C¨®mo Tarantino cre¨® en ¡®Kill Bill¡¯ a una hero¨ªna feminista, que luego se volvi¨® en su contra
Varios cr¨ªticos de cine analizan la influencia de Beatrix Kiddo, un personaje tierno y violento a partes iguales que lucha con todas sus fuerzas por defender su derecho a elegir su destino. La relaci¨®n de Uma Thurman y el director se torci¨®, tras un rodaje problem¨¢tico marcado por la sombra de Weinstein
¡°?Pai- Mei te ense?¨® sus cinco puntos para hacer explotar un coraz¨®n?¡±, pregunta Bill, al entender que quien es, seg¨²n sus propias palabras, su persona favorita¡ªalgo que no le ha impedido intentar asesinarla en repetidas ocasiones¡ª, acaba de matarle. ¡°Claro que s¨ª¡±, responde ella entre l¨¢grimas. Y as¨ª es como Beatrix Kiddo (Uma Thurman) pone punto final a la saga de Kill Bill (Quentin Tarantino), cuyo t¨ªtulo nace de su anhelo de matar al hombre que le arrebat¨® la oportunidad de ser feliz. Su archiconocida segunda parte cumple 20 a?os este mes de abril, pero la Mamba Negra ¡ªtambi¨¦n conocida como La Novia¡ª, sigue generando un gran inter¨¦s a d¨ªa de hoy: ¡°Kill Bill enriquece el panorama audiovisual de su ¨¦poca y tambi¨¦n de la actualidad. Se ha convertido en un icono, y los iconos jam¨¢s envejecen¡±, afirma Mar¨ªa Castej¨®n Leorza, cr¨ªtica de cine y autora del ensayo Rebeldes y peligrosas de cine.
Todos recordamos c¨®mo comienza la historia: un grupo de asesinos, entre los que se encuentra Bill, expareja de la protagonista, intenta matarla el d¨ªa de su boda, evento que simboliza para ella un renacimiento y un cambio de vida alejado de lo sanguinario y del crimen. Tras tiempo en coma, la experta en artes marciales despierta sirvi¨¦ndose de la venganza como m¨®vil para seguir viviendo. En esta segunda parte, si bien ya ha conseguido eliminar a dos de sus principales enemigos, todav¨ªa tiene que terminar con otros tres, incluyendo a aquel a cuyas ¨®rdenes obedecen los dem¨¢s: Bill.
A juzgar tanto por sus actos pasados como por sus motivaciones futuras, se podr¨ªa decir que Beatrix Kiddo es un arma letal en s¨ª misma, pero tambi¨¦n mucho m¨¢s que eso: la Mamba Negra puede ser tierna, pero tambi¨¦n capaz de soportar las torturas de un severo maestro para convertirse en una luchadora imbatible; jam¨¢s matar¨ªa a una madre delante de su hija, pero no duda en hundir su catana en el cuerpo rival cuando la peque?a no est¨¢ presente. Est¨¢ repleta de contradicciones y cuenta con una serie de atributos que la hacen diferente a cualquier personaje que se hubiera visto hasta entonces en el cine, convirti¨¦ndose en el favorito de muchos cin¨¦filos. ¡°El personaje de Beatrix tiene muchas cualidades por las que gustar: como buena hero¨ªna tiene un objetivo muy claro y nada la medra por mucho que sufra y, por tanto, tiene los componentes cl¨¢sicos del h¨¦roe de la ficci¨®n. Sin embargo, est¨¢ interpretada con muchos matices en sus emociones y un gran sentido del humor que la hace c¨®mplice del espectador¡±, destaca Paloma Rando, guionista y redactora especializada en cultura.
Un caballo de Troya
¡°Beatrix Kiddo es el personaje femenino m¨¢s importante de la filmograf¨ªa de Tarantino, habitualmente repleta de hombres. Hay otros, por supuesto, como Pam Grier, de Jackie Brown, las chicas de Death Proof, Mia Wallace, de Pulp Fiction, Shoshanna, de Malditos bastardos o Sharon Tate, de ?rase una vez en Hollywood. No obstante, Mia Wallace es secundaria, Shoshanna, pese a su importancia, queda ensombrecida por los bastardos del t¨ªtulo, Sharon Tate es un personaje real, Jackie Brown est¨¢ alejada del cine habitual del director y las protagonistas de Death Proof funcionan m¨¢s como una idea y nadie recuerda sus nombres¡±, explica Jordi Picatoste, periodista, cr¨ªtico de cine y autor del libro El efecto Tarantino.
