?Est¨¢ mal enfocado el feminismo en Hollywood?
El pol¨¦mico estreno de ¡®Cazafantasmas¡¯ coincide con el anuncio de la nueva ¡®Ocean?s Eleven¡¯ protagonizada por mujeres y las peticiones para que el pr¨®ximo Bond se llame Jane. ?Es el camino correcto para lograr la igualdad?
¡°Su coraz¨®n est¨¢ en el lugar no-sexista correcto. Pero intercambiar g¨¦neros sin tener en cuenta que los que una vez eran h¨¦roes masculinos ahora son mujeres puede considerarse equidad, pero tambi¨¦n una ocasi¨®n malgastada¡±, afirmaba The Hollywood Reporter en el art¨ªculo titulado ?Por qu¨¦ Cazafantasmas es una oportunidad perdida para el feminismo?. Ese es el sabor amargo que se le ha quedado a muchos de los espectadores que, tras meses de pol¨¦micas machistas, insultos (una de sus actrices tuvo que abandonar Twitter) y desavenencias con el estudio, han acudido al cine a ver Cazafantasmas. Y aunque la taquilla acabe por ser la ¨²nica jueza en este negocio, no parece casualidad que su estreno coincida con el anuncio de los ¡®remakes femeninos¡¯ (menos ic¨®nicos) de Ocean?s Eleven y 1,2,3¡ Splash, al mismo tiempo que se disparan los rumores sobre la saga James Bond. Estamos ante una nueva tendencia en Hollywood: la de las historias recicladas para que las protagonicen (pero no para que las produzcan o dirijan) mujeres. Unos guiones que, claro est¨¢, se someter¨¢n a unas comparaciones m¨¢s que odiosas con sus fuentes originales, desde la lectura del gui¨®n hasta el final de los t¨ªtulos de cr¨¦dito. Dando por hecho que la discriminaci¨®n sexual es una realidad en la industria, ?es esta la mejor manera de representar a las mujeres en la gran pantalla?
Porque no, aunque las cr¨ªticas generales fueran m¨¢s positivas de lo esperado, tener a cuatro grandes c¨®micas al frente de una producci¨®n no la convierte en feminista si no existe un guion que apueste por ello. Como ejemplo, el di¨¢logo en el que la profesora universitaria interpretada por Kristen Wiig se pregunta si su falda no es demasiado sexy como para dar clase (?todav¨ªa estamos ah¨ª?). La industria del cine ha decidido abordar la sangrante desigualdad de g¨¦nero que sufre tirando por el camino m¨¢s f¨¢cil y discutible, travistiendo sus grandes ¨¦xitos. Como si las pel¨ªculas fueran esas botellas de vino cuyo marketing se dirige al sector femenino porque tienen la etiqueta rosa y apenas saben a alcohol, presuponiendo que por el hecho de ser mujeres prefieren los sabores suaves m¨¢s que ellos. Pues va a ser que no.
Cate Blanchett, Sandra Bullock, Anne Hathaway, Helena Bonham-Carter y Rihanna son algunas de las integrantes confirmadas para el grupo de atracadoras de casinos que llevar¨¢ a la pantalla Ocean?s Eight, el remake de la pel¨ªcula de Steven Soderbergh (que ya era una adaptaci¨®n de la original protagonizada por Sinatra). Podr¨ªamos abrir un debate sobre si merece la pena ¡®malgastar¡¯ actrices de esta talla imitando papeles vistos hace solo unos a?os, como el del l¨ªder encantador interpretado por George Clooney (Blanchett), el del seductor divertido de Brad Pitt (Bullock) o el del torpe Matt Damon (Hathaway) ?No han demostrado estas actrices suficiente tir¨®n comercial como para protagonizar una historia original?
Un caso parecido se aproxima con otra producci¨®n reci¨¦n anunciada: 1,2,3¡ Splash. La nueva adaptaci¨®n del cl¨¢sico de los 80 en el que Tom Hanks se enamoraba de una sirena (Daryl Hannah) a la que ten¨ªa que salvar de un cient¨ªfico, ha sido recibida con entusiasmo al contar con Channing Tatum como nuevo sireno. Por muy feminista que pueda parecer, quienes hayan visto la pel¨ªcula sabr¨¢n que la verdadera protagonista era ella, salvando al perdedor, frustrado y solitario personaje de Hanks. ¡°El cambio de g¨¦nero se ha convertido en la manera f¨¢cil de Hollywood para acallar el problema sin tener que escribir nada nuevo¡±, afirma The Independent, que tambi¨¦n se?ala que antes de celebrar el feminismo de la producci¨®n habr¨ªa que saber cu¨¢nto va a cobrar la actriz casi desconocida que encarnar¨¢ el papel Hanks (Jillian Bell) comparado con el sueldo de Tatum.
Para la periodista Catherine Shoard, esta transferencia de atributos sin reconstruir de un sexo a otro es ¡°retrograda¡±. En su art¨ªculo de The Guardian apremia a revisar varios de los guiones de pel¨ªculas consideradas como feministas por tener a mujeres protagonistas en cargos de poder. El diablo viste de Prada, La proposici¨®n o El becario cuentan con personajes m¨¢s d¨¦biles de lo esperado, que no saben ejercer su autoridad, ni conciliar el trabajo con una vida familiar de maridos infieles y parecen necesitar de la sabidur¨ªa masculina de sus coprotagonistas para lograr sus objetivos. Por otro lado, si aceptamos pulpo como animal de compa?¨ªa, ?c¨®mo deber¨ªa afrontar Hollywood otro de sus grandes problemas: la falta de diversidad racial en sus pel¨ªculas? ?Sofocar¨ªa el movimiento #OscarSoWhite anunciar un actualizaci¨®n de Regreso al futuro con Jaden Smith como Marty McFly y Morgan Freeman como Doc?
