El lado oscuro del negocio de las mascarillas coreanas baratas
Una investigaci¨®n destapa las peregrinas y antihigi¨¦nicas condiciones en las que se fabrican algunos de estos cosm¨¦ticos. Hablamos con su autora y con varias expertas en la industria de la belleza asi¨¢tica.
Las mascarillas de belleza coreanas se venden a espuertas. Pocas mujeres se resisten a probar uno de los cosm¨¦ticos responsables de la luminosa y tersa piel de las asi¨¢ticas. Mediheal, una de las marcas m¨¢s exitosas en Corea despacha al a?o 10 millones de unidades y en nuestro pa¨ªs las ventas no dejan de aumentar. ?Qui¨¦n puede decirle que no a esos sobres de llamativos colores que prometen refrescar el rostro en lo que ojeas una revista o limpias el polvo? Casi nadie. Al menos, hasta ahora.
El pasado lunes, la periodista Tracy E. Robey publicaba en Racked un extenso reportaje sobre la fabricaci¨®n de estas mascarillas (concretamente las ¡®sheet mask¡¯, esas que se aplican como si nos pusi¨¦ramos una careta de papel o gel), denunciando las condiciones precarias y nada higi¨¦nicas de su empaquetado. Al parecer, muchos de estos cosm¨¦ticos son plegados manualmente por amas de casa coreanas que se sacan un dinero extra haciendo este trabajo. Lejos de ser un proceso automatizado y bajo unos patrones de salubridad, varias fotos y v¨ªdeos muestran c¨®mo estas mujeres doblan las mascarillas con sus propias manos sin ponerse guantes ni seguir ning¨²n tipo de medida higi¨¦nica. Utilizan un cart¨®n como gu¨ªa para plegarlas (similar al t¨ªpico que emplean algunas tiendas para doblar camisetas) y lo usan una y otra vez sin desfinfectarlo ni cambiarlo entre mascarilla y mascarilla.
?Mi investigaci¨®n empez¨® la tarde del s¨¢bado despu¨¦s de leer un post en Reddit?, cuenta E. Robey, autora del reportaje, a S Moda. En el post al que hace referencia, la usuaria dvaonline22 se cercioraba de que el mundo entero supiese lo que estaba pasando: ?Solo quer¨ªa compartir que, recientemente, en Corea se ha sabido que las mascarillas se fabrican en condiciones que distan mucho de la higiene. No estoy segura de si este tema se ha hecho internacional o no, pero pens¨¦ en compartirlo ya que los consumidores de otros pa¨ªses tienen derecho a saberlo tambi¨¦n. Espero que, al convertirlo en un problema universal, algunas empresas cambien la forma en que gestionan los procesos de producci¨®n?. La usuaria adjuntaba a estas l¨ªneas varios enlaces a art¨ªculos e im¨¢genes que muestran el peregrino proceso de fabricaci¨®n de estos productos.
Partiendo de este testimonio, la periodista E. Robey localiz¨® art¨ªculos y publicaciones en redes sociales que lo certificaban. ?Al principio me pregunt¨¦ si era solo informaci¨®n aleatoria que alguien hab¨ªa publicado acerca de las flagrantes condiciones de trabajo que se dan en muchos sitios. Despu¨¦s de leer varios medios coreanos me di cuenta de que el trabajo de plegado de estas mascarillas en domicilios particulares era algo mucho m¨¢s grande que iba m¨¢s all¨¢ de una sola marca. Sinceramente, jam¨¢s pens¨¦ que las sheet marks se fabricasen de esta manera. En absoluto. Los foreros coreanos estaban tan sorprendidos como yo y preocupados por la falta de pulcritud del proceso. Esta pr¨¢ctica no est¨¢ contemplada por los est¨¢ndares coreanos de sanidad en 2016¡å, nos cuenta la periodista.
Al parecer, a pesar de que hacer cosm¨¦ticos en domicilios privados sin licencia de fabricaci¨®n es ilegal en el pa¨ªs, es algo bastante com¨²n para peque?as marcas de cosm¨¦tica que llevan operando as¨ª desde 2008. Los grupos de trabajo est¨¢n formados por dos o tres mujeres que doblan las mascarillas con sus manos desnudas y las introducen en un sobre que queda abierto hasta que llega a la f¨¢brica. Una vez all¨ª pasan controles microbiol¨®gicos que, sin embargo, no evitan que puedan contener restos como cabello humano.