Efectivamente, no es especialmente habitual que un director de cine dirigido al gran p¨²blico dedique un rol protagonista a una mujer, y mucho menos desempe?ando una serie de acciones com¨²nmente asociadas al g¨¦nero masculino. Es posible que, de no haber sido un director tan conocido como Tarantino quien propusiera la cinta, no hubiera tenido la c¨¢lida acogida con la que se encontr¨® entonces, ni tampoco la enorme popularidad que adquiri¨® posteriormente: ¡°Gran parte del ¨¦xito de Kill Bill fue precisamente que estuviera dirigida por ¨¦l, ya que mucha gente va al cine a ver sus pel¨ªculas independientemente de la sinopsis. Lo mismo ocurri¨® en su d¨ªa con Thelma y Louise, dirigida por Ridley Scott¡±, afirma Mar¨ªa Castej¨®n. Ciertamente, ya exist¨ªan otros casos similares que enriquec¨ªan el panorama audiovisual desde el punto de vista de la perspectiva de g¨¦nero a trav¨¦s de este m¨¦todo que funciona, en palabras de Paloma Rando, como un caballo de Troya: ¡°En la d¨¦cada anterior hab¨ªamos tenido otras grandes hero¨ªnas de acci¨®n como Ellen Ripley (Alien) y Sarah Connor (Terminator), ambas fruto de pel¨ªculas dirigidas por grandes directores de blockbusters. Por tanto, si bien el caso de Kill Bill y Tarantino no es nuevo, s¨ª que puede considerarse el primero del siglo XXI¡±.
Otra de las caracter¨ªsticas m¨¢s novedosas y refrescantes del personaje de Beatrix Kiddo es que no trata de parecerse a un hombre para ser temida y venerada al mismo tiempo. Demuestra su gran resistencia sin renunciar o esconder sus rasgos m¨¢s feminizados, pero tampoco est¨¢ sexualizada, como ocurre en otras pel¨ªculas de acci¨®n como Lara Croft: Tomb Raider (Simon West). Puede vestirse de novia con gran ilusi¨®n, amar y proteger a su hija, enamorarse perdidamente, llorar y gritar sin reprimirse cuando algo le duele, y todo ello sin avergonzarse y sin temor a parecer m¨¢s fr¨¢gil o vulnerable. ¡°No creo que las cualidades tradicionalmente femeninas sean, per se, buenas ni malas, pero, al haberlas sustra¨ªdo del cine de acci¨®n, el hecho de que formen parte del personaje sin que ello implique la eliminaci¨®n del resto de cualidades que implican fortaleza, es algo que marca la diferencia¡±, comenta Paloma Rando.
Y es que, sin duda, todo lo descrito anteriormente pueden ser cosas de mujeres, pero tambi¨¦n otras actividades reservadas culturalmente para el g¨¦nero masculino como las artes marciales, los trabajos f¨ªsicos, la resistencia, la heroicidad y la acci¨®n. Ambas facetas pueden convivir sin pisarse, a pesar de que esto sea algo generalmente entendido como una contradicci¨®n: ¡°Mujeres haciendo cosas de mujeres tambi¨¦n pueden ser manejar una catana¡±, apunta Mar¨ªa Castej¨®n.
La belleza de encarnar el c¨®mic
Escoger una escena favorita de Kill Bill puede ser una tarea complicada. La mayor¨ªa de ellas se graban en espacios inolvidables, est¨¢n cargadas de humor negro y acompa?adas de una banda sonora heterog¨¦nea que mezcla blues, western, folk y flamenco. Desde Can?t hardly stand it (Charlie Feathers), pasando por L?Arena (Ennio Morricone), Tu Mir¨¢ (Lole y Manuel), About her (Malcolm McLaren), Malague?a Salerosa (Chingon) o Satisfied Mind (Johnny Cash). Curiosamente, esta mezcla convive con un mont¨®n de referencias y detalles relacionados con el imaginario japon¨¦s, detalle que, de acuerdo con Paloma Rando, es un motivo por el que se ha convertido en un icono pop: ¡°El dise?o de producci¨®n bebe mucho del c¨®mic y de la cultura japonesa. Kill Bill son pel¨ªculas dise?adas utilizando por lo que hoy se llama set pieces, algo que podr¨ªa traducirse como escenas de una localizaci¨®n o de un decorado. Estas cintas se esfuerzan mucho porque todos estos espacios tengan una dimensi¨®n en s¨ª mismos¡±, destaca Paloma Rando.
Y es que, probablemente, la secuencia preferida de muchas personas sea la del encarnizado combate contra O- Ren Ishii (Lucy Liu), cuyos inicios como asesina se narran, de hecho, a trav¨¦s del anime. La imagen es inconfundible y suele aparecer entre las p¨¢ginas de los libros que recopilan las pel¨ªculas m¨¢s relevantes del cine contempor¨¢neo: ambas combaten con violencia y, sin embargo, tambi¨¦n con respeto y nobleza, como los antiguos samur¨¢is, en un jard¨ªn japon¨¦s nevado que se extiende bajo el manto oscuro de la noche. O- Rehn viste un folcl¨®rico kimono nip¨®n, muy acorde al espacio en el que se encuentran. Mientras, la Mamba Negra lleva el caracter¨ªstico mono amarillo con el que se asocia autom¨¢ticamente al personaje y que nunca puede faltar en un evento relacionado con el mundo del c¨®mic: ¡°Remite al de Bruce Lee en Juego con la muerte, pero si lo vemos ya no pensamos tanto en Lee como s¨ª en Beatrix¡±, explica Jordi Picatoste.
