Fin del cambio de armario y calendarios trastocados: as¨ª afecta el cambio clim¨¢tico a la industria de la moda
Las marcas de moda est¨¢n m¨¢s que convencidas de que el cambio clim¨¢tico es un hecho. Ya est¨¢ aqu¨ª, hay que adaptarse y r¨¢pido.
Alg¨²n d¨ªa de invierno, en un futuro pr¨®ximo, una abuela y su nieta van de compras bajo un sol de justicia. Visten ropa fabricada con pol¨ªmeros de ¨²ltima tecnolog¨ªa que promete la misma sensaci¨®n refrescante que el lino y dem¨¢s fibras naturales ya fuera del alcance de la clase media. Han salido en busca de prendas de abrigo para la nueva borrasca Federica, que se dispone a congelar el pa¨ªs entero por apenas unos d¨ªas. La abuela, mirando la selecci¨®n de prendas t¨¦cnicas, comenta a su nieta que a?os atr¨¢s compraban bonitos abrigos de lana en septiembre. La adolescente asiente sonriente, pero piensa que su abuela ya est¨¢ perdiendo memoria y confundiendo fechas. ?C¨®mo puede ser eso posible, si durante ese mes no se ven m¨¢s que sandalias y tirantes?
Todo esto que ahora imaginamos en verdad no queda tan lejos. De hecho, si nos fijamos en los actuales escaparates de oto?o en el hemisferio norte, pocas tiendas sacan su selecci¨®n de pleno invierno durante estos meses. Las marcas de moda est¨¢n m¨¢s que convencidas de que el cambio clim¨¢tico es un hecho. Ya est¨¢ aqu¨ª, hay que adaptarse y r¨¢pido. Algunas de las m¨¢s conocidas se han marcado unos ambiciosos objetivos de sostenibilidad cuyos plazos se esfuerzan por cumplir a marchas forzadas. Otras, como Balenciaga, intentan tocarnos la fibra a trav¨¦s de su direcci¨®n creativa. El desfile con pasarela inundada en la temporada oto?o-invierno 2020, y la presentaci¨®n invernal de 2022 en la que se recreaba una tormenta de nieve, ten¨ªan la intenci¨®n de poner el foco en la emergencia clim¨¢tica, aunque se escucharon comentarios que criticaban que se mostraba la crisis desde un prisma rom¨¢ntico. Pero tras todos estos gestos y llamadas de conciencia, lo cierto es que las marcas est¨¢n trabajando duro para adaptarse a una nueva realidad. Estamos viendo c¨®mo una serie de pr¨¢cticas muy arraigadas en la industria se desmantelan en la trastienda: el cl¨¢sico ritmo de colecciones ya se confirma como irrelevante, ciclos de producci¨®n trastocados, inviernos imposiblemente breves y equipos de compras pendientes de los vaivenes del mapa del tiempo.
¡°El popular cambio de armario por estaci¨®n es algo que ya no existe¡±, sentencia Gemma Albi Verd¨², directora global de marca y comunicaci¨®n en Gap. ¡°En los ¨²ltimos a?os hemos pasado de dise?ar productos para una temporada concreta a ofrecer art¨ªculos m¨¢s always on (siempre activados). Hemos implementado una estrategia en la que se prioriza la versatilidad y longevidad de las piezas¡±, comenta. ¡°Antes nuestras colecciones ten¨ªan un 80% de tendencia y el resto de carryover prendas que se repiten) de la temporada anterior o prendas b¨¢sicas. Hoy esa proporci¨®n se ha invertido¡±, a?ade.
