Inc¨®modos y malos para la salud: por qu¨¦ las mujeres todav¨ªa quieren llevar tacones altos en 2023
Intentamos comprender por qu¨¦ para muchas mujeres, en plena era de la comodidad, unos ¡®stilettos¡¯ siguen siendo objeto de deseo
Dijo en una ocasi¨®n Christian Louboutin, el c¨¦lebre zapatero que elev¨® los stilettos alt¨ªsimos a fetiche de lujo, que la fascinaci¨®n por los tacones reside en que hacen que la mujer vaya m¨¢s despacio, dando a los hombres m¨¢s tiempo para admirarla. No coment¨® nada sobre la est¨¦tica ni su belleza, su ¨²nica apreciaci¨®n fue la de la velocidad: ¡°?Cu¨¢l es el sentido de querer correr? Cuando una mujer lleva tacones tienes tiempo para mirarla; camina, no va a echar a correr (¡) Es casi como un espejismo (¡) ?Por qu¨¦ querr¨ªa correr? ?Ad¨®nde querr¨ªa correr? ?Cu¨¢l es el punto?¡±, se preguntaba.
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Dijo en una ocasi¨®n Christian Louboutin, el c¨¦lebre zapatero que elev¨® los stilettos alt¨ªsimos a fetiche de lujo, que la fascinaci¨®n por los tacones reside en que hacen que la mujer vaya m¨¢s despacio, dando a los hombres m¨¢s tiempo para admirarla. No coment¨® nada sobre la est¨¦tica ni su belleza, su ¨²nica apreciaci¨®n fue la de la velocidad: ¡°?Cu¨¢l es el sentido de querer correr? Cuando una mujer lleva tacones tienes tiempo para mirarla; camina, no va a echar a correr (¡) Es casi como un espejismo (¡) ?Por qu¨¦ querr¨ªa correr? ?Ad¨®nde querr¨ªa correr? ?Cu¨¢l es el punto?¡±, se preguntaba.
Por poner cierto contexto, aquellas declaraciones sucedieron hace diez a?os, en 2013. Pertenecen a una conversaci¨®n con la fot¨®grafa francesa Garance Dor¨¦, que en aquel momento ten¨ªa omnipresencia en la escena creativa parisina y quien las recogi¨® en un v¨ªdeo grabado en la Semana de la Moda de Par¨ªs. En apenas 10 minutos ella misma y otras ocho mujeres del mundillo hablaban sobre la fascinaci¨®n tan dolorosa que les produce caminar sobre tacones de aguja. Anna dello Russo, la ubicua y extravagante editora de Vogue Jap¨®n aseguraba que si llevas tacones ¡°tu ego sube hasta el cielo¡±, mientras que cuando vas de plano ¡°te sientes un rat¨®n¡±. Y a?ad¨ªa que en semanas como la de la moda necesitas una dosis extra de confianza que solo te dan unos tacones bien altos.
Sobre los stilettos y su supuesto poder de atracci¨®n se han dicho frases muy legendarias: en una ocasi¨®n la actriz Salma Hayek ¡ªuna de las leyendas de Hollywood y casada con Fran?ois-Henri Pinault, presidente y heredero del imperio de lujo Kering, propietario entre otras marcas de Gucci, YSL, Bottega Veneta o Balenciaga¡ª afirm¨® que ¡°si no hubiera sido por mis tacones altos, seguir¨ªa en Coatzacoalcos y tendr¨ªa 10 hijos¡±. Tambi¨¦n fue c¨¦lebre la de Victoria Beckham, que asegur¨® que no puede concentrarse si lleva zapatos planos. En pleno 2023 estas afirmaciones suenan, como poco, algo desfasadas, y sin embargo, el negocio de los tacones vuela alto: seg¨²n un informe publicado por la empresa de investigaci¨®n y asesor¨ªa Technavio en noviembre de 2022, el mercado de calzado de tac¨®n alto crecer¨¢ un 1,88% anualmente entre 2022 y 2027. Esto resultar¨¢ en una ganancia acumulada de 2.390 millones de d¨®lares durante ese periodo, un fen¨®meno que se extiende por todo el mundo: los pa¨ªses que m¨¢s comprar¨¢n tacones altos son Estados Unidos, China, Reino Unido, Alemania y Francia, y al mismo tiempo se estima que la regi¨®n de Asia-Pac¨ªfico cal frente.
¡°Una de las conclusiones del informe es que los tacones van a dejar de ser accesorios de necesidad para convertirse exclusivamente en accesorios ¡®premium¡¯ con precios a¨²n m¨¢s altos. Esto es lo que est¨¢ impulsando notablemente el crecimiento del mercado de calzado de tacones altos¡±, explica para S Moda ?rsula Carranza, periodista experta en moda y autora del libro Tacones de Culto (Loft Publications). La mayor¨ªa de estos zapatos, a?ade, se comprar¨¢n online.
