La bata que se convirti¨® en vestido de moda cumple 40 a?os
Repasamos la historia del ¡®wrap dress¡¯, con el que Diane Von F¨¹rstenberg se ha consagrado como una de las dise?adoras m¨¢s respetadas de la industria.
"Feel like a woman, wear a dress" fue el lema con el que Diane von Furstenberg le present¨® al mundo una prenda que cuarenta a?os despu¨¦s sigue siendo tan ic¨®nica como superventas: el wrap dress (algo as¨ª como vestido que envuelve). La dise?adora pos¨® por primera vez con ¨¦l en portada para la revista Newsweek, en?marzo de 1976;?por aquel entonces ya hab¨ªa convertido lo que vendr¨ªa a ser un vestido tipo bata, de corte cruzado ajustando la figura mediante un cintur¨®n en la misma tela, normalmente seda estampada de llamativos colores que por aquella ¨¦poca mandaba confeccionar en Italia a raz¨®n de 20.000 piezas por semana, en la prenda m¨¢s importante para el armario femenino desde la liberaci¨®n de la silueta incoada por Coco Chanel.?
Diane von Furstenberg siempre lo ha considerado como un s¨ªmbolo de poder y feminidad: "su ¨¦xito me ayud¨® a pagar las facturas y la educaci¨®n de mis hijos, permiti¨® que me hiciera un nombre en el mundo de la moda; no lo digo en sentido figurado, es que literalmente me dio poder e independencia", afirmaba la dise?adora en la inauguraci¨®n de 'Journey Of A Dress', la retrospectiva presentada estos d¨ªas en Los Angeles aprovechando los Globos de Oro y que se podr¨¢ ver hasta el 1 de abril en el?Wilshire May Company Building de la ciudad.?
Uno de los modelazos de Amy Adams en ¡®American Hustle¡¯ es un ¡®wrap dress¡¯ de Furstenberg.
Cordon Press
De todos modos, el componente sociol¨®gico tambi¨¦n existe. A finales de los sesenta los pantalones representaron los cambios pol¨ªticos, econ¨®micos, y sexuales, conseguidos por la mujer ¨Cen agosto de 1970 llega al congreso estadounidense la enmienda que garantiza la igualdad de derechos para las mujeres- pero aquella era una prenda que hab¨ªamos tomado prestada del repertorio masculino y Diane supo reinterpretar y actualizar ese papel liberador a trav¨¦s del wrap dress. Un dise?o que lleg¨® por accidente al superponer un c¨¢rdigan de punto como los que llevan las bailarinas de ballet, con una falda en el mismo tono, y que Von Furstenberg define como "una amiga, una prenda c¨®mplice que lo mismo te sirve para ir a trabajar que para salir a ligar y acabar con un hombre en la cama".
Nacida en 1946 en Bruselas como Diane Michelle Halfin, de padre ruso y madre griega, Von Furstenberg adopta su aristocr¨¢tico apellido del pr¨ªncipe suizo de origen germano Egon de Furstenberg, emparentado con los Agnelli y los Hohenlohe por distintas v¨ªas, al que conoci¨® en un club nocturno durante su ¨¦poca de estudiante en Ginebra y por el que se mud¨® a Nueva York. Su matrimonio fue tan activo socialmente como comentado en las columnas de sociedad neoyorquinas del momento. Acabaron separ¨¢ndose en 1973, tres a?os despu¨¦s de una boda de cuento en Francia, si bien les dio tiempo a tener dos hijos y siguieron compartiendo su amor por las fiestas y la moda pr¨¢cticamente hasta la muerte de Egon en 2004.
Diane Von F¨²rstenberg posa con los vestidos que la han popularizado en la inauguraci¨®n de ¡®Journey of a dress¡¯.
