La rebeli¨®n de las j¨®venes turcas
La ola de protestas en el parque de Gezi de Estambul ha descubierto a un gran grupo de mujeres dispuestas a defender sus derechos. He aqu¨ª los motivos de su lucha.
?La fuerza de estas protestas son las mujeres y la juventud?, afirma rotunda Fatma, una profesora de educaci¨®n infantil, de 29 a?os, que se define como musulmana anticapitalista. Por su atuendo ¨Clleva velo en la cabeza y solo son visibles su cara, manos y pies¨C, es una rara avis en el parque Gezi, una zona verde en pleno coraz¨®n de Estambul donde est¨¢ proyectada la construcci¨®n de un centro comercial, plan al que se opone parte de la poblaci¨®n y que se ha convertido en el s¨ªmbolo y campamento base de las protestas contra el gobierno de Recep Tayyip Erdogan. Muy cerca de ella, tambi¨¦n en pie de guerra, se encuentra Zeynep, una visitadora m¨¦dica de 30 a?os, una mujer, de estilo alternativo, que se manifiesta ?para recuperar los derechos que siente que le est¨¢n siendo arrebatados?, comenta.
?Qu¨¦ tienen en com¨²n Fatma y Zeynep, a pesar de sus apariencias tan distintas? Como la mayor¨ªa de las f¨¦minas que se han reunido en Gezi, son chicas de clase media, universitarias o profesionales, que se han situado en primera l¨ªnea de las protestas desde que estas se iniciaran el 31 de mayo. De hecho, esta alta y espont¨¢nea participaci¨®n de las j¨®venes turcas es algo muy significativo en un pa¨ªs donde la pol¨ªtica, en ciertos ¨¢mbitos, sigue siendo ?un asunto de hombres?.
Para muchas de ellas, es la primera experiencia en una marcha pac¨ªfica, donde se han encontrado, adem¨¢s, con una inesperada violenta respuesta policial. En Turqu¨ªa, donde ?los j¨®venes son a menudo apol¨ªticos, esta vez las mujeres no han dudado en salir a las calles, ya cansadas de las medidas moralizantes de un Gobierno que las tiene, especialmente, en el punto de mira?, se?ala una representante de Women for Women¡¯s Human Rights-New Ways, con sede en Estambul. Por esta raz¨®n, aunque Fatma destaca en un paisaje donde los estilismos occidentales son la norma, tiene en com¨²n con el resto de las manifestantes la percepci¨®n de que el primer ministro turco ?trata de inmiscuirse en la vida privada de la gente, en su educaci¨®n, en sus actitudes y tiempo libre?, asegura.
Es evidente que la mayor¨ªa de estas indignadas se identifican con los valores seculares y pro-occidentales heredados de los principios de la Rep¨²blica Turca, fundada por Mustafa Kemal Atat¨¹rk en 1923. Este es el caso de Esin Durdu, inform¨¢tica de 24 a?os, que lo afirma abiertamente. A ella, que le gusta ir de compras y salir con sus amigos, ?le preocupa ser forzada a tener una vida m¨¢s conservadora, a vivir, por ejemplo, como una mujer iran¨ª?. Aunque en las protestas muchas se definen, al igual que Esin, como kemalistas, portando banderas de esta corriente pol¨ªtica, el grupo es heterog¨¦neo. ?Existe una gran diversidad entre la multitud, desde feministas y activistas por los derechos de gais, lesbianas y transexuales, hasta comunistas, kurdas o defensoras del medio ambiente o revolucionarias religiosas, entre otras?, describe Itir Erhar, profesora de Comunicaci¨®n y Estudios de g¨¦nero de la Universidad de Bilgi, en Estambul. En cuanto a los referentes feministas que comparten, la escritora y periodista Duygu Asena, con su obra La mujer sin nombre, es una de las principales figuras desde los a?os 80. Tambi¨¦n, la cantante Nil Karaibrahimgil ¨Ccuyos temas hablan de mujeres libres, modernas e independientes¨C o la directiva G¨¹ler Sabanci, una de las pocas turcas en un puesto de poder, sirven de icono.
La moda es un inter¨¦s general para la mujer turca, sea progresista o conservadora.
