Los Goya 2018: una gala ¡®feminista¡¯ presentada, dirigida y escrita por hombres
Los propios presentadores han dicho que ?est¨¢ de moda defender a la mujer? y que se ?apuntan al carro del feminismo?. Sin embargo, las mujeres no tienen ning¨²n papel relevante en la organizaci¨®n y solo el 27% de los nominados son chicas.
En la era post-Weinstein, entregas de premios y alfombras rojas han cambiado para siempre. Las mujeres del cine y de la m¨²sica no solo han roto el silencio sobre los abusos de poder, sexuales y la desigualdad, sino que han hecho de estos eventos una plataforma para visibilizarlos y llevar a cabo sus denuncias p¨²blicas. El color negro que ti?¨® los Globos de Oro, el traje protesta La mujer que llevo fuera de Ernesto Artillo vestido por varios actores en los premios Feroz o las rosas blancas y el Valentino rojo con mensaje de Lorde en los Grammy, son algunos ejemplos que justifican la expectaci¨®n feminista ante los Goya 2018, que se celebran este 3 de febrero. ¡°Visibilizar las situaciones injustas es el primer paso. Muchos niegan la desigualdad hasta que se enfrentan a los datos. En este sentido, las acciones simb¨®licas y con dimensi¨®n p¨²blica son eficaces. El negacionismo y el silencio no contribuyen a cambiar las cosas. Y necesitamos que cambien¡±, cuenta a S Moda Virginia Yag¨¹e, presidenta de de la Asociaci¨®n de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA).
Imaginar la gala de este a?o, presentada por Joaqu¨ªn Reyes y Ernesto Sevilla, pasa en primer lugar por mirar la lista de nominados. Solo un 27% de mujeres y hasta ocho categor¨ªas en las que no hay ninguna nominada. Verano 1993, dirigida por Carla Sim¨®n y La librer¨ªa, de Isabel Coixet, hacen dos de las cinco nominaciones a Mejor Largometraje, pero la cifra sigue sin rozar la paridad y refleja con crudeza el lugar de las mujeres en el cine espa?ol. ¡°Los porcentajes nos alejan mucho de un sistema equitativo. Es un mal dato especialmente si consideramos que el grupo de liderazgo, donde se toman las decisiones del contenido de las pel¨ªculas, solo cuenta con un 16% de directoras, 17% de guionistas y 26% de productoras¡±, dice Yag¨¹e. Una realidad que, seg¨²n propone, habr¨ªa que atajar siguiendo el ejemplo del Instituto de Cinematograf¨ªa de Suecia donde su CEO, Anna Serner, consigui¨® que el porcentaje de directoras de largometrajes pasara de un 26% al 50% entre 2012 y 2015 a base de ¡°medidas contundentes por la equidad¡±. Entre las que ya est¨¢n en marcha en nuestro pa¨ªs, la reciente mejora de la Ley del Cine, que pretende dotar de m¨¢s puntos a las producciones que cuenten con mujeres en puestos de responsabilidad (los que est¨¢n m¨¢s ligados al relato), como guion, direcci¨®n.
¡°Est¨¢ de moda defender a la mujer, que es algo muy positivo, y nosotros nos vamos a subir al carro. Habr¨¢ mucha presencia femenina en la gala, es una inquietud que nos ha trasladado la Academia y ser¨¢ uno de los temas de los mon¨®logos¡±, contaba Joaqu¨ªn Reyes en la rueda de prensa de presentaci¨®n. Inquietud que Twitter ya est¨¢ tachando de fallida. Para hablar de la necesaria visibilidad de las mujeres la instituci¨®n va a subir a su escenario a dos presentadores hombres. Que a su vez estar¨¢n dirigidos por otro hombre, Manel Iglesias, producidos por Yousif Bokhari, bajo la mirada de Luis Campoy en la realizaci¨®n y con un equipo de cinco guionistas. Tambi¨¦n todos hombres. De nuevo un segundo plano para las mujeres, las ¡°azafatas¡± que entregan premios pero no conducen galas, como dec¨ªa Dolera en los Feroz. Los tacones rojos de Rovira, segunda parte. Para tomar las riendas, la directora junto a otras compa?eras cineastas como In¨¦s Par¨ªs, Cristina Andreu, Patricia Ferreira, Bel¨¦n Mac¨ªas y Daniela Fejerman han anunciado que durante la entrega de premios van a llevar a cabo acciones concretas por la lucha feminista. El hashtag #M?SMUJERES y abanicos rojos para todo el que quiera llevarlos en forma de protesta. Virginia Yag¨¹e explica que la iniciativa, que parte de CIMA, busca ¡°reclamar una mayor presencia de mujeres en nuestras pel¨ªculas¡± y que esperan ¡°contar con el compromiso de nuestros compa?eros. Este no es solo un asunto de mujeres¡±.