En la era en la que la comodidad se ha apoderado de las tendencias de moda y despu¨¦s de movimientos como #MeToo que han cuestionado el papel de las mujeres en la sociedad, cabe preguntarse por qu¨¦ tantas mujeres siguen llevando hoy tacones de aguja. Si, como avanzaba Louboutin, son de lo m¨¢s inc¨®modos (de hecho otra de sus m¨ªticas frases es aquella de ¡°Odiar¨ªa que alguien mirase mis zapatos y dijera: ?Oh dios m¨ªo, parecen tan c¨®modos!¡±) y se sabe que su uso diario es malo para los pies (aqu¨ª hay varios trucos para que no te los destrocen), ?qu¨¦ nos lleva a seguir subi¨¦ndonos a los tacones?
¡°El comentario de Louboutin est¨¢ en l¨ªnea con sus dise?os porque es un dise?ador que le encanta provocar tanto con lo que dice como con lo que crea. Louboutin es un dise?ador que no se enfoca en la comodidad de los tacones altos, sino en la est¨¦tica, el lujo y el sex appeal que proyectan. Esas han sido sus prioridades y miles de mujeres se han sentido identificadas con sus dise?os. Es parte de la identidad de su marca y la raz¨®n por la que sus tacones se han vuelto ic¨®nicos¡±, apunta esta experta en historia del calzado. Es evidente que la respuesta a por qu¨¦ seguimos llevando stilettos hoy no es sencilla y en ella se entremezclan ingredientes que podr¨ªan parecer a priori inconexos como el poder, el sexo, la opresi¨®n o las reivindicaciones feministas.
Como apunta Summer Brennan, autora del libro High Heel, en The Guardian para bien o para mal el tac¨®n alto es hoy ¡°el calzado m¨¢s p¨²blico de la mujer¡±, algo as¨ª como las corbatas para los hombres. ¡°Es un zapato para eventos, un calzado que da autoridad¡± e incluso es obligatorio en ciertas ocasiones formales y en algunos entornos laborales tan dispares como las oficinas de una consultor¨ªa internacional o el de las azafatas de vuelo. ¡°Es un zapato de portada de revista y alfombras rojas, pero tambi¨¦n salas de juntas o los tribunales¡±, a?ade Brennan. El cine lo retrat¨® a la perfecci¨®n como requisito para aspirantes a puestos de altura en la pel¨ªcula de 1988 Armas de Mujer, donde Melanie Griffith se cambiaba las deportivas al llegar a la oficina en su so?ado ascenso al ¨¦xito. Si bien los tacones no tienen una funci¨®n pr¨¢ctica, parece que a cambio proporcionan un cierto poder, estatus o capacidad de metamorfosis.
En los dorados noventas fueron el uniforme corporativo femenino por excelencia, en los ¨²ltimos a?os, hay quien ha desafiado la norma de los tacones en el trabajo. En 2019 las las japonesas se plantaron ante su gobierno para exigir no llevar tacones al trabajo. Un movimiento que recibi¨® el nombre de #KuToo con el que pretend¨ªan terminar con la ¡°discriminaci¨®n y acoso sexual¡± que les supon¨ªa tener que lucir tacones por obligaci¨®n en las empresas. La creadora de esta iniciativa fue Yumi Ishikawa, una conocida actriz y modelo de 32 a?os, que empez¨® de manera involuntaria este movimiento al escribir un tuit donde explicaba su sufrimiento al tener que llevar zapatos de tac¨®n d¨ªa tras d¨ªa, y as¨ª naci¨® el movimiento, que es una mezcla de las palabras japonesas kutsu (zapato) y kutsuu (dolor). Un par de a?os antes, tambi¨¦n en Espa?a, auxiliares de vuelo de distintas compa?¨ªas a¨¦reas ya alzaron su voz contra los llamados ¡°pies de azafata: ¡°No te puedes ni imaginar lo que sufren los juanetes, las u?as, los callos, las durezas, eso es lo que hace que tu trabajo sea mucho m¨¢s dif¨ªcil. Conozco a muchas compa?eras que han tenido que llegar a operarse. Y lo importante ya no es solo el tac¨®n, es la punta de ese tac¨®n, que te obligan a que sea redonda y estrecha argumentando que el zapato tiene que ser bonito. Estoy segura de que si este problema lo tuvieran los hombres ya estar¨ªa cambiado¡±, contaba una auxiliar de vuelo en El Pa¨ªs.
