El mercado latino de la moda pelea para no perder sus valores
Es la nueva frontera a conquistar por los principales agentes internacionales. Mientras, los dise?adores del Centro y Sur del continente tratan de hacerse fuertes como comunidad entre una clientela local que aprecia su moderna visi¨®n comprometida con el respeto a las ra¨ªces y el medio ambiente.
Si Rei Kawakubo y Chitose Abe hubieran nacido en Jalisco, ser¨ªan hermanas y se llamar¨ªan Julia y Renta Franco. Y tambi¨¦n har¨ªan ropa. Ropa como lenguaje transformador. El caso de este fraternal d¨²o de creadoras tapat¨ªas es proverbial: desde que instalaron su primera base de operaciones en el garaje de la casa de sus padres en Guadalajara, en 1993, se han convertido en santo y se?a de la moda conceptual de su pa¨ªs. Pero resulta que su pa¨ªs es M¨¦xico y, a pesar del alcance de la firma (de Miami a Nueva York, de Bogot¨¢ a Lima), su posici¨®n en la periferia de la industria indumentaria termina dej¨¢ndola fuera del radar. En una sociedad absolutamente globalizada, el problema de los dise?adores, digamos, ¡®de extrarradio¡¯ no deber¨ªa ser tal. Y, sin embargo, su talento/potencial siempre se escurre por las costuras de un negocio que, entre el Centro y el Sur del continente americano, se estima en 220.000 millones de d¨®lares, seg¨²n datos de BMI Research. En efecto, el mercado latinoamericano, dice la consultora, va como un tiro, al menos en t¨¦rminos de moda e incluso a pesar de la inestabilidad de la mayor¨ªa de sus econom¨ªas: dobla el de Oriente Medio y crece a la misma velocidad que el de China. Pero, ?qui¨¦nes se benefician en realidad de tama?a oportunidad?
La conquista centro/sudamericana es un empe?o de los holdings del lujo internacional desde hace ya una d¨¦cada, cuando Saks Fifth Avenue se instal¨® en M¨¦xico D.F. El papel de los grandes centros comerciales ha sido crucial en la estrategia, que ha espoleado la entrada en juego de los primeros espadas del sector. Tambi¨¦n para aprovecharse de las peque?as empresas de artesan¨ªa, que emplean entre el paternalismo condescendiente y la obra de caridad. A los creadores de estos pa¨ªses, no obstante, pr¨¢cticamente ni caso, m¨¢s all¨¢ de las invitaciones a desfilar como exotismo en pasarelas igual de perif¨¦ricas (Croacia, Alemania o, s¨ª, Espa?a). ?Cu¨¢les son entonces sus expectativas? ?Aunque resulta dif¨ªcil generalizar, lo que s¨ª hemos aprendido en nuestras presentaciones por todo el continente es que la oferta es cada vez m¨¢s rica y mucho m¨¢s contempor¨¢nea. [La moda latinoamericana] se ha formalizado y profesionalizado como industria, existen m¨¢s plataformas y medios de difusi¨®n, m¨¢s espacios de comercializaci¨®n y m¨¢s mercado interesado en el dise?o local?, conceden las hermanas Franco, art¨ªfices tambi¨¦n de Albergue Transitorio, un proyecto itinerante dedicado a promover, mostrar y difundir el trabajo de dise?adores, artistas y artesanos locales como parte de la trama cultural no solo de su ciudad, sino de todo el pa¨ªs.
?La moda latinoamericana tiene un dise?o ¨²nico y excelente manufactura. Como dise?adores locales, sus cadenas de producci¨®n son peque?as, lo que mantiene la exclusividad y, adem¨¢s, va de la mano de la sostenibilidad. Lo mismo pasa con los proveedores?, dicen los chilenos Camila Palacios y Crist¨®bal Stevenson, expertos en comunicaci¨®n y marketing que, por otro lado, se?alan la falta de recursos y apoyo estatales a la hora de emprender: ?Ha habido cierta evoluci¨®n en los ¨²ltimos a?os gracias al acceso a Internet y las tecnolog¨ªas a un menor costo, pero en cuanto a gremios, asociaciones y entidades que respalden la seriedad de la moda local a¨²n nos queda camino por recorrer?. El creador guatemalteco Juan Carlos Gordillo refiere esa misma problem¨¢tica, aunque a ¨¦l le ha servido para superarse: ?Puede sonar contradictorio, pero tener pocos recursos me ha ayudado a inventarme y abrir mi propio camino. As¨ª es como he dado a conocer mi trabajo, lo que me ha valido la confianza de varias compa?¨ªas y la oportunidad de mostrar mis colecciones en el extranjero?. Centrado en el denim reciclado y de bajo impacto medioambiental (gentileza de la empresa valenciana Tejidos Royo, que utiliza fibras provenientes del post consumo en un proceso que no requiere agua), Gordillo ha desfilado en las pasarelas de Berl¨ªn y Viena, un tipo de escaparate que, para el caso, tampoco le satisface. ?Ahora mismo, es mejor invertir lo poco que tengas con inteligencia. Una buena sesi¨®n fotogr¨¢fica y una estrategia de redes sociales consiguen m¨¢s que un desfile de 15 minutos. El espect¨¢culo con maquillaje de moda es perder tiempo y dinero?, argumenta el creador, que vende a trav¨¦s de su p¨¢gina web y la plataforma digital estadounidense Etsy, ?un reto enorme por los env¨ªos, porque todos nuestros clientes son de Estados Unidos y el norte de Europa?.
La mayor¨ªa de las firmas y dise?adores latinoamericanos insiste en que el quid de la cuesti¨®n pasa por las sinergias entre creatividad e industria (lo que all¨ª denominan gremial de textileras), siguiendo el ejemplo de Colombia, que ha logrado posicionarse en el mercado internacional con creadoras como Johanna Ortiz (recu¨¦rdese su exitosa colaboraci¨®n con H&M del a?o pasado) y una muy competitiva oferta de moda de ba?o. Pero tambi¨¦n en mostrar la fortaleza de su ADN y saber crear comunidad, especialmente en momentos como el actual. Francisco Cancino, director art¨ªstico de la ense?a que lleva su apellido y fundador de Colectivo Aut¨®nomo de Moda, iniciativa que re¨²ne a 21 firmas de dise?o mexicano, lo tiene claro: ?Adem¨¢s de hacernos sentir bien, es lo que precisamos para que resuene en nuestra creatividad y en el resurgimiento econ¨®mico que tanta falta nos hace?.
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