La industria aqu¨ª ha preferido centrar el debate en la igualdad de oportunidades y representaci¨®n. Pero las denuncias de abusos, como en el caso estadounidense, tambi¨¦n han aparecido durante el ¨²ltimo a?o. Esos testimonios, que no se?alan nombres propios, han quedado relegados a las p¨¢ginas dedicadas a mujeres y apenas se les ha dado visibilidad en primeras planas. Dolera hablando de sus propias experiencias y del silencio c¨®mplice en El Diario con su art¨ªculo El esc¨¢ndalo machista vestido de normalidad es el caso m¨¢s sonado. El mismo d¨ªa que se hac¨ªa p¨²blico, compart¨ªan desde Yo Dona sus testimonios m¨¢s actrices: Aitana S¨¢nchez Gij¨®n, Ana Gracia, Carla Hidalgo o Maru Valdivieso. Y Concha Velasco se convert¨ªa a principios de a?os en la primera en poner sobre la mesa un nombre, el productor fallecido Ces¨¢reo Gonz¨¢lez.
Para apoyar a las cineastas espa?olas que denuncian y en solidaridad con las compa?eras de Estados Unidos, CIMA lanzaba un comunicado. En ¨¦l justifican por qu¨¦ no centrarse en dar nombres pero s¨ª en contarlo: ¡°El acoso es dif¨ªcil de probar y no se puede pedir a nuestras actrices y profesionales que se arriesguen a una denuncia por difamaci¨®n¡±. Leticia Dolera defend¨ªa que no hay necesidad de hacerlo en una entrevista en el show feminista Deforme Semanal, apelando a ¡°no poner el foco donde no conviene y no crear morbo, sino denunciar la situaci¨®n y la cultura del acoso¡±.
Por una y otra causa, las alfombras rojas se han transformado. La necesidad de transmitir valores y no solo marcas se ha hecho tangible. El precedente espa?ol lo marcaba la actriz Cuca Escribano en la edici¨®n pasada de los Goya posando con su chal reivindicativo, que llevaba escrito ¡°m¨¢s personajes femeninos¡± (solo hay un 20% de papeles femeninos en el cine). Y este a?o, durante la temporada de premios y eventos, el traje denuncia La mujer que llevo fuera, de Ernesto Artillo, ha hecho omnipresente su intervenci¨®n feminista. ¡°Tras el reportaje para S Moda, Alba Flores me pidi¨® llevar el traje a los Premios Feroz. Despu¨¦s me lo pidieron B¨¢rbara Santa-Cruz y Jorque Suquet. ?l fue quien se lo cont¨® a Isabel Coixet, que lo llevaba para recoger el Premio Mujerhoy¡±, explica. Aunque Artillo no sabe si el traje har¨¢ su aparici¨®n en estos Goya, cuenta la an¨¦cdota con una actriz: ¡°Me dijo que le encantaba el traje y el concepto, pero que quer¨ªa ir sexy (que me parece muy l¨ªcito), aunque a m¨ª nada me parece m¨¢s sexy que una buena certeza¡±. Y apunta: ¡°Yo entiendo la moda como una manera de comunicarnos. Comunicar que llevas un Gucci est¨¢ muy bien, pero si comunicas una cosa que te llega de una manera m¨¢s profunda, justo en este momento que hay tanta necesidad de reivindicar, mejor¡±.
Con el compromiso de dar un tratamiento en profundidad, m¨¢s all¨¢ de sonrisas y estilismos, este a?o The New York Times enviaba a fotografiar la alfombra de los Globos de Oro a Damon Winter, ganador de un premio Pulitzer de Fotograf¨ªa de Reportaje. Otra confirmaci¨®n de que empieza a interesar m¨¢s lo que se cuenta que lo que se lleva a la hora de recibir premios (v¨¦ase el alegato por la diversidad de los Javis en los Feroz que se hizo viral). En palabras de Marisa Paredes, Goya de Honor de esta 32 edici¨®n, para la Academia de Cine: ¡°Estamos dando pasos de gigante. Ser¨ªa absurdo que el cine no tuviera la visi¨®n del paso enorme que est¨¢ dando la mujer. Lo importante es que esto siga, que no sea algo coyuntural¡±. Y tilda de ¡°fundamental¡± el papel que en esto tienen las ceremonias de este tipo: ¡°Permiten saber qu¨¦ siente, qu¨¦ piensa y qu¨¦ tiene que decir toda una profesi¨®n. Es el escaparate¡±.
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