Los zombies tambi¨¦n lloran
?Terror? A estos caminantes dan ganas de achucharlos y acunarlos. El cine, las series y la literatura humanizan a los muertos vivientes y acercan su perfil al drama y la comedia.
?Qu¨¦ pasar¨ªa si tras el estallido zombie se encontrase una cura y los caminantes se reinsertasen en la sociedad? ?Y si los muertos despertasen de sus tumbas y volviesen, a?os despu¨¦s, sin ser conscientes de que han perecido? ?Puede un zombie dejar de alimentarse de cerebros y enamorarse de una humana? Hace un par de a?os, mientras millones de espectadores devoraban los nuevos cap¨ªtulos de The Walking Dead, otros tantos se angustiaban por los caminantes blancos de Juego de Tronos o los groupies de George A. Romero se sumaban al furor de las zombie walks, tramas como ¨¦stas se asomaban imposibles. Los vampiros empalagosos de Crep¨²sculo ya no asustaban a nadie; los zombies, para alegr¨ªa de los fans del terror, s¨ª. Hasta ahora.
La ficci¨®n ha decidido dar la espalda a las reglas del g¨¦nero y ha apostado por instaurar nuevos c¨®digos narrativos que pasan por humanizar al zombie de toda la vida y ense?arnos su corazoncito, ya sea en los terrenos de la comedia o el drama.
Ah¨ª tienen al introspectivo Kieren Walker de In the Flesh (miniserie y pelotazo del a?o emitido en la BBC), protagonizando sesiones de rehabiliaci¨®n con ex zombies que en su d¨ªa estuvieron afectados del S¨ªndrome de los Parcialmente Muertos y que ahora debe lidiar con su reinserci¨®n en una sociedad que no termina de ver con buenos ojos a estos ex devoradores de carne humana.?
Desasosiego zombie y existencialismo postapocal¨ªptico en la miniserie del a?o, ¡®In the flesh¡¯
Cordon Press
O los muertos vivientes de Les Revenants, la serie francesa basada en la pel¨ªcula hom¨®nima de Robin Campillo, cuyos derechos acaba de adquirir Channel 4 para emitir en Reino Unido y que pronto tendr¨¢ su remake estadounidense (de la mano de Paul Abbot, responsable de Shameless). Con una banda sonora firmada por Mogwai, la impecable factura visual de la serie narra la soledad y diatribas emocionales de unos fallecidos que, inexplicablemente, vuelven a su ciudad natal a imagen y semejanza de su muerte para lidiar con su (bizarra) reinserci¨®n social.
Pero no todo son dramas y desasosiego televisivo en el (neo) mundo zombie. El cine y la literatura apuestan por ofrecernos visiones m¨¢s cercanas a la carcajada que al existencialismo depresivo del tubo cat¨®dico.
En la gran pantalla, el romance zombie adolescente (que no vamp¨ªrico, ya hemos tenido Robsten para rato) ya es una realidad. Warm Bodies (aqu¨ª inexplicablemente traducida como Memorias de un zombie adolescente) se estrenar¨¢ esta semana y versiona, en clave de comedia, la historia de Romeo y Julieta. Un toque apocal¨ªptico para narrar amores entre un zombie sensibl¨®n adicto a los vinilos (Nicholas Hoult) y una humana que se parece sospechosamente a Kristen Stewart versi¨®n blondie (Teresa Palmer).
En la serie ¡®Les revenants¡¯ los zombies tienen que lidiar con su muerte sin haber sido conscientes de ella.
La cinta no es la ¨²nica en aventurarse en los caminos de la angustia adolescente de los muertos vivientes. La escritora y periodista Laura Fern¨¢ndez acaba de publicar La chica zombie (Seix Barral), donde la adolescente Erin Fancher se despierta una ma?ana (tras una escena traum¨¢tica en los ba?os de su instituto) convertida en un zombie. Como una Gregor Samsa versi¨®n teen, la joven tendr¨¢ que afrontar su d¨ªa a d¨ªa en el colegio mientras comprueba como su carne se pudre y el resto de los mortales tan siquiera es capaz de percibir su nuevo estado.
Para Fern¨¢ndez, que asegura que ¡°no me gustan las pel¨ªculas de zombies ni las series de zombies ni nada de lo relacionado con zombies¡±, la idea surgi¨® ¡°d¨¢ndole vueltas a La metamorfosis de Kafka¡± y a la ¡°asfixia existencial¡± que se hubiese desarrollado si Samsa hubiese tenido que ir a la oficina. ?Por qu¨¦ zombie, entonces? ¡°Porque creo que es una perfecta met¨¢fora de la adolescencia. Te sientes deforme en muchos sentidos y eres totalmente manipulable¡±.
Tal y como explica, la zombie de su novela ¡°no es la clase de zombie que uno puede esperar, sino todo lo contrario. El hecho de estar muerta es una met¨¢fora del hecho de todos somos en el fondo muertos vivientes, cada d¨ªa nos quedan un pu?ado de minutos menos de vida, aunque vivamos fingiendo lo contrario, no somos inmortales. Digamos que en su caso es m¨¢s evidente y trata de hacer algo para cambiar eso. El resto siguen ajenos a lo que de veras importa: la vida. Y se dedican a interpretar un papel. Un papel que en el instituto es mucho m¨¢s evidente que en la vida post-instituto, pero que muchos contin¨²an interpretando una vez salen fuera, al mundo real¡±.
?Hemos agotado los c¨®digos de ficci¨®n del zombie terror¨ªfico? As¨ª lo cree esta escritora y reconoce que ¡°la ciencia ficci¨®n siempre triunfa en ¨¦pocas de crisis, pero lo hace porque la gente quiere evadirse, no porque est¨¦ conectada con la crisis en cuesti¨®n¡±.
¡°En el fondo los zombies nunca han dado miedo¡±, apunta, ¡°lo que da miedo de las historias de zombies es la falta de esperanza. Es decir, no hay un lugar seguro al que llegar y eso es lo que tememos. No al zombie en s¨ª. Porque el zombie en s¨ª no deja de ser algo que seremos alg¨²n d¨ªa. El zombie es la muerte y en ese sentido siempre deber¨ªamos temerle, pero tambi¨¦n deber¨ªamos querer abrazarle, porque es alguien que ha llegado all¨ª antes que nosotros, es alguien que fue, no es un monstruo corriente¡±. Prep¨¢rense, los zombies achuchables para recordarnos lo que un d¨ªa fuimos (o pudimos ser) prometen ser legi¨®n.
Como una Gregor Samsa versi¨®n ¡®teen¡¯, la protagonista de ¡®La chica zombie¡¯ tendr¨¢ que afrontar su d¨ªa a d¨ªa en el instituto mientras comprueba como su carne se pudre.
Cortes¨ªa de Seix Barral
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