Qu¨¦ significa ser mala amiga, una etiqueta dolorosa que nos persigue desde la infancia
Analizamos qu¨¦ conforma una amistad verdadera y sana y c¨®mo este concepto ha cambiado con los tiempos
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?Qu¨¦ es ser una buena amiga? La ficci¨®n nos ha vendido siempre la idea de que quien puede presumir de serlo es aquella que lo deja en todo en el instante en el que alguien de su c¨ªrculo ¨ªntimo flaquea, y el problema de este tipo de retratos, definidos por una inquebrantable disponibilidad, es que deja al espectador expuesto a un modelo poco realista que genera unas expectativas que se tornan poco amables para las amistades en el mundo real, al hacer de la amiga 10 aquella que comparte la filosof¨ªa del 24/7.
Si anta?o no dejarlo todo para acudir a reconfortar a esa amiga destrozada por una pelea con su pareja supon¨ªa una mancha en el historial de ¡®amiga perfecta¡¯, la tecnolog¨ªa ha sumado a este (interminable) listado de exigencias la necesidad de responder a cada mensaje de WhatsApp al momento. Por si fuera poco, basta con escuchar Wannabe, de las Spice Girls, o ver series como Valeria para sentir que quien no tiene un grupo de amigas totalmente entregado, de alguna forma, ha fracasado.
¡°Cuando vemos a alguien solo, directamente pensamos que la causa de la soledad debe ser ¨¦l mismo. Si lo pensamos de los dem¨¢s, cuando nos sentimos solas, aunque sea por una causa totalmente justificada y comprensible, nos da terror verbalizarlo y antes de mostrarlo, preferimos escondernos, porque ese juicio que hacemos en los dem¨¢s nos rebota y creemos que lo har¨¢n con nosotras tambi¨¦n. Lo mismo pasa si tenemos ¡°pocas¡± amigas. No obstante, con la edad te vas dando cada vez m¨¢s cuenta de que es much¨ªsimo m¨¢s importante la calidad que la cantidad¡±, explica Alicia Gonz¨¢lez, autora de Amigos Mejores, donde disecciona, entre otras cosas, c¨®mo funcionan las relaciones, c¨®mo aprender a identificar lo que necesitamos y a comunicarnos de manera asertiva. ¡°Nos han ense?ado a necesitar el refuerzo positivo. Esperamos y necesitamos la aprobaci¨®n ajena, que nos den la val¨ªa para sentir que efectivamente somos v¨¢lidos. No estamos entrenados para contar con nuestro propio reconocimiento principalmente. Por tanto, buscamos en los dem¨¢s ese ¡°gracias por ser una buena amiga¡± como agua de mayo, porque es entonces cuando pensamos que valemos la pena¡±, dice.
El capital de la amistad
Tampoco ayuda el hecho de que desde la m¨¢s tierna infancia, se nos pregunte constantemente si tenemos muchos amigos y sobre todo, si tenemos una mejor amiga, generando de esta forma la idea de que quien tiene m¨¢s amigos, tiene una mayor val¨ªa. ¡°Las mujeres entramos en el mundo de las relaciones de amistad desde la hostilidad, la inseguridad y la comparaci¨®n. Luchamos con la necesidad pura y genuina, casi espiritual, de conectar con nuestras iguales¡ Tendiendo adem¨¢s en cuenta todos esos inputs con los que la sociedad, las pel¨ªculas y los dibujos nos advierten de que las mujeres son las enemigas. Creo que justamente ah¨ª reside la diferencia en el disfrute, en la autenticidad y la libertad con la que viven las amistades los hombres desde peque?os, que se permiten ser y jugar sin miedos, respecto al prejuicio y al miedo con el que se relacionan las mujeres¡±, comenta la psic¨®loga.
Por descontado, en esas preguntas no se ahonda en realidad en la profundidad de tales relaciones, pues, seg¨²n determinan los cient¨ªficos, pueden ser necesarias m¨¢s de 200 horas para acercarse lo suficiente a alguien como para compartir una conexi¨®n emocional real. ¡°Parece que la sociedad empuja a que seamos buenos amigos y a tenerlos, pero lo primero es que nos preocupemos por ser nuestras mejores amigas. Si no estamos llenas de amor, nosotras mismas, no tenemos amor para entregar, pero, a la vez, si no recibimos amor o amistad de los dem¨¢s, no tendremos suficiente amor para darnos autoestima¡±, matiza J¨²lia Pascual, psic¨®loga y directora del Centro de Terapia Breve Estrat¨¦gica.