Eso fue justo lo que le pas¨® a Alana, una fiel consumidora de cosm¨¦tica coreana que a principios de a?o public¨® una foto mostrando el pelo largo y negro que hab¨ªa descubierto dentro de su mascarilla. No es la ¨²nica que se ha topado con objetos indeseados al ir a aplicarse su rutina de belleza. La web Kukmin Ilbo recogi¨® el caso de un usuario que se encontr¨® un insecto dentro de la suya. La historia de hizo viral en el pa¨ªs asi¨¢tico y el fabricante tuvo que pedir disculpas y prometer que har¨ªa pruebas microbianas a sus cosm¨¦ticos antes de venderlos. Tambi¨¦n es bastante llamativo el caso de Marianna, una joven que se preocup¨® al ver puntos negros en su mascarilla (que no estaba caducada) y que se supon¨ªa que deb¨ªa ser blanca. Otros tantos ejemplos describen el olor de estas mascarillas como extra?o o desagradable (?una mezcla entre detergente y nicotina?, seg¨²n esta bloguera de belleza). Algo que no resulta extra?o teniendo en cuenta que muchas de estas empleadas fuman mientras trabajan.
Para colmo de males, estas mujeres se desloman a cambio de un sueldo irrisorio. Seg¨²n las averiguaciones de Racked (basadas en este art¨ªculo escrito en coreano), las trabajadoras cobran un cuarto de centavo de d¨®lar por cada macarilla que pliegan (el cambio a euros es m¨¢s desolador si cabe: 0,0024). Para verlo m¨¢s claro: una entrega de 1.000 mascarillas debidamente dobladas a mano les reportar¨ªa unas ganancias de menos de dos euros y medio.
?Ser¨¢ este el fin de la fiebre por estos cosm¨¦ticos?
Despu¨¦s de que toda esta pol¨¦mica informaci¨®n saliese a la luz, se ha levantado polvareda y preocupaci¨®n, tanto por razones de higiene como por motivos ¨¦ticos, entre los fans de la conocida en ingl¨¦s como kbeauty. La bloguera Vanity Rex confes¨® que estaba pensando qu¨¦ hacer con las mascarillas que ten¨ªa en casa porque no quer¨ªa correr el riego de ponerse algo contaminado en su rostro ni de contribuir a la injusta compensaci¨®n laboral de quienes las fabrican. ?De momento voy a parar de comprarlas?, concluye la bloguera.
Desde S Moda hemos querido conocer la opini¨®n de otras usuarias tras destaparse el esc¨¢ndalo. Silvia ¨Cnombre ficticio a petici¨®n de la entrevistada¨C es consumidora habitual de productos coreanos y trabaja en la industria de la belleza. ?Utilizo productos coreanos a diario y por supuesto mascarillas, pero no solo yo: se las regalo a mis amigas, a mi familia, siempre que tengo un compromiso. Cuando sale una noticia as¨ª es cierto que te asustas porque no es algo agradable. Por mi parte, no voy a dejar de usarlas. Tengo la garant¨ªa de que los productos que compro pasan un control sanitario y farmac¨¦utico en Espa?a. Trabajo en el sector y s¨¦ que todas estas importaciones se analizan. Lo que no he hecho nunca, y no har¨¦ jam¨¢s ¨Cmucho menos ahora despu¨¦s de ver esto¨C, es comprar a trav¨¦s de ebay, a vendedores particulares, en seg¨²n qu¨¦ tiendas ¡®no oficiales¡¯ o en China. Mucha gente compra en estos canales a un precio mucho m¨¢s econ¨®mico, pero a trav¨¦s de ellos es m¨¢s probable que encontremos problemas de este tipo?, explica a esta revista. Seg¨²n aconseja, es importante fijarse en que los productos importados (alimentaci¨®n y cosm¨¦tica sobre todo) lleven un doble etiquetado: el de la marca que viene ya de f¨¢brica en el packaging y el del distribuidor que es responsable en la Uni¨®n Europea. ?Comprando en sitios no oficiales nos arriesgamos a que los productos no sean originales por lo que no responder¨ªan a los controles de calidad de la marca. Podemos encontrar falsificaciones y cosm¨¦ticos que hayan sido manipulados en condiciones no apropiadas. Resumiendo: seguir¨¦ comprando, por supuesto, pero en sitios oficiales que me garanticen una seguridad y calidad?, termina la consumidora y experta.