Un invento ideado para el hombre
Parad¨®jicamente (o no), en la historia los tacones han sido una reivindicaci¨®n de poder, una pieza de opresi¨®n y un zapato para el sexo. Pero en la moda muchas veces ocurren estas paradojas, que un objeto que naci¨® para una cosa acab¨® sirviendo para todo lo contrario.
De hecho, los tacones altos comenzaron siendo un invento ideado para el hombre. Este zapato que no sirve para mucho, se atasca en pavimentos adoquinados y se hunde en la hierba, es como si no estuviera dise?ado para caminar. Originalmente, no lo estaba: el tac¨®n alto se us¨® durante siglos en todo el Cercano Oriente como forma de calzado para montar y los persas lo utilizaban a caballo.
Se cree que fue el Rey Sol, Luis XIV (1638-1715), el primero que lo emple¨® como una indumentaria de moda, probablemente influido por su peque?a estatura. La tendencia se extendi¨® como la p¨®lvora en la corte francesa, pero en realidad el tac¨®n y las alzas han estado siempre presentes en la historia de la humanidad. Como explica Jos¨¦ Mar¨ªa Amat Amer, fundador del Museo del Calzado de Elda en este art¨ªculo de El Pa¨ªs. Los coturnos, de elevadas plataformas, ya se empleaban en la antigua Grecia, y en los pa¨ªses asi¨¢ticos e incluso europeos los jinetes que combat¨ªan a caballo llevaban calzado con tacones, para mayor y mejor fijaci¨®n a los estribos. Los hombres y mujeres de la antigua China tambi¨¦n calzaban plataformas; al igual que los venecianos que, desde el siglo XV o incluso antes, empleaban un tipo de alzas, probablemente para transitar por zonas inundadas¡±.
Para cuando lleg¨® el siglo XX el tac¨®n ya hab¨ªa llegado al armario femenino y por primera vez se acortan las faldas, con lo que el tobillo (y los zapatos) comienzan a ser visibles. Las feministas de la ¨¦poca empezaron a mostrar su calzado (de hecho se conoce como botas de sufragista a los tacones de cinco cent¨ªmetros que sol¨ªan llevar las mujeres en las marchas pidiendo el voto femenino) y ense?ar el zapato fue considerado un gesto simb¨®lico de la mujer independiente, una idea que de alguna manera ha pervivido en el tiempo: cuanto m¨¢s altos pueden ser los tacones, es posible que haya mayor libertad.
El momento de gloria del tac¨®n femenino lleg¨® en la d¨¦cada de 1950, cuando el dise?ador de Dior, Roger Vivier, coloc¨® varillas de acero en los ejes de unos tacones de aguja delgados, elev¨® su altura a ocho cent¨ªmetros o m¨¢s y alent¨® a las mujeres normales a usarlos en la vida diaria. As¨ª, en la era de la posguerra, cuando la fuerza laboral femenina de emergencia hab¨ªa regresado a la cocina, hizo su debut el modelo para el tac¨®n alto contempor¨¢neo.
Vivier, de origen franc¨¦s, ya hab¨ªa estado fabricando tacones altos personalizados para mujeres como Josephine Baker o la reina Isabel II desde la d¨¦cada de 1930. Fue uno de los primeros dise?adores convencionales en llevar sus creaciones al l¨ªmite de lo pr¨¢ctico y al ¨¢mbito del arte. No fue el primero en utilizar acero en sus tacones, ni sus zapatos fueron los primeros en presentar tacones muy altos y muy finos, pero fue su trabajo con Dior en la d¨¦cada de los cincuenta lo que molde¨® la imagen de la mujer de la ¨¦poca.
Este zapato recibi¨® nombre propio. ¡°Sin duda el stiletto o tac¨®n de aguja que se caracteriza por su tac¨®n alto, fino y puntiagudo. Es el modelo de zapato ha logrado dejar huella en la cultura popular a trav¨¦s de los a?os. Simboliza elegancia, glamour y estilo. Ha sido desde siempre inspiraci¨®n de dise?adores, modelos y celebridades, as¨ª como un elemento recurrente en las pasarelas, alfombras rojas y las campa?as publicitarias de las marcas de lujo. El cine ha contribuido a perpetuar la popularidad de este tipo de zapatos y a identificarlos como s¨ªmbolos de poder, seguridad en uno mismo y sensualidad. Lo podemos ver en pel¨ªculas como The Seven Year Itch en donde Marilyn Monroe aparece con stilettos y m¨¢s recientemente en series como Sexo en Nueva York donde la protagonista Carrie Bradshaw es una fan¨¢tica de los tacones altos¡±, enmarca ?rsula Carranza.
