Las mujeres reivindican el tanga
Aumentan las ventas de esta prenda de ropa interior que, inesperadamente, se ha convertido en bandera de la libertad sexual femenina.
Cuando en 2014 Rihanna sub¨ªa al escenario del Lincoln Center para recoger su premio como icono de moda de manos de la mism¨ªsima Anna Wintour, la elitista industria arrugaba la nariz. La cantante de Barbados luc¨ªa para la ocasi¨®n un et¨¦reo (y muy transparente) vestido-red cubierto de cristales de Swarovski que dejaba al descubierto un tanga sin costuras de la firma americana Commando. El estilismo en general y el tanga en particular fueron etiquetados, como poco, de dudoso gusto.
La ocurrencia de Rihanna nadaba contracorriente mientras las ventas de esta prenda de ropa interior ca¨ªan desbocadas. ¡°Entre los millennials y la Generaci¨®n Y se considera cool llevar bragas grandes. Ya pas¨® el momento del tanga¡±, se?alaba entonces en The New York Times la analista Bernadette Kissane. La escueta y controvertida pieza, tan popular desde los noventa, era dejada de lado en aras de la comodidad.
Pero de aquello ya han pasado cuatro a?os (el equivalente a varios lustros en la era del like) y las mujeres hoy est¨¢n reivindicando su derecho a expresar la propia sexualidad sin condicionamientos. Y en ese nuevo panorama vuelve a tener cabida el tanga, la denostada prenda que hace no tanto era asociada, no sin cierto clasismo, a la chica de barrio. Su demanda ha aumentado un 72% en 2018 con respecto al a?o anterior en los grandes almacenes ingleses John Lewis, que asocian el cambio a un revival de cualquier tendencia que suene noventera.
Pero detr¨¢s de este espont¨¢neo regreso hay m¨¢s. Est¨¢ por ejemplo Kim Kardashian, que ha rescatado del fondo del caj¨®n hasta el tanga de strass con el logo del Gucci de Tom Ford. Ella (con todas sus contradicciones, sus filtros y sus retoques) interpreta el movimiento body positive, abrazando sus curvas y reclamando espacio medi¨¢tico para una imagen de la mujer que hasta hace no tanto carec¨ªa de representaci¨®n. ¡°Es interesante ver c¨®mo aumentan al mismo tiempo las opciones de moda modesta y estas alternativas para las que quieren atreverse m¨¢s. Se debe a las campa?as sociales de autoafirmaci¨®n¡±, explican desde la compa?¨ªa de an¨¢lisis de datos Edited.
Una forma de expresarse libre de encorsetamientos que dicten qu¨¦ es buen gusto y qu¨¦ no; que se revela contra las normas del decoro que quedan dinamitadas en el panorama actual. Algo que se ha plasmado estos d¨ªas en Irlanda, donde al grito de #ThisIsNotConsent miles de mujeres han protestado enarbolando sus tangas: hace unos d¨ªas un hombre hab¨ªa sido absuelto de violar a una chica de 17 a?os. ¡°?Las pruebas eliminan la posibilidad de que se sintiera atra¨ªda por el acusado y que se mostrara abierta a conocer a alguien y a estar con alguien? Hay que tener en cuenta c¨®mo iba vestida: llevaba un tanga con un lazo¡±, hab¨ªa dicho la abogada del acusado durante el juicio.?Pero, como dice el hashtag, la elecci¨®n de la ropa interior no es consentimiento. Tampoco deber¨ªa encasillar a ninguna mujer en un obsoleto estereotipo. Uno que las propias mujeres se est¨¢n encargando de romper a golpe de tanga.
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