Mikki Kendall: ?El barrio me ense?¨® que el feminismo es algo m¨¢s que teor¨ªa cr¨ªtica?
La ensayista dirige la diana de su ¨²ltimo libro, Feminismo de barrio. Lo que olvida el feminismo blanco, hacia las mujeres y se?ala la necesidad de integrar al fin las cuestiones de raza, clase y orientaci¨®n sexual.
¡°Soy la feminista a la que la gente recurre cuando ser dulce no basta, cuando decir las cosas con amabilidad una y otra vez no funciona¡±. Esta declaraci¨®n de intenciones de Mikki Kendall, ensayista, activista y cr¨ªtica cultural estadounidense vertebra su ¨²ltimo libro, Feminismo de barrio. Lo que olvida el feminismo blanco (Capit¨¢n Swing), un escrito que funciona como una bala. No es una lectura c¨®moda, tal y como ella misma advierte. Sobre todo, porque la diana hacia la que se dirige es el punto ciego del feminismo actual: las propias mujeres. ?C¨®mo se puede ser solidaria como movimiento cuando existe la posibilidad de que algunas mujeres est¨¦n oprimiendo a otras? El libro, escrito sin contemplaciones y sin ambages, cuestiona la legitimidad del movimiento feminista moderno que, seg¨²n Kendall ¡°ha fracasado cr¨®nicamente a la hora de abordar las necesidades de todas las mujeres¡±. La autora insiste en que a¨²n se est¨¢ a tiempo de remediar eso y conseguir que el feminismo integre por fin las cuestiones de raza, de clase y de orientaci¨®n sexual. El libro es un grito que nos interpela a todos. Y a todas, especialmente.? Invita a estar airada, enfadada y expresarlo en alto, porque, apunta ¡°nadie se ha liberado de la opresi¨®n pidi¨¦ndolo cort¨¦smente¡±.
Citas a tu abuela como la mujer que te inspir¨® en la vida. ?Crees que le gustar¨ªa ver a la mujer en la que te has convertido?
Mi abuela estar¨ªa entusiasmada a pesar de no entender el feminismo tal como lo entendemos nosotras. Una de las cosas que amaba eran los libros. Y siempre le hubiese encantado que yo fuese la persona que los escribe. Y adem¨¢s siempre fue alguien que me apoy¨® en mis inquietudes literarias y culturales. As¨ª que absolutamente s¨ª, le gustar¨ªa la mujer que soy. Su frase para todo el mundo, su respuesta para casi todo era, ¡°ve a la escuela¡±. Descubr¨ª muy pronto, con ella a mi lado, que ser una ni?a problem¨¢tica significaba que pod¨ªa convertirme en una adulta que se saliera con la suya y lograra cosas porque no estaba pendiente de complacer a los dem¨¢s. Mi abuela era sabia para su ¨¦poca, pero no se le daba bien juzgar lo que me conven¨ªa, se aferraba a sus ideales de clase media. El barrio me ense?¨® que el feminismo es algo m¨¢s que teor¨ªa cr¨ªtica, no consiste en decir palabras adecuadas en el momento adecuado. El feminismo es el trabajo que t¨² haces y por qui¨¦n lo haces. Eso es lo m¨¢s importante.
?Feminismo de barrio frente a qu¨¦ feminismo? ?Qu¨¦ es lo que olvida el feminismo blanco?
Feminismo de barrio frente al feminismo de la clase media blanca que est¨¢ centrado en cosas como tener o no tener el apellido del marido. O en el derecho a no depilarse. Y el feminismo de barrio se centra en necesidades b¨¢sicas para la vida. Escrib¨ª este libro porque en conversaciones sobre el feminismo percib¨ªa que las mujeres de clase baja se sent¨ªan excluidas. Porque ellas est¨¢n luchando por la educaci¨®n y no por otras cosas menos necesarias. Luchan por comida, por un techo, no luchan por un liderazgo, luchan por sobrevivir. No luchan por vencer el techo de cristal. Luchan por algo que est¨¢ a¨²n en los m¨¢rgenes. Y de todo eso, el feminismo blanco se olvida. ?Rara vez se habla de las necesidades b¨¢sicas como una cuesti¨®n feminista. Problemas como la inseguridad alimentaria, el acceso a una educaci¨®n de calidad, la atenci¨®n m¨¦dica, unos vecindarios seguros y unos sueldos dignos tambi¨¦n son cuestiones feministas.