El tac¨®n alto ha tenido tambi¨¦n otra simbolog¨ªa: la del zapato para el sexo. Uno de los fot¨®grafos que mejor retrat¨® el fetichismo de los tacones fue Elmer Batters (1919-1997), quien plasm¨® todo un universo de pies, medias y zapatos de tac¨®n en sus fotograf¨ªas y quien sufri¨® la censura de los puritanos a?os cincuenta: lleg¨® a ser llevado ante los tribunales por obscenidad y perversi¨®n.
Desde aquellas creaciones de Roger Vivier hasta las de reconocidos dise?adores m¨¢s recientes como Manolo Blahnik, el propio Christian Louboutin o Alexander McQueen, muchos dise?os modernos de tacones altos encarnan la idea de la metamorfosis. Sus dise?os de lujo transforman a las mujeres casi en algo m¨¢s que humano (al fin y al cabo, ni son ¨²tiles ni pr¨¢cticos), las colocan en un pedestal: elevadas, pero tambi¨¦n m¨¢s f¨¢ciles de atrapar o someter.
Efectivamente, sobre unos tacones no se puede llegar muy lejos. Como explicaba el propio Louboutin en la conversaci¨®n de arriba, cuando te pones sobre unos tacones todo el cuerpo se yergue y el centro de gravedad cambia, el cuerpo se fuerza hacia el frente, as¨ª que la mujer, para mantener el centro de gravedad correcto necesita doblarse, recolocando su pecho hacia adelante y curvando las lumbares. Hoy, ciertamente, la idea de esta presentaci¨®n rechina en los ideales actuales. Como escribi¨® Rita Abundancia en El Pa¨ªs, ¡°no faltan los que comparan los tacones a los cors¨¦s, miri?aques y dem¨¢s instrumentos de tortura, formas opresoras que han modulado los cuerpos femeninos a su antojo porque una mujer en movimiento, fuera del control masculino, ha sido vista durante mucho tiempo como un peligro. Los chinos vendaban los pies de sus ni?as para hacerlos peque?os, convertirlos en mu?ones y asegurarse de que sus propietarias no pudieran ir muy lejos. En los a?os cincuenta, tras la Segunda Guerra Mundial, cuando la mujer volvi¨® al hogar y a su puesto de ama de casa tras haber reemplazado a los hombres en sus tareas y en las f¨¢bricas, la moda la subi¨® a unos inc¨®modos tacones de aguja, que deb¨ªa llevar todo el d¨ªa si quer¨ªa ser femenina y deseable¡±. ?Qu¨¦ mejor manera de domesticar a las mujeres que quieran huir que enraizarlas en el suelo?
?Entonces unos tacones no pueden ser una elecci¨®n feminista? ¡°Lo que confina, empobrece, explota, esclaviza, oprime, enferma, hace sangrar, viola y mata a las mujeres no son la ropa o los zapatos, sino las leyes y las convenciones sociales¡±, afirma la escritora y periodista Summer Brennan en un art¨ªculo sobre el tema en el diario ingl¨¦s The Guardian. Y enumera una larga lista de culpables: los prejuicios, la misoginia, la supremac¨ªa blanca, entre otros.
¡°Si crees, como dicta el feminismo, que las mujeres deben poder ponerse libremente lo que quieran, ya sea que eso implique usar tacones altos o no, entonces s¨ª, usar un tac¨®n alto podr¨ªa ser considerado una elecci¨®n feminista¡±, apunta ?rsula Carranza. ¡°Sin embargo, si lo haces puramente para cumplir con ciertas normas impuestas por la sociedad o ciertas expectativas de g¨¦nero, entonces no. Es un tema complejo y debatible. Para m¨ª, los tacones altos representan una elecci¨®n art¨ªstica¡±, a?ade.
Esta escritora tiene su propia teor¨ªa sobre por qu¨¦ seguimos llevando tacones a d¨ªa de hoy: ¡°Una de las cosas que m¨¢s atrae de los tacones es la capacidad que tienen para transformar a la mujer que los lleva. El cambio m¨¢gico que ocurre en la postura, altura y forma de moverse de una mujer cuando se alza en unos tacones es una sensaci¨®n que la mujer disfruta y valora. Es una fascinaci¨®n casi subjetiva. Los tacones pasan de ser simples accesorios a ser elementos que te permiten reinventarte. El efecto psicol¨®gico hace que las mujeres se sientan seguras y empoderadas¡±, asegura.
