Isabel Pantoja: un icono de estilo, a su manera
La tonadillera nunca aparece en las listas de las mejor vestidas pero, ?alguien puede negar hasta qu¨¦ punto su armario influye?
Nunca aparece, ni como aspirante, en las listas de las mejor vestidas pero no hay duda de que Isabel Pantoja influye con su estilo en el de sus compatriotas. Lo lleva haciendo m¨¢s de cuatro d¨¦cadas. No se sorprenda si este verano se encapricha de un ba?ador de lunares con cremallera en el escote, como el que pasea la tonadillera por las playas de ¡®Supervivientes¡¯ con la misma caprichosa altaner¨ªa que la bata de cola sobre las tablas de un escenario. El dise?o, combinado con pareo de volante, nada tiene que envidiar a un Jacquemus del pasado verano.
El modelo ¡®Peach¡¯ de la cantante forma parte de la colecci¨®n de su sobrina Anabel Pantoja ¨Ctertuliana, tour manager e influencer- para la firma AQ?E APPAREL. La pieza se agot¨® poco despu¨¦s de que TeleCinco publicase en su web la imagen promocional con la que confirmaba la participaci¨®n de Isabel en el reality. La ¨²ltima vez que la hab¨ªamos visto de esta guisa fue en la portada de ?HOLA! hace un par de a?os; aquella en la que por su postura e indumentaria azul piscina recordaba a la, mil veces reproducida, estampa de Lady Di sentada sobre el trampol¨ªn de un yate, sola en mitad del ancho mar.
A principios de los a?os 70, cuando la copla se vest¨ªa de festiva costura nocturna -gracias al empe?o de Roc¨ªo Jurado, entre otras, por modernizar el continente del g¨¦nero para minimizar la fuga de seguidores a los conciertos de m¨²sica yey¨¦- una adolescente sevillana de melena infinita azabache irrumpi¨® en la escena musical reivindic¨¢ndose como sucesora de Imperio Argentina y Concha Piquer con el ¨¢lbum ¡®Tablao Triana¡¯. En sus actuaciones, la ni?a Isabel de ¡°ojos de noche cubana y labios con miel de banana¡± vest¨ªa trajes de gitana perpetuando el t¨®pico folcl¨®rico andaluz.
En ¡®22 Abriles tengo¡¯, presentada la Nochevieja de 1978, Isabel reafirma su pasi¨®n por la est¨¦tica de los a?os 40.? ¡°D¨®nde vas ni?a, d¨®nde vas ni?a con ese pelo y ese gran mo?o de picaporte. Le gusta al hombre que yo camelo y no hay cristiano que me lo corte. Tus volantes y vestidos ya no se llevan mujer, los llevo porque son m¨ªos y de Sevilla y Ol¨¦¡±. Ese mismo a?o ¡®La m¨¢s grande¡¯ hab¨ªa publicado ¡®Lo siento mi amor¡¯, un tema con el que mandaba a hacer g¨¢rgaras a un amante que ya no le hac¨ªa sentir nada. Isabel parec¨ªa ajena al nuevo contexto de sus iguales.
Pese a esta reivindicaci¨®n, fuera de escena, la andaluza aparcaba la peina y el volante y vest¨ªa como tocaba, por entonces, a una ni?a de su edad: con pantalones campana, camisetas ajustadas y melena suelta. Era una mu?eca Jane Birkin en una jaula de moralidad. Isabel, a la vez que exig¨ªa su sitio entre las estrellas con ¡®Ahora me ha tocado a m¨ª¡¯, presum¨ªa de virginidad. Durante los casi 40 a?os que dur¨® la dictadura franquista se impuso la idea de que ¡®artista¡¯ era sin¨®nimo de ejercer la prostituci¨®n.
Pantoja entreg¨® orgullosa su flor al torero Francisco Rivera Paquirri la noche que se casaron ante los ojos de Dios, de 1.200 invitados y de centenares de curiosos el 30 de abril de 1983 en Sevilla. Por culpa de la pasi¨®n, perdieron el avi¨®n que los llevaba, al d¨ªa siguiente, a Venecia, donde iniciaron su Luna de Miel. Para el enlace la tonadillera confi¨® su vestido a Lina, la firma que llevaba visti¨¦ndola desde los seis a?os. Marcelina Fern¨¢ndez y Francisco Montero hab¨ªan embellecido antes con sus trajes de flamenca a la princesa Grace de M¨®naco en la Feria de Abril, a la reina Sof¨ªa cuando era princesa de Espa?a para ir a El Roc¨ªo y a Carmen Sevilla para el popular anuncio ¡®Familia Phillips¡¯.
