?Pensar¨¢n que me quieres por el dinero?: la incomprendida relaci¨®n de Pavarotti con Nicoletta Mantovani (34 a?os m¨¢s joven)
En un primer momento la sociedad italiana no perdon¨® al tenor que le fuera infiel a su esposa con una joven secretaria de 23 a?os, pero con el tiempo ambos demostraron que lo suyo iba muy en serio.
1961 no solamente fue la fecha en la que un jovenc¨ªsimo profesor de primaria, de nombre Luciano Pavarotti, se subi¨® por vez primera al escenario del Teatro Municipale de Reggio Emilia para interpretar a Rodolfo en La Boh¨¨me, sino tambi¨¦n el a?o en el que prometi¨® amor eterno a su primera esposa, Adua Veroni. ¡°Nos conocimos en una fiesta privada, en casa de uno de mis compa?eros de clase. En M¨®dena, por entonces, hab¨ªa much¨ªsimos aspirantes a cantante. S¨¦ que si no hubiera llegado a ser cantante habr¨ªa sido muy frustrante para ¨¦l. Me enamor¨¦ del hombre. Era un hombre muy guapo. Y despu¨¦s me enamor¨¦ de su voz porque, ?qui¨¦n no se enamorar¨ªa de la voz de Pavarotti? El dinero escaseaba. No ten¨ªamos nada cuando nos casamos. Despu¨¦s de su debut tuvimos tres hijas en cuatro a?os y siete meses: Giuliana, Cristina y Lorenza. El dinero que ¨¦l hab¨ªa ganado se us¨® para pagarle un pr¨¦stamo a su padre, as¨ª que no nos qued¨® nada. Yo dir¨ªa que la que gan¨® dinero esos primeros a?os fui yo¡±, rememor¨® Veroni en el documental Pavarotti, dirigido por el oscarizado Ron Howard y estrenado en Espa?a a principios de este 2020.
El ascenso del tenor fue mete¨®rico a nivel internacional. Desde ese preciso momento empez¨® a pasar largas temporadas fuera de su M¨®dena natal y alejado de su familia, lo cual sobrellev¨® con diversas relaciones extramatrimoniales. Algunas fueron secretas; de otras s¨ª se tienen constancia. La m¨¢s sonada fue la que mantuvo con la soprano estadounidense Madelyn Ren¨¦e, quien en 1979 se convirti¨® tanto en su disc¨ªpula como en su asistenta porque, durante a?os, se encarg¨® de contestar las cartas de los fans y preparar su arsenal de maletas a cambio de que ¨¦l perfeccionara su voz. Finalmente, en 1986, ella decidi¨® dejarlo. ¡°Me voy a tirar por la ventana¡±, le dijo el divo a su implacable m¨¢nager Herbert Breslin tal como este ¨²ltimo recogi¨® en sus memorias de 2004 The King & I, un libro que muestra una imagen diametralmente opuesta de la estrella respecto a lo que narra la amable cinta de Howard.
El mayor giro argumental, de todos modos, a¨²n estaba por venir. En 1993, en la cuarta edici¨®n del Pavarotti?International Horse Show (una feria ecuestre que ¨¦l mismo cre¨®), el artista se enamor¨® perdidamente de una azafata llamada Nicoletta Mantovani, una estudiante de Ciencias Naturales de 23 a?os que aprovechaba los veranos para buscar trabajillos que le ayudasen a financiar sus estudios universitarios. ¡°Desde el principio Luciano me dijo que su anterior relaci¨®n estaba acabada hac¨ªa mucho tiempo. As¨ª que nunca me sent¨ª culpable, nunca sent¨ª que yo fuera la causa de nada. Al principio les dijimos a todos que yo era la secretaria, pero no era verdad. No era f¨¢cil decir que ten¨ªa una relaci¨®n con un hombre 34 a?os mayor que yo. Me atacaron mucho, pero Luciano fue mi mayor defensor. Siempre me estaba protegiendo. Al poco tiempo de empezar juntos descubr¨ª que yo padec¨ªa esclerosis m¨²ltiple y fue un momento muy dif¨ªcil para los dos. Le dije: ¡®Dudo que pueda seguir contigo¡¯. Y ¨¦l fue maravilloso porque me dijo algo que a¨²n ahora me hace llorar: ¡®?Sabes qu¨¦? Hasta ahora te he querido, pero a partir de ahora te adorar¨¦. Estaremos juntos y combatiremos la enfermedad¡¯. Creo que eso es lo que hace el amor. Te hace sentir mejor¡±, verbaliz¨® ella misma en el ya mencionado documental.
