Eva Longoria o el calvario machista de la famosa sin maquillaje

?Las preocupantes im¨¢genes de Eva Longoria sin maquillaje?. Este titular en la web del diario ABC (que despu¨¦s ha sido editado por ?As¨ª se dej¨® ver Eva Longoria sin maquillaje?) acompa?ado de un texto plagado de conjeturas machistas lleva dos d¨ªas dando mucho que hablar en redes y en otros diarios generalistas. El motivo del revuelo radica en las diferentes elucubraciones sexistas que inundan el enfoque de la noticia, que de por s¨ª ya considera un hecho noticiable y ?preocupante? que una mujer salga a la calle con la cara lavada.

Eva Longoria se convirti¨® en madre primeriza a finales de junio (confirmando ese paradigma social de la nueva maternidad: serlo despu¨¦s de cumplir los 40 a?os) y desde que lo fue, ha acudido a varios actos p¨²blicos (una gala solidaria por los derechos infantiles y la premiere de su ¨²ltima pel¨ªcula, I love Dogs). En la noticia se destacaban unas fotograf¨ªas de ella sonriente tomadas al salir de un restaurante el pasado 13 de agosto tras cenar con su pareja, el empresario mexicano Jose Antonio Bast¨®n, en Los ?ngeles. El texto, b¨¢sicamente, culpabiliza a Longoria de no haber cumplido con su funci¨®n (salir maquillada) y le achaca no haber ?pensado mucho en la gran existencia de paparazzis en su entorno?. El castigo a tremenda osad¨ªa es??quedar inmortalizada para siempre su imagen real?. Otra de las cuestiones es poner en evidencia que una madre ¨Co cualquier ser humano con la capacidad de respirar¨C cometa el pecado de dormir poco: ?Su rostro, adem¨¢s de estar totalmente libre de maquillaje se ve¨ªa cansado, bolsas en los ojos, ojeras, tal y como se muestra una persona de a pie cuando no ha tenido una buena noche?.?

?Har¨ªan lo mismo con Mick Jagger y un par de fotos de agencia al salir de una cena? Esta cuesti¨®n pone de manifiesto esa doble moral imperante sobre maquillaje y mujeres; ese calvario de tener que seguir asistiendo al incansable escrutinio del f¨ªsico femenino en cualquier esfera social en cualquier lado de la balanza.

Por un lado, las mujeres no s¨®lo tienen que aguantar actitudes paternalistas y sexistas que hacen apolog¨ªa de una idealizada naturalidad para desprestigiar cualquier tipo de artificio (ve¨¢se el youtuber JPelirrojo cuando dijo aquello de que las mujeres que defienden el maquillaje son como ?el esclavo que defiende sus cadenas? o los hombres que, almas de c¨¢ntaro, inundaron Twitter el d¨ªa de la boda de Harry y Meghan Markle alabando que la novia llevase la ¡®cara lavada¡¯ para ir al altar ¨Cno la llevaba, se llama look natural y tener los mejores dermat¨®logos y maquilladores a tu alcance¨C). Al mismo tiempo, esas mismas mujeres tambi¨¦n ser¨¢n avergonzadas p¨²blicamente (y a golpe de clickbait) por no haber cumplido los supuestos protocolos de la feminidad heteronormativa.

Los mismos que pusieron el grito en el cielo pensando (err¨®neamente) que Uma Thurman hab¨ªa cambiado de cara son los que despu¨¦s se ?preocupan? y hacen sonar las alarmas por ver a Eva Longoria sin maquillaje. Algo que ya resumi¨® en su d¨ªa Amy Schumer con su Girl, you don¡¯t need make up. Aquellos que te dicen ?no necesitas colorete, est¨¢s guapa reci¨¦n levantada?, son los que despu¨¦s, al verte as¨ª, te dir¨¢n: ?Ponte un poco de rimmel y vuelve a ser mujer?. En la caja del gato de Schr?dinger del patriarcado no hace falta veneno, con un pintalabios basta.