El cap¨ªtulo sobre C¨®mo escribir sobre mujeres negras me ha resultado demoledor. Me pregunto si se puede escribir, siendo blanca, sobre mujeres negras, o relacionarse con mujeres negras, sin ser condescendiente ni caer en estereotipos¡
Puede pasar, pero no es lo normal, siempre se caen en estereotipos. Es muy f¨¢cil caer, porque los blancos, mujeres y hombres, no se relacionan con gente negra, no tienen amigos negros. Los escritores blancos no suelen tienen relaci¨®n con gente negra, dir¨¢n que tienen amigos negros, pero ser¨¢ mentira: no est¨¢n en sus casas, en sus barrios, puede que tengan colegas en el trabajo, pero eso es todo. En EE.UU. el 75% de la poblaci¨®n blanca no tiene contacto con poblaci¨®n negra.? La segregaci¨®n de alguna forma sigue estando presenta. As¨ª que se repiten los estereotipos sin ser conscientes de que lo que est¨¢n diciendo es eso, un estereotipo. En el libro hablo de la misogynoir, por ejemplo, que es un t¨¦rmino que acu?¨® la profesora negra, queer, y feminista Moya Bailey para describir una misoginia espec¨ªfica contra las mujeres negras a causa de su raza y su g¨¦nero existente en la cultura visual y popular estadounidense. Eso est¨¢ tan presente y es tan sutil a veces¡ tenemos que cambiar nuestra forma de hablar de la negritud, de la pobreza de las mujeres que habitan esos espacios donde el acceso y las oportunidades casi nunca se cruzan, hay que estar dispuestas a escuchar a las ni?as y a las mujeres que todav¨ªa siguen ah¨ª, no solo a las que han conseguido salir. Y recordar, como digo en el libro, que la respetabilidad es el terreno envenenado que el supremacismo blanco nos ha otorgado. Los blancos nos ense?aron a temer el impacto del rechazo, a aceptar sus est¨¢ndares sin pararnos a pensar en las consecuencias que tendr¨ªan en nuestro bienestar y en el de nuestras comunidades.
?Cu¨¢les dir¨ªas que son las necesidades de las mujeres negras y de las blancas, respecto al feminismo y por qu¨¦ crees que se necesitan respuestas distintas?
Yo creo que hay diferentes respuestas porque cada feminismo atiende a sus prioridades. Para las mujeres blancas sus prioridades son ser iguales a los hombres blancos, tener el mismo tipo de trabajo. Y lo entiendo. Pero las mujeres negras no buscan eso, a¨²n no, porque para ellas es imposible, es un paso grand¨ªsimo que a¨²n no pueden dar. Hay mil cosas que resolver antes de eso, as¨ª que la lucha es diferente porque lo que nos preocupa es diferente.
Un capitulo de tu libro dice ?las chicas negras no tienen trastornos alimentarios? para alertar sobre eso. No me hab¨ªa parado a pensar que la raza tambi¨¦n pod¨ªa influir en algo as¨ª.
Los trastornos alimenticios no se visualizan nunca en las mujeres negras. Cuando pensamos en una joven anor¨¦xica nunca pensamos en una joven negra. ?Por qu¨¦? Porque gen¨¦ticamente las mujeres negras suelen tener cuerpos m¨¢s grandes, as¨ª que cuando adelgazan nadie piensa que est¨¢n teniendo un trastorno. Como su cuerpo es m¨¢s curvil¨ªneo, no tiene pinta de ser anor¨¦xica. Y nadie se preocupa, no saltan las alarmas. Solo pasa por ser una ni?a normal. Estamos hechas de una gen¨¦tica distinta por eso nuestro cuerpo con trastorno se ve diferente. Cuando yo tuve un trastorno nadie se dio cuenta, porque todos pensaban que simplemente estaba flaca. Pero por dentro es exactamente igual, nos pasa lo mismo que a cualquier joven blanca. El drama emocional es el mismo, la angustia, todo.
