Kate Winslet: ?Me cabrean las redes sociales?
La actriz, a la que no le interesan las redes sociales ?porque no necesito saber lo que se ponen otros o si se han divorciado?, estrena ¡®Steve Jobs¡¯ junto a Michael Fassbender.
La mayor¨ªa de los habitantes de ese microcosmos llamado Hollywood son tan pol¨ªticamente correctos, falsos en sus sonrisas y pacatos en sus discursos que Nunca cuando uno se sienta a charlar con la actriz Kate Winslet solo es posible sentir alivio. Esta inglesa de 40 a?os, cercana, simp¨¢tica y tan segura de si? misma como para decir ?mierda? y ?joder? sin que esas palabras chirr¨ªen a o¨ªdos de su interlocutor, parece una persona casi normal.
Sin duda, en su cuenta corriente hay muchos m¨¢s ceros que en la de un ciudadano com¨²n, pero ganarse el sueldo haciendo bien lo que a uno le gusta no es pecado y ella ¨Cque consigui¨® sobrevivir al naufragio vital que a los 22 a?os la hizo zozobrar tras el ¨¦xito de Titanic¨C ha sabido manejar con destreza una carrera cargada de premios. Reconoce que es muy afortunada. Sobre la guerra abierta en Hollywood respecto a la brecha salarial que separa a hombres y mujeres prefiere no pronunciarse. ?No me gusta hablar de dinero?, sentencia.
Recibe a S Moda en un lujoso hotel londinense. Entra en la habitaci¨®n como un hurac¨¢n, con un bolso muy grande que tira al suelo como si se tratara de un pesado ladrillo. El motivo del encuentro es la promoci¨®n de la pel¨ªcula que re¨²ne a cuatro talentos del celuloide: el actor Michael Fassbender, el director Danny Boyle, el guionista Aaron Sorkin y ella misma. Son los ingredientes, supuestamente infalibles, con los que se ha cocinado la pel¨ªcula Steve Jobs, un filme centrado en el fundador de Apple, ese hombre al que muchos consideraban un dios en vida y que ahora, cuatro a?os despu¨¦s de su muerte, es recordado, en palabras de Winslet, ?como un ser humano brillante que ha marcado la forma de relacionarnos?. La pel¨ªcula no es exactamente un biopic: se desarrolla en tres actos que se corresponden con momentos clave de la trayectoria de este empresario interpretado por Michael Fassbender, al que ella acompa?a en la mayor¨ªa de las escenas en la piel de Joanna Hoffman, exjefa de Marketing de Apple, ?una de sus colaboradoras m¨¢s cercanas, aunque Sorkin ha construido el papel apoy¨¢ndose en diferentes mujeres que trabajaban con Jobs, as¨ª que es m¨¢s un collage que un retrato de la autentica Hoffman?, precisa la actriz.
Pese a la excelente labor de los inte?rpretes ¨Ccuyos nombres suenan en todas las quinielas para los Oscar¨C y el buen ritmo de la pel¨ªcula, es dif¨ªcil no interpretar la cinta como una elaborada publicidad. ?Nunca se planteo? que su trabajo podr¨ªa leerse en esos t¨¦rminos? ?Ja, ja, ja. No, nunca lo pens¨¦?, dice genuinamente sorprendida. ?El hecho de que el nuevo iPhone haya salido hace poco quiz¨¢ sea una coincidencia inteligente, pero el filme no es sobre los productos de Apple, sino sobre un los pasos que dio este hombre para crear las herramientas con las que, hoy nos comunicamos y sobre su legado?. Herramientas con las que el espectador es bombardeado durante m¨¢s de dos horas¡ No obstante, la pel¨ªcula consigue su objetivo: entretener al p¨²blico y humanizar a un personaje tan controvertido como Jobs, para el que Winslet, en el papel de Hoffman, ejerce de b¨¢lsamo. ?Joanna es una mujer fuerte, pero no es dura. Y eso es lo que trate? de reflejar. Su relaci¨®n esta? cimentada en la confianza y en la admiraci¨®n mutua. Por lo que pude entender a trav¨¦s de mis conversaciones con ella, el v¨ªnculo que manten¨ªan era ¨²nico. Quiz¨¢ por eso Jobs siempre la escuchaba. En el fondo, la necesitaba mucho m¨¢s que ella a ¨¦l?, explica Winslet. Para la actriz, la figura del empresario resulta esencial para comprender el siglo XXI. ?No soy muy techie, pero las redes sociales tienen ese peso en la actualidad porque Jobs nos dio acceso a la informaci¨®n de forma inmediata. Por eso se sigue hablando de ¨¦l. Seamos sinceros, si los utilizas de forma inteligente, los iPhones son cojonudos?.
