Melania Trump insiste en prescindir del sujetador: ?es un acto pol¨ªtico de resistencia?
En menos de una semana y a pesar del chaparr¨®n de cr¨ªticas tras el 4 de julio, la primera dama se mantiene firme. Y es posible que nos quiera decir algo.
Las elecciones estil¨ªsticas de la primera dama de Estados Unidos siempre est¨¢n en el punto de mira. Que se lo digan a Michelle Obama, quien en 2009 fue foco de cr¨ªticas que fueron desde los tuits hasta las columnas de opini¨®n por escoger un atuendo que se consider¨® digno de debate: llevar los hombros al aire. En una sociedad donde el machismo todav¨ªa est¨¢ asentado en todos los estratos de la misma, ni siquiera las primeras damas se libran de los comentarios sobre su apariencia. Michelle Obama zanj¨® toda pol¨¦mica mediante una serie de mensajes que no se le escaparon a la prensa ¨Capareci¨® de nuevo con los brazos al aire en una fotograf¨ªa oficial de la Casa Blanca y tambi¨¦n en la portada de Vogue¨C, dejando claro que si un sector de la sociedad ten¨ªa un problema con que la primera dama de los Estados Unidos mostrase sus brazos, eso era su problema.
Con Melania Trump sucede lo mismo: cualquier elecci¨®n estil¨ªstica, por m¨ªnima que sea, est¨¢ sujeta a desatar la pol¨¦mica. Pero fue desde que se enfundase en la pol¨¦mica gabardina de Zara con el mensaje I Really Don¡¯t Care, Do U? (La verdad es que no me importa, ?y a ti?) durante su visita a un centro de detenci¨®n de ni?os migrantes en Texas cuando se empez¨® a mirar al detalle. Tambi¨¦n fue cuando la teor¨ªa de que Melania Trump estaba enviando mensajes ocultos a trav¨¦s de su vestuario cobr¨® m¨¢s fuerza. Y es que en aquella ocasi¨®n s¨ª estaba mandando un mensaje. Aunque en un principio desde su equipo de comunicaci¨®n se negase que la chaqueta tuviera alg¨²n tipo de connotaci¨®n y se afirmase que la elecci¨®n fue mera casualidad, en una entrevista para ABC News la propia Melania admiti¨® que s¨ª que estaba intentando decirnos algo, aunque no lo que nosotros cre¨ªamos: ?Obviamente, no llevaba la chaqueta por los ni?os. Llev¨¦ la chaqueta para subir y bajar del avi¨®n. Y era para toda esa gente de los medios de izquierdas que me critican. Les quer¨ªa mostrar que no me importa?. La primera dama explicaba que el hecho de que la chaqueta causara tal revuelo le dio la raz¨®n, y casi sin pretenderlo, pronunci¨® una frase que si hubiese salido de la boca de Beyonc¨¦ se considerar¨ªa una declaraci¨®n feminista: ?A eso me refiero. Me gustar¨ªa que que los medios se centrasen m¨¢s en lo que hago y en mis iniciativas que en lo que llevo puesto?.
Sin embargo, tanto medios como particulares no pueden evitar fijarse en lo que Melania Trump lleva puesto y existe una raz¨®n de peso: Melania Trump es una primera dama de perfil bajo, especialmente si la comparamos con la figura de Michelle Obama. Las declaraciones y entrevistas de Melania pueden medirse con cuentagotas y su figura se ha convertido en todo en un enigma dentro de la Casa Blanca, con voces que incluso la consideran (a ella o a su equipo) parte de las resistencia. Son, por tanto, sus apariciones p¨²blicas, siempre a la sombra de su marido, las ¨²nicas que permiten al p¨²blico y a los medios especular e intentar adivinar qu¨¦ es lo que de verdad piensa la ex modelo a trav¨¦s de sus elecciones de vestuario.
El 4 de julio volvieron a desatarse todo tipo de teor¨ªas: Melania Trump eligi¨® para la celebraci¨®n del D¨ªa de la Independencia un vestido blanco firmado por Carolina Herrera y valorado en 3000 euros que, debido a un chaparr¨®n, le transparent¨® el pecho, hecho que fue inmediatamente convertido en viral. La pregunta sobre si lo hizo a prop¨®sito o fue algo accidental no ha sido respondida ni por la primera dama ni por su gabinete de prensa y, despu¨¦s de la tormenta, algunas voces apuntaron si el momento Free The Nipple no nos permiti¨® ver el verdadero mensaje oculto del vestido. Y es que el vestido no era solo blanco, sino que ten¨ªa unas rayas finas de colores que podr¨ªan representar la bandera arcoiris de la comunidad LGTBI como respuesta a las recientes pol¨ªticas de Donald Trump que anularon una serie de protecciones hacia las personas trans. Una vez m¨¢s, la teor¨ªa de la resistencia vuelve a tomar forma y en forma de vestido.
Pero la posible reivindicaci¨®n LGTBI qued¨® eclipsada por los pezones de la primera dama, que fueron foco de mofa en redes sociales con comentarios de todo tipo: ??es que el presupuesto no da para un sujetador??, ?Qu¨¦ clase, t¨ªa, ?no pod¨ªas ponerte un sujetador??. Otras voces, sin embargo, apuntaban que burlarse de que una mujer a la que se le transparentan los pechos a causa de la lluvia no es m¨¢s que body shaming hacia la primera dama. Curiosamente, el body shaming ¨Cel acto de avergonzar a alguien por su cuerpo¨C junto con el slut shaming ¨Cel acto de avergonzar a una mujer por acostarse con muchos hombres o tener una actitud sexualizada¨C son las dos formas m¨¢s comunes de cr¨ªtica hacia Melania Trump, no hace falta m¨¢s que irse a las respuestas que aparecen en cada tuit que publica para ver c¨®mo muchos usuarios an¨®nimos responden con fotograf¨ªas de la primera dama, desnuda o con poca ropa, de su etapa como modelo.
Lo curioso es que el revuelo del 4 de julio no ha parecido afectar en absoluto a la primera dama. Como si no hubiese escuchado ning¨²n comentario acerca de lo sucedido o como si realmente no le importase, Melania Trump ha vuelto a aparecer sin sujetador en menos de una semana. Ha sido a su vuelta a la Casa Blanca despu¨¦s de un fin de semana en Nueva Jersey junto con el Presidente. Melania ha aparecido bajando de un helic¨®ptero oficial vistiendo otro vestido blanco y, de nuevo, sin sujetador. Sobre si Melania Trump est¨¢ enviando, de nuevo, un mensaje, no hay fuentes oficiales que lo confirmen. Lo que est¨¢ claro es que su pol¨¦mica gabardina de Zara parece haberse convertido en el mantra de esta silenciosa primera dama. Despu¨¦s de una semana de mofas, cr¨ªticas y especulaciones de todo tipo, la elecci¨®n de otra pieza blanca a sabiendas de que las c¨¢maras estar¨ªan apunt¨¢ndola s¨ª que parece enviar el mensaje ?la verdad es que a m¨ª no me importa, ?y a ti??.
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