Miley Cyrus o por qu¨¦ las mujeres dif¨ªciles dejaron de pedir perd¨®n
El comunicado de la cantante para defenderse ante las acusaciones de adulterio es recibido con entusiasmo viral. La fecha de publicaci¨®n no es un detalle sin importancia.
?Acepto que la vida que he escogido vivir implique que sea totalmente transparente y abierta con mis fans [¡] Lo que no puedo aceptar es que se diga que estoy mintiendo y ocultando un delito que no he cometido?. Miley Cyrus ha descargado en sus redes un rant antol¨®gico a prop¨®sito del cruce de acusaciones sobre su divorcio con Liam Hemsworth en el que se declara inocente de las acusaciones de adulterio en su separaci¨®n. Una afirmaci¨®n totalmente menor a tenor de la verdadera moraleja de su comunicado: he aqu¨ª una mujer que da un paso al frente, dispuesta a no pedir por?perd¨®n por sus acciones frente a la moral imperante.
Con su texto, Cyrus convierte las supuestas fallas de la mujer ideal en una celebraci¨®n de las mujer dif¨ªcil.?Lejos de santificarse, la artista reivindica haber ?jodido? y enga?ado a sus relaciones anteriores, haber perdido contratos millonarios y papeles en el cine por fumar marihuana o por publicar fotos donde ?chupaba un pastel en forma de pene?, haberse metido rayas en un ba?o y escribir canciones sobre consumir MDMA, cantar desnuda sobre una bola de demolici¨®n o afrontar la probabilidad de que ?tenga m¨¢s desnudos en Internet que cualquier otra mujer de la historia?. El post ha sido recibido con el consecuente entusiasmo que reciben este tipo de alegatos en las redes en 2019. La fecha de su publicaci¨®n no es un detalle sin importancia.
Monica Lewinsky pens¨® en suicidarse?en 1998 al explotar su esc¨¢ndalo sexual con Bill Clinton y cuando lo de ¡°ser una Monica¡± se convirti¨® en?insulto para j¨®venes de moral distra¨ªda. En 2003,?el ex de Paris Hilton filtr¨® a los medios su v¨ªdeo sexual casero:?la heredera se encerr¨® y solo bajaba a la calle escondida bajo una capucha y gafas XXL que cubr¨ªan su rostro (?No sal¨ª de casa en meses, estaba avergonzada?, rememorar¨ªa entre l¨¢grimas en el documental?The American Meme). Cuando en 2007 se filtraron fotos de Vannessa Hudgens desnuda, la estrella de Disney afirm¨®?sentirse ?avergonzada? y pidi¨® disculpas?a sus fans en un comunicado de arrepentimiento ¨Cun portavoz de la factor¨ªa remat¨® la jugada aludiendo que esperaban que?ella, y no el?hacker, ?hubiese aprendido la lecci¨®n?¨C. Tambi¨¦n se disculp¨®?Britney Spears cuando envi¨® una nota manuscrita a los medios avergonz¨¢ndose de haber dado un paraguazo a un fot¨®grafo que la acosaba en aquel episodio de crisis nerviosa que la convirti¨® en una broma planetaria. Scarlett Johansson, aunque?no pidi¨® disculpas, tampoco carg¨® contra los delincuentes que filtraron su famoso desnudo robado y brome¨® con la prensa cuando le preguntaron por el?hackeo.?