Durante un tiempo su affaire fue de lo m¨¢s discreto. No obstante, el esc¨¢ndalo estall¨® en febrero de 1996 cuando la revista italiana Chi public¨® unas rom¨¢nticas instant¨¢neas de la pareja disfrutando de unas vacaciones en Barbados. Por aquel entonces Pavarotti tuvo nada m¨¢s y nada menos que tres frentes abiertos: la prensa especializada, que no dud¨® en criticar sus escarceos con el pop y el rock (por ejemplo, en sus conciertos ben¨¦ficos Pavarotti & Friends) y, adem¨¢s, le reproch¨® que llevara a?os alejado de los escenarios puramente oper¨ªsticos; la sociedad italiana, que no vio con buenos ojos que le fuera infiel a Veroni con una muchacha tan joven; y, en tercer lugar, su propia familia, ya que sus hijas se sintieron traicionadas y se distanciaron temporalmente de su c¨¦lebre progenitor.
Como no pod¨ªa ser de otra forma, su primera mujer r¨¢pidamente tom¨® cartas en el asunto y reclam¨® el divorcio. ¡°Hab¨ªa o¨ªdo hablar de muchas infidelidades por su parte, pero yo nunca quise creerlo. Cuando yo sospechaba ¨¦l me juraba y perjuraba. Despu¨¦s comprend¨ª que hab¨ªa jurado en vano. Despu¨¦s de un divorcio, sobre todo en nuestra ciudad, la opini¨®n p¨²blica cambi¨® su percepci¨®n de ¨¦l. ?l siempre hab¨ªa intentado crearse una imagen familiar perfecta: tres hijas, la esposa, la madre, el padre¡ En Italia esta imagen de cantante sublime cay¨® en picado¡±, cont¨® Veroni en el filme.
En 2018, en una entrevista publicada en The Sunday Times, Nicoletta habl¨® del acoso y derribo que sufri¨® en sus carnes. En esa ¨¦poca, para millones de personas, era considerada b¨¢sicamente una cazafortunas y una robamaridos: ¡°?l me advirti¨® de que todos pensar¨ªan que yo iba detr¨¢s de su dinero. Me pregunt¨® si estaba preparada para ser vista como una mala persona¡±. ¡°Fue un esc¨¢ndalo, pero hoy ya nadie se acuerda. Est¨¢bamos muy seguros de nuestro amor y eso ayuda, y siempre viajando, lo que te da distancia f¨ªsica y mental. No en todas partes pensaban como lo hac¨ªa la sociedad conservadora italiana. Ahora lo recuerdo con una sonrisa. Podr¨ªa ?haber reaccionado de otra manera, sentirme menos herida, ser m¨¢s sabia, pero pensar eso no sirve de nada¡±, dijo al respecto, asimismo, en una reciente entrevista en La Vanguardia.
Nada ni nadie los detuvo. De hecho, en 2003 Nicoletta cumpli¨® su sue?o de ser madre: ¡°Lo asombroso es que eran gemelos. Est¨¢bamos muy contentos. Doblemente felices. El embarazo fue muy complicado. Hab¨ªa una especie de tumor, era un embarazo molar. El m¨¦dico en Estados Unidos me dijo que ten¨ªa que interrumpirlo. ?Ni hablar! As¨ª que encontr¨¦ un m¨¦dico en Italia que me dijo: ¡®Solo hay cinco casos como este en el mundo y todos acabaron mal¡¯. Yo le dije: ¡®Aun as¨ª yo quiero intentarlo¡¯¡±. Tristemente, de los dos beb¨¦s que esperaban, Riccardo naci¨® muerto. ¡°Perdimos a mi hijo. Fue un d¨ªa muy triste. Pero tenemos a Alice, as¨ª que damos las gracias. Todo el amor que ten¨ªamos para los dos ahora es para ella¡±, se le oye decir al tenor en el documental.
En ese mismo a?o, ¨¦l, con 67 a?os, y ella, a los 33, dieron un paso m¨¢s all¨¢ cas¨¢ndose en el Teatro Comunale de M¨®dena despu¨¦s de que El Vaticano les prohibiera darse el s¨ª quiero en una iglesia. A pesar de que algunas supuestas amigas ¨ªntimas de la estrella afirmaron que su pasional historia no fue tan id¨ªlica como nos hicieron creer, lo ¨²nico que s¨ª se sabe a ciencia cierta es que solo la muerte de Pavarotti en 2007 puso punto final a su incomprendida y, para muchos, cuestionada uni¨®n.
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