La lujosa vida de la hija de Putin en Holanda
La ira de los familiares de los pasajeros asesinados en el vuelo MH17 interrumpe el dulce exilio de Mar¨ªa Putina en los Pa¨ªses Bajos. ?Qu¨¦ destino le espera a la desconocida hija del presidente ruso?
A la espera de lo que certifiquen las cajas negras del avi¨®n abatido en Ucrania el pasado 17 de julio, los familiares de los pasajeros asesinados, la mayor¨ªa holandeses, ya han emitido su veredicto. La semana pasada, la hija mayor del presidente ruso Vlad¨ªmir Putin se convirti¨® en blanco de todas las iras despu¨¦s de que unos activistas ucranios filtraran la noticia de que la joven resid¨ªa en Voorschoten, una localidad holandesa de 30.000 habitantes situada al oeste del pa¨ªs. La ubicaci¨®n exacta del apartamento de la joven fue revelada en las redes sociales y pronto comenzaron a hacerse p¨²blicas voces que ped¨ªan su deportaci¨®n. La guerra psicol¨®gica surti¨® efecto y Mar¨ªa Putina abandon¨® la ciudad el pasado viernes rumbo a Mosc¨². Su inopinado protagonismo ha permitido descubrir algunos detalles de la pl¨¢cida existencia de la primog¨¦nita de Putin en tierras extranjeras.
Muchos interpretan la defenestraci¨®n de Mar¨ªa Putina (Leningrado, 1985) como la primera consecuencia de la supuesta responsabilidad del gobierno ruso en el derribo del vuelo MH17 de Malaysian Airlines. Todo comenz¨® cuando el alcalde de Hilversum, ciudad de origen de la mayor¨ªa de las v¨ªctimas holandesas, se hizo eco en la radio de las informaciones que circulaban en la red sobre la presencia de Putina en territorio nacional. Enardecido, pidi¨® que ?fuera expulsada? del pa¨ªs. M¨¢s tarde se retract¨® de sus palabras en Twitter, pero la mecha ya hab¨ªa prendido. As¨ª es como los vecinos de Voorschoten empezaron a revelar detalles de su estilo de vida: la joven ocupaba un lujoso ¨¢tico de dos pisos y cinco habitaciones valorado en 2,5 millones de euros, propiedad de su novio, Jorrit Faasen, de 34 a?os y nacionalidad neerlandesa, y actual vicepresidente de la compa?¨ªa rusa Stroitransgaz.
Al parecer, la pareja se habr¨ªa mudado al apartamento hace un a?o ¨Cjunto a su beb¨¦ de meses, seg¨²n un extremo sin confirmar¨C. Lo cierto es que la trayectoria vital, acad¨¦mica y profesional de la hija de Putin es pr¨¢cticamente un misterio, tambi¨¦n en su pa¨ªs de origen. Tanto ella como su hermana Katerina, un a?o menor, son dos grandes desconocidas en Rusia. Se criaron en Dresde, en la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, donde su padre dirigi¨® la oficina del Servicio Federal de Seguridad (FSB), la antigua KGB. La ca¨ªda del muro de Berl¨ªn llev¨® a la familia a San Petersburgo, donde las ni?as siguieron su educaci¨®n en alem¨¢n. Tras cursar los estudios universitarios ¨CBiolog¨ªa la mayor y Filolog¨ªa la peque?a¨C, ambas fueron a vivir al extranjero. Nadie sabe cu¨¢ndo, ad¨®nde y con qui¨¦n. Al menos hasta ahora, cuando Mar¨ªa se ha convertido en protagonista a su pesar.
Maria y Katerina en su infancia, y la exesposa del presidente ruso, Lyudmila.
Kremlin.Ru / Cordon Press
El celo con el que el presidente ruso ha protegido a sus hijas podr¨ªa deberse a una cuesti¨®n de pura deformaci¨®n profesional. Putin, ex director general del FSB entre 1998 y 1999, nunca ha facilitado demasiados detalles sobre vida privada. Se divorci¨® el a?o pasado de Lyudmila Shkrebneva, madre de Mar¨ªa y Katerina, tras treinta a?os de matrimonio. La estudiada naturalidad con la que lo anunciaron en televisi¨®n sorprendi¨® a propios y extra?os. Como si de un encuentro casual se tratara la pareja fue interceptada por un reportero y un c¨¢mara a la salida del ballet. Que qu¨¦ maravilla de funci¨®n, afirmaron. A continuaci¨®n el presidente sali¨® por peteneras y asegur¨®, para deleite del respetable, que su mujer y ¨¦l ya no viv¨ªan bajo el mismo techo. Ya en 2008 el diario Moskovsky Korrespondent ¨Choy convenientemente clausurado¨C se atrevi¨® a especular sobre la salud del matrimonio. Seg¨²n el peri¨®dico, el supuesto distanciamiento pudo deberse al devaneo del mandatario con la gimnasta ol¨ªmpica Alina Kabayeva, un rumor que a ra¨ªz del divorcio recuper¨® todo el sentido.
Pese al mutismo del Kremlin, poco dado a prodigarse sobre la vida privada de su inextinguible zar, son muchas las fuentes que confirman que dicha relaci¨®n sigue adelante. De todas formas, es probable que a los familiares de los 293 pasajeros que perdieron la vida en el ataque a¨¦reo les importe bien poco con qui¨¦n se acuesta el presidente ruso. A la espera de que se confirme la autor¨ªa del crimen, quiz¨¢s echen de menos algo de conmiseraci¨®n por parte del padre de la joven que viv¨ªa a 30 kil¨®metros del aeropuerto del que parti¨® el aparato derribado. Mientras, Mar¨ªa Putina cuenta con todo el tiempo del mundo para imaginar la heroica ficci¨®n que le contar¨¢ a su hijo cuando el rorro quiera saber por qu¨¦ un d¨ªa lo acunaron en Voorschoten y al d¨ªa siguiente lo despertaron en Mosc¨².
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