Roc¨ªo y Mila Montero, directoras actuales de la casa e hijas de los creadores, describen el modelo as¨ª: ¡°Era cl¨¢sico, realizado en raso blanco con escote barco por delante y en forma de v por detr¨¢s. La falda era evas¨¦, terminando en grandes puntas redondeadas bordadas a mano en cristal. Ten¨ªa una larga cola terminada en puntas como el traje¡±. Enmarcando el rostro llevaba una tiara que sujetaba el velo de tul ilusi¨®n. Pese a su aparatosa descripci¨®n, el vestido era de apariencia sencilla y contrastaba con la pomposa moda de cuento de hadas y tafet¨¢n, imperante en la d¨¦cada, impuesta por el vestido de David y Elizabeth Emanuel de estilo victoriano que la princesa Diana de Gales eligi¨® en 1981 para casarse con el pr¨ªncipe Carlos. Basta con desviar la vista a un ¨¢lbum familiar para reparar en qui¨¦n se dej¨® influenciar por el estilo minimalista de una y el recargado de la otra.
A su pesar y para su desgracia, Isabel se convirti¨® en ¡®La viuda de Espa?a¡¯ ¨Cy de ¡®Paquirri¡¯, obviamente- la tarde del 26 de septiembre del 84, por lo que tuvo que abandonar la tranquilidad de la finca ¡®Cantora¡¯, en la que se hab¨ªa reconvertido en ama de casa tras el nacimiento de su hijo Francisco Jos¨¦, para ganarse el pan de turn¨¦. Su primera actuaci¨®n tuvo lugar un a?o despu¨¦s en el teatro Lope de Vega de Madrid, a beneficio de la Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa y ante la atenta mirada de la consorte griega, donde present¨® el ¨¢lbum ¡®Marinero de luces¡¯, compuesto por Jos¨¦ Luis Perales e inspirado por la desgracia. Del vestuario se encargaron, una vez m¨¢s, Francisco y Lina. Sus hijas es el pedido que recuerdan con mayor nitidez. ¡°Confi¨® plenamente (en nuestros padres) lo que hizo que el trabajo fuera muy f¨¢cil y gratificante¡±.? Destacan que su clienta ¡°viste cada canci¨®n con un traje adecuado, inspirado en cada tema. Esto hace que su puesta en escena sea rica y llena de matices¡±.
Las piezas del espect¨¢culo estaban al nivel, por su complejidad t¨¦cnica y sus may¨²sculos lazos envolventes -tan caracter¨ªsticos de la d¨¦cada-, de los vestidos de Balmain con los que el pintor Ricardo Macarr¨®n retrataba a la baronesa Thyssen. Destaca el abrigo oversize gris perl¨®n, con hojas bordadas sobre los hombros y la pechera, con el que abri¨® el recital. Escond¨ªa un vestido palabra de honor de encaje y falda de raso con efecto tontillo gracias a una sobrefalda. De esta forma la moda que triunfaba en el extranjero entr¨® en contacto con un p¨²blico mayoritario que segu¨ªa, a diario y con devoci¨®n, los movimientos de aquella se?ora parapetada tras unas gafas de sol. Isabel legitimaba las tendencias en las p¨¢ginas de las revistas del coraz¨®n mientras las cabeceras internacionales de moda preparaban su desembarco en Espa?a.
El primer lustro de los a?os 90 estuvo marcado para Pantoja por su amistad con Encarna S¨¢nchez. La todopoderosa locutora de radio COPE le descubri¨® a ¡®La reina de la copla¡¯ un abundante n¨²mero de marcas internacionales en un viaje a Par¨ªs. Que, visto el renovado vestidor de Isabel, nada tuvo que ver con la traves¨ªa mallorquina que recrearon Josema Yuste y Mill¨¢n Salcedo (¡®Martes y trece¡¯) en ¡®El 92 con cava y todo¡¯.
Para el estreno de ¡®Yo soy ¨¦sa¡¯, el largometraje protagonizado por Isabel Pantoja y Jos¨¦ Coronado¡¯, la de Triana eligi¨® un vestido ajustado de encaje crudo y escote pico de Karl Lagerfeld para Chanel. Las bodas de ese decenio se llenaron de invitadas que recrearon este look con chales multicolor y no el sencillo tres piezas de Yves Saint Laurent de Isabel Preysler en la boda de su hija Chabeli con Ricardo Bofill junior en 1993. Preysler es un icono de estilo, aspiracional. Mientras, Pantoja es un referente imitado.