Desde Miin Cosmetics, firma especialista en cosm¨¦tica coreana asentada en nuestro pa¨ªs, afirman que nunca han tenido ninguna queja ni ning¨²n caso parecido en sus tiendas. Seg¨²n explican a S Moda, ?las mascarillas son uno de los productos m¨¢s vendidos por lo que tenemos muchas referencias de nuestras consumidoras que, las han incorporado como un paso m¨¢s dentro de su rutina de belleza, y est¨¢n contentas con los resultados. Lo que s¨ª sab¨ªamos es que en Corea hay gente que hace copias de las marcas grandes y las venden en el mercado ¡®gris¡¯ o por internet. Pero nosotros no compramos a distribuidores ni mayoristas, sino que tratamos directamente con las marcas y este punto es primordial para asegurar que todos los productos son originales y pasan un estricto control de calidad. Adem¨¢s todo lo que se vende en MiiN se somete a otra prueba farmac¨¦utica al llegar a Espa?a?, afirman.
El reportaje publicado por Racked, m¨¢s all¨¢ de hablar de peque?as empresas, tambi¨¦n apunta a que las 15 firmas best seller en Corea utilizan procedimientos similares (varios medios aut¨®ctonos citan a Mediheal, SNP o Forencos). Al parecer, recurrir a mano de obra humana se hace necesario para doblar los distintos tipos de mascarillas, pero eso tampoco quiere decir que las condiciones de trabajo o la higiene sean nefastas en todos los casos. ?Cumplimos los procedimientos sanitarios fabricando en habitaciones limpias ubicadas en las f¨¢bricas y procedemos simult¨¢neamente tanto de forma manual como autom¨¢tica. Si alguien nos informa de que se est¨¦n haciendo labores en casa en lugar de en la f¨¢brica, le damos una bonificaci¨®n. Seguimos muy de cerca y con mucho cuidado las sub-subcontratas y si detectamos alg¨²n problema dejamos de trabajar con ellos?, nos aseguran desde Mediheal. Por su parte, SNP reconoce que ?las im¨¢genes que circulan por Internet fueron tomadas hace unos a?os. Despu¨¦s de aquello, regulamos estrictamente el proceso de producci¨®n, incluido el plegado de la mascarilla?. Cuando le preguntamos por la ¡®Pop Mask¡¯ (el cosm¨¦tico que tom¨® color negro en la piel de una bloguera), nos cuentan que no han encontrado ning¨²n problema de calidad en la mascarilla y que pudo verse contaminada por guardarla de forma incorrecta. ?Ahora mismo est¨¢ descatalogada pero no tenemos constancia de que llegara a exportarse al mercado europeo desde su lanzamiento. Nos gustar¨ªa pedir a nuestros clientes en el extranjero que solo compren los productos SNP que se distribuyen de forma oficial?, a?aden.
?Afectar¨¢ esta pol¨¦mica a la venta de estos cosm¨¦ticos?
?Ninguno de los fabricantes me ha dado su punto de vista desde que publiqu¨¦ el art¨ªculo?, confiesa la autora de la investigaci¨®n. ?Por su parte, los consumidores han respondido de maneras muy distintas. Algunos est¨¢n angustiados y no saben qu¨¦ hacer con sus ¡®colecciones¡¯ de sheet masks. Otros no est¨¢n demasiado preocupados porque las empresas aseguran que esterilizan las mascarillas una vez regresan a la f¨¢brica y que utilizan conservantes para inhibir el crecimiento de cualquier cosa que pueda da?ar la piel?, contin¨²a.
Cuando le preguntamos si cree que su art¨ªculo perjudicar¨¢ las ventas de estos productos, la periodista lo tiene claro: ?S¨ª, aunque quiz¨¢ no impacte en las ventas globales. No todo el mundo dejar¨¢ de comprarlas, ?ni deben dejar de hacerlo! Muchas empresas utilizan m¨¢quinas para doblar sus mascarillas o contratan a trabajadores que lo hacen de forma legal (desde Racked estamos investigando cu¨¢les lo hacen bien y c¨²ales no). Lo que va a ser dif¨ªcil para muchos fan¨¢ticos de estos cosm¨¦ticos es reconciliarse con ellos despu¨¦s de saber esto, m¨¢s cuando est¨¢n pensados para cuidarse y relajarse. Cuando surgen esc¨¢ndalos similares respecto a alimentos o ropa, al final la gente no puede dejar de comer o de vestirse. Sin embargo, en este caso s¨ª pueden vivir sin mascarillas. Algunos dejar¨¢n de comprarlas, otros lo seguir¨¢n haciendo y un tercer grupo las adquirir¨¢ solo despu¨¦s de investigar cuidadosamente la marca?. Para terminar, E. Robey aprovecha para recordar a las empresas la necesidad de hacer p¨²blicas su pol¨ªticas de fabricaci¨®n y respaldar sus afirmaciones con fotos y v¨ªdeos. ?Aquellas que est¨¦n dispuestas a facilitar esta informaci¨®n ser¨¢n las que sobrevivan y aumenten sus ventas?.
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