Josep Font: ?Cuando me fui de Delpozo me quedaban dos a?os de contrato, pero me hab¨ªa desenamorado del proyecto?

Uno de los proyectos m¨¢s apasionantes y exitosos en la moda espa?ola se gest¨® en un trayecto de AVE entre Madrid y Barcelona. En las dos horas y pico que dura el viaje, Josep Font (Santa Perp¨¨tua de Mogoda, Barcelona, 58 a?os) redact¨® c¨®mo ser¨ªa su firma so?ada. Una lista de deseos por petici¨®n de Perfumes y Dise?o, propietarios de Jes¨²s del Pozo, con los que se hab¨ªa reunido tras visitar sus talleres. Era 2012, Del Pozo hab¨ªa fallecido hac¨ªa unos meses y los due?os de la ense?a buscaban dirigirla hacia una nueva etapa. Ten¨ªan la acertada convicci¨®n de que Font era su persona. ¡°Yo estaba trabajando en China y mi idea era volver a Par¨ªs porque ya me hab¨ªa contactado alg¨²n headhunter, as¨ª que respond¨ª que no me interesaba. Pero volv¨ª unos d¨ªas a Espa?a y como fueron tan amables me vi con ellos. Me preguntaron: ¡®?Qu¨¦ te gustar¨ªa hacer?¡¯. Es la primera vez que lo cuento, pero les dije que lo tirar¨ªa todo abajo y empezar¨ªa de nuevo¡±. Han pasado casi 12 a?os de aquella reuni¨®n que desemboc¨® en un ¡®s¨ª¡¯ y cinco desde que Font abandonara el barco. ?En medio? Algo m¨¢s de seis a?os en los que convirti¨® a Delpozo (uno de los primeros cambios fue sobre el propio nombre de la firma) en una de las casas m¨¢s notorias del panorama global. El dise?ador, que se hab¨ªa mantenido en segundo plano desde entonces, abre ahora su caja de recuerdos en una de las salas del Museo Crist¨®bal Balenciaga. La instituci¨®n le dedicar¨¢ su pr¨®xima exhibici¨®n temporal, Josep Font. Belleza e inquietud (del 30 de junio al 7 de enero), y el edificio bulle con los preparativos. Ser¨¢ la primera dedicada a un creativo m¨¢s all¨¢ del maestro de Getaria: ¡°El legado de Crist¨®bal Balenciaga es una fuente de inspiraci¨®n constante en la creaci¨®n de moda contempor¨¢nea¡±, explica la directora del museo, Miren Vives, ¡°con esta muestra se inaugura una nueva l¨ªnea de contenidos expositivos que explora la influencia de Crist¨®bal Balenciaga en la moda actual a trav¨¦s de la obra de creadores contempor¨¢neos a nivel global¡±. La mirada de Font ¡°no es mim¨¦tica, pero hace una interpretaci¨®n muy personal a partir del estudio del volumen, la construcci¨®n arquitect¨®nica y la ornamentaci¨®n del propio tejido¡±.

Con un coj¨ªn de alfileres, Font lleva toda la ma?ana revisando las im¨¢genes que acompa?an este reportaje. Los perfiles que le definen como perfeccionista no exageran, pero solo as¨ª se entienden las prendas que reposan en los maniqu¨ªes: han envejecido como lo hacen las que est¨¢n destinadas a perdurar, completamente relevantes. ¡°Ayer ya hab¨ªan llegado las cajas con las piezas, as¨ª que me puse a abrirlas como un ni?o peque?o en Reyes. Es incre¨ªble ver m¨¢s de 30 a?os de trabajo recopilados. Ha sido bonito recordar¡±. Muchas han sido cedidas por coleccionistas estadounidenses, como su amiga y colaboradora en tiempos de Delpozo Indr¨¦ Rockefeller, y otras, las de sus primeros a?os, provienen de la colecci¨®n Fundaci¨® Antoni de Montpalau. Su director, el historiador Josep Casamartina i Parassols, es comisario de la exposici¨®n en el Balenciaga: ¡°La contribuci¨®n de Josep Font a la moda espa?ola es bastante indiscutible. Aporta una gran personalidad, un estilo muy particular al margen de las tendencias. La moda no deja de ser un negocio, pero Josep ha creado y desarrollado una l¨ªnea propia; dialoga consigo mismo y con la moda del siglo XVIII, del XIX y del XX. Crea un universo personal y po¨¦tico. En su trabajo hay un leitmotiv de elementos de cultura popular mezclados con alta cultura¡±.

Josep Font ha pasado los ¨²ltimos cinco a?os entre Tenerife y L¡¯Empord¨¤, colaborando an¨®nimamente con diversas compa?¨ªas. Disfrutando de no ser el protagonista hasta que esta retrospectiva le ha vuelto a colocar en el centro: ¡°Le dije a Josep [Casamartina] que yo no ten¨ªa la necesidad de una exposici¨®n, no tengo suficiente ego, pero si quer¨ªa que hici¨¦ramos algo, ten¨ªa que estar muy bien hecho. ?l lo entendi¨® perfectamente y a partir de ah¨ª empezamos a trabajar. Se lo propuso al patronato del Balenciaga, me lo coment¨® y le dije que no pod¨ªa haber mejor museo en Espa?a¡±.

