La espa?ola que susurra en el o¨ªdo de Solange
Carlota Guerrero se encarga de la est¨¦tica del ¨²ltimo disco de la hermana de Beyonc¨¦, muy distinta a lo que nos ten¨ªa acostumbrados.
En la portada de su esperado tercer disco, A Seat at the Table, Solange Knowles mira de frente en una imagen potente pero serena, un retrato en el que no sonr¨ªe lleva el pelo lleno de pinzas de peluquer¨ªa. Esa imagen, como el resto del artwork del disco y los dos primeros v¨ªdeos que se acaban de publicar (Cranes in the Sky y Don¡¯t Touch my Hair) son obra de la fot¨®grafa barcelonesa Carlota Guerrero, que a sus 26 a?os y sin apenas experiencia en este campo, se ha convertido en la mano derecha de la hermana de Beyonc¨¦.
¡°El disco es una conversaci¨®n con el oyente y por eso ella quer¨ªa posar as¨ª para la portada, mirando a la cara, como dici¨¦ndole al p¨²blico que no puede escapar de ese di¨¢logo¡±, cuenta Guerrero. ?Y las pinzas? ¡°Porque as¨ª es como es ella, busc¨¢bamos algo un poco loco¡±. Fue la propia Knowles quien se puso en contacto con ella a trav¨¦s de su manager la pasada primavera. Al parecer hab¨ªa visto algunos de sus trabajos en su Instagram, cosas como sus lookbooks para Mango, Nice Things, Paloma Wool o Aristocrazy, y buscaba una est¨¦tica similar para el que define como su proyecto m¨¢s importante. ¡°Ella quer¨ªa que todo respirase el mismo aire. Primero me llamaron para una toma de contacto, para hacer la direcci¨®n de arte de una performance que le pidi¨® la Tate Modern de Londres con motivo de la inauguraci¨®n de su nueva ala. Nos entendimos muy bien y a partir de ah¨ª me pidi¨® que me encargase de la est¨¦tica de todo el proyecto¡±, cuenta.
La de Guerrero no era una elecci¨®n obvia. Para empezar, no es afroamericana, as¨ª que no conoce de primera mano muchos de los temas de los que habla el disco, una celebraci¨®n del poder negro y una clara llamada a la insurgencia ¨CRise, el single de adelanto, est¨¢ dedicado a dos v¨ªctimas de la violencia policial¨C. Y por otro lado, su estilo est¨¢ a a?os luz del que se asociaba con la peque?a de las Knowles hasta ahora, fijada sobre todo por las fotos de su boda ep¨ªtome de lo hipster, por sus colaboraciones con marcas como Puma o Madewell y por el videoclip de su mayor hit, Losing You, una producci¨®n hipercolorista que rod¨® con Melina Matsoukas en Ciudad del Cabo rodeada de sapeurs, los dandies africanos. Nada de eso recuerda a la suave paleta que suele utilizar Guerrero ni a sus composiciones minimal. ?Por qu¨¦ ella entonces? ¡°Solange ya sabe de lo que habla y creo que buscaba a alguien con quien pudiese entenderse est¨¦ticamente, aunque yo no sea afroamericana. Adem¨¢s, ella quer¨ªa romper, es transgresora y quer¨ªa hacer cosas nuevas, ni un solo estampado. Buscaba huir del t¨®pico y del icono, traducir un disco que va sobre la rabia, el dolor y la resistencia a im¨¢genes muy bellas¡±. ?Acab¨® Guerrero llev¨¢ndola a su terreno, entonces? ¡°Nos encontramos en el camino. Ella siempre quer¨ªa poner rojo, por ejemplo. Y yo jam¨¢s lo utilizo. Yo quer¨ªa poner violeta. Al final descubrimos que el violeta y el rojo van muy bien juntos, aunque no lo parezca¡±.
Tras su colaboraci¨®n londinense, la fot¨®grafa viaj¨® en julio a Nueva Orleans, donde vive Solange, y estuvo trabajando durante una semana con la artista y un equipo reducido de colaboradores, casi como en un taller, en la concepci¨®n de los v¨ªdeos y del libreto digital de 112 p¨¢ginas, que recoge las letras de las canciones, fotos de la propia Solange y sus colaboradores (Dev Hynes, Lil Wayne, Kelly Rowland) e im¨¢genes inspiradoras que inciden en los temas del disco. Ya en agosto, se embarcaron en un viaje de carretera desde Nueva Orelans hasta Nuevo M¨¦xico en el que iban haciendo paradas para rodar los v¨ªdeos (con un m¨¦todo bastante de guerrilla), dirigidos por el marido de Solange, Alan Ferguson, y disparar las fotos. ¡°Fue muy intenso, todo un Gran Hermano. Al principio viaj¨¢bamos con un equipo de unos 20 miembros en dos macrocaravanas pero despu¨¦s repetimos algunas localizaciones con un n¨²cleo de s¨®lo cinco personas¡±. Con tanta convivencia, hay muchos momentos memorables, pero si tiene que escoger, la directora de arte se queda con la vez que pint¨® a Solange de purpurina dorada. ¡°Pas¨® horas posando desnuda en medio del desierto, con un calor infernal y sin quejarse. Cuando acabamos las fotos, se dej¨® la purpurina, se coloc¨® una capa dorada y entr¨® as¨ª al hotel. La gente alucinaba¡±, cuenta.
Para el v¨ªdeo del tema Don¡¯t touch my hair, que increpa a los blancos que sienten curiosidad por el pelo de los negros y pretenden toquete¨¢rselo, ambas trabajaron codo a codo con la peluquera de Solange para definir varios looks. ¡°Ella quer¨ªa salir de una piscina con el pelo lleno de cuentas. En Estados Unidos existe el mito de que los afroamericanos no saben nadar y que las mujeres adem¨¢s no se meten nunca en el agua para no estropearse el pelo, por eso buscaba hacer todo lo contrario, meterse en la piscina con el peinado m¨¢s elaborado¡±, dice. Guerrero, que antes solo hab¨ªa trabajado con grupos de m¨²sica de amigos como Oso Leone o Manso, supervis¨® tambi¨¦n las coreograf¨ªas de los dos v¨ªdeos y el artwork del disco, en colaboraci¨®n con el estudio barcelon¨¦s Querida. Ahora est¨¢ en proceso de transformar la web de Solange y las dos tienen nuevos proyectos entre manos.
Una ¨²ltima curiosidad: ?se habl¨® en alg¨²n momento del otro disco de 2016 en torno a la belleza afroamericana, una cosita llamada Lemonade? ¡°No, en ning¨²n momento lo mencion¨®. Hasta donde yo s¨¦, las dos hermanas se llevan muy bien y se apoyan mucho. Son una familia con un talento fuera de control¡±.
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