Psicolog¨ªa del ¡®fotopene¡¯: qu¨¦ tipo de hombres y por qu¨¦ razones se env¨ªa

Si eres una mujer es altamente probable que en alg¨²n momento de tu vida hayas recibo una foto de un pene en tu tel¨¦fono m¨®vil. En el mejor de los casos, la fotograf¨ªa habr¨¢ sido solicitada, apreciada y gozada por ambas partes. En el peor, es probable que hayas recibido una fotograf¨ªa de un pene cualquiera sin esperarlo. Seg¨²n un estudio de Pew Research Center sobre acoso online, el 53% de las mujeres de entre 18 y 29 a?os han recibido un?dick pic en alg¨²n momento de su vida. La misma tecnolog¨ªa que nos ha permitido practicar sexo con alguien que est¨¦ a m¨¢s de 3.000 kil¨®metros de distancia tambi¨¦n ha conseguido hacer mutar la figura del se?or con gabardina del que alertaban a las puertas del instituto por otros se?ores que ya ni siquiera se esconden detr¨¢s de un avatar con forma de huevo. A veces tienen cara, nombre y apellidos y es posible que incluso den a conocer su n¨²mero de tel¨¦fono ¨Cv¨ªa WhatsApp¨C y su lugar y puesto de trabajo.

La reacci¨®n ante una fotograf¨ªa no solicitada de un pene suele ser la de sorpresa, incredulidad, miedo o enfado. Algunas mujeres incluso se lo pueden llegar a tomar a risa por lo esperp¨¦ntico de la situaci¨®n. Pero la gran mayor¨ªa de ellas no pueden evitar mirar la pantalla de su tel¨¦fono m¨®vil con hast¨ªo y preguntarse qu¨¦ demonios hace llevar a un hombre aparentemente normal a sacarse una foto de su miembro y envi¨¢rselo con tant¨ªsimo descaro.

Recientemente, The Journal Of Sex Research, ha dado con las respuestas. En un estudio titulado ¡®I¡¯ll show you mine and you¡¯ll show me yours¡¯ (Te ense?ar¨¦ lo m¨ªo y me ense?ar¨¢s lo tuyo) se exploran las motivaciones detr¨¢s del env¨ªo no solicitado de im¨¢genes de los genitales, as¨ª como la personalidad y caracter¨ªsticas sexuales de los hombres que env¨ªan estas fotos frente a los que no.

El 48% de los hombres admiti¨® haber enviado en alguna ocasi¨®n una foto de su pene sin consentimiento de la otra persona. En cuanto a la motivaci¨®n, la mayor¨ªa de los sujetos de este estudio reconocieron que env¨ªan estas fotograf¨ªas esperando recibir fotograf¨ªas del mismo tipo a cambio. Sin embargo, otros de los participantes reconocieron, dando muestras de una actitud m¨¢s mis¨®gina, que lo que les reforzaba era la respuesta negativa de sus destinatarias. La sensaci¨®n de poder y el control sobre la reacci¨®n de la otra persona se convert¨ªan en factores condicionantes para este intercambio: ¡°Enviar una fotorabo me da una sensaci¨®n de control sobre la persona a la que se lo env¨ªo¡±, admiti¨® uno de los participantes.

El 82% de los participantes revelaron, al preguntarle por sus intenciones, que su fin ¨²ltimo era que la mujer que recibiera la fotograf¨ªa se sintiera excitada. Sin embargo, fallaban al reconocer la importancia del consentimiento a la hora de realizar un intercambio de este tipo o, directamente, saber que lo estaban violando sin ver en ello mayor problema. La m¨¢xima de ¡°el no ya lo tienes¡±, que tanto favorece el acoso a mujeres en la cultura machista, parece encontrar en este estudio bases cient¨ªficas.

Para sorpresa de pocas, el perfil del hombre que env¨ªa este tipo de fotograf¨ªas presenta niveles altos de narcisismo adem¨¢s de respaldar tanto ejemplos de machismo ambivalente como hostil frente a aquellos hombres que no env¨ªan fotos de sus genitales a desconocidas. Prueba de este narcisismo es que muchos hombres dec¨ªan sentirse tan orgullosos de su miembro que no pod¨ªan evitar compartirlo con desconocidas.

?Cu¨¢les son las posibles soluciones?

Recientemente, tal y como informaba The Guardian, la dise?adora web Kelsey Bressler solicit¨® fotos de sus penes a sus seguidores en Twitter. No se trataba de ninguna broma. La dise?adora est¨¢ desarrollando una versi¨®n beta de un filtro que permitir¨ªa interceptar el 95% de las foto de contenido sexual ¨Cen concreto, de penes¨C que lleguen por mensaje privado y eliminar y bloquear a quien las env¨ªa, lo que evitar¨ªa a muchas mujeres unas cuantas sorpresas desagradables a la hora del caf¨¦. El filtro, todav¨ªa en desarrollo, ha sido entrenado con im¨¢genes de cine porno y en esta nueva fase debe ser testado con fotograf¨ªas reales.

Bressler est¨¢ buscando activamente una soluci¨®n a un problema que sufren muchas mujeres y al que no se le da la suficiente importancia desde los sectores tecnol¨®gicos: que el hecho de que no sea cara a cara no significa que no sea acoso, y que tener herramientas que permitan silenciar y bloquear a quien env¨ªe este tipo de contenido no evita que muchas mujeres tengan que ver el contenido en primer lugar.

Aplicaciones como Twitter, Instagram y WhatsApp ya muestran borrosas las fotograf¨ªas que env¨ªan destinatarios desconocidos: eliminarlas directamente para evitar que ninguna mujer tenga que verlas e incluso bloquear a esos usuarios que solo utilizan las redes para enviar esos contenidos, de nuevo como la versi¨®n digital del se?or con gabardina, har¨ªa de Internet un lugar mucho m¨¢s amable para, al menos, el 53% de las mujeres.