En busca de un amor sereno: c¨®mo diferenciar las mariposas en el est¨®mago de la ansiedad
Las mariposas del enamoramiento deben tener tiempo de caducidad, si la estabilidad no llega a la relaci¨®n viviremos la misma en una continua ansiedad que est¨¢ lejos de ser un ideal rom¨¢ntico
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Las historias que m¨¢s nos impactan en la literatura o en el cine no son esos amores apacibles y compenetrados. No, son esas historias de s¨ª pero no, de ni contigo ni sin ti, de quiero y no puedo, de tira y afloja. No es raro que, en la vida real, cuando damos con una de estas personas que nos tiene constantemente en vilo pensemos que estamos enloqueciendo de amor. Sin embargo, es muy probable que eso que sintamos no sean mariposas en el est¨®mago, es ansiedad.
Seg¨²n datos del Consejo General de la Psicolog¨ªa, el 27,7% de los espa?oles puede presentar un caso probable de ansiedad y tal y como afirman desde el Ministerio de Sanidad,?la ansiedad es el problema de salud mental m¨¢s frecuentemente registrado en las historias cl¨ªnicas de Atenci¨®n Primaria. Y quiz¨¢s por ser un problema tan frecuente lo tenemos tan interiorizado que a veces nos cuesta incluso identificarlo.
Por dar m¨¢s pistas, la Sociedad Espa?ola de Medicina Interna (SEMI) explica que la ansiedad presenta s¨ªntomas mentales como preocupaci¨®n constante, problemas para concentrarse y para conciliar el sue?o, pero tambi¨¦n f¨ªsicos como pulsaciones elevadas, sudoraci¨®n excesiva o temblores. Es decir, problemas para pensar en otra cosa, para dormir, sentir que se nos acelera el coraz¨®n o nos tiemblan las piernas. ?Tan raro es que a veces confundamos ansiedad con enamoramiento?
Montse Cazcarra,?psic¨®loga cl¨ªnica, corrobora que las consultas por ansiedad que tienen que ver con la relaci¨®n de pareja son muy habituales. ¡°Cuando la relaci¨®n no nos proporciona seguridad, o cuando nuestras experiencias pasadas nos llevan a vincularnos desde un estilo en el que predomina el miedo y la inseguridad, es relativamente f¨¢cil que experimentemos ansiedad¡±.
?Por qu¨¦ idealizamos las mariposas?
En los ¨²ltimos a?os hemos o¨ªdo hablar mucho de los llamados ¡°mitos del amor rom¨¢ntico¡±. Pero, ?a qu¨¦ nos referimos exactamente? Como explican desde el trabajo ¡®Creencias sobre el amor rom¨¢ntico y las relaciones ¨ªntimas: implicaciones en los j¨®venes de la Comunidad de Madrid¡¯ estos vendr¨ªan a ser ¡°los diferentes significados que hombres y mujeres han construido en torno al amor y que generan las condiciones simb¨®licas que mantienen la asimetr¨ªa y la jerarquizaci¨®n en las relaciones ¨ªntimas heterosexuales¡±.
Y esta parece ser una de las claves del asunto.?Lo explica Susana Ivorra,?psic¨®loga experta en relaciones familiares y de pareja. ¡°Cuantas m¨¢s ideas de amor rom¨¢ntico tengamos, que no de romanticismo, que son cosas diferentes, m¨¢s dura ser¨¢ esa ansiedad del principio de la relaci¨®n¡±.
De hecho, cuando llegan estas consultas por ansiedad derivadas de una relaci¨®n de pareja, Ivorra saca a colaci¨®n los mitos rom¨¢nticos que se han instaurado en nuestro imaginario colectivo a trav¨¦s de fen¨®menos como el cine o la literatura. ¡°No vende tanto el amor sereno como el enamoramiento intenso y a veces obsesivo¡±.
Hay que tener en cuenta que las llamadas ¡°mariposas¡±, en realidad, suelen ser los s¨ªntomas en el cuerpo de la inseguridad t¨ªpica en las primeras fases de la relaci¨®n. ¡°Est¨¢s conociendo, descubriendo a la otra persona y por tanto no tienes la garant¨ªa de que eso sea mutuo as¨ª que tu cuerpo y tu mente se mantienen alerta para intentar descifrar las se?ales de que la otra persona siente lo mismo que t¨²¡±, explica Susana Ivorra.
Pero, ?cu¨¢nto tiempo es sano que convivan esas mariposas en nuestro est¨®mago??Seg¨²n los estudios que la antrop¨®loga y bi¨®loga estadounidense Helen Fischer cita en su libro Why we love (Owl Books), esta etapa de enamoramiento durar¨ªa de media entre 18 meses y dos a?os.