En la capilla ardiente de Lola Flores en el centro cultural de la villa de Madrid en 1995, Isabel visti¨® una camiseta marinera logada de la maison fundada por Coco y gafas de Versace negras con la medusa dorada de la casa italiana en las patillas. Dos de las casas favoritas de la cantante.
Rota su amistad con Encarna, Isabel volvi¨® a vestir marcas nacionales. A principios de los a?os 2000? incorpor¨® a su cartera de costureras a L¨®pez de Santos, la firma creada por los ex bailaores flamencos Manuel Guti¨¦rrez y Gabriel Portillo. Desde entonces se han encargado de gran parte de su guardarropa folcl¨®rico? y la han vestido de madrina en la boda de su hijo Kiko con Irene Rosales. En una entrevista concedida a la revista Lecturas el d¨²o reconoci¨® que Isabel es de ideas fijas. ¡°En el caso de Isabel Pantoja, pues nos dice quiero esto y esto, ah¨ª se lo modelamos y ella nos dice si lo quiere o no¡±.
En 2004 Maribel, como se deja acariciar por los ¨ªntimos, sorprendi¨® con una imagen renovada en la portada del disco ¡®Buena suerte¡¯, en la que aparece vestida con jersey de pico y pantalones vaqueros. El amor -en marzo del a?o anterior hab¨ªa hecho p¨²blica su relaci¨®n con el pol¨ªtico Juli¨¢n Mu?oz- parec¨ªa haberle rejuvenecido. Los trajes chaqueta dieron paso a conjuntos formados por camisa de lino sobre camiseta de licra de tirantes y pantalones tejanos o faldas bohemias. Isabel recorri¨® las calles de Marbella mientras vivi¨® en su casa ¡®Mi gitana¡¯ con esta indumentaria informal, a veces deportiva, que inspir¨® las salidas diarias de mujeres de toda Espa?a ?O fue al rev¨¦s?
Durante la segunda d¨¦cada del siglo XXI hemos visto en m¨¢s ocasiones a Isabel entrando y saliendo de los juzgados que sobre los escenarios. En casi todas esas idas y venidas se escud¨® en bolsos cl¨¢sicos de Loewe en tonos tierra de la era pre Jonathan Anderson. Se lleg¨® incluso a especular que el modelo Amazona que eligi¨® en 2014 para conocer la sentencia del juicio en el que fue condenada a dos a?os de prisi¨®n por blanqueo de capitales era de imitaci¨®n.
Dos a?os antes hab¨ªa confiado a Victorio y Lucchino la confecci¨®n del vestido con el que dio las campanadas en TeleCinco junto al presentador Jorge Javier V¨¢zquez y su hijo Francisco. Un vestido rojo de corte sirena con red floral sobre el escote y encaje dorado en la falda. La pareja andaluza tambi¨¦n se encarg¨® de coser el vestuario del concierto ¡®A m¨ª manera¡¯ que la misma cadena retransmiti¨® la noche de Navidad. Un tr¨ªo de vestidos que relegaban los volantes a los abrigos y que imped¨ªan la libertad de movimiento de la que siempre se ha dicho que es la folcl¨®rica que mejor se mueve sobre el decorado.
Tras ¡°el comp¨¢s de espera¡± o su paso por ¡°donde yo no eleg¨ª estar¡± (de ambas formas se ha referido a su paso por el penal) reapareci¨® el 11 de febrero de 2017 en Madrid. En ese recital, en el que le sigui¨® en Barcelona y en el festival chileno de Vi?a del Mar, la tonadillera visti¨® piezas de Eduardo Ladr¨®n de Guevara.
Para presentar el espect¨¢culo ¡®Hasta que se apague el sol¡¯ en Sevilla la cantante sustituy¨® las piezas dise?adas por Ladr¨®n de Guevara por otras de Alonso C¨®zar, amigo de su sobrina Anabel. Un cambio de tercio que no sent¨® nada bien a Eduardo, que jur¨® no volver a vestir a la artista. Desde aquella noche no hemos vuelto a ver actuar a Pantoja pero s¨ª huidiza en sus escasas escapadas fuera de las fronteras de la finca familiar subida a unas cu?as, vestida, casi siempre, con camisas fluidas (anunci¨® un negocio de camisetas con sus frases m¨¢s populares) y pantalones extrapitillo; influyendo, como lleva haciendo desde el principio de su carrera, sin necesidad de subir su look of the day a Instagram.
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