Scarlett Johansson, la estrella que renunci¨® al papel de ¡®sex symbol¡¯ para convertirse en una m¨¢quina de hacer dinero
Con una fortuna valorada en 140 millones de euros, la neoyorquina celebra su 36 cumplea?os convertida en la int¨¦rprete mejor pagada del planeta y en una de las m¨¢s respetadas de Hollywood.
Fue la actriz mejor pagada del mundo en 2018, repiti¨® en 2019 y hubiera reincidido este a?o de no ser porque una pandemia lo ha impedido. Adem¨¢s, tiene el honor de ser la actriz m¨¢s taquillera de la historia del s¨¦ptimo arte, con m¨¢s de 3500 millones de euros recaudados por sus pel¨ªculas. Pero no solo el p¨²blico come de su mano: desde la cr¨ªtica hasta los cineastas m¨¢s prestigiosos beben los vientos por tener su voz ronca, sus ojos verdes, su melena rubia y, sobre todo, su indiscutible talento, llenando la gran pantalla. Un predicamento un¨¢nime que ha cundido efecto en su cuenta bancaria, amasando una fortuna valorada en 140 millones de euros. ?C¨®mo ha conseguido Scarlett Johansson forjar uno de los imperios m¨¢s lucrativos de la historia de cine?
Cerca de 50 millones de euros fue la cifra que se embols¨® el pasado 2019 la actriz neoyorquina, seg¨²n los datos de la revista Forbes. El mareante sueldo, achacable sobre todo a su participaci¨®n en la exitos¨ªsima Vengadores: Endgame, se increment¨® tambi¨¦n gracias a su trabajo en las aclamadas Jojo Rabbit e Historia de un matrimonio. Las pel¨ªculas, dirigidas por Taika Waititi y Noah Emmerich, respectivamente, le valieron adem¨¢s sendas nominaciones a los premios Oscar ¨Cmejor actriz protagonista y mejor actriz de reparto¨C, aunque todav¨ªa no ha podido inscribir su nombre en ninguna estatuilla. Esos 50 millones de euros son hist¨®ricos porque suponen el mayor salario anual cosechado por una int¨¦rprete femenina en la historia de Hollywood, superando a otras como Jennifer Lawrence (Los juegos del hambre) o Sandra Bullock (Gravity).
Pero Johansson, que celebra este 22 de noviembre su 36 cumplea?os y el aniversario de su primer mes como mujer casada ¨Ccon el humorista Colin Jost¨C, no siempre fue la garant¨ªa de venta de butacas que es ahora. Hace poco m¨¢s de una d¨¦cada, aquella mete¨®rica joven que encandil¨® al p¨²blico con obras como Lost in Translation, La joven de la perla o Match Point, ve¨ªa c¨®mo los proyectos que deb¨ªan confirmar su estatus en la primera l¨ªnea de la industria fracasaban de forma consecutiva. La isla, Diario de una ni?era, Las hermanas Bolena o The Spirit pasaron con m¨¢s pena que gloria por la cartelera, escamando a la int¨¦rprete por la cosificaci¨®n indiscriminada con la que muchos de estos proyectos trataban de monetizar su atractivo f¨ªsico. Cada cr¨®nica, perfil o reportaje sobre la neoyorquina repet¨ªa una misma analog¨ªa: es la Lolita del nuevo siglo.
¡°No quiero tener que ser siempre glamurosa, estilosa y un objeto de deseo¡±. Fue durante una entrevista con un medio australiano, cuando la neoyorquina reneg¨® p¨²blicamente del estatus de sex-symbol que la hab¨ªa acompa?ado desde que Sofia Coppola contara con ella como protagonista de la generacional Lost in Translation. Un condicionante tan sexista como recurrente en la industria, que entierra bajo las colinas de Los ?ngeles la carrera de muchas actrices que conforme cumplen a?os dejan de ser valoradas m¨¢s all¨¢ de su aspecto f¨ªsico. ¡°Cuando ten¨ªa veintitantos sent¨ªa que de alguna forma estaba encasillada. Me hab¨ªan hipersexualizado. En aquella ¨¦poca a todo el mundo le parec¨ªa bien. Eran otros tiempos. Pero para m¨ª fue muy dif¨ªcil averiguar c¨®mo salir de eso, de ser la ingenua o la amante, porque nunca fue algo que yo buscara¡±, manifest¨® en una mesa redonda el pasado a?o.
