®n y, detr¨¢s, una magn¨ªfica colecci¨®n de dise?os, de firmas cien por cien espa?olas, esperan para vestirla. ?Tengo el mejor trabajo del mundo, ?no te parece? Viendo esto¡ ?no puedo decir otra cosa!?, comenta con una sonrisa relajada que deja entrever su discreto diastema. Esa separaci¨®n entre los dientes fue motivo de discordia durante mucho tiempo. No fueron pocos los que le dijeron que esa caracter¨ªstica f¨ªsica le impedir¨ªa despegar como actriz. Pero Par¨¦ ya ha aprendido a deso¨ªr a los que intentan encasillarla.
Especialmente desde que la convocaron a un casting de Mad Men para interpretar a una prostituta. Se trataba de un peque?o papel que no pasaba de un episodio y en el que ten¨ªa que propinar un par de bofetadas a Don Draper (al que da vida el actor Jon Hamm, su actual marido en la serie). ?El personaje se lo dieron a otra, pero Matt me asegur¨® que el motivo no fue no haber sabido dar un buen guantazo?, r¨ªe. Matt, Matthew Weiner, el creador y productor ejecutivo, fue el hombre al que verdaderamente noque¨® en esa prueba. Nada m¨¢s verla supo que ten¨ªa delante a una de las grandes protagonistas. As¨ª, la actriz se convertir¨ªa en Megan Draper, la segunda esposa de Don, la mujer que pas¨® de secretaria a pareja oficial del jefe y madrastra de sus hijos. La seductora joven que, adem¨¢s, dej¨® boquiabiertos a compa?eros de profesi¨®n y espectadores con su sensual interpretaci¨®n de la canci¨®n Zou Bisou Bisou en el cap¨ªtulo que abri¨® la quinta temporada. Por cierto, todo un fen¨®meno viral. De nuevo, Par¨¦ r¨ªe al recordarlo.
Nacida en Montreal, Canad¨¢, hace 32 a?os, la actriz est¨¢ a la espera de iniciar el rodaje de la s¨¦ptima temporada de Mad Men (la sexta a¨²n puede verse los martes en Canal+1, a las 21.30?h), la serie que la ha catapultado al estrellato pero que no le ha robado su sencillez. Posiblemente, si no la hubieran descubierto, seguir¨ªa luchando por conseguir un buen personaje como llevaba haciendo desde los 16 a?os. Curiosa, se interesa por todos los nombres de los dise?adores espa?oles que S?Moda ha llevado para esta producci¨®n en Los ?ngeles. Se fija especialmente en una falda troquelada de Loewe y en un vestido de Davidelfin: ?Parece que lo ha dise?ado para m¨ª, me queda como un guante?, comenta. El fot¨®grafo le pide que se d¨¦ prisa ¨Cla luz que ba?a las colinas de Mulholland se est¨¢ escapando¨C, pero la actriz quiere conocer a fondo qu¨¦ es lo que va a ponerse para poder interpretar bien su papel. Mientras se quita y pone ropa, salen al aire varios tatuajes de forma casual, nada exhibicionista. Y es que cuando recientemente declar¨® que no le importar¨ªa volver a ense?ar los pechos en una pel¨ªcula, son¨® como algo normal.
La gente la identifica por su naturalidad. La conserva a pesar de la fama: ?Mi mayor sorpresa fue el d¨ªa que se me acerc¨® una ni?a de 12 a?os pregunt¨¢ndome si era la de Mad Men. ?Doce a?os! ?Menos mal que me dijo que su madre le hac¨ªa cerrar los ojos en ciertas escenas!?, comenta ir¨®nica. Par¨¦ es consciente de que, de no ser por la exitosa serie estadounidense, pocas personas la reconocer¨ªan por la calle. Quiz¨¢ alg¨²n canadiense que la hubiera visto en la pel¨ªcula Stardom, de Denys Arcand, sobre el mundo de las supermodelos. O alg¨²n fan empedernido que todav¨ªa recuerde su toples en Jacuzzi al pasado, la comedia de Steve Pink.
Seg¨²n asegura, m¨¢s all¨¢ de la satisfacci¨®n de formar parte de una de las mejores producciones de televisi¨®n de todos los tiempos ¨Cjunto a otras de sus preferidas, como Breaking Bad, Downton Abbey y The Walking Dead¨C, su vida no ha cambiado. Sus amigos son los mismos y cada vez vive m¨¢s ajena al lujo: ?He pasado de tener un Volvo destartalado a un Volkswagen Jetta. No me envidi¨¦is?, dice risue?a.
