Drogas, mafias y asesinatos: Hollywood airea las miserias del porno
¡®The Deuce¡¯, la serie de David Simon y Richard Price sobre la mafia de la industria en el Manhattan de los 70 y ¡®King Cobra¡¯, la pel¨ªcula que recrea el brutal asesinato del productor de porno gay Brian Kocis, exponen los trapos sucios del cine X.
Sus vecinos lo describir¨ªan como un ?tipo con gafas de aviador y gorra, de esos que ponen los pelos de punta y con pinta de ser el t¨ªpico t¨ªo chungo del porno?. El tipo era Bryan Kocis, el productor de porno gay con un garaje lleno de Maseratis, Aston Martin y BMW que se hab¨ªa hecho rico con su negocio de v¨ªdeos caseros en los que chavales a?inados (en el l¨ªmite de la mayor¨ªa de edad) practicaban sexo sin preservativo. En enero de 2007, su cad¨¢ver apareci¨® totalmente calcinado, pr¨¢cticamente decapitado y con 28 pu?aladas en su torso en su casa de Pennsylvania, en lo que parec¨ªa un robo con incendio. Se tuvo que recurrir a sus registros dentales para confirmar que era ¨¦l.
Su asesinato descubri¨® el lado tenebroso del porno gay. Kocis era el ¡®cazatalentos¡¯ que convirti¨® a Brent Corrigan (nombre art¨ªstico, su nombre real es Sean Lockhart) en una leyenda del sector amateur y en una m¨¢quina de hacer dinero. Corrigan era su amante y el rostro estrella de Cobra Video, la productora que mont¨® despu¨¦s de que su faceta como inversor se fuese al garete cuando la polic¨ªa le llev¨® a jucio por haber abusado sexualmente de un chaval de 15 a?os y grabarlo en video en 2002. Su protegido sab¨ªa que su nombre se hac¨ªa fuerte en la industria y decidi¨® reclamar lo suyo en otro juicio en el que aleg¨® que era menor cuando particip¨® en alguna de las cintas (supuestamente minti¨® a Kocis y le dijo que ten¨ªa 18), en una guerra legal con patente de nombres y ofertas de otras empresas de por medio. Pocos d¨ªas despu¨¦s de que Kocis y Lockhart llegasen a un acuerdo fuera de los juzgados, el productor apareci¨® brutalmente asesinado en su casa. Un incendio trat¨® de destruir las pruebas. Los cuerpos de seguridad de tres estados y hasta tres agencias trabajaron incansablemente para resolver el crimen. En mayo de ese a?o ser¨ªan arrestados y acusados del crimen Harlow Cuadra y Joseph Kerekes, dos ex marines que eran escorts y tambi¨¦n quer¨ªan hacerse ricos gracias al porno gay de aspecto casero, enfrent¨¢ndose a Kocis y tratando de fichar a Corrigan en su empresa.
El turbio esc¨¢ndalo del asesinato en la industria de porno gay amateur se contar¨ªa despu¨¦s en el libro Cobra Killer: Gay Porn Murder, una investigaci¨®n en la que a su vez se basa King Cobra, la pel¨ªcula que recrea toda esta historia de ambici¨®n capitalista, envidias y pu?aladas en la mercadotecnia del porno gay. La pel¨ªcula, dirigida por Justin Kelly (I am Michael), se estrenar¨¢ el mes que viene en EEUU y cuenta con Christian Slater interpretando a Kocis, la estrella de Disney Garrett Clayton como Corrigan, James Franco como uno de los asesinos y el mito de los 80 Molly Ringwald como hermana del productor asesinado. La cr¨ªtica, que ya la vio en el pasado festival de Tribeca, dice que es tan camp que da risa (?oscuramente divertida? y la ?Boogie nights del porno gay?, dicen en Indiewire) y que es ?el mejor papel de Franco? desde Spring Breakers (The Guardian).
No sorprender¨¢ a nadie comprobar que James Franco tambi¨¦n protagoniza otro proyecto que desmenuza los entresijos de la industria porno, solo que esta vez ser¨¢ en clave retronost¨¢lgica y con el sello de calidad que imprimen David Simon (The Wire, Treme, Show me a hero) y Richard Price (The Wire, The Night of). The Deuce, la serie que la HBO estrenar¨¢ en 2017 y que cuenta con Maggie Gyllenhaal y Zoey Kazan en el casting, recrear¨¢ como los gemelos Vincent y Frankie Martino (interpretados por Franco) se hicieron con la mafia de la industria para adultos en Manhattan a finales de los 70 y principios de los 80, cuando el porno se legaliz¨®. Todo, en un ambiente en el que la coca¨ªna y la prostituci¨®n asolaban la ciudad.
Como ya hizo en su d¨ªa Boogie Nights o Lovelace, The Deuce y King Cobra bucean en los archivos del g¨¦nero para airear los trapos sucios de una industria millonaria. ?Qui¨¦n airea las miserias del presente en el porno? Por ahora, s¨®lo el g¨¦nero documental. Con excepciones t¨ªmidas en el indie como Disconnect (con Marc Jacobs haciendo de proxeneta de adolescentes en el negocio de las webcams) o la moralista About Cherry (con James Franco, otra vez, s¨®lo que aqu¨ª haciendo de novio drogadicto), el documental ha sido el que ha puesto sobre la mesa la realidad de centenares de chicas de la llamada generaci¨®n XXX (las que han crecido influenciadas por el contenido sexual hardcore que existe online desde que son peque?as). Chicas que se lanzan a diario a protagonizar v¨ªdeos de aspecto amateur para acabar su carrera a los pocos meses en una industria que las desprotege laboralmente, explota y las escupe sin miramientos. En 2013, las p¨¢ginas porno de Internet tuvieron m¨¢s visitas al mes que todas las de Twitter, Amazon y Netflix juntas. Hollywood, mientras tanto, prefiere ignorarlo y mirar al pasado.
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