Corbis
Las principales demandas. ?Queremos tener un papel m¨¢s activo en la sociedad, elegir c¨®mo deseamos ser, vivir y vestir?, se?ala la activista y polit¨®loga turca Akg¨¹n Ilhan. Y es que las protestas de Gezi se han convertido en una plataforma para expresar el malestar de una parte de la poblaci¨®n que ve, con preocupaci¨®n, la llegada de una sociedad m¨¢s tradicional. ?Turqu¨ªa dio el derecho al voto a las mujeres a comienzos del siglo XX, pero en los ¨²ltimos a?os se han sentido marginadas a causa del liderazgo patriarcal del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP)?, se?ala Hugh Pope, director de la organizaci¨®n Crisis Group en Turqu¨ªa. La nueva ley aprobada por el Gobierno que restringe el horario de venta de alcohol y negar¨¢ la licencia para servirlo a los establecimientos que est¨¦n a menos de 100 metros de una mezquita o centro escolar; el proyecto de ley que pretende reducir el plazo de 10 semanas a cuatro para que a una mujer le pueda ser practicado legalmente un aborto (calificado como ?asesinato? por Erdogan) o la insistente demanda del primer ministro de que ?las parejas deben tener al menos tres hijos? ¨Ca pesar de que el pa¨ªs no sufre de baja natalidad¨C han terminado por crispar al sector m¨¢s liberal.
El temor es que este Gobierno islamista moderado ¨Cal que vot¨® la mitad de la poblaci¨®n¨C quiera construir un modelo de pa¨ªs solo acorde con sus valores y creencias religiosas o acabar incluso con la laicidad.
Mucho camino por recorrer. Aunque es cierto que los derechos de la mujer gozan de mejor salud que en otros pa¨ªses de poblaci¨®n mayoritariamente musulmana y se ha avanzado en terrenos como, por ejemplo, la violencia dom¨¦stica ¨Cque finalmente ha sido considerada un crimen por las autoridades¨C, hay cientos de cosas por las que seguir peleando.
Las turcas siguen estando infrarrepresentadas en el mundo de los negocios, y han de hacer frente a las terribles consecuencias del machismo: ?Aproximadamente tres mujeres mueren al d¨ªa en manos de sus maridos?, seg¨²n la asociaci¨®n KA.DER. Y es que, en esta sociedad ?a¨²n seguimos siendo representadas como objetos sexuales, madres o esposas en los informativos?, sostiene la profesora Erhar. Tampoco hay buenas noticias procedentes del Gender Gap Report 2012, del Foro Econ¨®mico Mundial, donde Turqu¨ªa ha pasado a ocupar una peor posici¨®n en el ¨ªndice que mide la desigualdad respecto a a?os anteriores: se sit¨²a en el puesto 124 de un total de 135 pa¨ªses.
La mujer vive en su propia piel las tensiones y divisiones que subyacen en el pa¨ªs relacionadas con el islam, el laicismo y los intentos por desarrollar una democracia a¨²n inmadura. En Turqu¨ªa el modo de vestir de una mujer es pol¨ªtica, y es tambi¨¦n el reflejo de esas dos realidades, una secular ¨C m¨¢s cercana a los valores occidentales¨C y otra con ra¨ªces en Anatolia ¨Cm¨¢s conservadora y religiosa¨C. No muy lejos de los alrededores de Taksim y el parque Gezi, en los barrios de Be?ikta? o Beyoglu, las chicas llevan vaqueros y zapatillas Converse. Sin embargo, solo cruzando uno de los puentes de la ciudad, damos con en el barrio de Fatih. All¨ª el paisaje es muy distinto: el pa?uelo en la cabeza y los vestidos largos y gabardinas evitan marcar las curvas femeninas. Este c¨®digo de vestimenta no significa que la moda no interese: tambi¨¦n utilizan a menudo maquillaje, tacones y usan complementos de colores.
Las j¨®venes turcas est¨¢n siendo sin duda protagonistas de estas manifestaciones. Su participaci¨®n en el parque de Gezi es un intento de conquistar la calle, de tener m¨¢s voz, de reivindicarse como individuos, de querer decidir sobre el futuro de un pa¨ªs que necesitar¨¢ definitivamente de sus mujeres para desarrollarse pol¨ªtica y econ¨®micamente de manera plena.
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