La ¡®cancelaci¨®n¡¯ de la angorina: c¨®mo el tejido m¨¢s suave de los noventa cay¨® en el olvido
Natasja Kinski rob¨® el coraz¨®n de toda una generaci¨®n con un inolvidable jersey rosa en Par¨ªs,Texas. Ahora este tejido es dif¨ªcil de encontrar. Una investigaci¨®n de PETA hizo p¨²blico el sufrimiento de los conejos para obtenerlo lo que supuso que docenas de marcas de moda dejaran de usarlo.
En 1984 Natasja Kinski rob¨® el coraz¨®n de toda una generaci¨®n sentada en el cub¨ªculo de un peep show vestida con un inolvidable jersey rosa en la escena del espejo en Paris, Texas (Wim Wenders). Aquel jersey largo, que le quedaba como un vestido, ten¨ªa un tejido peludito y rom¨¢ntico, y sintetizaba en una prenda la dualidad del personaje, atascado entre lo vulnerable y la crudeza de la vida. Aquel jersey era de angora, probablemente sint¨¦tica.
Ese mismo a?o Miuccia Prada decidi¨® oficialmente que el nailon era un tejido de moda: hasta entonces las grandes firmas y dise?adores lo hab¨ªan mirado con desd¨¦n, pero ella supo intuir lo futurible de aquel tejido. Lo subi¨® a la pasarela de Prada en forma de unas mochilas negras que hoy siguen siendo objeto de culto pero m¨¢s all¨¢ del ¨¦xito con este accesorio, hizo algo que cambiar¨ªa para siempre las reglas de la industria y que permiti¨® la explosi¨®n de nuestro jersey peludo: para entonces ya se sab¨ªa que el nailon, la lycra y el poli¨¦ster, mezclados con otros tejidos como la lana, la angora, la seda o el mohair, abarataba significativamente los tejidos, pero es que ahora uno pod¨ªa presumir de ello. As¨ª naci¨® la angora sint¨¦tica, tambi¨¦n conocida como angorina, un tejido que encontr¨® en el jersey la prenda perfecta para ir variando su est¨¦tica y que acab¨® dominando la manera de vestir de los adolescentes occidentales en los a?os 90.

La m¨ªstica por los jers¨¦is de angora ven¨ªa de d¨¦cadas atr¨¢s. All¨¢ por los a?os cincuenta Marilyn Monroe y Janeth Leigh fueron las primeras en convertir el cl¨¢sico jersey de escote cerrado en el ep¨ªtome de la ¡°ropa modesta¡±, esa que acababa siendo de todo menos recatada en la imaginaci¨®n colectiva. Sus jers¨¦is de angora, ce?idos a sus min¨²sculas cinturas y realzando la forma del pecho, ten¨ªan una importante carga de dulzura y sensualidad. En las siguientes d¨¦cadas las siluetas se fueron relajando y no fue hasta finales de los ochenta y principios de los noventa cuando el jersey peludito encontr¨® nuevos usos y significados. En 1994 Richard Avedon fotografi¨® a Nadja Auermann, Christy Turlington, Cindy Crawford, Claudia Schiffer y Stephanie Seymour vestidas con minifaldas y jers¨¦is de angora para la campa?a de Versace. Una rese?a de moda en The New York Times se fijaba en el regreso del jersey peludo sexy: ¡°Si el vestido lencero fue un t¨ªmido coqueteo de verano, el invierno se ha vuelto un poco m¨¢s expl¨ªcito. Bienvenida de nuevo a la chica de los su¨¦teres de los a?os 50, con su amplio y peludo busto revestido de profunda angora¡±.
