Rebecca Loos y David Beckham: historia de una traici¨®n que casi acaba con un imperio econ¨®mico
La infidelidad del futbolista ingl¨¦s con su asistente estuvo a punto de arruinar su matrimonio con la Spice Girl pija y poner fin a su rentable imperio empresarial.
El 14 de enero de 2009, el Teatro Olympia de Dubl¨ªn estren¨® MacBecks, una comedia musical que utilizaba diferentes obras de Shakespeare como El rey Lear, Romeo y Julieta o Macbeth, de donde toma el t¨ªtulo, para narrar la historia de David y Victoria Beckham. Adem¨¢s del futbolista ¨Crepresentado como un c¨¢ndido muchacho¨C y su esposa, por el escenario desfilaban el entrenador del Manchester United sir Alex Ferguson, el seleccionador ingl¨¦s Sven-Goran Eriksson y, por supuesto, Rebecca Loos.
Hija de un diplom¨¢tico neerland¨¦s y madre brit¨¢nica, Rebecca hab¨ªa nacido en Espa?a en 1977. Estudi¨® en exclusivos colegios ingleses, algunos de ellos en el extranjero y, finalizada su formaci¨®n, regres¨® a Espa?a. En la capital comenz¨® su carrera profesional en un banco de inversi¨®n estadounidense y, cuando David Beckham fich¨® por el Real Madrid en 2003, fue contratada como asistente del deportista con objeto de facilitarle su d¨ªa a d¨ªa en Madrid.
Al llegar a Espa?a, David Beckham apenas hablaba espa?ol. Cuando se march¨® tampoco, por lo que era evidente que requer¨ªa de ayuda y atenci¨®n constante, m¨¢s a¨²n cuando el futbolista hab¨ªa llegado a la ciudad sin su familia. Espa?a ?ol¨ªa a ajo? y su esposa Victoria, la ¡®Spice pija¡¯, prefiri¨® apurar todo el tiempo que pudo en Londres con sus hijos antes de mudarse.
Que se me paren los pulsos
?Recib¨ª una llamada en la que me dec¨ªan que eran de News of the World y que iban a sacar a la luz lo m¨ªo con David Beckham. Mi coraz¨®n dej¨® de latir durante un minuto?, recordaba Rebecca Loos cuando, en abril de 2004, se enter¨® de que el tabloide de Rupert Murdoch, que ya hab¨ªa destapado las infidelidades de David Mellor y Antonia de Sancha o las de Bienvenida P¨¦rez y sir Peter Harding, iba a publicar su historia.
Solo y sin amigos, Beckham pasaba sus d¨ªas en Madrid acompa?ado de Rebecca y, lo que comenz¨® como una relaci¨®n profesional, acab¨® convirti¨¦ndose en una t¨®rrida aventura sentimental, a espaldas de la mujer de deportista, pero notoria para algunos de sus compa?eros de vestuario y la prensa inglesa m¨¢s amarillista.
Por eso, recuperada de la impresi¨®n causada por la llamada de The News of the World y viendo las posibilidades comerciales del caso, Rebecca decidi¨® sacar r¨¦dito de su historia. Ayudada por Max Clifford, representante de famosos que tambi¨¦n gestion¨® las carreras medi¨¢ticas de Antonia de Sancha y Bienvenida P¨¦rez, Loos recibi¨® 350.000 libras (m¨¢s de 388.000 euros) por hablar de su romance con el futbolista en el tabloide de Murdoch y 150.000 libras (alrededor de 166.000 euros) por hacer lo mismo en una entrevista exclusiva en la cadena privada Sky One, que el despacho de abogados de los Beckham intent¨® impedir que se emitiera, pero sin ¨¦xito.
En la entrevista, la m¨¢s vista de Sky One esa temporada con una audiencia de dos millones de espectadores, Rebecca detall¨® a la periodista Kay Burley c¨®mo hab¨ªa conocido a la estrella inglesa, la atracci¨®n que hab¨ªan sentido el uno por el otro desde el primer instante y otros aspectos ¨ªntimos de la relaci¨®n. Por ejemplo, que mantuvieron relaciones sexuales seis veces, que Beckham era un amante complaciente que ?no le teme al cuerpo de la mujer. Sabe lo que hace? y que en los encuentros primaba la pasi¨®n y la urgencia: ?la cosa era quitarnos la ropa, hacerlo y se acab¨®. Me sent¨ªa un poco como una prostituta, me sent¨ªa barata, utilizada. Llegu¨¦ a pensar ?por qu¨¦ estoy haciendo esto? Pero le adoro, todav¨ªa le adoro?.
Sexo con texto
Para probar sus afirmaciones, Rebecca mostr¨® a Kay Burley algunos de los SMS de contenido sexual que David Beckham le enviaba para mantener encendido el deseo entre encuentro y encuentro. A continuaci¨®n y por si todav¨ªa hab¨ªa alguien que dudaba de la versi¨®n de la espa?ola, Loos desliz¨® una afirmaci¨®n sobre un detalle del f¨ªsico del futbolista: ?Hay algo que s¨¦ sobre ¨¦l, una parte ¨ªntima de su cuerpo que creo que solo las mujeres que han estado en la cama con ¨¦l sabr¨ªan?. Picada por la curiosidad, Burley le pregunt¨® si estaba circuncidado. ?No estoy hablando de eso. Si alguna vez me veo obligada a hablar de ello, ser¨¢ en un tribunal, no en la televisi¨®n?, respondi¨® Loos.
