?Espero que aterrice en Palm Beach, donde las fechor¨ªas se perdonan con dinero?: crece el rechazo a Ivanka Trump por parte de su antiguo c¨ªrculo
?Qu¨¦ ser¨¢ de la hija del magnate cuando Donald Trump abandone la Casa Blanca? Tras cuatro a?os en Washington, sus antiguas amistades en la ¨¦lite neoyorquina ahora le dan la espalda.
?De brillantes estafadores a vagabundos de Vuitton?. Tras cuatro a?os haciendo apolog¨ªa y formando parte del c¨ªrculo presidencial, a Ivanka Trump y a su marido, Jared Kushner, se les complica la vuelta a su vieja normalidad en Manhattan, cuando formaban parte de la ¨¦lite cosmopolita de la ciudad. En la ¨²ltima semana se han multiplicado los reportajes y contactos con sus antiguas amistadas neoyorkinas que han confirmado que tanto ella como su marido, Jared Kushnher, no volver¨¢n a ser bien recibidos en los privilegiados ambientes culturales urbanitas con car¨¢cter liberal por los que se mov¨ªan antes de implicarse activamente en pol¨ªtica. ?S¨¦ honesta, Ivanka, ?vali¨® la pena??, escrib¨ªan desde una dur¨ªsima columna en The New York Times donde aseguran que ?Jared e Ivanka est¨¢n a punto de rendir cuentas? por haberse alineado y no cuestionado las pol¨ªticas m¨¢s salvajes de Trump. En Vanity Fair, directamente apuntaban a que su futuro post Casa Blanca ?est¨¢ en una isla en la que est¨¦n solos?.
Y no solo es la prensa cr¨ªtica con ella. La periodista Lysandra Ohrstrom, una de las mejores amigas de Ivanka Trump mientras crec¨ªa, ha escrito un ensayo en Vanity Fair sobre su relaci¨®n de amistad con la hija del todav¨ªa presidente de EE UU desde que eran ni?as y c¨®mo se ha ido deteriorando hasta su llegada a la administraci¨®n de la Casa Blanca. Ohrstron y Trump se conocieron en la escuela secundaria en Chapin, el cenro ¨¦lite para ni?as de Manhattan en el Upper East Side. Seg¨²n describe Ohrstrom en el texto, los dos eran inseparables (Donald Trump, al que sol¨ªa ver en la Trump Tower cuando Ivanka ?iba a pedirle la tarjeta de cr¨¦dito?, seg¨²n relata, solo parec¨ªa obsesionado por saber si su hija era ?la m¨¢s popular y la m¨¢s atractiva? de su clase). Juntas viajaron por el mundo, se saltaron clases juntas, se ti?eron el pelo de verde e incluso llegaron a protagonizar un editorial juntas para la revista Sassy. Tal era su amistad, que Ohrstrom fue una de las dos damas de honor en la boda de Ivanka con Jared Kushner en 2009.
Aunque las dos ahora viven distanciadas con cortes¨ªa (Ivanka lleg¨® a enviarle un regalo cuando naci¨® su primer hijo), Ohrstrom dice que decidi¨® escribir sobre su amistad con Ivanka ?aunque solo sea para asegurarse de que nunca se recuperar¨¢ de la decisi¨®n de vincular su destino al de su padre?. Y el retrato que pinta de Ivanka en su adolescencia y juventud es m¨¢s o menos lo que cabr¨ªa esperar de una ni?a rica privilegiada que creci¨® lista para apoyar las pol¨ªticas que perjudican a minor¨ªas pobres. As¨ª lo prueban las distintas an¨¦cdotas que rememora en el texto Ohrstrom, como cuando Ivanka le ech¨® en cara una recomendaci¨®n de libro, Empire Falls (el premio Pulitzer de Richard Russo sobre el gerente de un restaurante de una ciudad obrera). Ivanka supuestamente le dijo: ?Ly, ?por qu¨¦ me dices que lea un libro sobre jodidos pobres? y ??Qu¨¦ parte de ti cree que me interesar¨ªa esto??.
Adem¨¢s de acompa?ar el texto con m¨²ltiples fotograf¨ªas sobre su amistad durante d¨¦cadas, Ohrstrom tambi¨¦n narra el imaginario clasista y con tintes racistas de Ivanka, como cuando se pregunt¨® ??Desde cu¨¢ndo un profesor puede permitirse un BMW?? viendo una pel¨ªcula o cuando Ohrstrom regres¨® de trabajar como corresponsal extranjero en el L¨ªbano. Su postura pro palestina, cuenta, irritaba a Ivanka, que para ese entonces estaba con Jared Kushner, cuya familia es jud¨ªa ortodoxa. Ohrstrom recuerda en el texto: ?Desde 2007, llevo un collar con mi nombre escrito en ¨¢rabe e Ivanka se irritaba cada vez m¨¢s. A veces, ella dec¨ªa al azar: ?Odio esa cosa?. Entonces, una noche en medio de la cena, mir¨® el collar y dijo: ¡°?C¨®mo se siente tu novio jud¨ªo cuando est¨¢s teniendo sexo y ese collar lo golpea en la cara? ?C¨®mo puedes ponerte esa cosa? Simplemente grita, ¡®terrorista'?.
?Qu¨¦ pasar¨¢ cuando su padre deje el cargo? Ohrstrom lamenta que Ivanka se preparase durante toda su vida para convertirse en una empresaria ?m¨¢s refinada? que su padre, la mujer capaz de maravillar en conversaciones a liberales sobre ?lo distinta que parec¨ªa de Donald? que aspiraba a convertir a Manhattan en una ciudad a sus pies. Tras trabajar como modelo y en el sector inmobiliario, antes de la Casa Blanca, Ivanka construyo una marca personal como influencer conservadora bajo la narrativa del empoderamiento femenino y el lema Women Who Work, pero cuando su padre gan¨® la presidencia, se volc¨® totalmente en su rol de asesora (llegando incluso a copar actos como si fuese la primera dama). Los ¨²ltimos cuatro a?os, viviendo en Washington y code¨¢ndose con c¨ªrculos republicanos, parecen clave para este cambio de paradigma que apunta a un traslado a Florida. Su ex amiga tambi¨¦n tiene una idea de un futuro aislado de sus antiguo c¨ªrculo: ?Espero que Ivanka encuentre un aterrizaje suave en Palm Beach, y viva donde la supremac¨ªa blanca es de rigor y la mayor¨ªa de las fechor¨ªas se perdonan si tienes suficiente dinero.?
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