Carrera de fondo

El catal¨¢n estudi¨® arquitectura por petici¨®n paterna, pero lo combin¨® a escondidas con dise?o de moda. ¡°Daba clases en la escuela y as¨ª me iba pagando el curso¡±. Con 21 a?os gan¨® el premio Air France Mode Prix y expuso en Les Arts D¨¦coratifs. ¡°Sali¨® una foto m¨ªa en EL PA?S y cuando fui a casa lo primero que vi fue el peri¨®dico encima de la mesa. Le expliqu¨¦ a mi padre que pensaba terminar las dos carreras y despu¨¦s elegir¡±. Pero la elecci¨®n estaba tomada desde el primer boceto. ¡°Cuando eres tan feliz haciendo algo¡­ yo ten¨ªa claro por d¨®nde iba a ir. Aun as¨ª, la arquitectura est¨¢ presente: si no funcionan los pilares, todo lo que pongas encima se cae. Con la ropa es igual, si el patr¨®n o la base no funcionan, por mucho que lo adornes nunca ser¨¢ una pieza que siente bien¡±.

Llegaron a?os de expansi¨®n, de premios, tiendas y desfiles (Madrid, Barcelona, Tokio o Par¨ªs). En 2007 la Chambre Syndicale, el organismo que regula la denominaci¨®n Haute Couture, le invit¨® a la pasarela m¨¢s exclusiva: ¡°Me qued¨¦ asustad¨ªsimo, pero me dijeron que siguiera haciendo lo que ya hac¨ªa. Son momentos clave; algo con lo que sue?a cualquier dise?ador¡±. Sin embargo, cuando su nombre era uno de los m¨¢s atractivos lo perdi¨® en un pasmoso cap¨ªtulo. Llegaron los problemas con la accionista mayoritaria de la marca, hubo un juicio y Font fue apartado. ¡°He demostrado que no necesito mi nombre, es mi trabajo lo que cuenta¡±. ?Se arrepiente? ¡°Hay qui¨¦n dice que dejar¨ªa todo igual, yo cambiar¨ªa decisiones que tom¨¦ cuando era joven e inexperto y solo quer¨ªa trabajar; entonces los papeles y los contratos no me interesaban. Me arrepiento, pero no me fustigo ni es algo que me haga da?o¡±.

En la falsa dicotom¨ªa entre negocio y poes¨ªa, Font sabe que es imprescindible (y factible) combinar ambas. Pero la ¨²nica manera es saliendo a buscar otros mercados: ¡°Con la alta costura mi mentalidad cambi¨®. A veces en Espa?a nos miramos mucho a nosotros, pero cualquier propuesta debe partir de un pensamiento global¡±. Delpozo naci¨® con esa vocaci¨®n: con su segunda colecci¨®n ya desfilaba en Nueva York y pocos meses despu¨¦s Font se convirti¨® en el primer dise?ador espa?ol invitado por Anna Wintour a la gala Met. ¡°Todo el mundo quer¨ªa venir al desfile, admiraban tu trabajo y se te acercaban a dec¨ªrtelo; ah¨ª eras consciente de la repercusi¨®n. Todas las actrices quer¨ªan vestirlo¡±. La lista es interminable y da medida de la altura que tom¨® la ense?a: Cate Blanchett, Julianne Moore, Keira Knightley, Zendaya, Margot Robbie¡­ ¡°Nos dec¨ªan: ¡®Ahora quieren Delpozo en la mejor tienda de Hong Kong¡¯, y yo corr¨ªa a comunicarlo al taller. Lo vivimos de una forma muy bonita todo el equipo. Fue un regalazo poder hacer Delpozo, hacer lo que yo quer¨ªa. No estar¨¦ suficientemente agradecido en la vida. Fui muy feliz¡±. Hasta que un d¨ªa dej¨® de serlo: ¡°Trabajo con el coraz¨®n y tengo que estar bien an¨ªmicamente, si yo no estoy bien las cosas no funcionan. Cuando me fui de Delpozo me quedaban dos a?os de contrato, pero me hab¨ªa desenamorado del proyecto. Ellos eran buenos en su trabajo, pero no ten¨ªan experiencia en retail¡±. A¨²n se emociona cuando recuerda su ¨²ltimo d¨ªa en la firma y su despedida del equipo: ¡°Fue lo m¨¢s duro. Si tengo que quedarme solo con una cosa de esa ¨¦poca, es mi equipo. Dejando atr¨¢s el ¨¦xito que tuvo Delpozo, irte es despedirte de una familia¡±.

Hoy Font est¨¢ listo de nuevo: ¡°Me salieron propuestas, pero al principio quer¨ªa esperar. Nunca hab¨ªa tenido tiempo para m¨ª. Y ahora poco a poco he ido abri¨¦ndome. Hay un plan de futuro, pero en general me veo capaz de volver. Con ganas. A m¨ª si me dan proyectos que tengan fuerza y sentido, voy de cabeza. Creo que tengo m¨¢s capacidad de trabajo que nunca¡±. La industria ha cambiado y lo percibe hasta en sus reuniones con cazatalentos: ¡°Ahora te hacen preguntas que nunca me hab¨ªan hecho, como que si soy amigo de modelos famosas o si salgo de fiesta con ellas. Hay quien busca a un dise?ador que sea una estrella del rock¡±. A lo largo de su carrera ha dicho que no a dirigir grandes casas porque no era el momento o el lugar. Nadie sabe si en el futuro le veremos al frente de una, pero ¨¦l tiene claro qu¨¦ hace falta para que eso suceda. Si hoy volvieran a pedirle una lista de deseos, ¡°pedir¨ªa que respetaran mi trabajo, eso ser¨ªa lo m¨ªnimo¡±.