Si a eso a?ades que hoy la tecnolog¨ªa permite zapatos de tac¨®n m¨¢s c¨®modos encuentras otra raz¨®n por la que muchas mujeres siguen optando por ellos. ¡°En los ¨²ltimos a?os ha habido un ¨¦nfasis m¨¢s marcado en cuanto a la comodidad y funcionalidad en el dise?o de los tacones. Las marcas y los dise?adores est¨¢n cada vez m¨¢s conscientes de la importancia de combinar estilo con funcionalidad para dar con las preferencias de una base de clientes que es cada vez m¨¢s diversa¡±, comenta ?rsula Carranza. ¡°La comodidad de los tacones puede variar mucho de una persona a otra, dependiendo de la forma del pie, el dise?o y las preferencias personales. En general, los tacones entre 5 a 7,5 cent¨ªmetros se consideran relativamente c¨®modos para un uso prolongado. Un soporte adecuado del arco, plantillas acolchadas que proporcionan una buena amortiguaci¨®n, as¨ª como el dise?o del zapato (por ejemplo, las punteras redondas o en forma de almendra tienden a ser m¨¢s c¨®modas que las puntiagudas) y la calidad de los materiales, puede influir en la comodidad. Las bases de tac¨®n m¨¢s anchas proporcionan mayor estabilidad mientras que los tacones de cu?a tienden a ser m¨¢s c¨®modos que los de aguja. Las plataformas pueden ayudar a distribuir el peso de manera m¨¢s uniforme. Las diferentes alturas de tac¨®n nos permiten graduar nuestro nivel de comodidad¡±.
Esta estudiosa de los stilettos pone el foco sobre cuatro creadores recientes que est¨¢n cambiando la industria de los tacones: ¡°Destacar¨ªa a Edgardo Osorio, de Aquazzura, porque sus tacones son originales, modernos y alegres. Andrea Wazen es una joven dise?adora libanesa que forma parte del nuevo talento de dise?adores del Medio Oriente que est¨¢n innovando con sus creaciones. Sus dise?os son ¨²nicos, glamourosos y femeninos y combina materiales como el tul, los brillos y las transparencias en creaciones que parecen confecciones de alta costura. Ada Kokosar es la talentosa dise?adora italiana de la divertida marca Midnight 00 que se inspira en el mundo de los sue?os y la fantas¨ªa. Hechas a mano con t¨¦cnicas de alta costura, las creaciones de Kokosar, que sol¨ªa ser estilista de moda, tienen una est¨¦tica ¨²nica y reconocible que la diferencia del resto. Uno de sus originales dise?os form¨® parte de una de las exhibiciones de moda en el Museo Metropolitano de Nueva York. Por ¨²ltimo, mencionar¨ªa a Julien Mart¨ªnez de la marca hispanofrancesa Souliers Mart¨ªnez. Un amante de la t¨¦cnica del cuero trenzado y de preservar las t¨¦cnicas artesanales, Mart¨ªnez dise?a tacones que se inspiran en siluetas bellas y atemporales que superan las tendencias y el paso del tiempo¡±.
En el libro Bad Feminist, la escritora Roxane Gay defiende cosas estereotipadas ¡°femeninas¡± como su amor por el rosa, rechazando la idea de que el feminismo deba excluir los s¨ªmbolos de la cultura femenina. ¡°?Podemos reclamar poder como mujeres sin denigrar tambi¨¦n la feminidad? ?Ni siquiera se puede rescatar la feminidad cultural del patriarcado y sus met¨¢foras de opresi¨®n?¡±, se plantea. Lo cierto es que la idea de la feminidad, incluso la propia, es algo cultural.
¡°La moda no se basa en la utilidad. Un accesorio es una pieza de iconograf¨ªa que expresa una identidad individual¡± dec¨ªa Meryl Streep en su papel de todopoderosa directora de revista de moda en la pel¨ªcula El Diablo se Viste de Prada. ¡°La moda definitivamente es una forma de expresar tu estilo personal, tus preferencias est¨¦ticas, tu forma de ver la vida. Lo que te pones y c¨®mo lo llevas dice mucho de ti y de tu personalidad. Hoy m¨¢s que nunca la ropa es un medio din¨¢mico y vers¨¢til para expresar la identidad de una persona y comunicarse con el mundo. Ya sea a trav¨¦s de prendas cl¨¢sicas, bohemias, minimalistas o ecl¨¦cticas, o si eres de las que sigue las tendencias o prefieres las prendas vintage o las creaciones artesanales, las mujeres tienen m¨¢s oportunidades que nunca para utilizar la ropa como una poderosa herramienta de expresi¨®n que puede tener un impacto tanto en la vida personal como en la profesional¡±, reflexiona ?rsula Carranza.