Jacinda Ardern, la primera ministra que call¨® bocas cuando le preguntaron si quer¨ªa tener hijos
Tiene 37 a?os y se ha convertido por sorpresa en la jefa de gobierno de Nueva Zelanda. Ha conseguido desatar la euforia en su pa¨ªs enfrent¨¢ndose a las preguntas sexistas en su camino hacia el liderazgo.
Jacindaman¨ªa, Jacinderella, El Efecto Jacinda, Jacindaforia, Jassiah ¨Cde Jacinda y Messiah, Mes¨ªas¨C¡ a la prensa neozelandesa est¨¢n empezando a ocurrirle lo que le pasa a los diarios deportivos con Messi y Cristiano Ronaldo, que se les est¨¢n acabando los neologismos y las hip¨¦rboles para referirse a su nueva primera ministra, Jacinda Ardern.
La laborista se convirti¨® en premier por sorpresa la semana pasada cuando el l¨ªder del partido bisagra New Zealand First, Winston Peters, anunci¨® 27 d¨ªas despu¨¦s de las elecciones que daba su apoyo a los laboristas que lidera Ardern, que sustitu¨ªan as¨ª a los conservadores del National Party tras una d¨¦cada en el poder. Ella se enter¨® por televisi¨®n de que se hab¨ªa convertido en la tercera mujer en formar gobierno en su pa¨ªs y en la dirigente m¨¢s joven desde 1856. Con 37 a?os, Ardern se une al exclusivo club de los l¨ªderes mundiales treinta?eros, del que tambi¨¦n tienen carnet Emmanuel Macron, de 39, y el austriaco Sebastian Kurz, de 31. Pero Ardern es adem¨¢s integrante de un grupo aun m¨¢s curioso: el de los pol¨ªticos pop. Ah¨ª hay pol¨ªticos como Bernie Sanders y Jeremy Corbyn, que no han ganado (todav¨ªa) sus comicios cruciales y otros que s¨ª, como Justin Trudeau. Pero todos tienen en com¨²n haber generado un fervor que se traduce en m¨ªtines rebosantes de mil¨¦nicos, memes y merchandising.
Si Jeremy Corbyn se convirti¨® en la aut¨¦ntica cabeza de cartel del ¨²ltimo Glastonbury, con el p¨²blico coreando ¡°Oh Jeremy Corbyn¡± con la tonadilla del Seven Nation Army de los White Stripes? y la campa?a de Sanders inspir¨® una colecci¨®n de Balenciaga, Ardern ha visto como un artista hac¨ªa un considerable negocio vendiendo posters en los que se la representa como Wonder Woman, la Princesa Leia y el icono feminista Rosie the Riveter. Tambi¨¦n triunfa la idea de representarla con el ch¨¢ndal negro y amarillo de Uma Thurman en Kill Bill, teniendo en cuenta que su rival, el anterior primer ministro conservador se llama Bill English. En lugar de una katana, a Adern le ponen un ramo de tulipanes.
La prensa internacional prest¨® por primera vez atenci¨®n a Ardern el pasado agosto, cuando acababa de convertirse en cabeza visible de su partido y se enfrent¨® a las primeras preguntas sexistas. En una de sus primeras entrevistas en televisi¨®n tras su elecci¨®n, a la pol¨ªtica no le import¨® contestar a la pregunta de si querr¨ªa o no tener hijos y si el hecho de convertirse en primer ministra interferir¨ªa con sus planes familiares. ¡°No tengo problemas para responder a esto. He sido muy abierta discutiendo este dilema al que se enfrentan muchas mujeres¡±, dijo. Sin embargo, cuando un copresentador de un programa de radio dijo d¨ªas despu¨¦s que ¡°Nueva Zelanda tiene derecho a saber si su primer ministro va a tomarse baja maternal¡±, Ardern critic¨® el machismo inherente en la situaci¨®n y le contest¨® visiblemente cabreada: ¡°Es totalmente inaceptable en 2017 decir que las mujeres tienen que responder a esa pregunta en su lugar de trabajo. La decisi¨®n de una mujer sobre cuando quiere tener hijos no deber¨ªa predeterminar si se les ofrece o no un trabajo¡±. De hecho, la Carta de los Derechos Humanos de 1993 subraya que no se puede discriminar contra un empleado real o potencial por ser padre o quererlo ser en el futuro. Es inadmisible y en muchas legislaciones, incluida la espa?ola, ilegal preguntar en una entrevista de trabajo si se est¨¢ pensando en tener hijos. Su pareja un presentador de televisi¨®n llamado Clarke Gayford ha dicho que le parece ?surrealista? que se haya discutido ?publicamente sus habilidades reproductivas?.
Pero fue en septiembre cuando desat¨® la verdadera Jacinaman¨ªa. El Partido Laborista recibi¨® 500.000 d¨®lares en donaciones en apenas una semana. 3.500 voluntarios se ofrecieron a hacer campa?a por ella. Su posici¨®n favorable a la legalizaci¨®n de la marihuana, su promesa sanderiana de tres a?os de Universidad gratuitos para cada neozeland¨¦s y sus habilidades como pinchadiscos no fueron nada mal para ampliar la base juvenil del partido. Cuando su oponente dijo en un debate que ¡°ahora que se ha posado el polvo de estrellas (stardust) , empezamos a ver la debilidad de sus propuestas¡±, sus seguidores respondiendo cre¨¢ndole a Ardern un alter ego: Jacinda Polvo de Estrellas, y represent¨¢ndola en p¨®sters y m¨¢s memes con el rayo de Ziggy Stardust pintado en la cara. Se imprimieron camisetas que dec¨ªan ¡°Emmanuel & Justin & Angela & Bernie & Jacinda¡±, con la cl¨¢sica helv¨¦tica y ese dise?o viral tan vers¨¢til que lo mismo se adapta a los nombres de los Beatles que a personajes muertos de Juego de Tronos. Por cierto, la inclusi¨®n de ¡°Angela¡± Merkel en ese quinteto de l¨ªderes no deja de ser intrigante.
Ardern explot¨® sus habilidades para comunicarse con ese electorado-fandom s¨²bitamente fascinado por el laborismo. En una sesi¨®n abierta en Facebook con la web Newshub, se explay¨® en las preguntas sobre Taylor Swift (la prefiere a Katy Perry por ser amiga de la estrella local Lorde y est¨¢ a favor de la criticada Love What You Made Me Do), lo que prefiere cantar en los karaokes (Aerosmith) o cu¨¢l es la mejor barrita de cereales, pero pas¨® por encima de las cuestiones en torno a la crisis de los Rohingya en Birmania y el terrorismo isl¨¢mico. El d¨ªa de las elecciones, se dej¨® fotografiar en pantalones de ch¨¢ndal y camisa de cuadros pintando la valla de su casa, en un gesto que parece sacado del Manual de Photo Opportunities de Justin Trudeau.
Ahora que ha logrado formar gobierno con los verdes y los nacionalistas de New Zealand First le llega lo dif¨ªcil, contentar a socios muy dispares ¨CNZ First aboga por permitir s¨®lo 10.000 inmigrantes al a?o y recortar impuestos, mientras que su propio partido recuerda que el pa¨ªs se form¨® gracias a las migraciones y busca fomentar la vivienda social¨C y compaginar el poder con la Jacindaforia, algo que a Trudeau y Macron no les result¨® f¨¢cil.
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