Tarantino y Thurman, enfrentados por Weinstein
Aunque la pel¨ªcula fue recibida como un referente de empoderamiento femenino, lo cierto es que el machismo de la industria representado por Weinstein fue un punto que enfrent¨® a la actriz con el director. Uma Thurman le cont¨® hasta en dos ocasiones a Tarantino que Weinstein hab¨ªa abusado de ella. Tarantino, que ha reconocido tener constancia de esta informaci¨®n, quit¨® importancia al suceso y convenci¨® a Thurman para seguir trabajando con ¨¦l. Adem¨¢s, ambos se enfrentaron por una escena de Kill Bill 2 en la que Thurman fue obligada a conducir de verdad por una carretera con muchas curvas y acab¨® teniendo un accidente al chocar contra un ¨¢rbol. Como consecuencia, sufri¨® problemas de salud en su cuello y piernas de los que tard¨® mucho en recuperarse. La actriz no se sent¨ªa protegida durante el rodaje de la pel¨ªcula, lo que la llev¨® a tener fuertes discusiones con Tarantino, al que acusaba de no preocuparse por su seguridad. En este post de Instagram, donde la actriz hace p¨²blica su alegr¨ªa por la detenci¨®n de Weinstein, us¨® justamente la foto de la escena en la tuvo el accidente.
La convivencia de la ternura y la violencia
En la escena m¨¢s problem¨¢tica del rodaje, que acab¨® con el accidente de Thurman, La Novia circula por la carretera conduciendo un descapotable al ritmo de Goodnight Moon (Shivaree). Por fin ha asesinado a Bill y puede mirar a un futuro sin muerte ni sangre, cuidando de su hija sin potenciales rivales a los que hacer frente. Sin embargo, por un momento, puede parecer que su gesto encierra cierta amargura, lo que lleva a pensar que, en el fondo, reside en ella un ¨¢pice de arrepentimiento. Esta duda se disipa cuando, durante los ¨²ltimos segundos de la canci¨®n, sonr¨ªe levemente y gui?a un ojo.
¡°Beatrix Kiddo cristaliza gran parte del cine que mam¨® Tarantino en su adolescencia y juventud, donde la venganza perpetrada por mujeres era habitual, ya fuera en cine de blakploitation ¡ªrelacionadas con conflictos relacionados con el racismo¡ª, o las pel¨ªculas de rape and revenge ¡ªviolaci¨®n y venganza¡ª, que se pod¨ªan dar tanto en cine europeo, americano, australiano o japon¨¦s¡±, explica Jordi Picatoste. Hoy en d¨ªa tenemos otros referentes en el cine generalista, como Una joven prometedora (Emerald Fennell), pero al inicio de los a?os 2000 no era tan habitual ver este tipo de narrativas en las propuestas pensadas para el gran p¨²blico.
Y es que en la saga no solo se rompe con muchos arquetipos femeninos, sino que tambi¨¦n se tratan cuestiones hasta el momento bastante in¨¦ditas en el cine mainstream, como la ira, la indignaci¨®n y la rabia que puede generar una agresi¨®n sexual. Tanto en el caso de la protagonista, violada mientras estaba en coma, como en el de otros personajes como O-Rehn, que presenci¨® c¨®mo agred¨ªan sexualmente a su madre, este conflicto est¨¢ presente en la saga y es uno de los desencadenantes de la violencia: ¡°La venganza es otra de las cuestiones que la hacen tan diferente, ya que este deseo no es algo socialmente l¨ªcito para las mujeres, a no ser que sea para hacerse da?o las unas a las otras¡±, explica Mar¨ªa Castej¨®n.
No obstante, a pesar de todo el dolor, la violencia, la crudeza y la tortura a la que est¨¢ sometida ¡ªy que ella tambi¨¦n inflige en sus rivales¡ª, no se parece a ninguno de los dem¨¢s personajes. ¡°Lo que m¨¢s enriquece al personaje es la ternura que transmite Uma Thurman. Su interpretaci¨®n tiene muchos matices que anteriormente no se les permit¨ªa a las hero¨ªnas de acci¨®n, que ten¨ªan que representar todos los detalles de sus personajes pas¨¢ndolos por el tamiz de la dureza¡±, se?ala Paloma Rando.
Cuando Beatrix por fin est¨¢ a salvo con su hija, tras todo el sufrimiento vivido, la lucha por dejar atr¨¢s su pasado y librarse de sus enemigos, por recuperar la felicidad y, en definitiva, por sobrevivir, llora en el ba?o dando las gracias abrazando a un peluche. Su vida por fin puede volver a comenzar y ya no reside en ella el anhelo de justicia y venganza. ¡°La leona se ha reunido con su cachorro y todo est¨¢ bien en la selva¡±, reza la frase que precede a los cr¨¦ditos finales de la pel¨ªcula. Pues eso es ella: una fiereza contenida que convive con su vulnerabilidad y que se desencadena cuando le arrebatan lo que m¨¢s ama y su propia libertad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.