Generaci¨®n ameba: asexuados, una raza en aumento
Heterosexuales, bisexuales, gais, lesbianas, transexuales¡ ?Por qu¨¦ choca a la sociedad el hecho de que ciertas personas declaren no tener impulsos sexuales? Ellos reclaman su derecho a vivir y relacionarse tan solo rom¨¢nticamente.
El 1,05% de la poblaci¨®n es asexual, es decir 70 millones de personas en el mundo, de las que 470.000 ser¨ªan de nacionalidad espa?ola. El porcentaje lo desvel¨® Anthony Bogaert en su art¨ªculo The Journal of Sex Research (2004), tras investigar el comportamiento de 18.000 brit¨¢nicos. Estos datos los contrast¨®, y reafirma, en su nuevo libro Entendiendo la asexualidad (Ed. Rowman & Littlefield Publishers). En nuestro pa¨ªs, 2.500 de ellos est¨¢n inscritos en la web de AVEN (Asexual Visibility and Education Network), en la que hay m¨¢s de 60.000 miembros repartidos por los cinco continentes. Hoy, de 12 a 20 horas, muchos de ellos se han citado para patinar por Barcelona y m¨¢s tarde participar de la cabalgata del Pride 2013. Es la primera manifestaci¨®n que realizan en Espa?a y que sigue a las celebradas en Francia, Inglaterra, Irlanda, Argentina o Colombia los dos ¨²ltimos a?os.
Esta organizaci¨®n la fund¨® David Jay en 2001 como plataforma online con la que dar visibilidad a personas como ¨¦l. ?Ser asexual es como ser un ateo en la Biblia. A la gente le cuesta trabajo admitir la idea de que exista ausencia de deseo sexual. Yo no me callo, puedo hablar de sexo con mis amigos, pero el acto sexual no me interesa?, explica.
En los tres millones de mensajes escritos en los foros de AVEN se habla, en su mayor¨ªa, de la falta de comprensi¨®n por parte de la sociedad. Su coordinadora de prensa e investigaci¨®n, Johanna Villamil, considera que las personas con su identidad est¨¢n llevando a cabo ?la primera revoluci¨®n sexual del siglo XXI?. Y nos lo justifica de esta forma: ?El mundo est¨¢ hecho para que vivamos seg¨²n unas instrucciones; y si algunos nos las saltamos, perturba al resto. Lo que me parece extra?o es que j¨®venes o personas con una mentalidad moderna intenten que todos vivamos con las mismas recetas con la que vivieron mis abuelos. Si a nadie le sorprende la evoluci¨®n de la ciencia, ?por qu¨¦ les sorprende la evoluci¨®n de las relaciones humanas? El no tener impulsos sexuales nunca se plantea como opci¨®n, y es lo que no entendemos?.
Luis ?lvarez Mun¨¢rriz, catedr¨¢tico de Antropolog¨ªa Social de la Universidad de Murcia y autor del art¨ªculo La identidad asexual, comparte esta opini¨®n. ?La asexualidad atenta contra nuestros pilares culturales. De hecho, la ropa unisex refleja y explica la asexualidad, porque destruye roles establecidos?.
Hasta 2007 la comunidad cient¨ªfica inclu¨ªa a los asexuales como ?personas que padec¨ªan deseo sexual hipoactivo o inhibido?. ?Aquel a?o logramos una excepci¨®n, que no se considerara como enfermos a aquellos que nunca hemos sentido deseo sexual en nuestra vida?, recuerda Villamil, en referencia a la anterior edici¨®n del Manual diagn¨®stico y estad¨ªstico de los trastornos mentales, que en el apartado de trastorno sexual inclu¨ªa su orientaci¨®n.
Sophie Fontanel autora de la novela L¡¯Envie.
Cordon Press
Este mayo se public¨® el quinto manual y ya no aparece como tal. ?Por fin se han liberado de la tiran¨ªa de la ciencia y la medicina. Hasta hoy, la comunidad hab¨ªa intentado reprimirles. Ahora ellos tienen el poder de determinar lo que es normal o anormal. Ya est¨¢n en el primer grupo?, dice ?lvarez Mun¨¢rriz.
?No se conocen las causas de la asexualidad, ya que los niveles de hormonas son normales. En los pocos estudios que hay, y que se han realizado con animales, se descubrieron alteraciones en el hipot¨¢lamo con deficiencias en los receptores para la testosterona. Pero hay que entenderla como una caracter¨ªstica m¨¢s, como a las personas a las que no les gusta el chocolate. No por ello vamos a suponer que tengan una alteraci¨®n en el cerebro?, dice el doctor Ra¨²l Paredes Guerrero, director del Instituto de Neurocirug¨ªa de la UNAM, M¨¦xico.
Otra forma de relacionarse. Al principio, AVEN choc¨® incluso con la comunidad gay, ya que los confundieron con radicales cristianos. ?Este colectivo est¨¢ altamente cargado de sexualidad, y en los Orgullos nos confund¨ªan con activistas que reclamaban el celibato. No somos personas que decidieron renunciar al sexo, eso puede confundir. Ahora tenemos una relaci¨®n muy amable y de colaboraci¨®n?, asegura Jay.
Es m¨¢s, la organizaci¨®n Asexual Awareness Week ¨Cque cada octubre organiza en diferentes capitales del mundo una semana de actividades por la visibilidad¨C public¨® en su ¨²ltimo censo comunitario que el 40% de su comunidad son gais o lesbianas. Esta divisi¨®n en grupos es fundamental para ellos, ya que no renuncian a las relaciones sentimentales. Se subdividen en heterorrom¨¢nticos, homorrom¨¢nticos y birrom¨¢nticos, y tienen sus propias webs para encontrar pareja, como asexualpals.com o platonicpartners.co.uk. ?Es un mito que no tengamos relaciones sexuales, eso s¨ª, en algunos casos son de muy baja frecuencia y en otros es nula.?A los que s¨ª sienten algo de atracci¨®n sexual se les denomina demisexuales, quienes tienen relaciones de baja frecuencia solo con las personas de las que se enamoran?, comenta Johanna.
Los ameba, como se autodenominan en tono ir¨®nico, tienen sus iconos. Unos son ficticios, como el protagonista de la serie Sherlock, interpretado por Benedict Cumberbatch; Sheldon Cooper, de The Big Bang Theory; o los pitufos, que han grabado un v¨ªdeo reclamando la igualdad de derechos para el colectivo LGTB ¨Caunque su autor, Pierre Culliford, ya los concibi¨® como asexuales¨C. Otros son celebridades, como Morrissey, Bradford Cox, la actriz Janeane Garofalo o Tim Gunn, jurado del programa Project Runway; todos ellos proclaman su condici¨®n. Y, como parte de la A revoluci¨®n, la bibliograf¨ªa aumenta.
En Espa?a, Luc¨ªa Lietsi, autora del blog Diarios de asexualidad, ha publicado en formato digital su autobiograf¨ªa Diario de una asexual (Bubok). Pero el gran ¨¦xito narrativo es L¡¯Envie (Robert Laffont), de la editora de moda francesa Sophie Fontanel, que ha vendido m¨¢s de 150.000 ejemplares. ?Me han llamado fr¨ªgida, anormal, reprimida¡ Todo por llevar a cabo la mayor insubordinaci¨®n de nuestro tiempo: vivir sin sexo?.
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