Por qu¨¦ necesitamos hombres aliados del feminismo como Benedict Cumberbatch
M¨¢s acci¨®n y menos palabras vac¨ªas: el int¨¦rprete ha anunciado que no participar¨¢ en rodajes donde los hombres cobren m¨¢s que las mujeres por la misma labor y que desde su productora incentivar¨¢ las voces y miradas femeninas.
El debate sobre qu¨¦ papel deben adoptar los hombres en la lucha feminista sigue sobre la mesa. El n¨²mero de los que salen a las calles para unirse a protestas por los derechos de las mujeres crece progresivamente. Se vio con la reciente resoluci¨®n del juicio a La Manada, las hist¨®ricas manifestaciones del 8 de marzo y hasta con el pol¨¦mico pa?uelo violeta que se anudaron los l¨ªderes sindicales el pasado 1 de mayo. Los hombres ya no temen hablar p¨²blicamente sobre igualdad. Lo hemos visto en alfombras rojas ¨Cponi¨¦ndose el pin de Time¡¯s Up o sujetando el abanico que reivindica ¡®#M¨¢sMujeres¡¯¨C u otros escaparates medi¨¢ticos, donde ya se ha hecho habitual ver a hombres declararse feministas con alg¨²n discurso que se acaba haciendo viral. Acotar una respuesta sobre qu¨¦ manera de actuar es la id¨®nea resulta complejo, pero el actor Benedict Cumberbatch?ha arrojado luz sobre una v¨ªa para hacerlo: menos palabras y m¨¢s acci¨®n. ?Su decisi¨®n? No participar en ning¨²n proyecto en el que sus coprotagonistas femeninas cobren menos que los hombres.
¡°Se trata de implementarlo. La igualdad salarial y un lugar en el poder son principios centrales del feminismo. Mira lo que cobras, pregunta cu¨¢nto se les paga a las mujeres y di: ¡®Si no les pagan lo mismo que a los hombres, yo no lo har¨¦¡±, ha explicado en una entrevista en Radio Times. All¨ª apunta que el pr¨®ximo proyecto de su productora, SunnyMarch, ¡°es una historia femenina con un enfoque femenino sobre la maternidad, en un momento de desastre ambiental (¡) Si mi nombre sirve para obtener inversores, entonces podemos usar esa atenci¨®n para una serie de proyectos femeninos. La mitad de la audiencia es femenina¡±.
Para algunos, que el actor brit¨¢nico se acoja a ese privilegio de utilizar su fama para amplificar la concienciaci¨®n en la igualdad podr¨ªa presentar una contradicci¨®n en t¨¦rminos de feminismo por su g¨¦nero. Como se?ala Mary Beard en Mujeres y poder (Ed. Cr¨ªtica), las voces de los hombres siempre han sido las m¨¢s acreditadas en la cultura occidental, ¡°voces de autoridad¡±. ?Es buena idea en este caso que ¨¦l, hombre, se encargue de velar por una reclamaci¨®n propia de las mujeres? Para Luisa Posada, profesora titular de Filosof¨ªa y miembro del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid, ¡°es positivo¡±. ¡°No se trata solo de palabras de aliento, es una acci¨®n en apoyo a la igualdad. S¨ª, crea una contradicci¨®n, pero a pesar de que nuestra sociedad valore m¨¢s lo que hace un hombre, en este caso viene muy bien, beneficia, y crea m¨¢s peso en el imaginario social¡±, cuenta a S Moda.
Una posici¨®n activa para atajar el problema de la brecha salarial que, a pesar de copar denuncias y conversaciones (en Hollywood y fuera de ¨¦l) rara vez se combate con medidas concretas ¨Cla ley de igualdad salarial de Islandia ser¨ªa una excepci¨®n¨C, como se demostraba hace escasas semanas con el caso de Claire Foy en The Crown. Aun siendo la protagonista de la serie en la que encarna a la reina Isabel II, sal¨ªa a la luz que la actriz hab¨ªa estado cobrando 13.500 d¨®lares menos por cap¨ªtulo que su coprotagonista masculino Matt Smith, que interpreta al Duque de Edimburgo. Netflix anunciaba d¨ªas despu¨¦s que pagar¨ªa a la actriz la diferencia correspondiente por las dos temporadas ya emitidas en las que ha participado, un total de unos 225.000 euros. Una tendencia a ¡®enmendar¡¯ el error si se filtran los datos que ocurr¨ªa de igual manera con Evan Rachel Wood en Westworld, que tras m¨¢s de veinte a?os de carrera va a recibir ¡°por primera vez¡± la misma cantidad de dinero que sus compa?eros hombres. El actor Mark Wahlberg tambi¨¦n se vio entre la espada y la pared tras darse a conocer que para regrabar las escenas de Todo el dinero del mundo en las que aparec¨ªa Kevin Spacey (excluido del proyecto por las denuncias de abuso sexual) habr¨ªa exigido cobrar un mill¨®n y medio de d¨®lares mientras que su compa?era, Michelle Williams, lo hac¨ªa por la simb¨®lica cantidad de 1.000 d¨®lares con tal de que el proyecto quedara libre de Spacey. Al destaparse don¨® la astron¨®mica cantidad al fondo de defensa legas para las v¨ªctimas de abusos sexuales de Time¡¯s Up.
