Melissa Losada y Pablo Bofill, dise?o en las venas
El olimpo de las it-girls ha sucumbido ante los bolsos que ella dise?a. ?l dirige uno de los estudios de arquitectura m¨¢s respetados del mundo. Lo de ambos es pasi¨®n por las formas.
Pablo Bofill y Melissa Losada viven en un bonito edificio modernista del centro de Barcelona. Antes de entrar, Olivia, la maquilladora, me pregunta qu¨¦ aspecto tienen los entrevistados. ?Estuve buscando fotos en Internet y nada?, susurra. ?No todo el mundo se muere por salir en los medios?, le digo y, al instante, me siento como un dinosaurio del Cret¨¢cico. Pablo Bofill (Par¨ªs, 1980) dirige junto a su padre, Ricardo Bofill, y su hermano, Ricardito, uno de los despachos de arquitectura m¨¢s importantes y activos del mundo. Melissa Losada (Cali, 1984), por su parte, acaba de lanzar junto a su socia, Marcela V¨¦lez, una marca de bolsos, M2Malletier, que en pocos meses ha conquistado a todas las it-girls (y las girls a secas) del mundo.
Melissa nos recibe con la cara lavada y una amplia camisa blanca sobre unos leggings negros. Lleva las u?as largas, pintadas de granate, y un maravilloso anillo de Repossi en el anular. Es guapa, recuerda un poco a una Elizabeth Taylor joven, incluido el temperamento. Mientras la maquillan, comenta que la colecci¨®n que acaba de presentar Hedi Slimane para Saint Laurent le pareci¨® horrible y que temi¨® que a Pierre Berg¨¦ ¨Cel viudo de Yves Saint Laurent¨C le diese un ataque al coraz¨®n al verla.
La pareja vive en un piso precioso. ?Fue el primero que vimos, pero cuando quisimos alquilarlo ya no estaba libre. Pasamos seis meses buscando. Al final, Pablo habl¨® con el inquilino, lo convenci¨® para que se marchara y nos mudamos?, cuenta Melissa.
Melissa con jersey de Acne, anillos de Repossi y uno de sus modelos.
Gregori Civera
Modelos arquitect¨®nicos.?Desde que ella recuerda, le gustan los accesorios, por eso siempre supo que acabar¨ªa haciendo bolsos. ?Estudi¨¦ Dise?o en Parsons (Nueva York). Cuando ten¨ªa que hacer drapeados o mangas, me aburr¨ªa much¨ªsimo?, confiesa Melissa. Despu¨¦s de trabajar un a?o y medio en Vogue, Melissa se march¨® de Nueva York. ?Es una ciudad incre¨ªble, pero agotadora. La vida es tan fren¨¦tica que cuesta buscar ideas para montar un negocio. Sin embargo, me cost¨® mucho dejarla, un poco como romper con un novio. Entonces me fui a Par¨ªs y el primer d¨ªa conoc¨ª a Pablo. Fue un flechazo?.
Le preguntamos c¨®mo surgi¨® la idea de lanzarse a hacer bolsos. ?Un d¨ªa me di cuenta de que llevaba cinco a?os sin comprar uno y empezamos a desarrollar el proyecto de M2Malletier?. La particular asa surgi¨® mirando libros antiguos de instrumentos m¨¦dicos medievales. ?Ten¨ªa muy claro lo que quer¨ªa: que mis dise?os fuesen como peque?as esculturas arquitect¨®nicas?. Melissa parece la primera sorprendida por la enorme repercusi¨®n de sus creaciones. ?Me percat¨¦ de la importancia que tiene ocuparse personalmente de las relaciones p¨²blicas. Nos pusimos en contacto con ocho?it-girls. Los modelos les encantaron tanto que los llevaron durante la semana de la moda de Par¨ªs. Las fotos salieron mucho y ahora nos est¨¢n llamando de tiendas de todo el mundo?.
Junto a un Mir¨® Pablo y Melissa en el sal¨®n. Ella lleva vestido de Opening Ceremony y zapatos de Chlo¨¦. ?l viste pantal¨®n de Acne, americana de Arthur et Fox, camisa de Bel, calcetines de Maximo Dutti y zapatos de Prada.
Gregori Civera
En ese momento aparece Pablo.?Delgado, alto, discreto y con cierto aire de h¨¦roe rom¨¢ntico. Habla bajito y elige las palabras cuidadosamente. Tiene una mirada inteligente y r¨¢pida que lo capta todo al instante, la risa ligeramente infantil de los t¨ªmidos y un leve acento franc¨¦s (su madre es francesa). Sin embargo, cuando quiere algo, que se cambie un foco de lugar o que salga cierto rinc¨®n de la casa, lo pide con suavidad hasta conseguirlo o hasta que decide que no vale la pena insistir m¨¢s. Pablo creci¨® en Francia y estudi¨® Administraci¨®n de Empresas en Esade. ?Vengo de una familia de artistas. Pero contrariamente a mis padres o a Melissa, no es eso lo que m¨¢s me interesa. Mi papel es hacer que las cosas avancen en el taller, rodearme del mejor equipo posible para lograr nuestro objetivo com¨²n: la excelencia?.
No se siente inc¨®modo por trabajar en un negocio familiar.??Mi familia es antiburguesa, un individuo se define por lo que hace, no por lo que es?. Pablo es el tercero en una saga de grandes arquitectos a los que parece que no afecta la crisis en el mundo de la arquitectura y est¨¢n desarrollando ?proyectos en Marruecos, Rusia, India, Praga, Lima¡ Nada en Espa?a?. Observa con satisfacci¨®n los bolsos de Melissa. ?Me gustan, aunque el criterio est¨¦tico siempre me da cierto pudor porque es algo muy personal?. Entonces aparece ella con una maravilloso vestido blanco. Pablo se levanta para las ¨²ltimas fotos. Camina como un bailar¨ªn. Me despido y Melissa me lanza un beso. ?l me hace un discreto gesto con la mano. Pasi¨®n y rigor, una combinaci¨®n infalible.
El comedor. Las sillas son de Mackintosh y la mesa fue dise?ada por el padre de Pablo. La l¨¢mpara es de Gio Ponti.
Gregori Civera
Marca de estilo. Los bolsos de Melissa tienen nombres muy originales. El rojo, Memento Mori; el marfil, Fabricca; y el mandarina, Amor Fati.
Gregori Civera
Detalles de dise?o. La m¨ªtica silla de Rietveld en un rinc¨®n de la biblioteca.
Gregori Civera
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