?Guapa para ser¡ negra?, se titula otro cap¨ªtulo. Me gustar¨ªa que me explicaras qu¨¦ es el ¡®colorismo¡¯ y c¨®mo influye eso en la vida de las j¨®venes negras actuales.
El colorismo es la idea de que cuanto m¨¢s clara seas, m¨¢s guapa, lista y bonita ser¨¢s. En cambio, si eres de piel marr¨®n oscuro tu belleza no se va a reflejar de la misma forma. Hoy el mundo sigue considerando que cuanto m¨¢s cerca te encuentres de la raza blanca, mejor. No deber¨ªa tener importancia, pero la tiene. Tu tono de piel no deber¨ªa condicionar la imagen que nadie tiene de ti, pero lo hace. Tu tono de piel a¨²n puede eclipsar tu personalidad. Eso tambi¨¦n lo olvida el feminismo blanco. La belleza en la que normalmente nos enfocamos es la belleza blanca en el tipo de cuerpo de las mujeres negras. Un ejemplo podr¨ªan ser las Kardashian, que tienen rasgos ¡®blancos¡¯ (a pesar de que son de ascendencia armenia) pero se operan para conseguir los cuerpos que las mujeres negras tienen gen¨¦ticamente. Hoy en d¨ªa los adolescentes y j¨®venes afroamericanos est¨¢n adoptando un discurso en el que suponen que las mujeres negras de tez m¨¢s clara son mejores, de esta forma el colorismo y la discriminaci¨®n est¨¢ presente dentro de la misma raza. Lo mismo pasa con la discriminaci¨®n hacia las mujeres de pelo afro dentro de la misma comunidad. Y luego hay otra categor¨ªa de hombres que est¨¢n interesados en mujeres de tez muy oscura como si fuese una clase de fetiche.
Pusiste en marcha el #fasttailedgirls, (chicas desarrolladas precozmente, adelantadas) que era tu caso. Me pregunto si eso tambi¨¦n te condicion¨®.
Yo era una adolescente alta y curvil¨ªnea. Mi cuerpo se form¨® en cuanto me lleg¨® la pubertad. No sabr¨ªa decirte c¨®mo ser¨ªa vivir en otro cuerpo distinto y me di por vencida. Dej¨¦ de lado la idea de intentar ser diferente, menos desarrollada. Y eso que tampoco soy el estereotipo de mujer negra fuerte. Cuando me puse en marcha el #fasttailedgirls en Twitter, miles de mujeres se sumaron para manifestar sus emociones. Porque ser adelantada se presenta como algo negativo y las advertencias para que no lo seas son una respuesta err¨®nea al problema de la violencia sexual. Tener ese cuerpo, llevar short,?maquillarse o estar en plena pubertad bastan a veces para convencer a algunos de que est¨¢s buscando problemas; cuando esa percepci¨®n arraiga cualquier cosa mala que te pase ser¨¢ culpa tuya. Como sucede con el conocido como complejo de virgen-puta, prevalece la idea de que a las chicas buenas no les pasan cosas malas. Mi propia abuela me advert¨ªa sin parar de los peligros de ser una ni?a muy adelantada y juntarme con ni?as adelantadas durante los ocho a?os que conviv¨ª con ella. Y mi madre tambi¨¦n. Claro que estaban preocupados por m¨ª, claro que todo era bien intencionado y que quer¨ªan protegerme, pero ese no era el problema. Recuerdo cuando un d¨ªa de viento un hombre se qued¨® mir¨¢ndome los pezones erectos y me echaron la bronca por ser demasiado adelantada. No tiene una soluci¨®n f¨¢cil. Es f¨¢cil culpar al patriarcado y apuntar con el dedo a hombres que violan y exigir justicia. Lo dif¨ªcil es detectar a las mujeres que con su actitud pasiva orientan a los violadores hacia sus v¨ªctimas al contribuir a la hipersexualizaci¨®n de las mujeres de color haci¨¦ndola pasar por empoderamiento. El violador siempre es el culpable de la violaci¨®n, sin duda. Pero es una descripci¨®n incompleta de la cultura de la violaci¨®n. M¨¢s all¨¢ de la apropiaci¨®n cultural o de los episodios accidentales de blackface tenemos un problema si mujeres blancas supuestamente feministas consideran que un disfraz de Pocahontas sexy es un s¨ªmbolo de empoderamiento en lugar de la representaci¨®n de una ni?a violada. No empodera en absoluto considerar que el camino hacia la libertad sexual pasa por convertir una cultura entera en un fetiche.
