Geishas en guerra contra el acoso: prohibido abordarlas para hacerse un selfie
El mal comportamiento de los visitantes en Kioto propicia un cambio de normativa que veta las fotos hacia las artistas geikos y maikos.
Un cartel que reza ?No hagan fotos? como contrapartida a ?una marea de quejas provocadas por el acoso y el comportamiento indebido de los turistas extranjeros en busca del selfie perfecto?. As¨ª ha informado The Guardian sobre c¨®mo las autoridades de Kioto han prohibido que se tomen fotograf¨ªas en algunas zonas de Gion, el barrio de geishas de la ciudad. La medida ya se aplica en algunas calles de acceso restringido y no cumplirla implica una multa de hasta 10.000 yenes (unos 80 euros).
Seg¨²n explica Justin McCurry, la ?contaminaci¨®n tur¨ªstica? de Kioto (que tiene previsto multiplicarse con la llegada de los Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio en 2020) ha provocado una aut¨¦ntica avalancha de visitantes esperando cruzarse, ?aunque solo sea por un segundo?, con las denominadas Geiko (como se conoce a estas artistas) y a sus aprendices (Maiko) para fotografiarse con ellas, ataviadas con sus kimonos, mientras se dirigen a sus citas nocturnas. Gion est¨¢ lleno de restaurantes en los que las geiko y las maiko trabajan en restaurantes de lujo donde ?entretienen a los clientes de los establecimientos en alfombras tipo tatami mientras disfrutan de Kaiseki, c¨®midas de m¨²ltiples platos?.
El proyecto piloto que ha establecido el municipio utiliza una aplicaci¨®n en los tel¨¦fonos m¨®viles donde se pide por mensaje?a los turistas, en ingl¨¦s y en chino, que ?cuiden sus modales?. El texto, que aparece en sus pantallas cuando est¨¢n a un kil¨®metro a la redonda, tambi¨¦n pide que se eviten las fotograf¨ªas a las geikos y maikos y que no toquen lo que no es suyo.
?Situaci¨®n inaceptable? en el Barrio Rojo de ?msterdam
El barrio de Gion no es el ¨²nico que sufre las consecuencias del acoso callejero sobre mujeres convertidas en reclamo tur¨ªstico en determinadas zonas urbanas. El pasado verano, la alcadesa de ?msterdam, Femke Halsema, plante¨® la posibilidad de cerrar el Barrio Rojo de la zona centro de la capital holandesa por el continuo acoso callejero y ?situaci¨®n inaceptable? de las multitudes de turistas sobre las trabajadoras sexuales de la zona.
Halsema aclar¨® que su voluntad no era perseguir a las trabajadoras sexuales para expulsarlas a zonas menos transitadas, sino tratar de mejorar las condiciones de su trabajo, derivadas de las molestias de unos turistas que les gritan, fotograf¨ªan e impiden desarrollar su trabajo con normalidad.
No es la primera vez que se trata de protegerlas del acoso, el pasado mes de marzo se aprob¨® una medida que suspend¨ªa las rutas guiadas?por el Barrio Rojo. ¡°En estos momentos, est¨¢ fuera de lugar ver a las prostitutas como un entretenimiento para el turismo¡±, dijo entonces Udo Kock, concejal de Finanzas.?El a?o pasado, el Ayuntamiento ya estipul¨® que los grupos dieran la espalda a las ventanas rojas?que dan nombre al lugar, cuando se detuvieran para atender a las explicaciones del cicerone. Tampoco pod¨ªan tomarse fotos, mirarlas de forma continuada o llamarlas a voces. Beber durante el paseo estaba tambi¨¦n prohibido. De nuevo, se trataba de evitar la intimidaci¨®n y reducir la congesti¨®n urbana.
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