Al final la sangre no lleg¨® al r¨ªo. Los abogados no demandaron a Rebecca, esta no tuvo que comparecer ante un tribunal para describir ese detalle ¨ªntimo y el matrimonio Beckham respir¨® aliviado, no as¨ª las casas de juego inglesas que, desde que se emiti¨® la entrevista, hab¨ªan empezado a aceptar apuestas relativas a ese detalle ¨ªntimo y que iban, desde un tatuaje en las nalgas, a pecas en la espalda.
Sin embargo, la tranquilidad del matrimonio volvi¨® a romperse unas semanas m¨¢s tarde cuando la modelo malaya Sarah Marbeck afirm¨® haberse acostado con Beckham durante el tiempo que el Manchester United estuvo haciendo la pretemporada en Singapur en 2001. Como no hay dos sin tres, en esa misma ¨¦poca Danielle Heath, esteticista de la pareja, tambi¨¦n afirm¨® haberse acostado con Beckham dos veces en el domicilio madrile?o del futbolista.
A esas alturas parec¨ªa m¨¢s que probado que el comportamiento de David Beckham hacia su pareja no hab¨ªa sido precisamente ejemplar pero, como suele ocurrir en una sociedad machista y patriarcal, fueron muchos los medios de comunicaci¨®n que, lejos de afearle el comportamiento, cargaron las tintas contra Victoria Beckham. Su personaje de Spice pija, distante y altivo, hac¨ªa que no cayese bien a buena parte de la sociedad y la prensa inglesa, que se pusieron del lado de Rebecca Loos con argumentos tan peregrinos como que ten¨ªa mejores modales y hablaba mejor que Victoria que, aunque adinerada, no hab¨ªa estudiado en colegios tan exclusivos como ella.
Pap¨¢, al rescate
Llegados a este punto, todo el mundo auguraba la inminente separaci¨®n del matrimonio Beckham y el inicio de un turbulento proceso de divorcio. No fue as¨ª. Como explicaba M¨¢bel Galaz en uno de sus art¨ªculos de El Pa¨ªs, ?Victoria lleg¨® al mundo de la fama de la mano de su padre, Anthony Adams, un ingeniero electr¨®nico ahora convertido en el cerebro de la marca Beckham. Cualquier contrato, cualquier inversi¨®n debe contar con su aprobaci¨®n?.
De este modo, cuando estall¨® la crisis por la infidelidad de David, Adams estuvo ah¨ª para encargarse del control de da?os. Oblig¨® a que amigos, familiares y dem¨¢s miembros del entorno de los Beckham firmasen un documento de confidencialidad por el que se compromet¨ªan a no revelar ning¨²n detalle sobre ellos y record¨® a la pareja que su uni¨®n no solo se fundamentaba en el aspecto rom¨¢ntico, sino en los intereses compartidos, especialmente en los econ¨®micos.
?Juntos ¨Ccontaba Galaz¨C son m¨¢s rentables, y todav¨ªa m¨¢s gracias a sus hijos. Romeo, el segundo es ya imagen de Burberry, y Harper, la peque?a, inspir¨® a su madre una l¨ªnea de ropa infantil?. La f¨®rmula era tan eficaz que, una de las primeras decisiones que tom¨® la pareja despu¨¦s del esc¨¢ndalo fue tener un hijo, Cruz David, que naci¨® en Madrid en el a?o 2005 y tap¨® las grietas que hab¨ªan aparecido en el matrimonio?.
Mientras los Beckham luchaban por olvidarse de Rebecca Loos, la asistente sigui¨® con su vida de celebrity. Frecuent¨® fiestas, fue invitada a desfiles de moda, particip¨® en la edici¨®n espa?ola de?Supervivientes quedando tercera finalista y, en 2011, fue madre por primera vez. En la actualidad vive con su pareja y sus dos hijos en Noruega, donde se dedica a dar clases de yoga e interactuar con los m¨¢s de cinco mil seguidores de su perfil de Instagram. ?Si alguien se me hubiera acercado hace diez a?os en Londres y me hubiera dicho que un d¨ªa estar¨ªa viviendo en una vieja granja en una peque?a ciudad de las monta?as noruegas, casada y madre de dos hijos, me hubiera echado a re¨ªr?, explica Rebecca en su p¨¢gina oficial de internet. ?Pero aqu¨ª estoy. Muy lejos de Londres y Madrid, del glamour, la pompa y las c¨¢maras que un d¨ªa fueron mi vida, y m¨¢s feliz de lo que nunca he sido. Eso es lo maravilloso de la vida: nunca sabes qu¨¦ te deparar¨¢ el ma?ana?.
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