¡°Con el tiempo vas constatando, con palabras y hechos, que la otra persona te quiere y t¨² a ella, es decir, vas adquiriendo seguridad en la relaci¨®n¡±, continua Ivorra. ¡°Esa seguridad produce calma, serenidad y muchas veces esto se interpreta como el fin del enamoramiento, la desaparici¨®n de las mariposas, como algo negativo¡±. Y en realidad deber¨ªamos de entender que es todo lo contrario.
Un apego inseguro
El problema en estos casos es precisamente que esas mariposas no desaparezcan, sino que se acomoden en nuestro est¨®mago. Que se cronifiquen por as¨ª decirlo. Es entonces cuando los expertos hablan de un caso de apego inseguro. ¡°Ante la posibilidad de que peligre el v¨ªnculo con nuestra pareja, nos sentimos inseguras/os y nos produce grandes dosis de ansiedad¡±, acu?a la psic¨®loga Montse Cazcarra.
¡°El apego ansioso o inseguro se caracteriza por el miedo al abandono, que se traduce en estar muy atentos a posibles se?ales de fragilidad en el v¨ªnculo, a sobrepensar en la relaci¨®n, tratando de dar con la f¨®rmula m¨¢gica que nos permita mantener a nuestra pareja a nuestro lado, a preocuparnos en exceso por los obst¨¢culos que encontremos en la relaci¨®n de pareja, a gestionar con dificultad la distancia f¨ªsica y emocional de nuestra pareja¡¡±
Lo que hay que tener en cuenta es que esta catalogaci¨®n del apego no es estanca. Es decir, que una persona que ten¨ªa una relaci¨®n serena en un momento dado, en una nueva relaci¨®n puede generar un v¨ªnculo inseguro, seg¨²n c¨®mo sea la relaci¨®n con la otra persona y las circunstancias.
¡°Es posible que nuestro estilo de apego cambie dependiendo de la persona con quien nos vinculemos. Los autores hablan de un estilo de apego primario, que es el que desarrollamos como consecuencia del v¨ªnculo que establecemos con nuestros cuidadores principales. Pero hay otros v¨ªnculos que se dan a lo largo de nuestra vida que pueden ejercer cierta influencia en nuestro estilo de apego¡±, insiste la experta.
Este es precisamente el caso de relaciones de idas y venidas. ¡°Cuando nuestra pareja necesita m¨¢s distancia emocional de la que le podemos ofrecer, cuando nuestra pareja tiene dudas sobre la relaci¨®n, cuando nuestra pareja muestra una actitud inconsistente, cuando en un conflicto sentimos que la relaci¨®n peligra¡¡±, cita como ejemplos Cazcarra.
Dando un paso m¨¢s, Susana Ivorra, asegura que ¡°puede que nos pase por primera vez despu¨¦s de otras relaciones donde no fue as¨ª y entonces incluso nos cuestionamos si ser¨¢ que nunca antes nos hab¨ªamos enamorado¡±. Aunque tambi¨¦n se da el caso inverso, el de no saber valorar una relaci¨®n sana, por haber estado en muchas relaciones m¨¢s inseguras. ¡°Hay quien ha tenido una o varias relaciones de este tipo y luego confunde la tranquilidad y seguridad en una relaci¨®n con el aburrimiento¡±.
Dejar volar a las mariposas
La pregunta del mill¨®n es entonces c¨®mo dejar volar a esas mariposas, para que dejen de revolotear en nuestro est¨®mago m¨¢s tiempo del necesario. La respuesta es conseguir comunicarnos con la pareja para alcanzar una seguridad emocional. ?Porque el tipo de apego en una relaci¨®n, como todo, tambi¨¦n puede trabajarse.
¡°El estilo de apego es pl¨¢stico. Podemos aprender a establecer v¨ªnculos m¨¢s seguros y a ser nosotros quienes tomemos las decisiones dentro de la relaci¨®n, no nuestros miedos e inseguridades¡±, explica Montse Cazcarra.
¡°Los conflictos son esperables dentro de una relaci¨®n; las diferencias en cuanto a necesidades emocionales y vinculaci¨®n, tambi¨¦n. Sin embargo, lo anterior debe poder entenderse dentro de un escenario en el que la seguridad emocional que experimentan cada uno de los miembros de la pareja sea protagonista¡±, argumenta la psic¨®loga.
As¨ª, ¡°si estamos seguros respecto a nuestro v¨ªnculo, no viviremos pensando en la relaci¨®n constantemente, preocupados por la fragilidad del v¨ªnculo; sabremos que podemos contar con la presencia y el apoyo de nuestra pareja; que podemos mostrarnos tal y como somos; sabemos que nuestros l¨ªmites se nos respetan; y, a pesar de que el ¨¢rea de pareja requerir¨¢ trabajo por nuestra parte para mantener la relaci¨®n sana y segura, esta no ser¨¢ motivo de quebraderos de cabeza¡±, concluye la experta.
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