Los turistas en grupo deber¨¢n darle la espalda a las ventanas del Barrio Rojo de ?msterdam
El Ayuntamiento regula las visitas para que no se intimide a las prostitutas y haya armon¨ªa en la zona m¨¢s transitada de la ciudad
Las visitas guiadas por el Distrito Rojo de ?msterdam, una de las mayores atracciones de la capital holandesa, cambian de aspecto por orden del Ayuntamiento. Cuando los turistas se detengan para escuchar las explicaciones del cicerone, deber¨¢n situarse de espaldas a las ventanas dedicadas a la prostituci¨®n que dan su nombre popular al barrio. Se trata de que muestren respeto y no miren a las mujeres de forma continuada. Tampoco podr¨¢n tomarles fotos ni dar voces en su direcci¨®n. Anunciadas este mi¨¦rcoles, las normas pretenden reducir la congesti¨®n de la zona y evitar que los paseantes intimiden a las trabajadoras del sexo.?
Por De Wallen (los muros, en neerland¨¦s), el nombre oficial del barrio, pasan cerca de 31.000 visitantes a la semana de la mano de gu¨ªas, y el Ayuntamiento quiere que vecinos y turistas puedan convivir. En realidad, las disposiciones, que entrar¨¢n en vigor en abril, son un refuerzo del pacto voluntario sellado por los propios gu¨ªas en 2017. Ah¨ª ya se mencionaba el respeto debido al recorrer un entorno cuya principal distracci¨®n son las mujeres que ofrecen sus servicios en las habitaciones ubicadas tras las ventanas. ¡°Ya entonces se hablaba de darles la espalda cuando el grupo se pare frente a ellas para escuchar al gu¨ªa. Se puede mirar, claro, todo el mundo es libre de hacerlo. No es una ley, sino una regulaci¨®n. Pero intentamos que la gente sea respetuosa y no lo haga fijamente, ni demasiado rato¡±, se?ala Vera Al, portavoz municipal. Cuando vieron que solo el 40% de los gu¨ªas, ya fueran particulares o corporativos, firmaba su propio acuerdo interno, las autoridades han pasado a la acci¨®n.
A partir de abril, todos los cicerones -que no podr¨¢n llevar a m¨¢s de 20 personas- necesitar¨¢n una licencia para pasear por este barrio de m¨¢s de 3.000 vecinos en el que se encuentran 293 ventanas de prostituci¨®n. La licencia cuesta 100 euros y dura a?o y medio. ¡°Si son gu¨ªas ilegales, deber¨¢n pagar una multa de 190 euros. Si lo hacen de forma fraudulenta en nombre de una empresa, ser¨¢n 950 euros. A las tres sanciones, se pierde el permiso. Si queremos que De Wallen siga siendo un barrio habitable, los grupos tur¨ªsticos no pueden ser grandes¡±, ha dicho Udo Kock, teniente de alcalde de Econom¨ªa. Porque ese es el otro gran problema: entre las 11 y las 12 del mediod¨ªa, suele haber unos 27 grupos por hora deambulando por unas calles estrechas y serpenteadas de canales, seg¨²n cifras oficiales.
Un d¨ªa cualquiera, las aceras rebosan, la gente tapona la entrada de las tiendas o se queda quieta en un carril bici entorpeciendo el tr¨¢fico. De Wallen es un barrio medieval que conserva en su trazado la herencia de zona portuaria del r¨ªo Amstel, del que toma su nombre la ciudad. El poder de atracci¨®n de ?msterdam muestra aqu¨ª toda su fuerza, y los turistas no solo lo recorren a pie. Van en bici, t¨¢ndem e incluso patinetes segway, veh¨ªculos que congestionan todav¨ªa m¨¢s el lugar. De ah¨ª que la nueva regulaci¨®n indica que los grupos tampoco podr¨¢n permanecer demasiado rato en los puentes. O frente a los comercios en horario de venta. Las rondas, por otra parte, deber¨¢n concluir a las 23:00 horas. El propio consistorio admite que se trata de un plan ambicioso que depende de la buena educaci¨®n del visitante. Por eso ¡°habr¨¢ vigilantes de refuerzo y lo revisaremos si no da el resultado deseado¡±, seg¨²n sus portavoces.
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