En otros casos que s¨ª son algo encomiables, los propios compa?eros masculinos han sido quienes han ajustado la cuenta con ellas. Emma Stone contaba (sin dar nombres) en una entrevista con Out Magazine: ¡°En el tiempo que llevo en esta carrera he necesitado que mis compa?eros hombres tengan que reducirse el sueldo para que yo pueda estar en igualdad salarial. Y eso es algo que ellos hacen porque sienten que es lo correcto y lo justo. Eso, adem¨¢s, es algo que no necesariamente se discute¡±. Y Susan Sarandon desvelaba en marzo de este a?o que all¨¢ por 1998 Paul Newman le dio parte de su sueldo en el rodaje de Al caer el sol para igualarse en condiciones. Fuera del ¨¢mbito cinematogr¨¢fico, tras la dimisi¨®n de la editora de BBC China al conocer su desventaja salarial frente a sus compa?eros masculinos, seis presentadores de la cadena se bajaron el sueldo. Acto que sigui¨® de cerca el CEO de la aerol¨ªnea Easyjet, Johan Lundgren, ajustando su salario anual con el de su antecesora, Carolyn McCall, (unos 40 mil euros menos al a?o). Gestos de alianza positiva pero no lo suficientemente tajantes para combatir el problema de ra¨ªz. ?No ser¨ªa mejor luchar por la subida del salario de las mujeres o, como propone Benedict Cumberbatch, asegurar la igualdad de base?
La idea es cambiar la manera establecida y patriarcal de las cosas. ¡°No se trata de que los hombres se quieran apropiar de los espacios de las mujeres ni de su lucha, sino que ellos mismos revisen sus privilegios y espacios, c¨®mo se ha construido la masculinidad y c¨®mo se benefician de ello. Y que, desde ah¨ª, mir¨¢ndose al espejo, la deconstruyan¡±, explica Luisa Posada. En esta l¨ªnea, Ashton Kutcher se encargaba en 2015 de reivindicar la corresponsabilidad de cuidados desde el lado masculino: ¡°NUNCA hay cambiadores de pa?ales en los ba?os p¨²blicos para hombres. ?El primer establecimiento p¨²blico al que vaya y lo tenga se lleva una menci¨®n gratis en mi p¨¢gina de Facebook! #S¨¦ElCambio¡±, escrib¨ªa el actor en su perfil de la red social. Completaba la iniciativa con una petici¨®n en Change.org, ¡®Frenad los estereotipos de g¨¦nero: proporcionen cambiadores universalmente accesibles en todas sus tiendas¡¯, instando a dos grandes cadenas estadounidenses a hacerlo.
El cocinero Anthony Bourdain, pareja de Asia Argento (que denunci¨® haber sido violada por Harvey Weinstein), reflexionaba a prop¨®sito de ello en una entrevista con Slate asumiendo responsabilidades con respecto a su masculinidad y en el entorno de la restauraci¨®n. ¡°He sido un t¨ªo que ha sexuaIizado la comida en televisi¨®n. Que ha usado un mal lenguaje (¡) Que ha hecho mierda ofensiva. Un t¨ªo en un mundo de t¨ªos que ha celebrado el sistema. Estaba muy orgulloso de haber sobrevivido a este sistema anticuado, francamente faloc¨¦ntrico y muy opresivo¡±, explicaba. Lamentando tambi¨¦n no haber sido una persona de confianza a la que esas mujeres que han sido acosadas o v¨ªctimas de agresiones sexuales, como su pareja, acudieran en busca de ayuda: ¡°Conozco a mujeres con historias como estas desde hace a?os y nunca me han dicho nada. ?En qu¨¦ he fallado? ?De qu¨¦ manera me he presentado ante ellas para no haberles dado confianza o por qu¨¦ no he sido el tipo de persona a la que ver¨ªas como un aliado en estos casos? He empezado a poner la mirada en eso¡±.
¡°En Espa?a, Octavio Salazar reflexiona sobre ello en su libro El hombre que no deber¨ªamos ser (Planeta, 2018)?, comenta la profesora Posada. ¡°Estos hombres que est¨¢n revisando los modelos, que piensan sobre s¨ª mismos para reconstruirse fuera de ellos, s¨ª son feministas. Han dado un paso m¨¢s all¨¢ del ser aliados de causas concretas¡±, a?ade. A los hombres que quieran de verdad participar del lado del feminismo les toca despojarse de sus privilegios y abrazar definitivamente el verbo hacer.
?Un hombre haciendo algo bueno por las mujeres, haciendo lo correcto, no es la norma de oro. Es simplemente el est¨¢ndar. Deber¨ªa SER el est¨¢ndar?, afirma la escritora Roxane Gay.
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