Getty
Diane est¨¢ actualmente casada con Barry Diller, un magnate de la comunicaci¨®n que pas¨® de amigo a amante para acabar como marido. Von Furstenberg es conocida por sus relaciones tan pasionales como abiertas y disfuncionales, de hecho siempre ha planeado sobre ella la sombra del t¨®rrido y loco escarceo amoroso: que si un brasile?o llamado Paulo cuya aventura inspir¨® su fragancia 'Volc¨¢n de amor'; que si Richard Gere y las interminable juergas en Studio 54; que si el terror de la nenas, Warren Beatty; que si Alain Elkann, primo de su exmarido, con el que lleg¨® a mudarse a Par¨ªs mientras trataba de triunfar como novelista¡ Aunque a sus 27 a?os ya pose¨ªa una casa en Connecticut y a los 30, una vez divorciada, se instal¨® en un apartamento de diecis¨¦is habitaciones en la Quinta Avenida (el negocio inmobiliario siempre se le ha dado bien y ha hecho fortuna comprando y vendiendo propiedades), Diane le pidi¨® un pr¨¦stamo de 30.000 d¨®lares a su padre para ubicar su taller?en la S¨¦ptima Avenida.
La primera puerta a la que llam¨® Von Furstenberg para darse a conocer fue a la de la revista Vogue, entonces dirigida por Diana Vreeland. Corr¨ªa el a?o 1970 y el wrap dress tardar¨ªa todav¨ªa cuatro a?os en llegar el mercado. "Me present¨¦ en la redacci¨®n con una maleta repleta de vestidos y Vreeland me dedic¨® exactamente cinco minutos. Me dijo: s¨ª, muy bien, vas a tener mucho ¨¦xito, y me ech¨® de su despacho", cuenta la exprincesa y actual directora del Consejo de dise?adores de moda de Am¨¦rica (el CFDA). En abril de 1974 uno de esos dise?os ilustraba la publicaci¨®n en la primera sesi¨®n de fotos de una joven modelo llamada Rene Russo. La industria de la moda se rindi¨® entonces a la f¨®rmula sexy, c¨®moda, vers¨¢til, colorista, y m¨¢s o menos asequible de Diane (en rebajas se puede conseguir alg¨²n modelo por 150 euros?aunque en versi¨®n larga normalmente superan los 600).
Marisa Tomei, Allison Williams y Paris Hilton, algunas de las famosas que se enfundaron un ¡®wrap dress¡¯ para la fiesta de la dise?adora hace unos d¨ªas.
Getty
Von Furstenberg logr¨® levantar un mini imperio que se desmoron¨® al poco tiempo, cuando intent¨® diversificar y se le fue de las manos el negocio de las licencias. Su segunda y definitiva intentona llegar¨ªa a mediados de los noventa "Antes dise?aba para la mujer que quer¨ªa ser y ahora dise?o para la mujer fu¨ª", reconoce. A d¨ªa de hoy Diane ha recuperado casi todas sus licencias y relanzado su divisi¨®n de belleza. Lo mismo hace relojes, pa?uelos, que gafas. Escribe libros, decora hoteles, dise?a joyas, y acaba de poner a la venta?una l¨ªnea inspirada en cultura pop a trav¨¦s de la obra de Andy Warhol. Todo, insiste, se lo debe a un cl¨¢sico que reversiona una y otra vez en sus colecciones. "Me puso en el mapa cuando empec¨¦ y me abri¨® las puertas del negocio una segunda vez".?
Si bien sus wrap dresses los han llevado de Cybill Shepherd en Taxi Driver a Sarah Jessica Parker en Sexo en Nueva York, pasando por Amy Adams en La gran estafa Americana, si se le pregunta a Von Furstenberg con cu¨¢l de las celebridades que ha lucido sus vestidos se queda -la exposici¨®n conmemorativa de Los Angeles recoge retratos de Madonna, las hermanas Hilton, Michelle Obama, las Olsen o Jerry Hall-, probablemente mencione a ?ngrid Betancourt. "Tras seis a?os secuestrada, el primer vestido que se compr¨® fue un wrap dress. Ah¨ª fue cuando la sensaci¨®n de libertad que siempre defend¨ª que le proporciona al cuerpo femenino, tom¨® un nuevo significado".
Vestidos de la colecci¨®n Primavera/Verano 2014 de Diane Von Furstenberg.
Diane Von Furstenberg
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