Por qu¨¦ algunas personas no se quitar¨¢n la mascarilla cuando acabe la pandemia
Para combatir la alergia, subirse a un avi¨®n o evitar contagiar la gripe. Si antes de la crisis sanitaria algunos ya cubr¨ªan nariz y boca ante el mirada de sorpresa o rechazo del resto, cada vez son m¨¢s los que confirman que seguir¨¢n utiliz¨¢ndola incluso cuando deje de ser obligatoria.
¡°Si te pon¨ªas mascarilla antes de 2020 parec¨ªas un friki¡±. As¨ª resume el escritor gallego Dar¨ªo Vilas el sentir compartido por aquellos que, por diversas razones, la utilizaron alguna vez en la vieja normalidad. En su caso, fue su m¨¦dico de cabecera quien hace diez a?os le aconsej¨® pon¨¦rsela para combatir la fuerte alergia y el asma que padece. ¡°En aquel momento era tan raro llevarla que tuve que comprar mascarillas de pintor en una ferreter¨ªa y reconozco que muchas veces no me la pon¨ªa porque no me gustaba sentirme observado. La usaba mucho menos de lo que deber¨ªa, y ahora me arrepiento porque habr¨ªa ganado en salud¡±, cuenta a S Moda.
Como ¨¦l, todo aquel que vivi¨® la experiencia de salir a la calle con nariz y boca tapadas antes de la pandemia, se enfrent¨® al escrutinio p¨²blico y las miradas de sorpresa, extra?eza o rechazo. ¡°Por la calle la gente te miraba mal, te hac¨ªan sentir un bicho raro, y se apartaban como si fueras un tuberculoso¡±, afirma el tuitero @TodoJingles, que en febrero de 2019 rompi¨® una lanza a favor de su uso colgando en su perfil una imagen en la que luc¨ªa mascarilla para evitar contagiar la gripe. ¡°Empec¨¦ a pon¨¦rmela desde que tengo hijos porque tra¨ªan a casa virus y resfriados y acab¨¢bamos contagiados toda la familia¡±, explica este actor que pone voz a conocidos anuncios televisivos y que no pod¨ªa permitirse dejar de trabajar dos semanas a causa de la disfon¨ªa que le provocaban estas enfermedades.
Aunque en las sociedades orientales el uso de la mascarilla est¨¢ m¨¢s que normalizado, en Occidente no solo era impensable ver las calles te?idas de azul quir¨²rgico hace poco m¨¢s de un a?o, sino que resultaba dif¨ªcil toparse con gente us¨¢ndola m¨¢s all¨¢ de los turistas chinos y japoneses. La llevaban pacientes cr¨®nicos e inmunodeprimidos, algunos transe¨²ntes ¨Cpocos¨C concienciados con la alta contaminaci¨®n de las grandes urbes y, de forma puntual, personas con alergia al polen u a otras part¨ªculas. Aquellos que, sin embargo, se la pon¨ªan en espacios muy concurridos como el metro o los aviones eran tachados de exagerados o ridiculizados. Ocurri¨®, por ejemplo, con la modelo Naomi Campbell, que un a?o antes del inicio de la crisis sanitaria comparti¨® en redes sociales su exhaustiva rutina de limpieza al subir al avi¨®n (guantes de pl¨¢stico y mascarilla incluidas).
La psic¨®loga Nieves ?lvarez, colaboradora de la Asociaci¨®n TOC de Madrid y especialista en el trastorno obsesivo compulsivo con el que muchos relacionaron el af¨¢n desinfectante de la top model, explica que el miedo que sienten los pacientes que sufren este tipo de enfermedades suele ser al contacto, por lo que tampoco era frecuente verlos con mascarilla antes de la pandemia. ¡°Conozco a algunos que evitaban acercarse a los dem¨¢s o se pon¨ªan guantes, pero no mascarilla. Incluso ahora, los pacientes con TOC de contaminaci¨®n se la siguen poniendo poco porque directamente evitan salir a la calle¡±, cuenta. Sin embargo, m¨¢s all¨¢ de obsesiones como la misofobia ¨Cmiedo a los g¨¦rmenes¨C, algunos ya la llevaban antes de la pandemia en el metro o el avi¨®n para evitar llevarse a casa los virus que circulan en estos espacios.