No pretende ser cr¨ªtica con la ciudad en la que ahora vive. ?Simplemente me cri¨¦ de otra forma, en una cultura, como la canadiense, que cree en la sociedad del bienestar para todos, no solo para los que tienen dinero. De todos modos, cuanto m¨¢s conozco Los ?ngeles y m¨¢s me alejo del mundo de Hollywood, m¨¢s me gusta este lugar tachado de materialista y se?alado por su culto a la belleza. Su verdadero valor no es ese: es su diversidad y multiculturalidad?, defiende. Zonas como Downtown o Los Feliz, donde reside, cuentan con una gran oferta cultural que la enriquece. Especialmente le gustan las proyecciones de cine al aire libre en los cementerios y en lo alto de los garajes, con vistas de palmeras y alg¨²n rascacielos de fondo, y los conciertos de m¨²sica alternativa, una afici¨®n en la que quiz¨¢ influyera su ¨²ltima pareja, el cantante punk, John Kastner, de los Asexual y los Doughboys.
Vestido bicolor con falda plisada de Davidelfin (882?€) y sandalias de ante de Dior (620?€)
Andrew Mcpherson
Punto y a parte. ?De mi vida personal no hablo?, afirma tajante. Estuvo casada en 2007 con el productor y guionista Joseph Smith, de quien se divorci¨®. Nadie sabe cu¨¢nto dur¨® el matrimonio. Y ella tampoco lo dice. Simplemente aclara que vuelve a ser soltera y que vive con un gato del que tampoco quiere desvelar el nombre. ?Si quieres, te puedo contar muchas cosas de la vida de Megan. S¨¦ un mont¨®n sobre ella?, a?ade sarc¨¢stica. Pero nos concede otro secreto: ?Soy rarita. B¨¢sicamente, soy vegetariana. Dej¨¦ de comer carne porque no me gusta como se procesan los productos c¨¢rnicos, sobre todo en Estados Unidos. No creo que sea bueno para nadie. Ni, por supuesto, para el planeta. Pero, adem¨¢s, soy al¨¦rgica al trigo y al gluten. Si me invitas a cenar, agradecer¨¦ un plato de arroz integral con algas?. Apuntado queda.
Su austeridad flojea cuando hablamos de moda. Sabe apreciar el trabajo de las grandes casas y le gusta llevarlo puesto: ?Firmas como Givenchy o Dior no son capaces de hacer nada malo?, apunta. Tambi¨¦n le atraen las prendas de Lawrence Scott o Jason Wu. Pero tras citarlos, como si se arrepintiera de tanta ostentaci¨®n, nos muestra su bolso en el que, ciertamente, no hay demasiado: ?No llevo casi nada. R¨ªmel y eyeliner?negro, mucha hidratante y cacao para los labios, porque desde que vivo en Los ?ngeles noto que se me seca la piel y la cuido m¨¢s?, confiesa. ??Ah! Y un buen protector solar: jam¨¢s me ver¨¢s al sol. El moreno no es lo m¨ªo?, dice quien solo va a la playa de noche o con un SPF 50. Otro imprescindible en su bolso es el m¨®vil. Pasa todo el d¨ªa activa en WhatsApp. ?Y al que insin¨²e que tengo que interactuar m¨¢s con la gente le dir¨¦ que ya lo hago¡ ?con los que me escribo!?, bromea.
En apariencia, el mundo de Jessica Par¨¦ tiene poco que ver con el de Megan Draper, pero hay m¨¢s de un parecido razonable. Para empezar, su personaje en?Mad Men?tambi¨¦n es de Montreal y su padre, al igual que el de la actriz, es catedr¨¢tico. Otra similitud: las dos saben cantar. ?Bueno lo m¨ªo era m¨¢s bien una afici¨®n que practicaba en la ducha, el coche y poco m¨¢s?, aclara mientras confiesa que posee un ukelele con el que, de vez en cuando, le gusta entonar?My Drug Buddy?de los Lemonheads. Pero su interpretaci¨®n de?Zou Bisou Bisou?lo cambi¨® todo. Par¨¦ sorprendi¨® al mundo entero con una secuencia que inmediatamente se difundi¨®, a toda velocidad, por YouTube. Desde entonces, a la tambi¨¦n cantante, le han hecho un hueco en la banda escocesa?The Jesus and Mary Chain, un grupo que siempre admir¨® y que ahora le invita a participar, de vez en cuando, en alguno de sus conciertos. ?No tengo planes de hacer algo m¨¢s profesional en este terreno. Ganas, muchas. Me lo tomo en serio. Y hay m¨²sicos que estar¨ªan encantados de apuntarse a esta aventura conmigo. Pero todav¨ªa no hay nada firme?, admite enigm¨¢tica.
Ya no puede dar m¨¢s largas al fot¨®grafo (comienzo a sospechar que su aversi¨®n al sol ha permitido que, intencionadamente, esta entrevista haya sido m¨¢s larga de lo normal). ?Quiz¨¢ tengo algo de vampira?, comenta mientras recuerda que interpret¨® a una de estas criaturas m¨ªticas en la comedia de terror?Suck, del director Rob Stefaniuk, junto a Iggy Pop. ??Y lo m¨¢s gracioso es que ahora a Iggy Pop le chifla?Mad Men!?, concluye con una ¨²ltima sonrisa.
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