Otra controversia medi¨¢tica en las redes sociales ha sido la protagonizada por aquellos que piden que el nuevo James Bond se llame Jane y sea una mujer. La movilizaci¨®n es tal que ya han elegido hasta candidata, la actriz Gillian Anderson (Expediente X). No hay que bucear demasiado en la red para encontrar varios p¨®sters y tr¨¢ilers creados por aficionados que nos dan una idea de c¨®mo lucir¨ªa en el ansiado rol. La iniciativa ha recaudado casi 20.000 firmas ya y Anderson, por su parte, se ha mostrado dispuesta a aceptarlo. ¡°Las mujeres pueden disparar, beber y tener sexo como cualquier hombre y es hora de ir a ver eso en una pel¨ªcula de Bond¡±, afirma la campa?a. ?Eso es lo que aportar¨ªa convertir a Bond en una mujer, que tenga exactamente el mismo comportamiento? Tambi¨¦n podemos argumentar que Janes Bond ya existen, aunque no beban martinis ni conduzcan un Aston Martin. El caso m¨¢s claro, el de la inteligente, misteriosa y elegante Vesper Lynd (Eva Green) en Casino Royale. Otros ejemplos son los de Alicia Vikander en Operaci¨®n U.N.C.L.E y Olivia Colman en la serie El infiltrado, esp¨ªas femeninas sin escr¨²pulos y actualizadas a su ¨¦poca y g¨¦nero.
Entonces, ?por qu¨¦ los estudios insisten con esta tendencia? ?Se aseguran as¨ª un mejor resultado en taquilla? En el caso de Cazafantasmas, no. La pel¨ªcula dirigida por Paul Feig ha acabado sucumbiendo ante tanto ruido medi¨¢tico y parece descartada una segunda parte. Pero dejando a un lado esta circunstancia, un reciente estudio ha demostrado que las pel¨ªculas que pasan el test de Bechdel con elencos femeninos, pese a tener menos presupuesto de media, ingresan m¨¢s que las protagonizadas por hombres. Ah¨ª est¨¢n tres de las pel¨ªculas m¨¢s vistas en los ¨²ltimos a?os: Frozen, Los Juegos del Hambre y Star Wars: El despertar de la fuerza, todas protagonizadas por mujeres. ?Hubiera sido mejor una versi¨®n femenina de Luke Skywalker que empezar de cero con Rey? ?Habr¨ªamos sabido del fen¨®meno mundial de las hermanas Elsa y Anna si Disney hubiese apostado por un Toy Story desde el punto de vista de dos mu?ecas? Por no hablar de otros taquillazos como Escuadr¨®n Suicida, Lucy, Guardianes de la Galaxia, Mal¨¦fica o Gravity, tambi¨¦n con fuertes personajes femeninos liderando el reparto.
Otro sector tradicionalmente dominado por los hombres, el de los videojuegos, se ha enfrentado a este problema y s¨ª ha sabido gestionar la inclusi¨®n de las mujeres en sus producciones. Samus Aran, Jill Valentine, Elena Fisher, Faith Connors o la pionera Lara Croft son algunos de los nombres de hero¨ªnas que han calado entre los gamers. Es m¨¢s, uno de los juegos m¨¢s esperados el pr¨®ximo a?o y gran apuesta de PlayStation, Horizon Zero Dawn, tambi¨¦n est¨¢ protagonizado por una mujer. ?Por qu¨¦ en este sector las susceptibilidades son mucho menores? ?Son los cr¨ªticos con las actrices de Cazafantasmas los mismos que no rechistan al controlar durante decenas de horas a personajes femeninos en un videojuego?
Una alternativa m¨¢s que interesante podr¨ªa ser la liderada por las int¨¦rpretes Jessica Chastain, Juliette Binoche o Freida Pinto, fundando una nueva productora que no solo contar¨¢ con mujeres como protagonistas, sino tambi¨¦n en todos los puestos t¨¦cnicos y creativos. As¨ª se aseguran no circunscribir el movimiento a que las grandes estrellas blancas de la interpretaci¨®n consigan m¨¢s papeles, sino que una guionista, una auxiliar de producci¨®n o una dise?adora de vestuario puedan trabajar. Porque el feminismo significa algo m¨¢s que adaptar guiones de segunda mano; merece nuevos personajes, mundos e historias contadas desde su perspectiva, que inspiren a una generaci¨®n. Y sueldos equitativos a los de sus compa?eros. El cine no es algo que se pueda segregar por sexos, como si por el hecho de ser mujer prefirieras ver a Scarlett Johansson en una pel¨ªcula de acci¨®n antes que a Jason Statham, y viceversa. Pero si el desenlace que nos ofrece Hollywood es elegir entre mujeres en remakes o nada de mujeres en absoluto, susto o muerte, bienvenidas sean esas cazadoras de ectoplasmas.
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