Ni oro, ni acciones: esta es la raz¨®n por la que un bolso de Herm¨¨s es la mejor inversi¨®n de futuro posible
Cada bolso que sale de Herm¨¨s posee el don de la eternidad. Catherine Fulconis, directora de marroquiner¨ªa de la firma, explica los peculiares entresijos que intervienen en la creaci¨®n de los objetos de lujo m¨¢s deseados del mundo.
En 2018, el precio del oro subi¨® un 1,9%, el ¨ªndice de Standard & Poor¡¯s un 8,9% y el valor de un bolso Birkin un 14,2%, lo que lo convierte en la inversi¨®n m¨¢s s¨®lida a corto, medio y largo plazo. Desde su invenci¨®n, hace 36 a?os, se ha revalorizado un 500% en comparaci¨®n con otros productos similares.
Socialmente hablando, quiz¨¢ lo m¨¢s cercano a un bolso de Herm¨¨s sea una buena obra de arte, que no solo sobrevive al tiempo, sino tambi¨¦n va ganando notoriedad y prestigio a medida que transcurre ese tiempo, pero ni la moda es arte ni Herm¨¨s es una marca de moda al uso. ?No nos vemos as¨ª, aunque hagamos prendas y accesorios. Nunca ha sido nuestra prioridad. Cuando hacemos un bolso pensamos en todo momento en el futuro, en que sea ponible y relevante al menos en un plazo de 50 o 60 a?os?, explica Catherine Fulconis quien, en el argot de la firma francesa, ocupa el cargo de directora del cuero; es directora general de los m¨¦tiers de marroquiner¨ªa, talabarter¨ªa (equipamiento ecuestre) y el laboratorio creativo Petit H y, a su vez, mantiene un contacto estrecho con los equipos creativos y de dise?o. Porque aqu¨ª gesti¨®n e imaginaci¨®n van de la mano. ?No hay etapas marcadas, los artesanos dialogan con los dise?adores y viceversa. Es fundamental que haya personas muy distintas en el equipo, porque las ideas nacen de la diversidad, pero no damos directrices ni hacemos briefings; el punto de partida siempre es experimental, las ideas se van puliendo a medida que avanza el proceso?, explica v¨ªa Zoom. ?Supongo que la clave para que nuestros bolsos no pasen de moda tiene que ver con eso, pero no tengo la receta; a m¨ª me gusta hablar de alquimia entre los distintos elementos y personas implicadas?. Esa especie de magia transformadora, completamente inexplicable, se percibe en cada objeto. Fulconis lo demuestra: ?Mira, este bolso es uno de mis favoritos?, comenta mientras ense?a a la c¨¢mara un Verrou, un bolso negro, minimalista y moderno, cuyo cierre es el cerrojo ordinario de una caballeriza. ?Lo descubrimos en los archivos, ?era un bolso de mano de 1938! Ahora lo hacemos en otro tama?o, ?pero es que me parece absolutamente contempor¨¢neo!?.
La alquimia de la que habla Fulconis (y quiz¨¢ no haya mejor met¨¢fora, porque se ha demostrado que el Birkin es el nuevo oro) tiene que ver con una ideolog¨ªa de base que moldea todo lo que pasa en los talleres de Herm¨¨s, y que no se parece a ninguna otra. ?Trabajamos como un colectivo, las relaciones son simples y completamente horizontales?, reitera Fulconis. En este sentido, su idiosincrasia solo es comparable a la del Arts and Crafts, el movimiento finisecular iniciado por William Morris que buscaba cambiar la sociedad a trav¨¦s de la uni¨®n comunal de artistas y artesanos para crear objetos bellos, manuales y, sobre todo, ¨²tiles. As¨ª, si en el imaginario colectivo la firma es sin¨®nimo del lujo extremo, ellos, de puertas para dentro, prefieren hablar de funci¨®n: ?Nada tiene sentido si no es pr¨¢ctico. Mira el Birkin, por ejemplo, es un s¨ªmbolo de lo exclusivo, pero se concibi¨® como un bolso que se pudiera llevar durante todo el d¨ªa. Hay una frase de Le Corbusier que siempre repetimos: ¡®Un objeto de lujo es limpio, preciso y puro¡¯; su simplicidad tiene que revelar su calidad?, explica Fulconis. ?Y, para nosotros, el lujo es sobre todo lo reparable. Eso lo tenemos siempre en mente; nada es lujoso si no se puede arreglar cuando se estropea?.
En segundo lugar, y al contrario que en todos sus competidores, en Herm¨¨s nunca apremian los tiempos ni el ansia por la novedad: ?Podemos tardar un a?o y medio o m¨¢s en lograr el primer prototipo de un bolso, y dos a?os o m¨¢s hasta que empezamos a producirlo. Siempre nos embarcamos en procesos muy complicados, aunque creo que lo m¨¢s dif¨ªcil sucede en el taller que trata los metales; fusionar el cuero con el metal, por ejemplo, y que el resultado sea org¨¢nico, es de lo m¨¢s complicado?, relata. Trabajan con m¨¢s de 35 tipos de pieles distintas, ?unas m¨¢s d¨²ctiles y otras m¨¢s estructuradas. Lo m¨¢s importante es que sean transparentes y resistentes?, comenta mientras ense?a a la c¨¢mara un bolso de piel Bar¨¦nia: ?Mediante tratamientos de curtido hemos logrado que desaparezcan los ara?azos y las rozaduras por arte de magia?.
Sin embargo, si hay algo que marca la diferencia y convierte a Herm¨¨s en esa rara avis dentro del mercado de la marroquiner¨ªa de lujo es su firme creencia en que la verdadera innovaci¨®n t¨¦cnica se hace a mano, no a m¨¢quina. ?En uno de nuestros cat¨¢logos de 1920 encontr¨¦ una frase que me marc¨®: ¡®El futuro depende de vosotros; de nosotros, por lo tanto lo esperamos con confianza. Nuestra tradici¨®n es la de crear sin parar¡¯. Trabajamos para cubrir necesidades. Fuimos los primeros en hacer bolsos adaptados a las mujeres que conduc¨ªan a principios del siglo XX. O los primeros en hacer agendas de cuero para aprovechar los restos. La innovaci¨®n no siempre tiene que ver con la tecnolog¨ªa?, explica. De hecho, en esta conversaci¨®n aparece en reiteradas ocasiones la palabra ?orgullo? referida al artesano. De las 15.000 personas que trabajan en Herm¨¨s, 4.000 son artesanos. ?Nos ce?imos a la m¨¢xima: ¡®Un hombre, un bolso¡¯. Muchos son capaces de reconocer, cuando lo ven en un escaparate, si ese en concreto lo han hecho ellos o no. Hay un subid¨®n de autoestima en el haber dado forma a un objeto que es importante para otros?. De ah¨ª que Fulconis admita que est¨¢n obsesionados con la transmisi¨®n de ese conocimiento a las nuevas generaciones. ?Tenemos unos 200 mentores y 80 formadores. Los nuevos artesanos, aunque sean diplomados, pasan por un periodo de aprendizaje de 18 meses. Empiezan fabricando un Kelly, que es de los bolsos m¨¢s dif¨ªciles de hacer?, explica. Objetos que son inversiones duraderas y que ponen en valor el factor humano de sus fabricantes. ?Quiz¨¢ nuestro modelo de marca sea parte de la soluci¨®n al problema de la sostenibilidad?, concluye la directora del cuero.
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