Los contenidos de las campa?as tambi¨¦n se ejecutan con la sorpresa clim¨¢tica en mente, lo que se refleja en el plano visual: ¡°A nivel de estilismo, en Gap nos hemos adaptado priorizando piezas de car¨¢cter perenne y construyendo diferentes estilos sobre ellas. Por ejemplo, la tradicional camisa blanca la puedes llevar en pleno verano con un short denim o debajo de un jersey con una falda maxi y botas en un d¨ªa de lluvia. En los rodajes, nos aseguramos de capturar diferentes estilismos con un mismo producto para poder ser m¨¢s reactivos en el momento del lanzamiento¡±. Como apunta Albi, las estrategias flexibles y la reacci¨®n a corto plazo son la clave para que las grandes marcas sean competitivas en una industria afectada por factores macroecon¨®micos y medioambientales. El gigante ultra¨¢gil que es Inditex, por ejemplo, est¨¢ cambiando su calendario de ventas, cada vez menos sujeto a las temporadas tradicionales. Ahora solo dedica tres meses al a?o a prendas pesadas de invierno, cuando sol¨ªan dedicar unos cuatro meses y medio. Para responder a los impulsos de compra de sus clientes, los plum¨ªferos ya no salen a tienda en las fechas oto?ales de toda la vida, y entran directamente en los meses fr¨ªos de enero y febrero. Entonces arrasan.
Retos globales y locales
Los proveedores del imperio de Ortega tambi¨¦n han tenido que reestructurar sus sistemas y abandonar antiguos patrones. Ahora reciben pedidos para prendas de abrigo en diciembre y bermudas en verano, en lugar de que estas peticiones entren para ser producidas con meses de antelaci¨®n. A estas modificaciones se une el reto de trabajar con f¨¢bricas en pa¨ªses donde las temperaturas no dejan de subir, con infraestructuras que fallan por el calor, cortes de electricidad, tifones, y escasez de ciertos materiales por causa el clima extremo. Todo es m¨¢s dif¨ªcil de planificar.
Aunque las grandes marcas son las que tienen el presupuesto para liderar los cambios, no hay que infravalorar el impacto de los dise?adores independientes. Las firmas m¨¢s minoritarias, de venta directa al consumidor, est¨¢n ocupando una parte cada vez mayor del mercado a la vez que satisfacen demandas nicho. ¡°Los clientes de marcas m¨¢s peque?as saben que pueden recurrir a ellas para comprar lo que necesitan en ese momento¡±, razona Jaime Llambias, fundador de la marca mallorquina J. Llambias. ¡°Nosotros ya no tenemos fechas delimitadas para lanzar colecciones, es tu firma, las producciones son peque?as, los talleres son m¨¢s flexibles con pocas unidades y los tiempos al final los marcas t¨². Podemos sacar verano tarde, en mayo, y vender a trav¨¦s de nuestras plataformas digitales¡±.
Todo esto contribuye a que el entretiempo deje de ser anecd¨®tico y que en t¨¦rminos de moda vivamos un a?o sin cambios estacionales. Art¨ªculos como chaquetas o gabardinas est¨¢n viviendo su edad de oro. Burberry inform¨® de que sus ganancias aumentaron un 18% entre abril y junio de 2023, con respecto al mismo periodo del a?o pasado; este salto fue principalmente impulsado por las ventas de su ic¨®nica trench, ue subieron un 36% interanual. Por otra parte, las gabardinas vintage est¨¢n entre las categor¨ªas m¨¢s populares en la plataforma de venta de segunda mano y dise?adores independientes ASOS Marketplace.
A los cambios de temperatura se suma el aumento del coste de la vida, y la inestabilidad internacional que afecta a los precios de los materiales y la producci¨®n. Una tormenta perfecta para diezmar la oferta invernal. ¡°Yo miro con miedo el invierno¡±, admite Llambias. ¡°Entre otras cosas porque se trata de una estaci¨®n que requiere materiales costosos y, para colmo, los distribuidores de tejido te piden unos m¨ªnimos muy altos para suministr¨¢rtelos. Tienes que vender 150 jers¨¦is de cachemir en un corto espacio de tiempo y a precios muy elevados. Yo personalmente hago pocas prendas, las que s¨¦ que van a funcionar, y me suelo centrar en chaquetas finas o punto ligero. En general a los clientes les gusta mucho el entretiempo, porque te puedes vestir bien f¨¢cilmente¡±.