El yugo de la etiqueta de mala amiga
Nos importa tanto ser una buena amiga porque el concepto forma parte integral de quienes somos y de c¨®mo nos vemos, siendo una parte esencial del autoconcepto, por lo que en el momento en el que alguien nos acusa de ser una mala amiga, nos vemos forzadas a reevaluar lo que creemos saber sobre nosotras mismas. ¡°Nos hace conectar con el fracaso, el error, con no ser suficientes, no cumplir con las expectativas y, sobre todo, con no ser v¨¢lidas¡± como personas. Nos es muy complicado sentir que ese ¡°eres una mala amiga¡± se reduce a la relaci¨®n con esa persona en concreto, ya que la etiqueta generaliza, y si no hacemos un trabajo grande e intenso de separaci¨®n entre la opini¨®n de una persona y su peso en nuestra vida, y la realidad para con el resto de relaciones que tenemos, una frase tan potente y tan hiriente puede destruir el concepto de nuestra identidad en la amistad, nuestro rol y poner en duda todo lo bueno que tenemos y aportamos a los dem¨¢s¡±, advierte Alicia Gonz¨¢lez. ¡°Ser una buena amiga se integra profundamente en el autoconcepto debido a la importancia de las relaciones sociales, la reflexi¨®n de valores personales, la autoestima, la influencia cultural y la construcci¨®n de nuestra identidad en relaci¨®n con los dem¨¢s¡±, a?ade Pascual.
La amistad es una forma de amor tan potente, que la palabra italiana para ¡°amistad¡±, amicizia, tiene la misma ra¨ªz que el verbo ¡°amar¡±, amare. Porque, de hecho, ?acaso las amistades no comparten exigencias, complejidades y tantas otras cosas con el amor? Quiz¨¢s uno de los libros que mejor refleje estas tensiones amistosas sea La amiga estupenda, de Elena Ferrante, que narra la tempestuosa relaci¨®n entre Lila y Len¨´ y que plasma la forma en la que, durante la infancia y la adolescencia, incluso m¨¢s all¨¢, las amistades no est¨¢n exentas de celos, competitividad e incluso crueldad. ¡°Para algunos, admitir una amistad rota se ha convertido en lo mismo que admitir un matrimonio fallido. Parece que, inspirado por el tono muy pro-amistad de los escritos y debates sobre el tema durante las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, ha surgido un mito de la amistad para toda la vida, incluso cuando el ideal de un matrimonio para toda la vida, lamentablemente, se ha convertido en algo poco realista. El ideal rom¨¢ntico de que las amistades no deben terminar ni fracasar puede crear una angustia innecesaria en aquellos que deber¨ªan terminar una amistad, y en su lugar, deciden persistir pase lo que pase. Se aferran al mito en lugar de comprender la relaci¨®n¡±, escribe Jan Yager en When Friendship Hurts, un libro que ayuda al lector a tener herramientas con las que detectar y enfrentarse a amistades que son destructivas o da?inas.
J¨´lia Pascual explica que la amistad implica cualidades como la lealtad, el apoyo y la comprensi¨®n, por lo que ser etiquetada como una mala amiga puede hacer que nos cuestionemos nuestra capacidad para ofrecer estas cualidades valiosas. ¡°Adem¨¢s, ser considerada una mala amiga puede sentirse como un fracaso en un aspecto fundamental de la vida social, y tales comentarios pueden da?ar la autoestima. Si una persona valora ser una buena amiga y alguien cuestiona eso, puede sentirse menos valiosa o competente¡±, comenta. ¡°La etiqueta de mala amiga puede generar miedo al rechazo y al aislamiento dentro de su c¨ªrculo social, algo que es especialmente doloroso dado el valor que las personas ponen en la pertenencia y la aceptaci¨®n. Puede llevar a una reflexi¨®n dolorosa sobre las acciones pasadas y las relaciones, haciendo que uno se pregunte d¨®nde pudo haber fallado o qu¨¦ pudo haber hecho de manera diferente, y generar confusi¨®n, especialmente si la persona no est¨¢ segura de por qu¨¦ se le etiqueta de esa manera, lo que puede llevar a un ciclo de dudas y autoan¨¢lisis¡±, explica la psic¨®loga.
Al final, si alguien te acusa de ser una mala amiga, la soluci¨®n (o el intento de solucionarlo) es, como ocurre en las relaciones de pareja, apostar por la comunicaci¨®n, porque, en realidad, lo que diferencia a una buena amistad de una mala es ese poder de solventar y reparar los da?os ocasionados. Las Spice Girls aseguran que la amistad jam¨¢s se acaba, pero bien sabemos que lo hace si no entran en juego la lealtad, la honestidad, la confianza, el respeto y la autenticidad.
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