La paradoja es que nadie encontrara? a Winslet enganchada al m¨®vil o colgando una imagen en Facebook. ?Hago fotos con el tel¨¦fono, pero no se me ocurre compartirlas. Me cabrean las redes sociales. No quiero saber que? se ponen otros o si se han divorciado¡ ?Por que? necesito saberlo? Si quiero que veas una imagen, te la ense?o. Los ni?os las utilizan para engrandecer sus vidas, para presumir. Y como me preocupa la educaci¨®n de mis tres hijos, he optado por no estar en las redes. Adem¨¢s, tambi¨¦n es una decisi¨®n clave para mi privacidad?. Echa de menos la ¨¦poca en que los fans se le acercaban y le ped¨ªan una firma. ?Ahora quieren una instant¨¢nea, pero antes era m¨¢s bonito, un aut¨®grafo hasta se puede tocar, lo hac¨ªas tu??, recuerda nost¨¢lgica.
Comenz¨® a rubricarlos en 1996 tras conseguir su primera candidatura al Oscar por Sentido y sensibilidad, a los 21 a?os. Pero fue en 1998, despu¨¦s del ¨¦xito de Titanic y su segunda nominaci¨®n a la estatuilla, cuando se vio obligada a respirar hondo y decidir c¨®mo enfrentarse a la fama, puesto que todo en su vida se convirti¨® en objeto de escrutinio p¨²blico a una escala tan abrumadora ¨Cse la critico? por su peso, por tener mal gusto, por su espontaneidad, por su juventud¨C que no es extra?o que hoy huya de los focos no estrictamente impuestos por el gui¨®n. ?Me alegro de no estar empezando ahora. La presi¨®n es a¨²n m¨¢s fuerte. He escuchado a los ejecutivos decir a las actrices: ¡°?Tuitea sobre nosotros, actualiza tu Instagram!¡±. Pero ?esto que? es? Me vas a disculpar, porque hablar del arte de la interpretaci¨®n sin sonar como una completa gilipollas es casi imposible, pero la realidad es que como actriz lo que est¨¢s creando es un personaje, una ilusi¨®n, y cu¨¢nto m¨¢s sabe la audiencia sobre ti, m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ convencerla de que eres ese personaje que ven en la pantalla?.
En este punto Winslet entona una declaraci¨®n de amor hacia su trabajo: ?No quiero que este arte muera. No soy actriz para ser famosa o para tener seguidores en las redes o ser amiga de los ejecutivos de los estudios. Lo hago porque adoro la interpretaci¨®n y quiero preservar ese amor por mi trabajo, no deseo que me llegue a dar asco. Lamentablemente, a muchas interpretes j¨®venes les va a ocurrir, porque hoy hay demasiadas cosas que no tienen relaci¨®n con la actuaci¨®n y se confunden con ella?. Y precisamente para ayudar a las nuevas generaciones, Winslet acaba de firmar una cl¨¢usula con L¡¯Oreal, marca de la que es embajadora, para que no se retoquen sus fotograf¨ªas. Toda una apuesta para alguien a quien de peque?a sus compa?eros de colegio machacaban por ser la gordita de la clase y que tras superar las inseguridades que le creo? la fama hoy esta? dispuesta incluso a presumir de arrugas.