El mundo audiovisual, de las series, del cine, ?crees que est¨¢ teniendo en cuenta estas complejidades? ?Crees que est¨¢ representando bien al colectivo de mujeres racializadas?
Noooooo, no nos est¨¢n teniendo en cuenta como colectivo. La mayor¨ªa de los que est¨¢n haciendo pel¨ªculas y series son ricos y blancos y por eso no tienen conocimiento de lo que es ser una mujer racializada. Proyectan lo que pueden llegar a ver desde el exterior y eso es lo que crea el estereotipo. No suelo ver mujeres como yo en la televisi¨®n ni en el cine. Apenas hay series ni pel¨ªculas. Recomendar¨ªa Living single Girlfriends, por ejemplo. O interesarse por el cine africano.
?Qu¨¦ te llev¨® a escribir este ensayo?
Me enfad¨¦, estaba harta de que el feminismo solo hablara de ¡®estupideces¡¯ de clase alta, mientras que las mujeres que yo conoc¨ªa sufr¨ªan con temas como poder comer, mantener las escuelas abiertas en el barrio, brutalidad policial, pobreza. El feminismo que lleg¨® a mis o¨ªdos no hablaba sobre nada de eso, estaba focalizado en todas las mujeres blancas, de clase media-alta. Quer¨ªa que el feminismo hiciese alg¨²n efecto en la sociedad en general, no solo en un peque?o sector ¡®privilegiado¡¯. El feminismo deber¨ªa hablar por todas las mujeres
Cuando leo tu libro yo me siento mal, como feminista y como mujer blanca, por todo lo que hago mal.
No puedes cambiar el pasado, lo ¨²nico que puedes hacer es mirar hacia el futuro, y decir, puedo cambiar algo. ?No escribo esto para hacerte sentir mal escribo para que pens¨¦is en estas cosas. Mientras luch¨¢is con vuestras cosas peque?as de feministas privilegiadas quiero que pens¨¦is en las personas que no tienen tanta suerte, que no tienen los privilegios que ten¨¦is vosotras por hacer nacido blancas. Mi feminismo no vale para aquellas que est¨¢n c¨®modas en el estatus porque ese camino no conduce a la igualdad de las chicas como yo.? Mi feminismo, que es el feminismo de barrio es para todo el mundo porque todas lo necesitamos. En el libro se explica que si una mujer pobre pugna por llevar comida a la mesa, si una mujer de barrio lucha por mantener los colegios abiertos, si una mujer rural lucha por tomar las decisiones m¨¢s b¨¢sicas sobre su cuerpo todos sus problemas son cuestiones feministas y deben ser ejes fundamentales de este movimiento. El maltrato a las trabajadoras sexuales y a las mujeres trans es completamente invisible porque no son el tipo de v¨ªctimas ¡®adecuadas¡¯. Las chicas como yo ¨¦ramos objeto de conversaciones en las que nunca particip¨¢bamos porque ¨¦ramos un problema que solucionar, no personas de pleno derecho.
?Qui¨¦nes?son tus referentes?
