De la princesa del pueblo a la princesa pol¨ªtica: la ins¨®lita cruzada de Meghan Markle que enfada a Trump

En una entrevista concedida el pasado mes de agosto, Meghan Markle vocaliz¨® cu¨¢l era el motor de su ins¨®lita cruzada pol¨ªtica: ¡°S¨¦ lo que es tener una voz y tambi¨¦n lo que es sentirse sin ella¡±. Varios meses despu¨¦s de su fuga y emancipaci¨®n de las actividades y compromisos concernientes a la familia real brit¨¢nica, la californiana ha decidido que su voz se oiga m¨¢s alto y claro de lo que cualquier tradici¨®n mon¨¢rquica consentir¨ªa. A falta de un mes para la celebraci¨®n de las elecciones presidenciales de Estados Unidos y acompa?ada en su misi¨®n por el pr¨ªncipe Harry, la int¨¦rprete sigue los pasos de Diana de Gales a la hora de convertirse en una figura de relevancia sociopol¨ªtica lejos del palacio de Buckingham. Pero mientras que la malograda princesa aseguraba una vez separada que quer¨ªa seguir reinando en los corazones de todo su pueblo, Markle ha decidido convertirse en la princesa de las activistas del mundo.

¡°No soy fan de ella¡­ Le deseo mucha suerte a Harry, porque la va a necesitar¡±. Haciendo gala de su habitual ret¨®rica perniciosa, y ante las noticias de su creciente involucraci¨®n en el panorama pol¨ªtico con acento progresista, Donald Trump lanz¨® el pasado 23 de septiembre esta advertencia. Aunque lo cierto es que Harry y Meghan no han pedido expl¨ªcitamente el voto para el candidato dem¨®crata Joe Biden, el detonante de la insinuaci¨®n de Trump fue la participaci¨®n de la pareja en un v¨ªdeo de la revista Time pidiendo a los ciudadanos estadounidenses que se registraran para poder ejercer su derecho a voto. ¡°Cada cuatro a?os nos dicen que esa elecci¨®n es la m¨¢s importante de nuestra vida. Pero esta s¨ª lo es. Cuando votamos, nuestros valores son puestos en pr¨¢ctica y nuestras voces escuchadas¡±, explica la joven de 39 a?os. El pr¨ªncipe, que jam¨¢s ha podido acudir a las urnas, califica de ¡°vital¡± que el discurso de odio y la desinformaci¨®n sean rechazados de pleno en la cita electoral.

Como si de una estrella presentando su ¨²ltimo estreno cinematogr¨¢fico se tratara, la cercan¨ªa de las elecciones ¡ªeste pr¨®ximo 4 de noviembre¡ª ha multiplicado la presencia medi¨¢tica de Markle. Adem¨¢s de alabar p¨²blicamente el movimiento Black Lives Matter y lamentar el asesinato de George Floyd, se ha sentado, por ejemplo, frente a la ic¨®nica activista feminista Gloria Steinem para mantener una conversaci¨®n sobre la importancia del derecho a voto y alab¨® ¡°lo duro que hab¨ªan luchado mujeres como ella para que otras podamos estar donde estamos ahora¡±. Tambi¨¦n ha participado en un foro sobre liderazgo femenino de la revista Fortune y en una charla promovida por When We All Vote (Cuando todos votamos), la organizaci¨®n liderada por Michelle Obama que anima a los ciudadanos a acudir a las urnas. ¡°Todos sabemos lo que est¨¢ en juego este a?o. La lucha merece la pena ser luchada y todas debemos estar ah¨ª fuera moviliz¨¢ndonos¡­ En esta coyuntura, si no somos parte de la soluci¨®n somos parte del problema. Si eres complaciente, eres c¨®mplice. Podemos marcar la diferencia en estas elecciones. Marcaremos la diferencia en estas elecciones¡±, manifest¨®.

Pese a ser ya entes independientes de cualquier responsabilidad mon¨¢rquica, el compromiso pol¨ªtico de los duques ha provocado la indignaci¨®n de buena parte de sus cortesanos, que consideran violada la neutralidad exigible por ley a los representantes de la corona. El movimiento, en boca del Daily Express, supone todo un shock y una ruptura hist¨®rica. Seg¨²n una encuesta publicada por la revista Tatler, que mantiene a su vez un crudo litigio con los duques de Cambridge, el 63% de los brit¨¢nicos cree que Markle no deber¨ªa opinar sobre la pol¨ªtica estadounidense. En El Pa¨ªs Patricia Tubella a?ade que la popularidad de los duques est¨¢ sufriendo un acentuado descenso y que se han convertido en una pareja ¡°t¨®xica¡± para muchos ciudadanos.