Es el caso de la joven escritora Andrea Tom¨¦, autora de novelas como Coraz¨®n de mariposa, que ¡°llevaba mascarilla en vuelos antes de la pandemia mientras la gente la miraba como si estuviera chalada¡±. Seg¨²n cuenta, empez¨® a hacerlo porque siempre se pasaba un par de d¨ªas con tos, congesti¨®n y malestar despu¨¦s de viajar. ¡°Vivo en Londres y aqu¨ª hay una comunidad asi¨¢tica bastante grande, as¨ª que era f¨¢cil encontrar mascarillas en supermercados asi¨¢ticos. Me plante¨¦ incluso llevarlas por la calle debido a la contaminaci¨®n, pero nunca me atrev¨ª precisamente para no llamar tanto la atenci¨®n¡±, explica. Cuando termine la pandemia, tiene claro que la llevar¨¢ m¨¢s all¨¢ de los viajes por trabajo o las vacaciones de verano. ¡°No me la pondr¨¦ a todas horas, pero desde luego s¨ª en transporte p¨²blico. Antes de la pandemia sol¨ªa pasar por tres o cuatro resfriados al a?o y desde enero de 2020 no me he enfermado ni una vez, as¨ª que lo tengo claro¡±, sentencia.
Si bien somos testigos de c¨®mo en pa¨ªses como Israel, donde se ha llevado a cabo una vacunaci¨®n masiva, la poblaci¨®n va desprendi¨¦ndose poco a poco de la mascarilla obligatoria, son muchas las voces que defienden en redes sociales su permanencia de forma puntual una vez finalice la crisis sanitaria. ¡°Deber¨ªamos mantener su uso. No creo en las imposiciones, pero s¨ª que ser¨ªa recomendable y me encantar¨ªa que nos acostumbr¨¢semos todos, o al menos la mayor¨ªa, a usar la mascarilla en las ¨¦pocas de mayor incidencia de las enfermedades estacionales¡±, comenta Vilas. Para ¨¦l, que sol¨ªa ¡°encadenar catarros, resfriados, gripes e infecciones de garganta¡± durante los inviernos, ¡°la mascarilla lleg¨® para quedarse¡±. ¡°Es un complemento m¨¢s que me pongo cada d¨ªa antes de salir de casa, como la ropa y el calzado. He ganado much¨ªsima calidad de vida, me compensa con creces las molestias que pueda ocasionar su uso¡±, dice. @TodoJingles concuerda: ¡°Yo, desde luego, la continuar¨¦ llevando, aunque culturalmente va a ser complicado que se quede porque cuando esto acabe, si vemos a alguien resfriado con mascarilla muchos pensar¨¢n que tiene coronavirus y se apartar¨¢n. Creo que muchos no se la podr¨¢n por miedo a que los miren con rechazo, como me pasaba a m¨ª¡±, opina.
A pesar del cansancio que muchos manifiestan tras un a?o de restricciones, o de lo inc¨®modo que para otros resulta llevar la mascarilla a todas horas, las tres fuentes consultadas en este reportaje coinciden en que se ha convertido en s¨ªmbolo de respeto hacia los dem¨¢s, especialmente hacia quienes padecen enfermedades cr¨®nicas, y que por esa raz¨®n los m¨¢s concienciados mantendr¨¢n su uso puntualmente. ¡°Las mascarillas no formaban parte de nuestra cultura, pero ahora que hemos visto sus beneficios¡ ?De verdad nos costar¨ªa tanto llevarla cuando estemos enfermos o cuando estemos apechugados en el vag¨®n del metro?¡±, se pregunta Tom¨¦. El tiempo lo dir¨¢.
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