Este libro recopila todas las fotos que Instagram ha censurado
Las artistas Molly Soda y Arvida Bystr?m re¨²nen cerca de 300 im¨¢genes que la red social censur¨®: culos, tetas y cuerpos velludos que consider¨® inapropiados.
Ni edificios bonitos ni playas paradis¨ªacas ni una vida con un mill¨®n de amigos. Estas fotos son de mujeres, y de algunos hombres, que ense?aron el culo, las tetas, el vello de su barriga o se fotografiaron en el ba?o y despu¨¦s las subieron a Instagram. Fotos m¨¢s o menos expl¨ªcitas que la red social borr¨® por considerar que su contenido era inapropiado y que las artistas Molly Soda y Arvida Bystr?m han reunido en el libro Pics or It dind¡¯t happen (Im¨¢genes o no ha pasado, un lema, o slang, caracter¨ªstico de la generaci¨®n de las redes sociales que exige fotos siempre para verificar un hecho).
Unas 300 instant¨¢neas enviadas por las v¨ªctimas de la pol¨ªtica de Instagram conforman esta ¡°especie de ¨¢lbum sobre una memoria colectiva que Instagram quiso eliminar¡±, explica Soda, que junto a Bystr?m se ha encargado de rescatar estas fotos para el papel.
Cuenta que todo empez¨® en 2015, despu¨¦s de que Instagram borrara varias fotos de la cuenta de la modelo (o antimodelo, como ella misma se define por no responder a los c¨¢nones de la industria) y fot¨®grafa sueca, Arvida Bystr?m, y esta se quejara p¨²blicamente por la pol¨ªtica de la red social. Molly Soda, artista digital americana y una de sus seguidoras, tambi¨¦n critic¨® la censura, y m¨¢s o menos as¨ª fue como acabaron conoci¨¦ndose en ¡°en el mundo real¡± y decidiendo publicar un libro con fotos que se han saltado unas normas que estas j¨®venes artistas siguen sin entender.
Creen que la censura no afectan igual a todos los cuerpos de las fotos aunque las normas son siempre las mismas. Instagram proh¨ªbe im¨¢genes pornogr¨¢ficas, de desnudos o sexualmente sugerentes ¡°bas¨¢ndose en unas reglas fundamentadas en lo que socialmente no es aceptable: cuerpos inapropiados o menos convencionales, fotos que tienen que ver con la menstruaci¨®n o im¨¢genes que los moderadores de contenido de Instagram consideran groseras¡±, cuenta Soda. En las fotos borradas aparecen casi siempre mujeres en situaciones en las que a veces es dif¨ªcil encontrar un prop¨®sito sexual aunque, advierte la artista, ¡°en internet todo lo que tenga que ver con el cuerpo de la mujer puede parecer sexual o pornogr¨¢fico¡±, lamenta Soda sin saber a qui¨¦n se?alar cuando se le pregunta qui¨¦n borra las fotos de Instagram. ¡°Suele ser alguien que vive fuera de Estados Unidos, un servicio externalizado que no sabemos realmente c¨®mo trabaja pero que debe seguir una lista que establece cu¨¢les son los contenidos prohibidos adem¨¢s de las directrices de Apple Store y de los anunciantes. Hay mucha gente controlando nuestras fotos¡± y eso deja poca libertad a un usuario que quiere salirse de la imagen est¨¢ndar con la que ganarse los ¡®likes¡¯ de sus seguidores.
Cuando la artista nacida en Puerto Rico y vecina de Nueva York cuelga una imagen en las redes sociales se muestra, dice, tal y como es. En Instagram llora, canta, pone morritos, ense?a su nueva ropa interior o c¨®mo queda su piercing del ombligo antes y despu¨¦s de depilarse. No le importa exponerse p¨²blicamente ni le provoca ning¨²n tipo de pudor. Tampoco quiere lanzar al mundo un mensaje revelador m¨¢s all¨¢ de la naturalidad con la que se presenta: ¡°No trato de decir nada como hacen desde Free the Nipple o algo as¨ª¡±. De hecho, se aleja de este movimiento que reivindica el derecho a ense?ar el pez¨®n como s¨ªmbolo feminista. ¡°Ni Arvida ni yo estamos alineadas con ¨¦l¡±, a pesar de que ambas se consideran feministas. ¡° ¡®Pics or It didn¡¯t happen¡¯ est¨¢ m¨¢s relacionado con c¨®mo vemos nuestros cuerpos y la imagen que tenemos de nosotros mismos¡±, cuenta Soda sobre un libro que tambi¨¦n puede entenderse como una forma de reivindicar el derecho a que cada una haga con su cuerpo lo que quiera.
Por el momento, descartan una segunda parte aunque tendr¨ªan material para otra publicaci¨®n con fotos censuradas. Las que no dejar¨¢n de hacer ser¨¢n las suyas. A sus 28 a?os, Molly Soda lleva la mitad de su vida mostr¨¢ndose en internet y acaba de inaugurar una exposici¨®n en Los ?ngeles que repasa precisamente eso: su vida online. A los 14 abri¨® un blog sobre sus impresiones adolescentes, despu¨¦s lleg¨® Tumblr, Amalia Soto cambi¨® su nombre por Molly Soda (el apodo que le puso una amiga) y a partir de ah¨ª empez¨® a llamar la atenci¨®n. Fue precisamente en Tumblr donde conoci¨® a Arvida y surgi¨® una amistad que ha acabado en este libro rompiendo las barreras del mundo virtual. Habla con S Moda a trav¨¦s de Skype desde Los ?ngeles, por lo que como le ocurre con Arvida, consigue mantener ese ¡°equilibrio¡± en el que vive, ¡°depende del d¨ªa¡±, entre la realidad y la ficci¨®n de internet.
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