Seg¨²n este dise?ador, tambi¨¦n existe una demanda constante de prendas veraniegas durante todo el a?o. ¡°Las compras empiezan en febrero, pero si yo decidiera sacar vestidos primaverales en diciembre tambi¨¦n los vender¨ªa. Veo que se consume tambi¨¦n por una cierta ilusi¨®n, por la imagen id¨ªlica del Mediterr¨¢neo, de vestirse para unas vacaciones en Italia. Se copia mucho a esta gente que no sabes de d¨®nde sale, d¨®nde vive, ni c¨®mo se paga todo eso¡±.
Verano de tomates y plum¨ªferos
En el universo TikTok, el pasado verano ha sido el de la tomato girl, una versi¨®n digital de la dolce vita reempaquetada para la generaci¨®n Z. En los ¨²ltimos meses, nuestras redes se han llenado de chicas estilosas paseando con cestas de paja, y de gente guapa atiborr¨¢ndose de espaguetis. De repente a todo el mundo le entraron ganas de sacarse fotos en Levante como si hubieran desembarcado en Amalfi. La segunda temporada de The White Lotus, que se rod¨® en una suntuosa Sicilia, ha contribuido a que esta est¨¦tica sea tan aspiracional. Los v¨ªdeos con la etiqueta ¡°tomato girl summer¡± en TikTok alcanzaron en septiembre los 62 millones de visitas, y las marcas tomaron nota. La boutique estadounidense Lisa Says Gah lanz¨® unas colecciones c¨¢psula de prendas con estampados de tapas al estilo espa?ol, baguettes, limones y c¨®mo no, tomates. La marca espa?ola Compa?¨ªa Fant¨¢stica a su vez comercializ¨® piezas con ilustraciones de gambas de un perfecto color rosa anaranjado. Mientras tanto, los vecinos de esos populares rincones del sur de Europa, probablemente ajenos a lo que se coc¨ªa por las redes, se proteg¨ªan de la ola de calor con las persianas siempre bajadas y sin pisar la calle hasta el anochecer.
Conviviendo este eterno verano existe el curioso fen¨®meno de plantarse un plum¨ªfero trendy para exponerse al sol. ?Qui¨¦n no ha puesto los ojos en blanco al observar el look de chaqueta de The North Face y zapatillas Nike Air Force para tomar el vermut en una terraza? Las cifras confirman que un invierno cada vez m¨¢s cortos no est¨¢ causando problemas para The North Face. S¨ª, el modelo de chaqueta 1996 Retro Nuptse se ha visto tanto en institutos como en conciertos de trap. Y ha tejido un hilo invisible que conecta el guardarropa de it girls de Los ?ngeles como Kendall Jenner o Hailey Bieber con el de los domingueros de la sierra madrile?a. En mayo la marca report¨® un incremento de sus ganancias de un 12% para el cuarto trimestre del a?o, pese a que VF Corp, la compa?¨ªa estadounidense propietaria de The North Face, subiera los precios.
?Es esta tendencia fruto del marquismo, del negacionismo o de pura disociaci¨®n? Simplemente podr¨ªa ser testimonio de la enorme capacidad humana para la enso?aci¨®n. Llevar una Nuptse cuando una cazadora vaquera ser¨ªa suficiente es, en cierta manera, querer pensar que los glaciares se mantendr¨¢n en su sitio, so?ar que nevar¨¢ en Navidad y que Pap¨¢ Noel seguir¨¢ repartiendo regalos en su trineo. Y en esa fantas¨ªa que nos montamos no hay mejor compa?¨ªa que la moda, que siempre est¨¢ ah¨ª dispuesta a avivar quimeras.
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