?Por qu¨¦ las mujeres est¨¢n dejando de llevar bikini?
El verano de la pol¨¦mica por el burkini y de la declaraci¨®n de guerra a la operaci¨®n bikini nos deja los datos que demuestran que cada vez m¨¢s mujeres prefieren llevar trajes de ba?o de una pieza.
En plena controversia por la decisi¨®n de Francia de prohibir los burkinis (prenda que ha disparado sus ventas en un 200% al hilo de la pol¨¦mica) su hom¨®logo occidental ¨Cal menos en los planos l¨¦xico y espacial¨C el bikini, no parece estar viviendo su mejor momento. La prenda de dos piezas, que triunf¨® en la segunda mitad del siglo XX al convertirse en el s¨ªmbolo de la liberaci¨®n femenina, se est¨¢ viendo relegada a las maletas estivales m¨¢s cl¨¢sicas por distintos motivos.
Hace pocos d¨ªas, la periodista de The Guardian, Jess Cartner-Morley, razonaba que la alineaci¨®n planetaria contra el bikini ten¨ªa que ver con varios elementos. Por un lado, el hecho de que muchas celebrities luzcan prendas playeras cada vez m¨¢s sofisticadas: Taylor Swift o alg¨²n miembro del clan Kardashian yendo a la playa con Rash Guards (camisetas de neopreno), tops (incluso de cuello alto) y otras prendas inspiradas en el atletismo, el surf o cualquier otra muesca del estilo de vida, por ejemplo. Por otro, la concienciaci¨®n acerca de los peligros de exponer demasiado la piel al sol que est¨¢ calando en los ¨²ltimos a?os. Cada vez m¨¢s mujeres prefieren no buscar el bronceado t¨ªpico del verano a cambio de proteger su piel de los efectos del sol.
Adem¨¢s hay muchas mujeres que no se sienten del todo c¨®modas exponiendo su cuerpo en bikini en un espacio social como es la playa. ?Y otras que se revelan contra la idea de ir a la moda o mostrarse sexy en ese contexto o cualquier otro. Es una cuesti¨®n de actitud personal y de la consciencia, cada vez mayor, con la que las mujeres se relacionan con su cuerpo y con las expectativas sociales que se concentran en ¨¦l. Una decisi¨®n personal que, tal y como ha explicado recientemente la estilista Susie Buble en su blog, no tiene por qu¨¦ estar sujeta a una imposici¨®n.?Soy una defensora de ense?ar el m¨ªnimo de carne en p¨²blico. No por causa de una religi¨®n. No por consecuencia del patriarcado. Es una cuesti¨®n de elecci¨®n. Desde que tengo uso de razon, he sido del equipo ba?ador frente VS. equipo bikini?.
En este sentido, tambi¨¦n cabe sumar la pol¨ªtica, con la cuesti¨®n del ¡°burkini¡± evidenciando que el cuerpo femenino parece seguir siendo un tema p¨²blico sobre el que incluso se puede legislar a pesar de que la desexualizaci¨®n de las playas y de otros espacios es un camino imparable. Y por ¨²ltimo, c¨®mo no, la moda, que tambi¨¦n tiene algo que decir a este respecto con datos de ventas. En Reino Unido, por ejemplo, bajan respecto a esta prenda y sus competidoras directas: el ba?ador tan tendencia ¨²ltimamente, los maillots inspirados en las gimnastas de r¨ªo, los trikinis que ya nos ponemos desde hace un lustro o las propuestas de aire retro con ?shorts? por encima de la cintura que solo tienen en com¨²n con el bikini que constan de dos partes.
En Espa?a, sin embargo, los datos se?alan que el cl¨¢sico bikini sigue teniendo buena vida y es elegido por m¨¢s del 85% de las mujeres (aunque la venta de ba?adores y de trikinis, seg¨²n un estudio de Ventee Prive, ha subido un 24%). Quiz¨¢ su reinado contin¨²e incluso entre las m¨¢s j¨®venes y adictas a la moda, porque aqu¨ª no despeg¨® hasta casi los 70 cuando ciudades como Benidorm, Santander o Marbella ?supieron vencer la moral de la dictadura a cambio de convertirse en zonas tur¨ªsticas de primer orden.
Las expertas, sin embargo, a?aden m¨¢s motivos al hecho de que el bikini ceda algo de su protagonismo. Para la dise?adora de moda de ba?o Marta Sanmart¨ªn, que firma delicados ba?adores y bikinis de tiro alto con toque retro para Pale Swim Wear, ¡°ahora hay m¨¢s opciones para todo el mundo y a una parte importante de las mujeres no les apetece estar tan desnudas en la playa. Antes hab¨ªa que conformarse con la oferta de bikinis y ba?adores de las marcas m¨¢s comerciales. Pero, ahora, con Internet tenemos la posibilidad de no vestir como los dem¨¢s, de no conformarnos y de desmarcarnos de los otros llevando en la playa y tambi¨¦n en la calle las prendas que m¨¢s nos van. Creo que antes se usaba m¨¢s el bikini porque no hab¨ªa otra cosa, pero ahora hay m¨¢s oferta¡±, dice.
Adem¨¢s, una cosa son las tendencias y otras las ventas: ¡°El bikini es un b¨¢sico del fondo de armario femenino. Yo, por ejemplo, tengo muchas clientas que se compran ba?adores o braga alta para ir m¨¢s guapas a la playa, pero luego se compran un bikini de braga baja para cuando quieren tomar el sol. La funcionalidad del bikini es enorme, no creo que vaya a morar porque es demasiado pr¨¢ctica y, adem¨¢s, tambi¨¦n es una prenda que nos gusta llevar se lleve m¨¢s o se lleve menos¡±, asegura.
Parece que, del mismo modo que el inicio del verano arrancaba con la guerra a la operaci¨®n bikini, el final de asueto en 2016 sirve el debate de si se trata de una prenda en claro declive o solo otro ejemplo m¨¢s de c¨®mo la moda y los contextos sociales y culturales se retroalimentan haciendo que todo sea interpretable desde el plano te¨®rico. En cualquier caso, como explica la estilista Susie Bubble, que cada mujer elija lo que le hace sentir m¨¢s c¨®moda es el mejor argumento a favor o en contra del biquini, el burkini, el traje de neopreno o el de plomo.
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