La prenda se volvi¨® de lo m¨¢s ubicua en los a?os siguientes: Liv Tyler bord¨® en Empire Records el uniforme so?ado de muchas adolescentes americanas con un un su¨¦ter corto de angora azul beb¨¦ combinado con una falda plisada a cuadros a juego y con, por supuesto, un par de las botas militares, favoritas de la d¨¦cada. Este jersey era tambi¨¦n el look de Alicia Silverstone, en pleno pico de su fama gracias a la pel¨ªcula Clueless, y alcanz¨® un nuevo nivel de presencia cuando Salma Hayek apareci¨® en la alfombra roja del Festival de Cannes de 1999 con una rebeca de angora de solo dos botones que dejaba ver parte de su escote y su abdomen. Para el final de la d¨¦cada la cultura pop gir¨® hacia la est¨¦tica rave y curiosamente, este jersey tan rom¨¢ntico e incluso cursi lleg¨® a los afters, las raves y la subcultura de pol¨ªgono. Para ello dej¨® atr¨¢s sus tonalidades m¨¢s dulces y abraz¨® todo tipo de sombras ¨¢cidas y neon, y se empez¨® a combinar con pantalones de tiros baj¨ªsimos, tangas a la vista, vaqueros exageradamente anchos y plataformas. Las mezclas de poli¨¦ster y fibra acr¨ªlica se perfeccionaron a lo largo de aquellos a?os para adaptarse a la proliferaci¨®n del jersey fuzzy y, en el proceso, redefinirlo: pod¨ªas encontrar al mismo tiempo un su¨¦ter de angorina en los pasillos de un instituto, en el parking de un club de m¨²sica electr¨®nica o en una alfombra roja. Era el ant¨ªdoto perfecto para todo aquel que no quisiera entregarse al minimalismo de la ¨¦poca.
De la omnipresencia al olvido (y su actual resurecci¨®n sint¨¦tica)
Conocida por su suavidad y esponjosidad, la angora es m¨¢s c¨¢lida que la lana y m¨¢s suave que el cashmere. Es, tambi¨¦n, reconocible a simple vista por su halo, una ligera atm¨®sfera de pelusa que le da una sensaci¨®n de delicadeza, calidez y romanticismo. Pero lo m¨¢s importante es que se trata de un tejido natural: el pelo de los conejos de Angora, a los que se esquila cuatro veces al a?o para conseguir el material. El caso de la angora es un ejemplo perfecto de c¨®mo las pieles animales pasaron de ser una necesidad a un s¨ªmbolo de estatus, a ser canceladas por el maltrato que han supuesto.
Ah¨ª es donde empieza la historia menos bonita: una reciente investigaci¨®n de PETA hizo p¨²blico el sufrimiento de los animales para obtener este tejido y como resultado docenas de marcas de moda prohibieron el uso de la angora, incluidos H&M, Calvin Klein, Tommy Hilfiger, Armani, Burberry, Gucci o Valentino, pero tambi¨¦n cadenas como H&M y Zara. PETA visit¨® decenas de granjas de conejos, sobre todo en China, para recopilar datos que probasen el sufrimiento, maltrato y dolor al que eran sometidos los conejos para extraerles la angora.
La angora sint¨¦tica, esa que domin¨® en los 90, no se populariz¨® tanto por su car¨¢cter de respeto animal (la industria de la moda a¨²n no hab¨ªa iniciado el proceso hacia las pr¨¢cticas m¨¢s respetuosas con los animales) como por otras ventajas: adem¨¢s de proporcionar una materia prima m¨¢s barata, puede mezclarse con otros tejidos (como por ejemplo la lana, el poli¨¦ster o el algod¨®n), es f¨¢cil de lavar y cuidar, resiste a las polillas y a los hongos, no le afecta la luz solar, mantiene su forma y no se arruga y se puede lavar en la lavadora sin problema. Entre sus desventajas est¨¢ uno de sus grandes choques con la mentalidad de hoy, y es que se trata de un tejido poco sostenible ya que es un derivado del petr¨®leo.
En cualquier caso, aquel jersey de peluche identific¨® los ¨²ltimos a?os noventa, y la est¨¦tica Y2K tiene visos de querer recuperarlo. En su colecci¨®n Oto?o Invierno 2018 para Balenciaga, Demna Gvasalia recuper¨® un su¨¦ter peludo muy parecido al del cambio de siglo, esponjoso, brillante y hecho con poli¨¦ster, en un color verde ¨¢cido. En la siguiente temporada, la de la Primavera Verano 2019, fue Marine Serre quien hizo su particular versi¨®n del jersey de pelo artificial. No puede ser casualidad (nunca lo es) que dos de los creativos que est¨¢n definiendo la est¨¦tica de esta d¨¦cada hayan reimaginado esta misma prenda, ni tampoco es por azar que el efecto angorina sea el favorito de muchas influyentes en Instagram. Habr¨¢ que ver si vuelve a volver.

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