Todo cambi¨® cuando un??Es mi cuerpo y deber¨ªa ser mi decisi¨®n? apareci¨® presidiendo la portada en la edici¨®n estadounidense de?Vanity Fair en el n¨²mero de octubre de 2014. El punto de inflexi¨®n en la cobertura medi¨¢tica de la vida sexual y privada de las celebrities en la era moderna enterraba la cl¨¢sica postal de estrellas agarradas a un pa?uelo, cabizbajas, disculp¨¢ndose ante las c¨¢maras por desviarse en su camino. El paradigma se transform¨® cuando Jennifer Lawrence ¨Cotro personaje que ha triunfado reivindic¨¢ndose sin descanso como una mujer salida de la norma¨C, apareci¨® semidesnuda y poderosa enfrent¨¢ndose directamente a aquellos que consumieron las fotos ¨ªntimas robadas de su m¨®vil. Su contraataque a las im¨¢genes robadas que se vieron por todo Internet era para advertirnos de que lo suyo no era ?un esc¨¢ndalo? ni mucho menos. ?Esto es un crimen sexual. Una violaci¨®n?, dijo en su entrevista reclamando acci¨®n legal contra los hackers. Lawrence, con la evidente posici¨®n privilegiada que otorga ser una actriz oscarizada y millonaria, allanaba el terreno antes del #MeToo y del Time¡¯s Up, pero ayudada por la explosi¨®n de la narrativa feminista gracias al repunte activista y la pedagog¨ªa labrada en la conversaci¨®n digital.
La rebeli¨®n de las mujeres complicadas es imparable: el consumo de webs femeninas con perspectiva de g¨¦nero se ha expandido en un entorno en el que se ha cancelado el slutshaming para siempre. El mercado abraza la producci¨®n ensay¨ªstica donde se transforma, de forma justa, la antigua percepci¨®n de las mujeres dif¨ªciles de la historia, desde la versi¨®n m¨¢s pop y glossy de Alana Massey a la revisi¨®n de las figuras mitol¨®gicas a trav¨¦s de historiadoras como Mary Beard. Podcasts como el de Lena Dunham y Alana Bennett, The C Word, ofrecen programas monotem¨¢ticos sobre mujeres a las que ?la historia se empe?¨® en llamar locas?. La celebraci¨®n de las mujeres complicadas es un hecho.
?Durante la ¨²ltima d¨¦cada, hemos asistido a un cambio radical que es tan contempor¨¢neo a esta ¨¦poca como poco reconocido: ahora es completamente normal que las mujeres entiendan sus vidas, y las vidas de otras mujeres, en t¨¦rminos feministas?, escribe Jia Tolentino en su ensayo El culto a las mujeres dif¨ªciles, recogido?en el reciente?Trick Mirror (Penguin, 2019). Lo que antes era visto como un car¨¢cter arriesgado ahora es una baza gracias a d¨¦cadas de pensamiento feminista amplificado en la esfera digital. ?Si alguna vez era est¨¢ndar llamar loca o cargante a cualquier mujer inmanejable, ¡®loca¡¯ y ¡®cargante¡¯ ahora son vistos como?insultos sexistas?, destaca en un texto que tambi¨¦n expone el lado oscuro de esta tendencia. Por cada Miley exponi¨¦ndose sin avergonzarse o cada Monica Lewinsky produciendo una serie para redimirse del extremo asedio sexista al que fue expuesta, personajes como Melania Trump gritan ¡®machismo¡¯ cuando la prensa interpreta que es ofensiva la chaqueta que dice ?A mi no me importa, ?a ti?? al visitar rodeada de c¨¢maras a ni?os migrantes separados de sus padres en Texas. ?Hemos ense?ado a gente a la que no le importa nada el feminismo a c¨®mo hacer precisamente esto, c¨®mo analizar a las mujeres y analizar c¨®mo la gente reacciona ante las mujeres, c¨®mo leer e interpretar estos s¨ªmbolos sin fin?.
M¨¢s all¨¢ del uso aprovechado por ciertos sectores reaccionarios que se agarran de forma puntual al feminismo mientras atacan y desmerecen al activismo el resto del tiempo, la identificaci¨®n con las mujeres dif¨ªciles seguir¨¢ siendo aplaudida y viralizada sin freno (ah¨ª est¨¢ el ¨¦xito virtual de Olvido Hormigos en versi¨®n espa?ola). La f¨®rmula funciona por pura empat¨ªa, porque cuando celebramos las historias de esas famosas, tal y como recuerda Tolentino, ?tambi¨¦n reclamamos las historias que rodean a mujeres corrientes?.
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