Adem¨¢s de bell hooks, que es muy importante, est¨¢ Gwendolyn Brooks, una escritora de Chicago que tiene una amplia obra sobre mujeres negras.
?De d¨®nde sale tu feminismo?
Mi feminismo emana del conocimiento de que la raza, el g¨¦nero y la clase influyen en c¨®mo me educan, c¨®mo recibo tratamiento m¨¦dico, el dinero que gano y el tipo de empleo que tengo. Arremete contra un feminismo que no es un feminismo para todas las mujeres, solo para aquellas que se sienten a salvo en el seno de una sociedad supremacista blanca. No busca la empat¨ªa ni la compasi¨®n ni el cuidado ni la preocupaci¨®n por las dem¨¢s y aun as¨ª t¨¦cnicamente sigue siendo feminismo. El feminismo conservador hace posibles algunas de las peores decisiones pol¨ªticas bajo el pretexto de que se trata de mujeres protegiendo a otras mujeres. Por ejemplo, tal y como se explica en el libro, cuando la periodista Megyn Kelly fue reprobada por algunos partidarios de Trump por atreverse a preguntarle por su lenguaje mis¨®gino, muchos corrieron a solidarizarse con ella para proteger la voz de esa valiente feminista. El hecho de que Kelly se hubiera labrado un nombre por hacer comentarios racistas casuales (por desconcertante que parezca defendi¨® que Santa Claus era blanco) y por otros comentarios intolerantes habituales en Fox News, desapareci¨® de un plumazo en nombre de esa nueva sororidad.
En el libro aborda tambi¨¦n c¨®mo el feminismo est¨¢ dejando de lado cuestiones como lo trans. Es un tema que en Espa?a ha generado mucha controversia.
Antes no me parec¨ªa que los problemas de las personas trans y de g¨¦nero no conforme fueran para tanto, sobre todo el tema de los ba?os. Pero una amiga me se?al¨® que no poder usar un ba?o en p¨²blico equival¨ªa a ser expulsada de la vida cotidiana. Las mujeres trans suelen ser ridiculizados o ignoradas mientras algunas reconocidas voces feministas repiten las palabras de los conservadores fan¨¢ticos que defienden que el g¨¦nero es biol¨®gico y que se nace mujer en lugar de considerarlo un constructo social fluido y a menudo arbitrario. Las mujeres trans de color que son objeto de violencia recurrente ven estad¨ªsticas que reflejan que su realidad se enarbola para impulsar la idea de que todas las mujeres se enfrentan al mismo tipo de peligros. Pero el apoyo de las feministas blancas a las cuestiones que tienen un impacto directo en las vidas de las mujeres trans siempre ha sido m¨ªnimo si es que alguna vez existi¨®. El feminismo dominante suele asumir que para que su trabajo importe las mujeres deben seguir una trayectoria laboral dictada por hombres blancos cisg¨¦nero.
?Qu¨¦ significa ser c¨®mplice? ?C¨®mo se puede hacer algo concreto para avanzar en la direcci¨®n necesaria?
Tomar partido y ser aliadas de verdad. En general, una educaci¨®n en feminismo es territorio de las privilegiadas. Es dif¨ªcil leer docenas de libros sobre teor¨ªa feminista mientras trabajas en una peluquer¨ªa o tienes que trabajar para llevar comida a la mesa en puestos que exigen energ¨ªa f¨ªsica y mental. A veces el trabajo de las feministas en la comunidad es m¨¢s relevante que cualquier texto. Mi libro acaba diciendo que las comunidades marginalizadas ya han desarrollado estrategias y soluciones por cuenta propia. Ahora el feminismo dominante tiene que decidirse, tiene que pasar m¨¢s tiempo ofreciendo recursos y menos exigiendo que le den la raz¨®n. Ser c¨®mplices significa que el feminismo blanco destinar¨¢ sus plataformas y sus recursos para apoyar a las personas que llevan a cabo una tarea feminista en el seno de las comunidades marginalizadas.
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