Su inmersi¨®n pol¨ªtica ha levantado tales suspicacias que varios medios se han atrevido a afirmar que el sue?o definitivo de Markle no era pisar Buckingham, sino sentarse en el Despacho Oval de la Casa Blanca. ¡°Una de las razones por las que fue tan insistente en no renunciar a su ciudadan¨ªa estadounidense fue la de mantener la posibilidad de meterse en pol¨ªtica. Creo que si Meghan y Harry renuncian a sus t¨ªtulos alg¨²n d¨ªa ella considerar¨ªa seriamente presentarse a presidenta¡±, declar¨® una amistad cercana pero an¨®nima de la californiana a Vanity Fair USA.

El ruido acerca de esta enso?aci¨®n alcanz¨® tales decibelios que incluso ya hay casas de apuestas que aceptan especular con la posibilidad de que Markle se presente a las generales en 2024 ¡ªse paga m¨¢s caro a¨²n que la candidatura de Dwayne ¡®The Rock¡¯ Johnson¡ª y desde los sectores m¨¢s conservadores del pa¨ªs la califican como la ¡°Alexandria Ocasio-Cortez de la realeza brit¨¢nica¡±. A pesar de haber sido desmentido por fuentes cercanas a la pareja, la encuesta de Tatler sostiene que el 35% de los encuestados consideran ver¨ªdico su supuesto deseo de convertirse en la comandante en jefe de Estados Unidos.

Que el prop¨®sito activista de la pareja sea m¨¢s palpable y beligerante en los ¨²ltimos meses no solo tiene que ver con su emancipaci¨®n de responsabilidades mon¨¢rquicas, tambi¨¦n con su mudanza a las colinas de Los ?ngeles y su inclusi¨®n en la ¨¦lite hollywoodiense que las habitan. Entre las amistades m¨¢s ¨ªntimas de los duques se encuentran matrimonios de calado progresista como los Obama y los Clooney, adem¨¢s de otras personalidades como la tenista Serena Williams, la actriz Priyanka Chopra, la cantante Jennifer Lopez o la ic¨®nica comunicadora Oprah Winfrey. Una posici¨®n equidistante en un momento tan convulso tendr¨ªa dif¨ªcil explicaci¨®n en este contexto, m¨¢s all¨¢ del deber de salvaguardar el contrato millonario firmado con Netflix para producir contenido para la plataforma. Como apunta Elise Taylor en la edici¨®n estadounidense de Vogue, ambos ¡°se encuentran a caballo entre dos mundos muy delicados: uno que rechaza el lenguaje apol¨ªtico y educado, y otro que lo exige. ?D¨®nde les deja eso mientras tratan de redefinir sus propios papeles en un escenario global?¡±.

Las primeras cr¨ªticas de Markle hacia Trump preceden a la llegada del magnate a la Casa Blanca y al comienzo de su relaci¨®n sentimental con Harry, cuando ya era una figura conocida en Hollywood por su papel en la serie Suits. En una charla en un late night en 2016, la int¨¦rprete calific¨® a Trump de ¡°mis¨®gino y divisivo¡±, aduciendo que barruntaba quedarse a vivir en Canad¨¢ si resultaba elegido y que ¡°no le gustaba el tipo de mundo que ¨¦l pintaba¡±.

Las declaraciones no pasar¨ªan desapercibidas para el actual presidente de los Estados Unidos, que esper¨® hasta tres a?os en atreverse a atacar p¨²blicamente a la que ya recib¨ªa el t¨ªtulo de duquesa de Sussex. Calific¨¢ndola de ¡°desagradable¡±, Trump estuvo a punto de provocar un incidente diplom¨¢tico con la familia real brit¨¢nica, una de las pocas instituciones a las que el mandatario ha mostrado cierta cortes¨ªa durante estos cuatro a?os. Cuando Harry y Meghan se desvincularon completamente de sus funciones mon¨¢rquicas ¡ªque Trump calific¨® de ¡°triste e injusto¡± para con la reina¡ª, el empresario se consider¨® exonerado de cualquier responsabilidad y tir¨® de Twitter para asegurar que de ninguna manera el pa¨ªs iba a hacerse cargo de la seguridad de la pareja en su traslado a Los ?ngeles. Veremos si no son Meghan y Harry quienes consiguen que el que deba buscarse una residencia el pr¨®ximo mes de noviembre sea el empresario.