POR AMOR AL ARTE. Cuando habla de su trabajo resulta imposible dudar de su sinceridad. La sensaci¨®n que uno tiene al escucharla es la de estar frente a una persona que adora lo que hace. Algo que tambi¨¦n le ocurr¨ªa a los que trabajaban con Jobs. ?Sin duda, todos ellos eran workaholics, y los actores sabemos lo que significa eso. Me gusta pensar que solo hago una pel¨ªcula al a?o para dedicarles m¨¢s tiempo a mis hijos, aunque a menudo no lo consigo. No obstante, se? que no podr¨ªa trabajar tanto como Jobs o Joanna, aunque tampoco podre? jubilarme nunca. Amo lo que hago y estoy orgullosa de mi carrera. Creo que mi ego no ha crecido, el trabajo no me ha desilusionado, apenas he cambiado y encima tengo la suerte de que cada filme que afronto es como ir de vacaciones, siempre es un reto apetecible?.
La ciencia a¨²n no ha demostrado que las vocaciones se hereden, pero en su caso podr¨ªa ser as¨ª: sus padres fueron actores sin ¨¦xito que tuvieron que dedicarse a otras cosas para mantener a Winslet y a sus tres hermanos y la pasi¨®n de sus abuelos maternos por el teatro los llevo? a fundar uno en su Reading natal. Ella abrazo? la profesi¨®n en el colegio, comenz¨® su carrera en la televisi¨®n siendo ni?a y se col¨® por primera vez en el celuloide con 17 a?os de la mano de Peter Jackson en Criaturas celestiales. Desde ese momento ha ido creciendo como actriz, embarc¨¢ndose casi siempre en proyectos con personajes complejos en las ant¨ªpodas de la mujer florero y sembrando su trayectoria de f¨¦minas inolvidables: ?Tengo la suerte de poder decir que con 40 a?os los papeles que me llegan son cada vez m¨¢s interesantes. Me gusta hacerme mayor, porque significa poner cara a mujeres con vidas m¨¢s ricas, son m¨¢s complejas?.
A pesar de su larga experiencia, y aunque sea brit¨¢nica, Winslet ha hecho muy poco teatro. ?Por mi nacionalidad, la gente asume que llevo toda la vida entre bambalinas, pero no es as¨ª. No tengo ni idea de escenarios. Me he dedicado al cine. Por eso Steve Jobs ha sido un reto, pues Danny Boyle lo planteo? todo como si estuvi¨¦ramos sobre las tablas. Sorkin escribe escenas muy largas pero no te dice c¨®mo tienen que filmarse. A Danny le pareci¨® interesante rodarlas sin cortes y opto? por grabar con varias c¨¢maras a la vez. Eso es muy parecido al teatro, porque no puedes equivocarte?, explica.
En la cinta tiene un peso esencial la paternidad mal digerida de Jobs, quien tardo? a?os en reconocer a su primera hija. Ella, en cambio, no solo adora ser madre, sino que afirma haber crecido como actriz gracias a ello. ?Me dio una solidez interior que antes no ten¨ªa. El tejido del que est¨¢s hecha se hace m¨¢s denso, m¨¢s rico, y aprendes m¨¢s cosas sobre el mundo y sobre ti misma, y eso acaba reflej¨¢ndose en la interpretaci¨®n?. A los 25 a?os tuvo a su primera hija con el director Jim Threapleton, su primer marido, a quien conocio? durante el rodaje de El viaje de Julia. Aquella relaci¨®n apenas duro? cuatro a?os: en 2001 conoci¨® a Sam Mendes y dos a?os despu¨¦s se casaron y tuvieron un hijo. Su relaci¨®n con el realizador de American Beauty duro? una d¨¦cada, pero se rompi¨® de forma amigable en 2011. Poco despu¨¦s conoci¨® al que se convertir¨ªa en su tercer marido, Ned Rocknroll, sobrino del multimillonario Richard Branson. Con ¨¦l tuvo a su tercer hijo en 2014. ?Ser madre a los 40 es m¨¢s f¨¢cil que a los 20. Antes siempre ten¨ªa la sensaci¨®n de ir corriendo, de que la vida me sobrepasaba. Ahora lo tengo todo bajo control y me siento en paz. ?No volver¨ªa a la veintena ni muerta!?, exclama. La edad y los ni?os hasta le han dado la posibilidad de aceptar papeles un poco m¨¢s light, como el de Jeanine, la mala de la saga de ciencia ficci¨®n Divergente. ?Lo hice por mis hijos. Les gustaban los libros y por primera vez ten¨ªan la oportunidad de decir: ¡°Mira que? cool es mi madre¡±. ?Por que? no darles ese placer??.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.