Fue precisamente la decisi¨®n de entrar a formar parte de Los Vengadores, all¨¢ por 2009, lo que provoc¨® que su carrera y su n¨®mina dieran un vuelco radical. Una decisi¨®n que, adem¨¢s, hizo correr r¨ªos de tinta en la industria. En el lado econ¨®mico, periodistas e insiders no entendieron c¨®mo Johansson hab¨ªa aceptado unir su destino a una franquicia durante casi una d¨¦cada y con un salario de entrada inferior al habitual, de apenas 350 mil euros. En el lado art¨ªstico, los prejuicios hist¨®ricos con el cine de superh¨¦roes provocaron que se tildara de incomprensible que la musa de cineastas como Woody Allen o Sofia Coppola, que pese a no asomarse a la treintena ya hab¨ªa trabajado para Christopher Nolan y Brian de Palma, aceptara imbuirse en el l¨¢tex poniendo en riesgo su futuro como ¡®actriz seria¡¯. Su perfil no era ni remotamente parecido al de un Downey Jr. reci¨¦n salido de rehabilitaci¨®n, al del desconocido Chris Hemsworth o al de un int¨¦rprete de dudosa capacidad ¨Ctambi¨¦n redimido¨C como Chris Evans.
Pero se equivocaron con ella. Con su contrato de larga duraci¨®n Johansson no solo consigui¨® formar parte de la franquicia cinematogr¨¢fica m¨¢s taquillera del siglo, sino multiplicar casi por cien la cifra inicial y cosechar una n¨®mina superior a los 30 millones de euros por la ¨²ltima pel¨ªcula de la saga. Adem¨¢s, no solo no perdi¨® un ¨¢pice de ¡®prestigio¡¯ sino que ha conseguido conciliar el rol de hero¨ªna con pel¨ªculas de culto como Under the skin, Her, Isla de perros, adem¨¢s de las mencionadas Historia de un matrimonio o Jojo Rabbit. Siguiendo su ejemplo, actrices tan reconocidas como Tilda Swinton, Cate Blanchett, Glenn Close, Annette Bening o Angela Bassett, por nombrar solo algunas de las m¨¢s veteranas, se liberaron de cualquier prejuicio para sumergirse de lleno en el universo cinematogr¨¢fico de Marvel.
Johansson tambi¨¦n ha sabido salir ilesa profesionalmente tras haber protagonizado sonadas controversias medi¨¢ticas en los ¨²ltimos a?os. Su defensa de Woody Allen pese a haber liderado una de las manifestaciones de la Marcha de las Mujeres en 2018, la aceptaci¨®n y posterior rechazo de un personaje trans por la pol¨¦mica suscitada, un traum¨¢tico divorcio, el hackeo y filtraci¨®n de im¨¢genes ¨ªntimas de su m¨®vil o el atrevimiento de lucir un vestido de Marchesa en la gala MET pocos meses despu¨¦s de que se destapara el esc¨¢ndalo Weinstein, no minaron ni un ¨¢pice su estatus como estrella del Hollywood mil¨¦nico por excelencia. En cuanto a la parte de sus ingresos proveniente del sector publicitario, pese a haber sido embajadora de firmas como Calvin Klein y Dolce & Gabbana, Johansson se ha centrado recientemente en el ¨Cmuy lucrativo¨C mercado asi¨¢tico, prestando su imagen para una l¨ªnea de champ¨²s o incluso una franquicia de cafeter¨ªas.
De no ser por la crisis sanitaria global originada a causa del coronavirus, que ha llevado a los grandes estudios cinematogr¨¢ficos a retirar del calendario sus estrenos m¨¢s esperados, Johansson ya ser¨ªa otra de las grandes protagonistas de este curso. Despu¨¦s de retrasar la fecha de lanzamiento de mayo a noviembre y de noviembre a abril de 2021, si la pandemia lo permite, la neoyorquina volver¨¢ a dar vida a la esp¨ªa rusa Natasha Romanoff en Viuda Negra, la pel¨ªcula en solitario del personaje. El filme supone tambi¨¦n su primera experiencia profesional como productora de un largometraje de ficci¨®n, que de confirmarse el taquillazo podr¨ªa aumentar ostensiblemente su fortuna. Una antihero¨ªna que ha sabido calar en un universo hist¨®ricamente masculino y que, defiende Johansson, ¡°es inherentemente femenina y no solo una Batman con tacones¡±. Sabe de lo que habla. En su carrera, ella ya ha demostrado ser mucho m¨¢s que una Lolita con tacones.
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