?Qu¨¦ pasa con Baltasar? Por qu¨¦ la costumbre de pintarle de negro se resiste a morir

Empieza a ser un cl¨¢sico de las vacaciones navide?as: las peticiones populares para que el Baltasar de las cabalgatas sea un negro de verdad y no un concejal o un famoso pintado de negro. En Change.org se suceden desde hace varios a?os. Se interpela a ayuntamientos que reinciden en esta pr¨¢ctica.?Si en Madrid la cosa antes se repart¨ªa entre grupos municipales ¨Ccostumbre que ha dado im¨¢genes dif¨ªciles de olvidar como la de un Alberto Ruiz Gallard¨®n embetunado, cuando era alcalde en 2006¨C, en Sevilla y otros ayuntamientos, sobre todo en el Sur, mantienen la tradici¨®n de dejar que los famosos hagan de Reyes Magos, lo que ha dado lugar a Baltasares sospechosamente parecidos a Sergio Ramos, Jesul¨ªn de Ubrique, Manuel D¨ªaz el Cordob¨¦s y Lucas de Andy y Lucas.? To?i Moreno ha sido la ¨²ltima en sumarse a esta lista compartiendo una foto ataviada como Baltasar y con el rostro pintado de negro.

Cuando el futbolista holand¨¦s Ruud van Nistleroiy hizo de Baltasar en la cabalgata de Marbella en 2013 y colg¨® fotos en Twitter, muchos aficionados brit¨¢nicos le respondieron llam¨¢ndole ¡°mierda racista¡± y el asunto lleg¨® a los medios anglosajones, que a?o tras a?o siguen sorprendi¨¦ndose por qu¨¦ en Espa?a (y tambi¨¦n en Alemania y Holanda) est¨¦ aceptada la pr¨¢ctica de la blackface, la costumbre de que actores blancos hagan de negros con la cara pintada. En Reino Unido y, sobre todo, en Estados Unidos, se considera una grav¨ªsima ofensa racista que retrotrae a los Minstrel Shows, los espect¨¢culos de variedades muy populares hasta los a?os 60 del siglo pasado, en los que se presentaba a los negros como criaturas algo necias y bufonescas pero alegres.

Quiz¨¢ por eso una entidad con tantos intereses internacionales como el Banco Santander se cuid¨® mucho de pintar de negro a Fernando Alonso, Marc Gen¨¦ o Pedro Mart¨ªnez de la Rosa cuando pidi¨® a los tres corredores de F¨®rmula 1 que hicieran de Reyes Magos en su ciudad financiera en 2011.

A muchos extranjeros que residen en Espa?a sigue choc¨¢ndoles ver carrozas enteras de blancos pintados con ceras Manley o directamente con bet¨²n. El bloguero The Live-In Tourist escrib¨ªa sobre la cabalgata sevillana: ¡°Hab¨ªamos o¨ªdo que los espa?oles todav¨ªa utilizan pintura para parecerse a los Reyes y sus pajes pero no te das cuenta de lo pol¨ªticamente incorrecto que es hasta que lo ves en persona. Es un detalle raro e innecesario y completamente pasado de moda, pero nadie parece pensar que es ofensivo porque est¨¢n demasiado preocupados llen¨¢ndose los bolsillos de caramelos. Y, para ser sinceros, no creo que haya racismo en esta cabalgata. Es como siempre se ha hecho y resulta extremadamente dif¨ªcil romper esta tradici¨®n¡±. En la p¨¢gina de otra estadounidense residente en Sevilla, Sunshine and Siestas, otros expatriados comentan la cuesti¨®n y uno de ellos explica que quiso participar en la cabalgata pero se neg¨® cuando le dijeron que tendr¨ªa que pintarse la cara.?El blog Not Hemingway¡¯s Spain, que escribe un estadounidense desde Valencia, recog¨ªa una reacci¨®n similar: ¡°Tengo que admitir mi shock inicial cuando descubr¨ª el uso de la blackface¡±. Pero el autor reflexiona a continuaci¨®n que en muchos Ayuntamientos, la figura de Baltasar ha servido en la ¨²ltima d¨¦cada para tender puentes con las comunidades subsaharianas.?

Como no es probable que en Espa?a se llegue a legislar sobre el tema, algo que s¨ª se ha intentado este a?o en Holanda a ra¨ªz de su pol¨¦mica tradici¨®n de Zwarte Piet, el precursor de Santa Claus de connotaciones esclavistas que llega a principios de diciembre y que tambi¨¦n suele representarse con caras pintadas ¨Cel l¨ªder del partido xen¨®fobo PVV lleg¨® a declarar que antes saldr¨ªa de la Uni¨®n Europea que renunciar a la tradici¨®n¨C, lo m¨¢s l¨®gico es que los Baltasares blackface acaben extingui¨¦ndose lentamente con el tiempo y se vean dentro de unos a?os como una sonrojante reliquia. Y, por cierto, la soluci¨®n a la pintura de cara NO es el pasamonta?as.

*Este art¨ªculo se public¨® inicialmente en enero de 2015 y se actualiz¨® el 4 de enero de 2019.